-¿Qué te pasa, Karamatsu?
-Tengo algo que decirte. -«La manera en que cerró los puños y me miró con seriedad, me hizo creer que sus próximas palabras me dolerían más que nada en el mundo.»
-¿Qué es?
-Perdón... Fue sólo un capricho nada más. Yo amo a una mujer.
-Karamatsu... -«Mi pecho dolió. ¿Es eso lo que se siente cuando te rompen el corazón? Una lágrima se derramó por mi mejilla y de pronto comenzó a llover...»
-Osomatsu... Osomatsu. -«No veía nada, pero la voz que susurraba tan dulcemente era de mí hermano...»
-Karamatsu...
-¿Por qué lloras, Osomatsu?
-¿Eh? -Al abrir los ojos se encontró con la mirada preocupada de la misma persona en sus sueños, y al darse cuenta de que fue sólo eso, un sueño, el llanto aliviado escapó de sus ojos.- ¡Estúpido, Cacamatsu!
-¿Eh? O-Osomatsu, ¿te hice algo? ¿Te duele el trasero? -se puso nervioso y abrazándolo, le secó las lágrimas con la manga de su pijama.
El tenue resplandor naranja del sol se colaba por las cortinas entrecerradas, iluminando a los hermanos.
-Ngh... -Inconscientemente, por un momento dudó de Karamatsu. Se sintió avergonzado al llorar frente a él, pero no reparó en sonarse la nariz en la pijama de éste.
-¿Una pesadilla quizá? -sonrió un poco aliviado.
-Di... dime algo cursi...
-¿Hm? -«¿Tú pesadilla se trataba de mí?»- My dear Osomatsu, estaré siempre contigo.
-Tsk... Muy cursi. -se abrazó a él.
-Jeh. Iré a calentar la comida de ayer, espera aquí. -le dio un suave beso en la frente y se dirigió a la cocina.
«No me dejes solo, idiota.» Osomatsu abandonó la cama, lo siguió y de nuevo se abrazó a él. Karamatsu se sorprendió, sintió como su corazón se aceleraba y sus mejillas se encendían.
-Creí que tú dependerías de mí, pero sólo yo lo hago.
-Dependo mucho de ti, my Osomatsu. Tú eres la causa de que mi corazón lata alegre todos los días. Nunca he dejado de pensar en ti. Si ésto se terminara... -una punzada en el pecho lo interrumpió- Ésto no va a terminarse.
Osomatsu sonrió. Sus labios se unieron como si fueran autónomos, intentando saciar una insaciable exigencia.
...
Karamatsu salió a tirar la pequeña bolsa de basura antes de que se hiciera tarde y se fuera el camión que la recogía. Cuando estaba por regresar a su departamento, una mujer de aspecto atrevido lo detuvo.
-Hey, cariño. Te acabas de mudar aquí, ¿verdad?
-Ah, sí. Me mudé con mi hermano. Soy Matsuno Karamatsu.
-Pues yo soy Hitomi. Ven, quiero darte la bienvenida... -se acercó con actitud pícara, pero Karamatsu retrocedió sin prestarle mucha atención.
-¡Oye! ¡Suripanta confianzuda!
-Osomatsu...
-¡¿Cómo me dijiste, animal?!
-¡Escuchaste bien! -se pusó frente a Karamatsu, como apropiandóselo.
-¿Qué ocurre, mi amor? -un tipo de complexión robusta bajó las escaleras.
-¡Querido! ¡Este tipo de rojo me está acosando!
-Con que molestando a mi mujer, ¿ah? -el hombre tomó a Osomatsu por el cuello de su hoodie.
-¡No lo toques! -gruñó Karamatsu.
-¡Entonces te golpearé a ti!
-¡No amenaces a mi hermano! -le gritó Osomatsu.
La escena hostil se volvió una ridícula pelea por el premio a la amenaza más cursi.
-Osomatsu, no dejaré que este tipo te haga algo.
-No, Karamatsu. Yo te defenderé.
-Osomatsu...
-Karamatsu...
Se miraron a los ojos y se acercaron tanto como para sentir su nerviosa respiración.
-Malditos gemelos y sus teatros homosexuales... Vámonos, bebé.
-Si, querido... -se fueron confundidos.
-Pfff... HAHAHAHAHA.
-¿Eh? -Osomatsu y Karamatsu voltearon al reconocer las risas.
Eran sus hermanos acompañados de Dayon y Dekapan.
...
-¿Qué fue eso de haya afuera? -rió Choromatsu.
-Sí. ¿Qué con esa escena ridícula?
-Tsk, cállense y compórtense como si no nos hubiéramos visto en varios días. -Osomatsu cruzó los brazos.
-Haha, ¿nos extrañaron? -preguntó Todomatsu.
-Por... supuesto, brother.
-¿Eh? ¿Te atreves a dudar, basura? -dijo Ichimatsu tronándose los dedos.
-Claro que los extrañamos, idiotas.
-Es bueno que los hermanos se reunan otra vez. ¿Sabes, Osomatsu? Estos chicos estuvieron rogándome que los encontrara. -rió Dekapan.
-Por supuesto que lo sé.
-¡No te hagas tantas ilusiones!
-Totty, ¿te volviste tsundere?
-¡No!
-Hahaha, ¿qué es ésto? -Jyushimatsu salió del baño, sostenía un pequeño vibrador rosa entre las manos, ante eso todos palidecieron.
-¡No es de nosotros! -gritaron los dos al mismo tiempo.
-Vaya... ustedes son unos pervertidos.
-¡Es la verdad! ¡Ésto ya tenía muchas cosas cuando llegamos!
-Sí, claro.
-Tsk. ¿Y qué ha pasado en casa? -preguntó Osomatsu con inseguridad.
-Osomatsu... Creo que deberías hablar con mamá.
-Choromatsu tiene razón. Ella se ha comportado rara. Parece triste...
-Ayer sirvió seis platos para el desayuno y cuando se dio cuenta dijo: "Oh, vaya... Sí que soy torpe."
-Su mirada era realmente triste.
-Vamos, Osomatsu. -se levantó Karamatsu.
-¿A dónde?
-Al mercado, ella está ahí.
Osomatsu se levantó sin decir nada. Ambos salieron del lugar dejando a los demás en completo silencio.
-¿Deberíamos esperarlos?
...
«Lo siento mamá...» Osomatsu pensó todo el camino en como debería disculparse con ella. Tenía miedo de que el orgullo controlara sus palabras y terminará lastimándola. Karamatsu no era así. Cuando era serio, él siempre decía lo que sentía. Sin necesidad de palabras extranjeras, o frases cliché.
Caminaron nerviosos por los departamentos domésticos del supermercado. No tardaron mucho en verla a lo lejos. Ella se dio la vuelta y también los vio.
-¡Mami! -gritaron al mismo tiempo que corrían a ella.
-Osomatsu, Karamatsu. -pronunció sus nombres con dulzura cuando se aferraron a ella.
-Mamá... Yo... -casi de manera inesperada, Karamatsu no podía decirle nada.
-Mamá... Perdónanos. Sé que ésto está mal, pero no quiero separarme de Karamatsu...
-Sí, ya me lo dijeron. -su sonrisa comprensiva les quitó un gran peso de encima.
-Entonces tú...
-No me queda de otra. Son mis pequeños ninis. Los amo con todo mi corazón, y si son felices, yo lo seré igual.
-¡Thank you! ¡Mommy! -Karamatsu la abrazó con fuerza sin reprimir sus lágrimas.
-Vaya, gracias... -sonrió- Pero, ¿y papá?
-Ah, estuvo en shock unas horas. Pero fue más comprensivo que yo. Después de todo, ninguno de los seis tiene mucho arreglo. Vengan a cenar a casa. -acarició sus cabezas.
...
-¿Y bien? ¿Dónde se han estado quedando? -preguntó su padre.
-Alquilamos un departamento barato.
-Ya veo. ¿Pero van a volver a casa?
-¿Eh?
-Papá, ya somos adultos. No podemos depender de ustedes por siempre.
-Karamatsu tiene razón, es momento de independizarnos.
-¡Me alegra escucharlo! ¡Querida, sirve el sake!
-Papá... -«Al menos lo aceptó.»
...
-¡Nos vemos mañana!
Ambos se despidieron de sus padres y hermanos y comenzaron a caminar en la oscura calle.
-Es genial, ¿no? Al final lo saben y lo aceptan.
-Jeh. Volvamos a nuestro lecho de sábanas incestuosas, Osomatsu.
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Actualizo en la tarde (?
Bueno ésto es un fanfic, pero... Yamejornidigonada (?
Ésto es basura incombustible (?
Malditos citadinos y sus máquinas voladoras D:<