Aunque esté prohibido

2. Hermanos mayores.

«Maldito día más aburrido.» Se repetía mentalmente Osomatsu una y otra vez mientras cambiaba de posición en el fresco piso. Después de tanto pensar en algo que hacer, se levantó sin muchas ganas para terminar haciendo lo de siempre, fastidiar a los demás. «Bien, Totty está en... no tengo idea. Quizá Choromatsu... no sé. Y Jyushi, mejor no. Hm, Ichimatsu... no, creo que no. Ok, ya sé, ¡iré con Karamatsu! O iría si supiera dónde está. No... De todas formas ya no es divertido.»

Osomatsu se desanimó al pensar en que era el único que nunca hacía nada. Se sentía solo, pues ya no era el hermano al que todos buscaban para divertirse juntos y si era sincero, él era el único que dependía de los demás para pasar un rato divertido. Era triste.

Al subir a la azotea para tomar un poco de sol, se encontró con el cuerpo dormido de Karamatsu. Se detuvo un segundo en el último escalón y finalmente se acercó para acostarse a su lado quitándole los lentes para ponérselos él. Así se quedó un par de minutos, mirando al cielo y buscando figuras en las nubes. Tuvo que fastidiarle el sol para que desviara su mirada a un lado y notara a su hermano contemplándolo mientras apoyaba la cabeza en su codo.

-Ka... Karamatsu, ¿cuándo te despertaste?

-No estaba dormido... Tengo que admitir que esos sunglasses te quedan perfectos, brother.

-No cuenta si tu "brother" es idéntico a ti. Pero ya que me lo dices, los conservaré.

-Adelante, tengo varios pares.

-Haha, gracias. Entonces, ¿qué estabas haciendo?

-Escuchando el viento...

-¿Qué viento?

-Sí te concentras lo suficiente podrás... ¿Q-qué estás...?

Accidentalmente, Osomatsu tiró la escalera con su pie.

-Ups... Lo siento, Karamatsu, ahora tendremos que vivir aquí arriba. Haha, nah, pero no es incómodo, ¿no?

-A-ah, sí. Se está muy a gusto. ¿Pero cómo bajaremos?

-Alguien se dará cuenta y vendrá, o a lo mejor no. ¿Por qué? ¿Te aburro?

-Para nada.

-Pues bien, entonces hágamos algo.

-¿Oh? ¿Qué pasa, nii-san? ¿Quieres estar conmigo?- Osomatsu trató de ignorar la sonrisa traviesa de Karamatsu, pero no pudo y, al menos sus mejillas, se pusieron un poco rojas.

-La verdad no, p-pero no tengo opción.

-Jeeeh, ¿es así?

-Si. Olvídalo, me dormiré un rato, tú sigue hablando con el aire.

Osomatsu se dió la vuelta e intentó quedarse dormido, con poco éxito, pues aunque estuviera descansando, podía escuchar con claridad la respiración tranquila de Karamatsu.

«"Yo puedo depender de ti". "Sé mío por unos minutos".» La voz de Karamatsu comenzó a retumbar en su cabeza y se despertó al no poder acallarla.- Hm, ¡estúpido Karamatsu!

-¿Eh?

-Oh, no es nada. Lo siento...

-¿De verdad? Tienes un poco de cara en tu sonrojo. O ya sé, ¿estabas soñando conmigo?

-Ya quisieras...

-Hmp, era broma.- rió un poco.

-Karamatsu... Ya me quiero bajar.

-Pero tiraste la escalera.

-Cierto...

-Ven, sé como bajar sin ella.