11. My buraza es un romántico. [Fin]

1.2K 133 50
                                    

-Ngh... Karamatsu... ¿dónde está?

Osomatsu se levantó de la cama al buscar y no encontrar a Karamatsu en la habitación. En el living, un rico olor lo llevó hasta la cocina, para descubrir a Karamatsu cocinando un delicioso tamagoyaki.

-Ah, my dear Osomatsu. ¿Dormiste bien?

-Eh, sí... Quiero probar eso... -pequeñas lágrimas de felicidad se reunían en sus ojos.

-Jeh, abre la boca.

En verdad era delicioso, hace un tiempo que su madre no había preparado un desayuno como aquél. Incluso se veía hermoso, en medio del amarillo, pequeños cuadros naranja, rojo y verde resaltaban.

-¿Tú sabías cocinar? -por un momento se sorprendió Osomatsu.

-Ni siquiera yo lo sabía. -hizo una pose principesca.

Se sentaron a la mesa y Karamatsu comenzó a hablar del día anterior mientras desayunaban.

-¿Tienda de discos? ¡Suena genial!

-Jeh, al dueño y su esposa también les gusta Ozaki Yutaka. ¿Y tú, encon-?

-Repartidor de pizzas. -interrumpió haciendo un ademán genialoso.

-¿Hm? ¿Hay una pizzería por aquí?

-Sí, a unas cuadras. Tiene como logo una nave espacial. Es la Pizzeria Stardust, creo que es nueva.

-¿Ah, sí? Ya veo. ¿Y utilizarás una moto? Vaya, looks fun, brother. -«Peligroso... Espero que estés bien.»- ¿Te enseñaran a usar una?

-¡Claro que sí! Pero mientras no sé usar una, tendré que doblar cajas de pizza, haha. -se rascó la nuca con nerviosismo.

Ambos comenzarían a trabajar por la tarde, tendrían la mañana para estar juntos y por la noche podrían volver a verse y hablar de su día ocupado. Saldrían de casa al mismo tiempo, y después, Karamatsu llegaría
una hora antes que él.

-¿Y cómo te fue, brother? -preguntó Karamatsu mientras le daba un beso ligero en los labios.

-Ah... ¡fue aburrido! Karamatsu, ¿te gustaría mantenerme? -apoyó la cabeza en el pecho de Karamatsu.

-Jeh, no me importaría. Pero entonces necesitaría un trabajo a tiempo completo. -lo rodeó con un brazo.

-Haha, no lo decía en serio. ¿Cómo te fue a ti?

Ante su pregunta, Karamatsu dio un respingo y frunció el ceño.

-¿Karamatsu?

-Los dueños están locos...

-¿Eh?

-E-estuvieron a punto de hacerlo en la caja.

-Pff... unos calenturientos, ¿ah? Bueno, nosotros no somos muy diferentes.

«Osomatsu, por favor intenta imaginarte la escalofriante escena de dos pasitas babeándose y... sí, también somos unos calientes.» -Jeh, lets go to the bed, Osomatsu.

-¿Ya ves lo qué te digo? Vamos.

Así pasaron varios días, Osomatsu hacía entregas a domicilio y Karamatsu se había acostumbrado al extraño ambiente de su trabajo. También se habían acostumbrado a vivir de esa manera. Juntos limpiaban, hacían las compras y se divertían. Era parecido a dos niños jugando a la casita. O a una pareja de recien casados.

De vez en cuando Karamatsu iba a recoger a Osomatsu y daban largos paseos en el parque, tomados de las manos hasta medianoche. Regresaban y veían TV o iban directamente a la habitación para tener intimidad.

Aunque esté prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora