Jimin entró cansado al apartamento, arrastrando sus pies con pesadez mientras se quitaba la camiseta y tallaba su cara para espantar un poco el sueño, previniendo el no caer dormido ahí mismo en el piso.
— ¡Mierda!
Jinyoung en ese momento salió de la cocina con un paquete de galletas y un cartón de leche. Pareció como si él hubiera visto un fantasma, pero tan sólo era una Jini hambrienta en media noche.
— ¿Qué haces aquí?— Preguntó ella quien ahora caminaba de largo a su habitación.— ¿Que no saldrías con los chicos?
— Ese era el plan... Pero Yoongi no sé por qué mierda estaba enojado y Hoseok andaba pesado. Preferí volver, además, me estoy muriendo de sueño.
— Sí, lo noto en tu cara de muerto.
— ¿Y tú qué haces despierta? Sueles dormirte temprano.
Cada quien ya estaba frente a su puerta correspondiente, ella comiendo, él luchando por no cerrar los ojos.
— Tengo un maratón de películas en mi habitación.
— Ya veo...— Dio un largo bostezó, se acercó a ella y le besó la frente.— Me iré a dormir, buenas noches.
— Hasta mañana.— Dijo Jini, no sin antes pellizcarle el abdomen y sonreír al escuchar a Jimin quejarse.— Ve a dormir.
Jinyoung entró a su habitación después de asegurar que Jimin no haya terminado dormido en el piso. Se metió bajo las sábanas y colchas, le puso play al filme y continuó viéndola gustosa. Terminó su cuarta película consecutiva y sin poder más, Jini cayó en profundo sueño.
Jimin con los ojos muy abiertos aún sin creer lo que le habían dicho por aquella llamada telefónica, salió de su habitación de prisa y entró a la de Jinyoung, ella dormía tranquilamente a pesar que la pc siguiera reproduciendo una película.
— Jini... Jini...— La sacudía con con delicadeza.— Jini, por favor despierta
Ella se remolineó sobre el colchón y se estiró, aún medio dormida, lo miró con un ojo abierto.
— ¿Qué pasa?
— Yoongi me acaba de hablar desde el hospital. Necesitamos estar allá ahora mismo.
Y siendo casi las cuatro de la mañana, Jimin conducía a la velocidad más rápida que el Camaro le permitía, con los ojos cristalizados. Ambos se encontraban yendo al hospital particular de Chanmyeon, donde Hoseok estaba internado en urgencias. Jinyoung tenía un fuerte nudo en su garganta, un dolor punzante en su pecho y la preocupación se la estaba comiendo viva.
Jimin ni se tomó la molestia de aparcar bien el auto, corriendo bajaron de él y de la misma manera entraron al hospital. El lugar donde estaba Hoseok se le prohibía el acceso a los familiares, él se encontraba en terapia intensiva. Yoongi, Hyukjo y Jiwoo estaban en la sala de espera, el peligris caminaba impaciente de izquierda a derecha y Hyukjo abrazaba a Jiwoo quien lloraba destrozada en sus brazos. Las lágrimas de Jini salieron de sus ojos al ver así a su amiga y en su cabeza dedujo que Hoseok estaba más que grave.
Un doctor salió de unas grandes puertas blancas, Yoongi se sobresaltó al verlo y se acercó a él, Hyukjo hizo lo mismo y Jinyoung aprovechó para correr con su amiga y abrazarla, Jimin se juntó con los chicos.
— Tranquila, Jiwoo...— Jini sollozaba.— Hay que ser positivas.
Pero ni ella estaba segura de sus palabras.
— Fue un accidente automovilístico.
— ¿Pero cómo, dónde?
— Por lo que nos contaron los policías, el conductor del auto con el que fue el impacto venía ebrio al parecer.— Escucharon decir al doctor.— Y ya lo tienen en la comisaria, él casi no sufrió lesiones, todo se lo llevó Hoseok.
— Claro que fue culpa de aquel imbécil.— Yoongi trataba de no llorar. No frente a ellos.— Hoseok tomó, pero no lo suficiente para que le afectara.
— Jinyoung, tú sabes cómo es mi hermano— Jiwoo no podía ni hablar por el llanto.— Él no conduce rápido a menos que sea necesario.
— Sí, lo sé, Jiwoo, pero esta vez...
— ¡Doctor!— Una enfermera salió desesperada.— ¡El paciente está sufriendo un paro!
El doctor dejó de hablar de golpe y corrió dentro de aquellas puertas con todos tras ellos, siendo detenidos por las puertas que la enfermera cerraba mientras les gritaba que no podían entrar.
Pero eso no fue impedimento para que ellos vieran por las ventanas. Un enfermero rompió la camisa azul que llevaba Hoseok, dejando su pecho al descubierto, otra enfermera pasaba le pasaba el desfibrilador y ponía la carga que el doctor le había indicado.
— ¡Uno... dos... tres... carga!
— ¡No pueden estar aquí! ¡Atrás por favor!— La misma enfermera de antes llegó, casi echándolos a patadas de las puertas.— ¡No me hagan llamar a seguridad!
Pero no tuvo caso que la enfermera siguiera esforzándose... El doctor salía por las puertas con una cara de absoluta pena; su rostro lo decía todo.
Jimin se quedó en blanco en ese momento, lo primero que hizo fue correr a Jini y abrazarla con todas sus fuerzas. Era la primera vez que ella lloraba de esa manera y era aún más desgarrador asimilar todo aquello escuchándo los llantos de Jinyoung.
— ¿En serio así se apaga la radiante sonrisa de aquel chico tan alegre?
El doctor se acercó a ellos, aún no les había dicho nada, a pesar que todo había quedado más que claro.
— Lo siento mucho, pero Jung Hoseok a...
—¡Jinyoung! ¡Jinyoung!
Alguien la sacudía con fuerza. Mucha fuerza y cero delicadeza.
— ¡Jini-boo, despierta!
Al escuchar aquel apodo cariñoso, Jinyoung abrió los ojos de golpe y un fuerte dolor de cabeza le llegó de golpe. No estaba en el hospital, seguía con la misma ropa de la mañana, se encontraba acostada en el sofá y lo más importante, Jung Hoseok estaba a su lado, viéndola con molestia pero después de percatarse de su desorientación, estalló en carcajadas.
Los ojos de Jini se humedecieron.
— Hoseok, tu sonrisa es hermosa ¿lo sabías?
— ¿Uh?— Sus risas pararon de golpe y ahora la miraba sonrojado.— ¿A qué viene eso?
— ¿Qué? ¿Ahora no puedo decirte nada?
— Claro que sí, pero eso vino de golpe.
— Fue tan real...— Susurró para ella misma.
— ¿Estás llorando?— Hoseok la encarnó una ceja.— ¿Quieres que te cuente un chiste, que te abrace... que te de un beso?
— No estoy llorando.— Sonrió con gracia, a su vez se limpiaba las lágrimas que amenazaban salir.
Unas lágrimas muy diferentes a las de su sueño.
— Claro, eso no es llorar. La lógica de Im Jinyoung, señoras y señores. Una lógica hermosa.
— Basta.— Le pegó.
— Por lo menos aseguro que no son lágrimas de tristeza, ¿cierto?
— Todo lo contrario.
— ¿Y qué pasó?— Preguntó, sentándose a su lado.
— Tuve un sueño feo y ni me preguntes cuál, no quiero recordarlo.
— Bien.— Se puso de pie otra vez.— Iré a asaltar tu cocina. Me avisas cuando estés más tranquila, ¿de acuerdo?
— Sí.
La verdad pasó un buen rato para que Jini se calmara y recordara el por qué le había llamado a Hoseok. Incluso se hizo algo de comer y junto a Hoseok miró un capítulo de Supernatural. Pero llegó la hora de ponerse serios.
— ¿Y Jimin?
— No está.
Él le sonrió de manera pícara a Jini y ésta le puso los ojos en blanco.
— ¿Para qué me necesitabas?
— No sé. Necesitaba hablar con alguien. Desahogarme.
Hoseok sonrió.
— Es bonito escuchar eso, ¿sabes?— La sonrisa llegaba a sus ojos.— Saber que me tienes confianza, ay.
— Pero, a pesar de que quiero soltar todo contigo, no puedo.
Hoseok chasqueó la lengua y asintió. Se hizo el ofendido, obviamente, y ella trató de tranquilizarlo. Al final terminaron riendo.
— No entiendo por qué, sabes que soy una tumba.
— ¿Tengo que recordarte lo del auto de Jimin o qué?
— Bueno, eso es distinto.— Hoseok rió.
— Igual no es por eso...— Suspiró y miró a otra parte.— Es porque no quiero lastimarte.
— ¿Por qué lo dices?
— Porque todo lo que quiero soltar está vinculado al enano.
Hoseok soltó un suspiro también. Varios y muy largos. Su mano hizo contacto con el brazo de Jini y le dio un apretón cariñoso y con cuidado. Jinyoung lo miró y él le sonreía. La sonrisa más sincera y verdadera que le pudo dar.
— Jinyoung, yo sé que tú y yo no vamos a llegar a tener algo más que esto. ¿Y qué es esto? Una hermosa amistad de la cuál estoy muy agradecido y jamás me voy a arrepentir. Yo te adoro, así como sé que tu me adoras a mí y por mí está bien. Si tu corazón es de alguien más, bien, yo estaré por feliz por ti porque sé que tú lo estarás y claro que también estaré jodiendo al chico diciendo que eres mía. Sea ese chico Jimin o cualquier otro.
— ¿En serio?
Él asintió. Jinyoung no pudo sentirse mejor. Jimin era su mejor amigo. Pero Hoseok era especial, algo así como su mejor amigo, confidente, protector y... Ni siquiera ella lo sabía, simplemente era especial e inexplicable.
— Puedes decirme lo que quieras.
— ¿Hasta que nos besamos?
— A ver, dime, ¿qué sientes al saber que hace dos días tuve un trío?
— Ew.
— Yup, es el mismo sentimiento.
— No, en serio, ew, qué asco.
— Seh, el mismo sentimiento.
Rieron como locos mientras Jini alegaba que en verdad daba asco. Hoseok cesó sus risas y le dijo que podía sentirse libre de contarle lo que sea.
— Okay, seguro lo has notado ya... Jimin y yo hemos estado más cercanos de lo común.— Hoseok asintió.— Y la verdad no sé qué mierda siente mi corazón. Digo, adoro pasar tiempo con él y más de esa manera, pero tengo miedo, y ese miedo me impide abrir mi corazón completamente.
— ¿Miedo? ¿Miedo a qué? Estás pasándola bien, Jini y créeme, después de Jungkook, no creo que haya alguien más que pueda hacerte más feliz que él.
— Sí pero...
— ¿Y te confieso algo?
— ¿Qué?
— Los ojos con los que miras a Jimin son mucho más brillosos que con los que mirabas a Jungkook.
— Hoseok, la verdad no quiero meter a Jungkook en esta plática...
— ¿Sigues sintiendo algo por él?
— No. No de la manera de hace unos meses. Aunque claro que lo sigo amando y siempre le tendré cariño, me hizo una chica muy feliz y estoy realmente agradecida.
— Sí ya entendí, la plática es de Jimin.— Sonrió.— Qué bueno que las cosas con Jungkook quedaron así.
— Lo sé, pero volviendo al tema original... Por fin tengo claro cuál es mi miedo. Es la amistad que tengo con Jimin.
— Es comprensible.
— Realmente, ese chico es el más importante para mí. Jamás había sentido tener un verdadero mejor amigo hasta que él llegó. No tengo prejuicios a su lado, no me siento incómoda, puedo serle sincera sin problemas, me conoce, yo lo conozco. Es de lo mejor que me ha pasado.
— Te entiendo, hay parejas que antes eran amigos y en una relación todo se fue para abajo.
— ¡Exacto! Y eso es lo que yo no quiero en lo absoluto. Sería lo peor para mí. Podríamos terminar en un problema y jamás volvernos a dirigir la palabra, ¿sabes lo terrible que sería eso?
— Puedo imaginarlo.
Jimin ingresaba la clave de la puerta, sus ceño se frunció al escuchar voces dentro y justo por eso, entró con demasiada sutileza. Al confirmar que eran Jini y Hoseok, hablando en el sofá, había planeado lanzarse sobre ellos y hacerlos enojar, pero todo su plan se arruinó al escucharla hablar.
— Yo no quiero empezar una relación con Jimin...
Enojo, rabia y sobretodo tristeza lo consumió de golpe y con un fuerte golpe cerró la puerta y sin dirigirles la mirada, se fue furioso a su habitación.
Jinyoung miró a Hoseok alterada, aquel fuerte golpe de la puerta la había interrumpido y eso claramente había sido malinterpretado por Jimin. Hoseok la empujó, haciéndola reaccionar para que fuera y le aclarara las cosas, ella con tropezones se puso de pie, pero antes de entrar por el pasillo, Jimin salió de éste, ahora con ropa diferente y la miró. Una mirada de rabia que nunca le había hecho. Ni pude decir algo, Jimin se despidió de ellos con un fuerte portazo.
Hoseok y Jini se miraron entre sí.
— Estamos jodidos.
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¿SE ASUSTARONNNNNNN? JEJEJEEJ QUE FORRA ME SIENTO GOD PERO ESTOY SONRIENDO RN JAJAJAJAJAAJABAJAJJAAJAJAJA
@hoseok baby sabes que a ti no te toco ni un pelo
saben, el comienzo de este cap iba a ser muuuuuy diferente al que está escrito, pero me dieron ganas de trollearlas; de hecho, ya había escrito un poco y lo cambié...
aquí se los dejo:
Hoseok tamborileaba el volante con sus dedos, esperando a que el semáforo cambiara a verde. La luz brillante cambió y él arrancó con tranquilidad. Estaba disfrutando ese viaje a la casa de su amigo, sin presiones, cantando las canciones que le gustan.
— ¡I scream, you scream! ¡Gimme that gimme that ice cream!
Se aparcó en uno de los cajones del estacionamiento, bajó del auto y le activó la alarma, aún con la canción de Res Velvet en la mente, subió por las escaleras hasta llegar al apartamento. Toco varías veces, pero al no obtener respuesta, presionó en los botones el código de seguridad y la puerta se abrió. Ya adentro, la persona que le había hablado salía recién de la cocina.