Seventh Night, la tienda de música.

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Contrario a lo de siempre, el ambiente de la tienda era muy tranquilo ese día; los clientes permanecían un rato eligiendo un CD, pagaban y se iban sin que Karamatsu intercambiara las mismas frases cool de siempre con ellos. Su apariencia adormilada y tranquila era innegable. Se distraía continuamente mirando su mano, más bien su sortija de plata, sin poder reprimir uno que otro suspiro (a veces bostezo). Llevaba con esa actitud pasiva desde que salió de casa, hace algunas horas.

Incluso las pistas que sonaban por toda la tienda, eran propicias para el estado en que se encontraba; la mayoría de ellas tenían la misma esencia romántica de antaño. En cuanto comenzó I miss you de Shougo Hamada, Karamatsu sintió pesado el cuerpo, por lo que se sentó y dejó escapar un leve quejido, como de aburrimiento.

Después de haberle lanzado un sandwich de peperoni, dos latas de calpis y un CD de Nyan-chan en lo qué iba del día, James Tsukigata, su jefe, le lanzó a la cara un extraño y pesado slime negro que se resbaló y terminó en el piso antes de que Karamatsu siquiera pensara en esquivarlo. Al ver esa poco usual reacción, le jugó todas las bromas que se le ocurrieron, sin contenerse ninguna, pero la falta de emoción por parte de Karamatsu terminó por aburrirlo.

-Bah... ¡Here, Kara-chan!

-¿Eh? ¿Tsukigata-san?

-¿Que ondas pasan por tu cabeza, compañero?- por su extraña pose, parecía que intentaba lucir jovial.

-¿"Ondas"? Ah... No es nada.

-Vaaaaaaamos, tu sonrisita de colegiala enamorada y tu cara de "no dormí una mierda" me dice otra cosa.

-Oh. -«¿Estoy sonriendo?»

-Espera... ¿No será que...?

-¿Hm?

-¡Pasaste una noche bien acompañado, ¿ah?! -grito sonriente el anciano.

-Jeh, más que bien acompañado. -sonrió triunfal.

-¡Oh, ya veo! ¡Querida! ¡Nuestro Kara-chan ya es un hombre!

-No grites, Jimmy. -le reprendió con cariño y luego se dirigió a Karamatsu- Vaya, Kara-kun, ¿esa persona es guapa?

-Jeh. Por supuesto. -dijo ignorando que era un pensamiento narcisista.

-Vaya, ¿la quieres?

-Demasiado... -desvió la mirada, con una sonrisa sonrojada.

-¿Está caliente? -se entrometió el viejo.

-¡Jimmy!

A punto de soltar una risilla, dio un respingo cuando sintió la vibración de su teléfono.

My love
Últ. vez hoy a las 5:57

Hey, Karamatsu! Estoy en la plaza donde trabajas... creo... Ya casi sales?
5:56

Dónde es la tienda? Estoy frente a una tienda de adivinación ∠(≧ᴗ≦✿)わ <3
5:56

Ah, no. Es una sex shop, lol ( '∀`)
5:57

Cuatro locales a la derecha, my love <3
5:57 √ √

Ok
5:57

-Ah, "my love", ¿eh? -el anciano fisgoneaba por sobre su hombro.- Querida, por fin conoceremos a la novia de Kara-chan.

-La verd...

La campanilla de la puerta sonó y "la novia" de Karamatsu entró al local.

-¡¿Kara-chan?!

-No, él es-

-Hey, mi querido Karamatsu. -Osomatsu corrió hacia él y lo rodeó con un brazo.

-Hola... -le susurró con dulzura y besó su mejilla.

Tsukigata y su esposa se quedaron esputefactos tratando de entender la extraña escena.

-Creo que no volveré a tocar un forrito en toda mi vida... Kara-chan, en otra ocasión me gustaría que me presentes a la señorita. Es que hoy la veo muy parecida a ti.

-Ah, el jefe calenturiento. ¿También te drogas, ojisan? -dijo despreocupado Osomatsu.

-Osomatsu... Shh. -sello sus labios con el dedo indice.- Tsukigata-san, él es mi hermano, Osomatsu.

-Un gusto, anciano. -dijo dedicándole una sonrisa amigable.

-Ah, ya veo... Igualmente, mocoso. -miró a Osomatsu con indiferencia.

-¿Y dónde está tu novia, Kara-chan?

-Aquí. Osomatsu es mi amante.

-Oh... Pues... que modernos... creo...

-Si, definitivamente debo dejar de fumar.

-Bueno, anciano, Karamatsu ya terminó su turno, ¿puedo llevármelo?

-Ah, sí, sí.

-Entonces hasta luego, Tsukigata-san, señora.

-Nos vemos, Kara-chan. Adiós, mocoso.

Al salir de la tienda, Karamatsu atrajó a su hermano hacía sí para dejar un dulce beso en su frente, luego éste, abrazo su cintura.

-Hoy salí temprano y tenía muchas ganas de pasar por ti. Tu jefe es extraño.

-Bueno, hoy se comportó muy normal. -«Si supieras...»- Osom-

-¡Mira lo que te compré en la sex shop! -«Hehehe, quiero ver a Karamatsu usando ésto mientras lo hacemos.»

Osomatsu sostenía una diadema con orejas de gato en una mano, y en la otra, un collar con un cáscabel y una correa.

-¿Pero qué...? -«Me aseguraré de que seas tú quien lo use, tonto.»

Aunque esté prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora