Cuando el camarero les dejó los platos sobre la mesa Louis ya había terminado de darle indicaciones sobre lo que sería su nuevo trabajo. El disgusto de Harry crecía cada vez más. Si lo hubiese contratado Malik las cosas habrían sido diferentes, pero tener que seguir las órdenes de Tomlinson las veinticuatro horas del día no iba a ser nada agradable. Por un lado el alfa siempre había sido grosero con él, lo hacía sentir como la escoria de la sociedad por ser omega cada vez que se le presentaba la oportunidad . Y después estaba el hecho de que no importaba qué tan frío, distante y egocéntrico fuese, su omega siempre se sentiría atraído por él.
Harry se sirvió agua en su vaso y tomó lentamente. No se veía capaz de comer frente al secretario aún. Le daba vergüenza, estaban sentados uno frente al otro como si fueran amigos compartiendo un almuerzo y no podía ser más diferente que eso. Se quedó en silencio mientras veía a Louis empezar a comer la pasta que le habían servido. Mentiría si dijese que parecía un cerdo al comer porque el alfa era sumamente delicado al llevarse el tenedor a la boca.
Vio que el alfa lo miraba a los ojos expresando algo de inquietud para después bajar la vista hacia su plato. Harry comenzó a comer lentamente cuando entendió que Louis estaba preocupado por eso.
- Así que eres profesor de arte – rompió el silencio que se había instalado el alfa cuando Harry estaba masticando su segundo bocado. Tragó pensando en que había sido mala idea comer.
- Si. Tengo el título pero no ejerzo – contestó tratando de encontrar en la expresión de Louis algún signo de curiosidad o alguna emoción pero fue en vano.
- ¿Por qué? – preguntó en el mismo tono neutro de siempre Louis antes de beber de su copa. Harry se rascó la barbilla mientras pensaba en qué responder sin quedar como un fracasado.
- No es sencillo para... - tragó saliva mientras bajaba la mirada a su plato, no podía seguir si tenía los ojos del alfa clavados en él.
- Para un omega hombre – completó Louis sin ningún tipo de tacto antes de que él pudiese seguir hablando. Harry asintió con la cabeza tragándose su orgullo.
Había tenido un par de entrevistas el año anterior en algunas escuelas pero ninguna había salido del todo bien. Siempre buscaban betas para evitarse problemas durante los celos de los profesores pero admitían también algunas omegas mujeres. Pero omegas hombres jamás. ¿Qué pensarían los niños? Se asustarían de algo tan anormal. Nunca le habían respondido eso cuando se negaban a darle el puesto pero Harry sabía que esa era la razón.
- ¿Y pintas? – la voz del alfa lo sacó de sus pensamientos e hizo que volviese a alzar la vista. Se preguntó a qué venía su repentino interés por su vida personal.
- Si, dibujo en realidad. Pero también pinto, claro – contestó algo nervioso mientras veía al secretario comer – Publico mis cuadros en internet. He vendido algunos.
Aunque no fuesen muchos se emocionaba por el hecho de que existiera gente que pagaba por su creación. Eso era lo que él quería para su vida. Le habría gustado enseñar porque siempre se había llevado bien con los niños pero si pudiese vivir de sus obras habría cumplido su mayor sueño.
- ¿Qué edad tienes?
Harry torció un poco el gesto al escuchar la pregunta de Louis. No podía haber esperado que lo felicitase pero... en verdad le habría encantado que lo hiciese. Habiendo vuelto a la realidad se dio cuenta de que la conversación parecía más una entrevista de trabajo que otra cosa.
- ¿Es esto una entrevista laboral? – no pudo evitar preguntarle mientras agarraba su copa para tomar más agua. Se sentía deshidratado de repente.
- No. Pero quiero saber más de ti para ver si esto va a funcionar.
Bueno, era lo mismo que si le hubiese respondido de forma afirmativa. Intentó no ponerse tenso porque se suponía que él no quería el trabajo pero su instinto de omega quería agradarle al alfa así que se le dificultó.
- Tengo veinticuatro – respondió después de tomar un poco de agua para tranquilizarse.
- ¿Has tenido algún otro empleo antes?
- Sí, trabajé dos años en una tienda de ropa.
Eran preguntas fáciles de responder para alguien que había hecho más de una decena de entrevistas laborales. Y este era el caso de Harry. Incluso podía adivinar la pregunta que vendría después.
- ¿Te despidieron?
¡Bingo! Justo la que había pensado.
- Si, reducción de personal – contestó de forma desinteresada, no quería cumplir con los deseos de su omega porque él no moría por ser asistente del secretario así que no perdía nada si no obtenía el empleo.
- ¿Cómo te llevas con otros omegas? – continuó el alfa descolocándolo un poco porque no era una pregunta habitual.
- No veo cómo eso podría importar... - murmuró frunciendo el ceño, ¿cuál sería la respuesta correcta para eso?
- Vas a venir a algunas reuniones. Tengo que saberlo. Ya sé cómo te sientes alrededor de alfas – dijo de forma arrogante el secretario antes de seguir comiendo de su plato. Harry alzó las cejas confundido.
- ¿Y cómo es eso?
- Intimidado.
La voz del alfa sonó más grave de lo habitual y el omega vio cómo sus labios se curvaban en una sonrisa apenas perceptible mientras lo miraba a los ojos. Después siguió masticando como si nada hubiera pasado. Harry se tragó el nudo que estaba apareciendo en su garganta por la incomodidad.
- No me siento así – mintió dándose coraje para sonar lo menos enojado posible. Porque estaba empezando a cabrearse por lo entrometido que era el secretario.
Louis tomó un poco de vino mientras lo observaba. Habló después de dejar la copa sobre la mesa otra vez.
- ¿Es sólo conmigo?
No sonreía sin embargo la manera en que las palabras salían lentamente de su boca, como si las saboreara, hacía pensar a Harry que sí lo estaba haciendo. Apretó uno de sus puños debajo de la mesa. Su primer reacción fue pensar que era un narcisista de mierda. Pero después se acongojó porque era cierto que se sentía intimidado por él.
Pero... ¿cómo lo supo?
- No hay que ser un genio para darse cuenta. Tu olor te delata, como ahora – dijo Louis haciendo que el omega se sorprendiera de que parecía que le había leído la mente. Harry bajó la mirada hacia su regazo queriendo que la tierra lo tragase – Oh vamos, no te pongas tímido Styles. Tendrás que acostumbrarte a mi presencia.
Louis ya no sonaba como si disfrutara de humillarlo, más bien parecía que estaba fastidiado con su forma de actuar. Harry tomó una gran bocanada de aire tratando de calmarse. No sabía si tenía ganas de abofetear al alfa o largarse a llorar. Ambas eran buenas opciones.
- ¿Por qué no tienes alfa?
Harry alzó la vista con curiosidad cuando lo escuchó. El alfa ya no lo miraba sino que estaba concentrado en su comida y había hablado como si se refiriera a un tema muy trivial. ¿Por qué le interesa eso? quiso cuestionar pero no se atrevió.
- Tengo alfa – mintió, en cambio, el omega para saber cuál sería la reacción del secretario. Este rió entre dientes volviendo a mirarlo.
- Sé que no tienes Styles. No estás marcado y hueles a omega todo el tiempo.
Buen punto pensó Harry mientras se mordía el labio inferior Pero, de nuevo: ¿qué mierda le importa a él eso?
- Además recuerdo haberte escuchado decir que no pasas el celo con ningún alfa - continuó el alfa y por un momento fugaz Harry lo vio guiñar un ojo así que se quedó rígido de la impresión.
¿Por qué el secretario general de Chicago recordaría algo personal de un subordinado omega? Harry frunció el ceño queriendo no tener que pensar en ello. No sería una razón que le agradase de seguro.
- No está en mis planes que un alfa me marque. Supongo que mi futura pareja será un beta – respondió a la pregunta que le había hecho anteriormente para poder finalizar con esa cuestión.
- ¿A qué le tienes miedo? – preguntó en un tono de voz más bajo Louis, mientras lo miraba con curiosidad. Harry carraspeó incómodo por el atrevimiento del alfa.
- No tengo miedo – dijo de forma tajante el omega mientras ponía la servilleta que tenía en su regazo sobre la mesa – Ahora si me disculpa tengo que ir al toilette.
Harry se levantó de su silla y se dirigió hacia el baño del local. Había un cartel sobre las escaleras que indicaba que por allí se encontraba así que no le fue difícil ubicarlo. Bajó la tapa de uno de los inodoros y se sentó sobre este dispuesto a hacer tiempo antes de volver.
Se negaba a seguir manteniendo esa conversación. Estaba demasiado aturdido para eso. No se suponía que su jefe debiese pedirle información sobre algo tan privado. ¿Por qué no lo dejaba en paz? Evidentemente el alfa era perverso, disfrutaba de encontrar el punto débil en un omega y herirlo con ello. Se agarró la cabeza entre las manos cuando pensó que así y todo iba a tener que hacerle caso todos los días de ahora en más. Pero no iba a permitir que lo siguiese humillando. De ahora en más no iba a contenerse de contestarle del mismo modo porque si lo despedía podría volver a su empleo anterior. O no porque Ely se lo había dado a otro chico... Demonios.
Minutos después volvió a bajar al salón del restaurante. Louis estaba conversando animadamente con el dueño de nuevo así que Harry suspiró aliviado porque no tendría que seguir respondiendo preguntas. Volvió a sentarse en su silla sin que los alfas volteasen a verlo así que decidió terminar de comer su ensalada en silencio.
- Muy bien, como siempre. Dime cuánto te debo – escuchó decir luego de unos minutos a Louis a lo que el hombre respondió que invitaba la casa. Luego se despidió de ellos y el omega sólo pudo esbozar una falsa sonrisa a modo de saludo - ¿Nos vamos? – preguntó el secretario y el omega asintió con la cabeza rápidamente.
Cuando llegaron a la puerta del edificio gubernamental Harry se sorprendió porque el alfa se detuvo a unos metros de las puertas. Segundos después lo vio encender un cigarrillo y se quedó perplejo porque nunca lo había visto fumar. Su despacho nunca tenía olor a humo, ni siquiera recordaba haber visto un cenicero.
- ¿Quieres? – le ofreció el alfa antes de darle una calada al cigarrillo.
Harry se apresuró a sacudir la cabeza en forma de negación. No fumaba pero le había alagado que el alfa estuviera dispuesto a compartirle algo. Ay dios, ya parezco un idiota enamorado
- Sube. Te llamaré cuando te necesite – le ordenó Louis señalando las puertas del edificio.
El omega giró sobre sus talones y siguió su camino hacia la alcaldía. Pensó en que ahora tendría tiempo para hablar con Cara por suerte. Se había vuelto su mentora en las semanas que llevaba ahí dentro y no podía esperar a contarle sobre su ascenso.
Ascenso... no suena tan mal visto así
Cuando llegó al tercer piso saludó a su amiga que estaba conversando con un grupo de omegas. Enseguida ella caminó hacia él para que no tuviese que hablar con estas. La beta era muy considerada, sabía que las secretarias siempre lo miraban con repulsión y cuchicheaban cosas sobre él.
- ¡Me enteré! – exclamó Cara cuando llegó a donde Harry se había detenido. Lo tomó del brazo mientras miraba alrededor y luego tiró de él hacia el cuarto de las fotocopiadoras. El omega entendió que no quería que nadie los escuchara - ¿Cómo fue que pasó?
- ¿El qué exactamente? – sonrió porque le hacía gracia el tono de cotilla que utilizaba en esos casos la beta.
- Harry, ¿qué va a ser? Que de repente eres el asistente de Tomlinson. Megan se lo ha contado a todas – siseó Cara exasperada, el omega no pudo sino sonreír aún más.
- Ahora soy Harry – apuntó alzando las cejas para dilatar más el momento de la explicación. Cara nunca lo había llamado por su nombre porque decía que tenía que llevar más de un mes trabajando allí para ganarse ese privilegio.
- No te pases, novato.
El omega alzó las manos como signo de que era inocente y las bajó antes de comenzar a hablar.
- Ely me lo dijo hoy en la mañana. La verdad es que no sé qué pasó. Necesita un asistente y me eligió a mí – frunció el ceño porque al ponerlo en palabras parecía más real – Me han duplicado el sueldo – dijo con los ojos brillando de la emoción haciendo que Cara sonriera – Y va a pagarme las horas extras. Pero... presiento que voy a tener mucho más trabajo.
- Vas a tener que lamerle el culo, eso seguro – le escuchó decir a su amiga e hizo una mueca de desagrado – Todos los asistentes lo hacen. ¡Hey! Pero tranquilo, el dinero vale la pena. ¿No?
Harry se encogió de hombros. Quería creer que lo valía porque sino iba a ser una tortura trabajar para Tomlinson.
- ¿Qué pasa con Megan? – preguntó cuando se acordó de que ella había esparcido la noticia. Cara frunció el ceño aparentemente sin entenderlo – Creo que no le caigo bien.
Pareció que le causó gracia a la beta porque sonrió divertida luego de escucharlo.
- Normal, estuvo esperando un año para que la ascendiera a asistente pero Tomlinson nunca lo hizo.
Un año. Y a él lo había contratado llevando sólo dos semanas trabajando allí. ¿Qué?
- ¿Se lo pidió a él? – preguntó confundido, porque sino el alfa no sabría que quería el ascenso y tendría más sentido.
- Si, muchas veces. Le decía que ella podría ser una gran asistente e indirectas así – le contó la omega sin percatarse de lo perturbado que estaba Harry de un momento a otro.
Louis podría haberla escogido a ella como asistente. Llevaba un año organizando su agenda, era bonita y eficiente. Él todavía sacaba lento las fotocopias, no podía concentrarse teniéndolo cerca y era hombre así que por más lindo que fuese el secretario nunca lo iba a mirar de esa manera.
Así que... ¿por qué yo?
***
Buenas!
Quería aclarar que cualquier cosa que no se entienda o que no les guste, o críticas, me las digan que voy a tratar de mejorar :)
Besos!!
A mis nuevos y preciosos lectores: no puse a propósito lo del meme, iba a cambiarlo hace mucho pero me pareció muy gracioso y preferí dejarlo JAJA.