Petra suspiró al ver el termómetro y cambió el paño en la frente de Carla Jaeger, intercambió una mirada con Mikasa y suspiró.
—Aun no baja—dijo preocupada la beta haciendo una mueca.
—Está bien Petra...llama al doctor aunque ella no quiera—le pidió a la muchacha que de inmediato salió.
—Mikasa—la castaña tosió y negó con la cabeza. —No hagas escándalo por esto...solo quiero ver a Levi.
La pelinegra suspiró y cambió el paño de nuevo.
—Mamá...Levi no está.
—Llámalo.
—Mamá...
La Ackerman bajo la mirada y suspiró rascándose la nuca.
—No discutas con ella, está delirando—le susurró Armin en voz muy baja cruzándose de brazos.
—Lo sé, pero es un poco desesperante.
—Tranquila.
La mujer se quejó y elevó la voz.
— ¿Dónde están Eren y Levi?
El rubio y la pelinegra suspiraron por enésima vez, debían comprenderla pues estaba enferma y la fiebre le hacía decir y pedir incoherencias, debían entenderla.
—Mamá, ¿qué te parece si duermes un poco? Lo necesitas.
— ¿Y cuándo despierte estarán aquí?
—Sí, estaremos aquí.
—Y llama a Eren y Levi, que estén aquí cuando despierte—exigió cerrando los ojos moviéndose incómoda.
—Tranquila mamá, descansa—le dijo Armin cambiándole el paño húmedo de la frente.
Carla se removió en la cama aun incómoda buscando una posición óptima para dormir, suspiró y se arrulló sola para poder descansar su cuerpo que con solo el roce se lastimaba. Petra entró haciendo una leve reverencia a ambos y decidieron dejarla al cuidado de la mayor mientras dormía.
Salieron con aspecto cansado, Erwin había salido con los niños para que no se aburrieran en casa toda la tarde y Erd le había acompañado para llevarles y traerles de vuelta. Bajaron a la cocina donde Riko les esperaba con una humeante taza de té para que se relajaran, habían sido días agotadores.
La puerta se abrió y Petra corrió entusiasmada a la entrada de la casa para recibir a los recién llegados, Armin se recostó en el sillón y se cubrió la cabeza con uno de los cojines para no escuchar el alboroto, le dolía la cabeza y no estaba para eso.
—No te enfades—le pidió la pelinegra con una sonrisa dándole palmadas en su brazo. —Vamos a recibirlos.
—Bien—dijo con voz cansada y baja el otro.
Se pusieron de pie y caminaron a donde las voces conversaban, Eren le sonrió a su hermana y su cuñado acercándose a ellos.
—Al fin llegas, mamá se la ha pasado preguntando por ti—le reprendió la omega tirando de sus mejillas.
— ¡Lo siento! —se disculpó quejándose de dolor. —El vuelo se retrasó por mal tiempo.
—Mikasa, lo lastimas—dijo el rubio reprendiendo a su amiga.
—Dijo que iba a llegar ayer.
—El clima estaba horrible—defendió la cuarta voz al alfa. —No podemos controlar eso por más que nos gustaría.
—Oh Levi—la Ackerman sonrió y abrazó a su hermano. —Extrañe tu dulce voz y tus reprimendas.
—Solo me fui un mes—dijo divertido abrazando de vuelta a su hermana.
— ¿Y? Es mucho tiempo, Eren cree que puede acapararte todo el tiempo.
—Bueno, es mi pareja, no hay mucho que podamos hacer en contra de eso.
—Pero yo soy tu hermana, debería ser más importante.
—No empiecen con eso de nuevo—se quejó Armin rodando los ojos, se notaba el cansancio en su rostro. —Mamá ha preguntado por ustedes todo el día, vayan a verla por favor antes de que haga berrinche.
—Ya voy—Levi se separó del abrazo de su hermana y tomó la mano de su esposo para subir las escaleras con cierta prisa.
Los otros tres suspiraron aliviados, al fin descansarían un rato.
El beta abrió la puerta de la habitación principal y casi corrió a la cama para sentarse en la orilla inspeccionando a la enferma.
—Mamá—susurró con ternura, acariciando su mejilla. —Hemos vuelto.
La castaña abrió los ojos de inmediato y sollozo, al fin estaban Eren y Levi ahí.
—Oh mi pequeño Levi, Eren, ¿por qué hacen sufrir a su madre? ¿Qué no querían verme?
—No es eso, el vuelo se retrasó por el clima y no pudimos llegar anoche.
—Debieron buscar una manera de llegar, ¿no ven lo mal que me siento? No podré aguantar mucho.
El alfa rodó los ojos y sonrió cruzándose de brazos.
—Hablas como si fueras a morir, solo es un resfriado mujer.
—Podría morir de un resfriado—reprendió a su hijo haciendo una mueca como niña pequeña.
—Erwin me dijo que estas lloriqueando desde que anoche te pusieron las inyecciones, no dejas dormir a mis hermanos y solo los molestas insistiéndoles con que nos hagan volver.
Carla hizo una mueca y un puchero viendo al pelinegro.
—Mi pequeño, Eren me habla feo.
Levi esbozó una leve sonrisa divertida y la abrazó.
—Lo siento mamá, pero él tiene razón, si regresamos fue solo para que estés tranquila y dejes dormir a los demás, estas exagerando.
Carla infló los mofletes y se zafó del agarre de su yerno para meterse bajo las cobijas, el menor soltó una risita y Jaeger se pasó una mano por el cabello.
—Deja de comportarte como niña, tú aceptaste que Levi y yo nos fuéramos a vivir a la costa.
— ¡Pero creí que estaban bromeando! Se suponía que les debió dar miedo y quedarse.
—Mamá ya no somos niños.
—Son mis bebés y siempre lo serán, deben estar siempre conmigo.
— ¡Solo nos hemos ido por un mes!
—Un mes es mucho tiempo—dijo fingiendo llorar.
Levi se puso de pie, camino hasta su esposo y besó sus labios para calmarlo.
—Mamá aún tiene fiebre, no le grites por favor, dejemos que descanse y arreglaremos esto cuando este mejor.
Eren hizo una mueca y suspiró accediendo, jamás podría darle un no a su pareja. El beta regresó a la cama y descubrió a Carla para tomar el paño húmedo de su frente y enjuagarlo.
—No sigas peleando, duerme un poco más mejor—le pidió con una sonrisa convenciendo a su suegra-madre adoptiva.
—Bien, pero más les vale estar aquí cuando despierte.
—Aquí estaremos—le prometió tomando su mano.
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Zacklay observó al beta frente a él, estaba sorprendido pues parecía otro completamente, su rostro estaba rejuvenecido y su cuerpo parecía el de un joven beta, era asombroso.
—Es increíble—dijo por enésima vez admirando al chico. — ¿Qué fue lo que pasó? Y quiero la verdad.
Levi suspiró e hizo una mueca balanceando su peso de atrás para adelante.
—Lo siento señor, yo creí que moriría y quería...quería hacer el lazo con mi pareja destinada...no sabía que esto pasaría...aceptaré la condena que quiera darme si es que ha cambiado de opinión.
—Oh no—el anciano se puso de pie para examinar al beta, en efecto estaba más fuerte que nunca. —Yo dije que si tú estabas vivo hoy serías libre de cargos, libre para hacer de tu vida lo que quieras...nadie puede decirte nada ahora Levi—sonrió observándole meticulosamente. —Y creo que hemos descubierto algo muy importante.
— ¿Señor? —preguntó entre sorprendido, confundido y aliviado.
—Los betas mueren al llegar a la edad adulta porque no tienen un propósito—dijo sentándose de nuevo para comenzar a escribir. —Necesitan un propósito, un alma que los complemente como a las otras dos razas...es perfecto...
—Pero no todos nacemos con tatuajes.
—No...son libres...de escoger a quienes ustedes deseen porque nadie los obliga a estar con una persona en específico...Levi, es perfecto.
—Me...parece que no entiendo.
—Por años he buscado una excusa lo suficientemente válida para poder darles a los beta...algo de libertad—hizo una ligera pausa y alzó la mano sabiendo que pregunta venía. —Lo sé, es extraño en un alfa pero...estoy en deuda con muchos...y verlos morir así como así, ver sus almas marchitarse sin posibilidad de ayudarlos...da impotencia.
—Y entonces...
—Me has dado la respuesta ahora y no podrán negarse los altos mandos a permitirlo, nos conviene a todos.
—Solo veo más tiempo de trabajo para ellos, mi señor.
—No, que se quede todo lo demás como está...pero que los treinta sea la edad para dejarles libres, para que vivan en pareja con toda comodidad... ¿no crees que se lo ganaron? Toda una vida de trabajo para un muerte, es injusto, pero si puedo lograr que los liberen a cierta edad sería de ayuda para la sociedad...todo estaría mejor y los beta tendrían una mejor vida.
—Suena como si le importara mucho eso, señor.
—Y me importa, pero sabes que hay apariencias que mantener...por ahora—sonrió y pareció descansar en su silla. —Gracias Levi, puedes irte ahora...a disfrutar tu vida.
Las palabras del anciano le llenaron el pecho, era demasiado gratificante escuchar eso...y si Zacklay lograba lo que quería...la felicidad lo embargaba de solo pensar que los suyos podrían experimentar lo mismo.
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Levi suspiró removiéndose entre las cobijas, como gato cambiando de posición se estiró lo más que pudo y estiró los brazos, abrió los ojos y al ver el lugar donde estaba sonrió, a veces temía que al despertar se encontrara de nuevo en la celda y que todo eso fuese un lindo sueño, pero no, el ver que era real lo tranquilizaba demasiado.
Se puso de pie, se cubrió con una camisa de su esposo y salió al balcón contento observando el panorama.
—Buenos días cielo—susurró para él viendo hacia arriba. —Buenos días mar, buenos días sol, buenos días arena—dijo contento disfrutando del aroma del cálido lugar volteó a la habitación y amplió su sonrisa traviesa para entrar casi corriendo. — ¡Buenos días Eren! —dio un salto a la cama y se sentó sobre el cuerpo del alfa que aún dormía. —Dije buenos días Eren.
— ¿Qué? ¡¿Qué?!—se despertó confundido y se enderezó viendo a su alrededor y buscando la emergencia con su mirada borrosa.
— ¡Eren, arriba! —le dijo sonriente y abrazándolo. —La mañana se va.
—Ah Levi, déjame dormir un poco más—suplicó abrazándolo también, acomodándose en su hombro.
—Eres un flojo, prometiste hacer ejercicio conmigo hoy.
—Mejor dormiré y me despiertas para el desayuno.
El pelinegro rodó los ojos y acarició su cabello para dejar un beso justo detrás de su oreja.
—Si sigues así te pondrás gordo y entonces ya no te querré—le amenazó con dulzura al oído, siempre funcionaba.
—No, no me dejes—suplicó poniéndose de pie con él en brazos. —Hare ejercicio, haré ejercicio.
La risa de Levi inundó la habitación terminando por despertar al alfa que le observó con una leve sonrisa pero sentido.
—Es broma, sabes que no te dejaré pase lo que pase.
— ¿Aunque este gordito?
—Aunque te pongas feo y peses trescientos kilos—le dijo acariciando sus mejillas.
—A eso le llamo amor—sonrió divertido y besó sus labios. —Pero contigo como mi entrenador personal no creo que eso pase.
El menor sonrió y rodeó su cuello con los brazos, poniéndose de puntas.
—No es tu físico lo que me atrae de ti.
—Ah no, son un par de cosas que te gusta hacer conmigo que...auch—se quejó con una sonrisa al recibir el golpe en la cabeza. —Solo bromeo.
—Lo sé—besó sus labios con lentitud, disfrutando de la suavidad del gesto y la manera en que el otro respondía al tacto, cada beso era mejor que el anterior pero ninguno sería tan especial como el primero que le dio. —Te amo Eren.
—Te amo Levi—le respondió el otro tomándole de la cintura para continuar con el tacto, se tomaría el tiempo para disfrutar del pequeño paraíso que tenía solo para él.
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Bueno, pues este es el final nwn
Muchísimas gracias a todos por leer y por acompañarme en este fic :') ha sido un viaje muy importante para mi y estoy muy contenta con el resultado :D gracias, gracias, gracias! tengan un lindo día y lamento la espera, peeero por eso es que hoy les estoy dando este epílogo
Oh! Y por si desean leer mi nuevo fic, el prólogo y el primer cap ya están publicados, se llama "Breathe me" nwn ojala les guste tambien~ gracias!
Ja ne!
Rave