Must Be Crazy (Kageyama X OC...

Neesshka द्वारा

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La protagonista de esta historia es Iwaizumi Mika. Es la hermana menor de la estrella del Aoba Johsai, Iwaizu... अधिक

PRÓLOGO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12.1
Capítulo 12.2
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18.1
Capítulo 18.2
EPÍLOGO

Capítulo 9

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Neesshka द्वारा

Hola!

Bueno, aquí les traigo el capítulo 9 (yayyy~ ><)

No es mi mejor capítulo, y la verdad es que no he quedado muy convencida, pero sé que como me ponga a buscarle fallos, al final no lo publico y tengo que empezar de nuevo xDDD

Muchísimas gracias por vuestro apoyo y por esas más de 600 visitas que tiene este fic que solo empecé por diversión xDDD

También muchas gracias por los comentarios y los votos, significan mucho para mi :'D Y os lo agradezco de corazón 

Bueno, disfrutad del capítulo y ya me diréis vuestras opiniones ^^

Muchos besos!~ ♥

  ~(>3<)~  

Dos días después...

El timbre indicó el final de las clases y el comienzo de la hora del almuerzo, por lo que me tocaba pasar mi tiempo de descanso con la persona que menos quiero ver:

Kageyama Tobio.

Me dijo el fin de semana que en la hora del almuerzo íbamos a trabajar juntos en el trabajo de Biología, aunque realmente no sabía que quería hacer porque casi todo lo había hecho yo.

Él estaba guardando sus cosas de la clase anterior, mientras yo sacaba las cosas del trabajo para ponerlas sobre la mesa. Había puesto su mesa junto a la mía, por lo que sería más fácil trabajar.

Me dirigí al baño y él se dirigió a comprarse el almuerzo, ya que no había traído nada de casa.

Al menos iba a estar unos minutos sin ver su estúpida cara.

Cuando salí del baño, ya bastante aliviada por todas las horas que había tenido que soportar mi pobre vejiga, en el pasillo me crucé a Nanami y Miu, dos de las chicas que iban al club de baile conmigo y que se encontraban en el mismo curso que yo.

-Hola Mika-San- me saludó alegremente la chica rubia de pelo largo, mientras la otra a su lado solo hizo un gesto con la cabeza.

Nanami no era de muchas palabras, por lo que había podido averiguar aquellos días en el club; pero era una máquina en el baile, que se movía con agilidad y tenía un aura muy sexy; algo que contrastaba con su tímida personalidad.

-Hola chicas, ¿qué hacéis aquí?

-Estamos esperando a Wendy y Maya para ir a almorzar juntas. ¿Te vienes con nosotras?

Cierto. Wendy me había comentado aquello, pero yo no podía por culpa de cierta persona. Iba a pasar una buena hora de almuerzo con las chicas, y no podía porque tenía que hacer un trabajo con alguien que anteriormente no quiso hacer nada porque estaba más ocupado buscándose a sí mismo.

Que injusta era la vida.

-No puedo, tengo que hacer un trabajo con un compañero de clase- comenté para luego hacer un puchero con el labio.

-¿Un trabajo? ¿Sobre que? ¿El de Biología?- me preguntó curiosa Miu.

Le asentí en respuesta.

-Si quieres puedo echarte una mano- comentó Nanami con timidez.

Ante aquellas palabras, y más viniendo de una persona como ella, lo único que pude hacer en ese momento era sonreírle.

-No hace falta, pero gracias de todas formas, Nanami-San

Tras decirle aquello, la castaña se sonrojó.

Estaba hablando tranquilamente con las chicas, hasta que alguien me cogió con fuerza del brazo y me arrastró con ella. Cuando pude divisar aquella cabellera azabache y esa espalda que tenía ya tan vista, el ceño se me frunció automáticamente.

-¡Suéltame, idiota!- fue lo único que pude decir, mientras decía adiós con la mano a las chicas, ya que iba a ser imposible zafarme de él.

La gente que se encontraba en los pasillos, se nos quedaban mirando por los gritos que le estaba pegando. En parte, supongo yo, que estarán acostumbrados a mis gritos hacia él.

-Hablas demasiado.

Fue lo que me dijo cuando llegamos a clase y me sentó sobre mi sitio, dejándome sorprendida por su mal educado comportamiento.

¿Qué le pasaba conmigo? ¿Por qué era tan brusco y mal humorado solo conmigo? Pude ver, que con las pocas chicas que había compartido alguna que otra palabra, no era tan frío y borde como lo era conmigo, sino que era tranquilo y no de muchas palabras.

-No es que hable demasiado, es que no soy un antisocial como tu- le saqué la lengua después de decir eso.

-Lo que tu digas- lo vi rodar los ojos.

Bufé y abrí el cuaderno que estaba en mi mesa con mala gana, intentando no mirarle porque como lo hiciera, al final iba a terminar la cosa mal, castigada y puede que expulsada del instituto durante un tiempo.

De repente, noté como ponían algo sobre mi mesa y al levantar un poco la mirada pude ver que había allí un batido de chocolate, el que siempre tomaba.

Estaba sorprendida por ver eso allí, y más por ver que quien había puesto aquello allí era Kageyama, por lo que le miré. Estaba concentrado abriendo el cuaderno que tenía sobre su mesa, buscando el temario.

¿A qué había venido eso? No entendía nada.

-¿Y esto a que viene?- le pregunté con el batido en la mano y una ceja alzada, esperando ansiosa por su respuesta.

-¿No puedes simplemente darme las gracias y hacer como si no pasara nada?

-Si fuera otra persona si lo haría, pero precisamente eres tu- dejé el batido sobre la mesa y le encaré- Desde que te conozco no has hecho más que tratarme mal, como si fuera basura a tu lado, ¿y ahora quieres que acepte esto como si nada?

Lo vi fruncir el ceño y como ponía la mano en un puño. No sé como lo hacía, pero era especialista en hacerlo enfadar.

Cuando quise darme cuenta, nuestros rostros estaban muy cerca, por lo que pude ver que sus ojos tenían un color azul muy intenso.

-Me he dado cuenta que siempre tomas esto en el almuerzo, por lo que te he traído uno para que no perdamos más el tiempo y no te pongas a hablar con tus amigas.

-No, si encima voy a tener que darte las gracias- dije irónicamente, para apartar la mirada de él y ponerme bien sobre mi asiento, pero él me cogió del antebrazo y me hizo mirarle otra vez.

-No, te las tengo que dar yo a ti-cogió aire y apartó la mirada- Me hiciste un favor diciéndome eso el otro día en la máquina, y gracias a eso me va mejor en volleyball.

Por como lo había dicho se notaba que no estaba muy acostumbrado a dar las gracias o a decir ese tipo de cosas, y más me lo confirmó el rubor que apareció en sus mejillas.

Sabiendo que estaba de aquella guisa, me soltó y apartó la mirada de mi, dejándome en shock y con la mirada puesta en él.

¿Estaba dándome las gracias? ¿En serio estaba pasando aquello? Creía que moriría antes de que Kageyama Tobio me diera las gracias por algo que había hecho.

Cogí el batido y lo miré. Así que esta era su manera de darme las gracias. Hombre, no era como la que me esperaba, pero era algo. Al menos, estaba viendo una faceta diferente de él.

Esbocé una pequeña sonrisa.

Hajime llevaba razón, en el fondo era un buen chico.

-Deja de hacer eso, a mi no me hace gracia.

-Y tu deja de estropear el momento, idiota- le pegué un pequeño golpe en el brazo y abrí el batido para darle un sorbo. Cuando era regalado, sabía aún mejor.

Me puse a trabajar, como lo estaba haciendo él. Me puse a explicarle todo lo que habia hecho, la información que había encontrado y las ideas que se me habían ocurrido para exponerlo en clase; porque si, teníamos que exponerlo en clase, delante de todos.

Sorprendentemente, Kageyama estaba de acuerdo con todo lo que le había dicho, y había estado atento a las explicaciones que le había dado.

¿Quién era ese chico? ¿Qué había pasado con el Kageyama que conocía? ¿Dónde estaba el Rey?

-Oye, me estás asustando- puse una mano sobre su frente- ¿Te encuentras bien?

Lo vi abrir los ojos sorprendido y apartar rápidamente mi mano de su frente. Ante aquello no pude más que reír.

-¡Deja de reírte, idiota!

-En el fondo eres hasta gracioso, Tontoyama- dije entre risas.

-Pues tu no lo eres, extranjera.

Le solté un golpe en el brazo en respuesta, que le tuvo que picar, porque se llevó una mano a la zona del golpe.

Con lo bien que había quedado...

~(>3<)~

Al día siguiente, después de clases, lo más normal es que me preparara para ir al club de baile, pero ese no era mi horario ese día.

Aquel día, el equipo de volleyball de Karasuno iría a la escuela de Aoba Johsai para jugar un amistoso contra ellos. En esa escuela jugaban mi hermano Hajime y Oikawa Senpai.

El sábado estuve con Oikawa y me comentó sobre el estilo de juego de Kageyama. Por lo visto era un genio en la pista, y por como lo contaba, podría jurar que estaba celoso por mi compañero de sitio.

La curiosidad me podía, y tenía que ver con mis propios ojos como jugaba Kageyama, pero sin que él se diera cuenta, porque me daba vergüenza admitir que lo estaba espiando... Aunque también iría para ver a Oikawa.

Cada vez que pensaba en él, se me venía a la cabeza lo que pasó el sábado anterior. Sus suaves labios sobre los míos, su calidez pegada a mi cuerpo, esa esencia tan fresca y juvenil que me gustaba de él, y sobre todo, sus castaños ojos sobre los míos.

Los colores se me subieron a la cara. Algo que no pude controlar.

Después de aquello no volví a verlo, ni siquiera a hablar con él, por lo que intentaba que no me afectara mucho el no tener su presencia junto a mi. Sólo me había besado, nada más.

Él tenía novia, y era normal que no desperdiciara su tiempo conmigo cuando podía estar con ella, aunque pensando aquello, me sentí utilizada. El domingo lo pasé en casa encerrada en mi habitación porque me sentía extraña. Estaba feliz por mi primer beso, y encima con mi amor platónico desde que era una niña; pero también estaba mal porque me sentía utilizada.

¿Iría besando Oikawa a toda chica que le atrajera? ¿Sería así con todas?

Intentaba no pensar mucho en ello, por lo que agradecí que llegara el lunes, para poder pelearme con Kageyama y olvidarme de lo demás.

No le había contado nada a Wendy sobre lo que pasó con Oikawa. Sabía que a ella no le caía muy bien después de lo que pasó en la cafetería, por lo que contarle que él me había besado, haría las cosas aún peores. Para Wendy tenía que seguir siendo una chica inocente y que no pillaba las indirectas.

Me encontraba espiando a los chicos del club de volleyball, esperando a que se metieran en el bus, para ir a la parada y dirigirme a Aoba Johsai sin que lo supieran.

-Llevabas razón, Wendy. A Mika le ha dado fuerte por los de volleyball.

Miré hacia atrás sorprendida por escuchar aquel comentario, y me encontré a Wendy y Maya haciendo lo mismo que estaba haciendo yo: espiar a los de volleyball.

La ahora peliazul oscuro, se encogió de hombros y me miró con picardía en sus ojos. Cuando Wendy me miraba así, me entraban ganas de pegarle... Me ponía de los nervios.

-¿Qué estáis haciendo aquí?- les pregunté después de sacarlas del campo de visión de los chicos, poniéndolas sobre la pared del edificio.

-No, la pregunta es, ¿qué estás haciendo tu aquí? Hay baile.

-Y es bastante extraño no verte en clase, cuando siempre eres la primera en llegar- me contestó Maya.

¿Qué les decía yo ahora? Quería ir de incógnito. No quería que nadie me reconociera, y no podía decirle a aquellas dos sobre mi plan.

-Yo... Pues... eehhh- intenté buscar una excusa mientras me rascaba tras la oreja.

Vi a ambas cruzarse de brazos y mirarme con una ceja alzada. Creo que por sus expresiones, le digas lo que les diga, no va a funcionar.

Suspiré.

-Está bien... Voy a ir a Aoba Johsai. Karasuno juegan hoy contra ellos y quiero verlo.

-¿Vas a ir a stalkear hombres sin mi?- preguntó indignada Wendy- ¿Pero que clase de amiga eres tu?

Pude observar como Maya escondía una sonrisa por el comentario de la peliazul. Creo que iba haciéndose una idea de lo que tuve que aguantar durante tres años.

Tapé la boca de mi mejor amiga porque había hablado muy alto, y no quería que los chicos de volleyball nos escucharan.

-¿Para que quieres ir para allá? Es solo un amistoso- comentó esta vez Maya.

-Ya lo sé, pero juegan mi escuela contra la de mi hermano. Además, quiero ver como juega Kageyama. esto último lo admití con la cabeza gacha- Oikawa senpai me habló sobre lo bien que juega, y quiero verlo con mis propios ojos.

Las dos chicas se miraron incrédulas por mis palabras, pero después sonrieron. Se acercaron a mi, y cada una se puso a un lado. Wendy puso un brazo sobre mi hombro, y Maya enroscó su brazo con el mio.

-¡Pues vamos contigo!- comentó alegremente Wendy

-No podemos dejar que vayas sola. ¿Y si te pasa algo? Sería una desgracia- comentó dramáticamente Maya.

Aquellas dos juntas me daban mucho miedo. No sé quién pensó que era buena idea tenerlas en la misma clase; y menos aún, sentadas una al lado de la otra.

Mi plan era ir sola, de incógnito, pero por la insistencia que estaban poniendo, no podía negarme a su petición. Además, eran mis amigas, no podía dejarlas atrás.

-Pero con una condición- me separé de ellas y las miré fijamente a los ojos- Hay que ser discretras.

-No te preocupes. Nosotras somos las reinas de la discreción- comentó muy decidida Wendy.

-Ni se darán cuenta de que estamos allí.

~(>3<)~  

-¡BIEN HECHO CHICOS! ¡BUEN TRABAJO!

-¡ASÍ SE HACE KARASUNO!

Me tapé la cara con las manos. Esto que estaba pasando no podía ser cierto.

Los alumnos que estaban de público viendo el partido, nos miraban a las tres con la confusión dibujada en sus rostros, al igual que los chicos de ambos equipos. No quería mirar a Hajime a la cara, ya que seguro que era el primero que estaba sorprendido por verme allí.

Habíamos llegado bien, sin ningún problema. Nos hicimos pasar por alumnas de ese instituto, aunque alguna que otra mirada se dirigía hacia mi alta amiga, pero eso era algo a lo que Maya y yo nos habíamos acostumbrado.

Nos dirigimos al gimnasio número 3, y vimos el primer y segundo set del partido sin ningún tipo de problema, aunque tuve que regañar alguna que otra vez a ambas chicas porque se iban a dar cuenta de nuestra presencia en las gradas. Pero en el último set, todo el plan se estropeó.

En el primer tiempo me quedé bastante sorprendida por ver la alineación. ¿Qué hacía jugando alguien de la altura de Hinata como bloqueador central? No daba la altura, y en defensa iban a ser un desastre... Bueno, básicamente el partido que estaba haciendo Hinata era un completo desastre. No estaba concentrado, fallaba mucho, e incluso le pegó un balonazo en toda la cabeza a Kageyama a la hora de sacar. Tuve que aguantarme la risa, aunque en parte sentí lástima por el pobre chico, porque tener que lidiar con Kageyama enfadado no es nada agradable.

Después de eso, el partido para el pelinaranja cambió drásticamente, y su segundo set fue mejor de lo que pude imaginarme.

Los chicos de Karasuno eran muy buenos en ataque, aunque en defensa tenían muchos huecos, pero aún así estaba impresionada; aunque más impresionada me quedé al ver el ataque rápido de Hinata y Kageyama. Entre la fuerza de salto del pelinaranja, y la puntería y concentración de Kageyama, hicieron un ataque rápido espectacular, dejando a todos los que nos encontrábamos allí boquiabiertos.

El equipo contrario eran muy buenos y sólidos. Mi hermano Hajime había mejorado mucho desde la última vez que le vi jugar, hará unos 4 años; pero lo que más me sorprendió era lo buenos que eran defendiendo. Tenían al chico del pelo de punta que era muy alto e intimidaba, aunque en general, todos los jugadores eran muy buenos. Aunque me faltaba alguien.

Oikawa no estaba, es más, ni había aparecido por el gimnasio, lo que causó una gran decepción para el grupo de chicas que se encontraba allí esperando por él.. Y para mi también.

Escuché los gritos de las chicas que se encontraban allí y me quité las manos de la cara para ver de que se trataba.

El corazón empezó a latirme a mil en el pecho al verlo allí con su equipación de volleyball. Estaba hablando con el entrenador, y todas las miradas se habían dirigido a él.

Oikawa Toru, el capitán de Aoba Johsai, el cuarto mejor jugador de la prefectura de Miyagi, y el ídolo de todas las chicas, había llegado.

-¿Quién es ese?- preguntó Maya al ver todo el revuelo que se había formado por la aparición de él.

-Ese es Oikawa Toru, el amor platónico de Mika-Chan.

Maya me miró, pero yo no podía apartar mi vista de él. Desde lo ocurrido no lo habia visto, y la verdad, no sabía que hacer.

Las chicas seguían gritando por él, y yo me había quedado congelada mirándolo. Aunque notaba una mirada penetrante desde abajo, pero me importaba poco.

Pude observar como saludó a Kageyama y como éste lo miró con el ceño fruncido, aunque su mirada era diferente a la que estaba acostumbrada a ver.

¿Qué pasaba entre ellos? ¿Kageyama odiaba a más gente?

-Vaya, pues si que tiene que ser famoso ese Oikawa- Maya no apartaba la mirada de la pista- La verdad es que no es par nada feo.

-Pero es un idiota engreído, y se lo tiene muy subido- le contestó Wendy no muy alegre- Le gusta ir jugando con los sentimientos de los demás.

Agaché la mirada triste y avergonzada por lo que Wendy acababa de decir. Aún seguía sintiéndome mal por lo ocurrido el fin de semana, y no quería que mi mejor amiga se enterara de ello, porque iba a parecer una tonta ante sus ojos.

-¡Hola Mika-Chan!

Levanté la mirada y miré a la pista, para encontrarme con Oikawa saludándome con la mano y una bonita sonrisa plantada en su rostro. Los colores se me subieron a la cara y le saludé de vuelta muy avergonzada.

Volver a cruzar miradas con él, me ponía más nerviosa que anteriormente, ya que esa imagen de él besándome no se me borraba de la cabeza.

Noté varias miradas de odio sobre mi persona, y pude ver como las chicas de uniforme que se encontraban allí, cuchicheaban entre ellas sin apartar la mirada de mi. Creo que ya no soy muy bienvenida a este lugar.

-¿Qué estás haciendo aquí? ¿Has venido a verme?

Abrí los ojos sorprendida ante el coqueteo de Oikawa en aquella pregunta, o eso es lo que yo imaginé.

No sabia que contestarle y estaba más nerviosa de lo normal, pero su entrenador me salvó al mandar al capitán a calentar.

Oikawa se despidió de mi con una sonrisa y un guiño con el ojo.

Vale. Ahora si que iba a darme un infarto.

El nerviosismo se me pasó cuando fijé la mirada sobre Kageyama, que me miraba ceñudo y bastante irritado; por lo que cuando nuestras miradas se cruzaron, bufó y me dio la espalda.

¿Y a éste que le pasaba ahora?

~(>3<)~  

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