Capítulo 3: No puedes tapar el sol con un dedo.

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Mi cuerpo reaccionó a él.  Para su placer.

-Extrañaba tanto tu sabor- lo escuchaba gemir y chupar mi clítoris.  Mi cuerpo ardía.  Estaba en llamas por él.

Me cubrí la boca con ambas manos para  evitar gemir. Mis lágrimas empapaban las sábanas.

Luego no supe más de mi.

El orgasmo me golpeó y no lo pude evitar;  grité. El dolor en la garganta fue horrible.

- Fresas y chocolate,  mis sabores favoritos- subió por mi cuerpo y quedó frente a mi. Me besó y me negué.  Acarició mis piernas y llevó su pene dentro de mi cuerpo.  Me arquee y gemí al sentirlo así. 

Por más que me negué a sentir placer,  él me lo dio.

- Cinco días si ti han sido una tortura- besó mi cuello y acarició mis costados. Mis manos estaban en sus hombros.  Cerré los ojos y a mi vino la imagen de Logan.

Era él con quien estaba.

Lo besé y él me devolvió el beso con la misma hambre y desesperación.  Envolví mis piernas en sus caderas, acaricié su cuerpo y me entregué a él.

Mis gemidos no fueron acallados, tampoco me contuve.  Era Logan y no Rey quien me estaba poseyendo. Quien me hacía su mujer.  Era el hombre que amaba.

- Te amo- en ese momento sentí como mi orgasmo rompía las barreras y fantasías. 

Abrí los ojos y sentí como Rey terminaba en mi interior.

Lo vi mirarme a los ojos y como los suyos se anegaban de lágrimas.

- Estabas pensando en él- desvié la mirada.

Salió de mi cuerpo.

- ¿ D-De qué hablas?- alcance a formular.

-Dijiste: "te amo"- cerré los ojos-. Tu a mi no me amas.  Por eso sé que estabas pensando en él. 

Se sentó y tomó su rostro con ambas manos.

-Quiero ver a mis padres- se tensó. Mi voz estaba raspoza, pero podía expresarme más o menos bien.

- No- me cubrí con las sábanas-. Ellos no quieren que esté contigo- me puse de pie y camine hasta llegar a él.

- Sabían que en algún momento me dañarías. Lo hiciste. Estuve inconsciente por cinco malditos días por tu culpa. Ahora quiero ver a mis padres.  Me lo debes- me miró a los ojos.

Su arrepentimiento me enfadó.

Eso no arreglaba el daño emocional que me había causado.

- ¿Jamás me perdonarás cierto? - asentí.

- No lo haré-  me giré y fui hasta el baño-. Quiero ver a mis padres hoy.

- Aún no- me volví y lo encaré-. No estás completamente curada- me reí.

- ¿Tienes miedo de lo que pueda hacerte mi padre?- me miró con molestia se puso de pie.

-Se que puede matarme y no quiero morir. Yo quiero estar contigo.  Te amo. Siempre lo he hecho. Quiero que llegues a amarme algún día.  Es mi mayor deseo. También que seas la madre de mis hijos. Deseo envejecer contigo.  Me encantas tu. Y he sido un bastardo, me arrepiento.  Pero molestarte era la única manera de que me vieras. - se acercó a mi y me abrazó-. Perdóname.  Te lo ruego- se alejó y se arrodilló ante mi-. Te imploro me perdones.  Te amo y quiero que me des una oportunidad.  Una sola- me alejé.

- Quiero ver a mis padres- entré al baño.

No podía perdonarlo.

Aún dolía demasiado.

Sólo para Mi.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora