Arrebol (HunHan)

By morganrei

204K 23K 9.9K

»Esta historia es completa y absolutamente producto de mi activa imaginación. Cualquier semejanza con la real... More

I
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX (PARTE I)
XIX (PARTE II)
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV (PARTE I)
XXV (PARTE II)

II

6.4K 893 239
By morganrei

-Muchas gracias por visitarnos.- Luhan intentó hacer su sonrisa un poco más grande sin mucho éxito.

La pareja ricachona que entró al lugar le hizo una desinteresada reverencia mientras ocupaban la mesa reservada, sólo cuando estuvieron lejos largó un profundo suspiro, estaba agotado. Sabía que la mayoría de estas personas respondía a sus saludos porque sabían que era el hijo del dueño del restaurante, si fuera un simple empleado común lo ignorarían. Intentó arreglar el horroroso chaleco dorado que era parte del uniforme obligatorio, sentía que le quedaba pequeño, pero tal vez la sofocación era mental. A decir verdad, se estaba asfixiando dentro de ese sitio.

-¿Ese es el hijo de Lu Zhao Fo?- Susurró una joven muchacha a otra cuando pasaba cerca hacia la recepción.

-Al parecer sí.- Respondió la compañera en el mismo tono, aunque lo que hablaban no pasaba para nada desapercibido, sobre todo porque sus miradas estaban clavadas en él. -Lo vi cuando entramos, su gafete dice "gerente", debe ser él.

-Es muy lindo.

Se le pusieron los pelos de punta.

-No es mi estilo, su apariencia en muy femenina.

Ahora hizo un mohín infantil con los labios. Ahí iban de nuevo.

-Pues, no me importaría coquetear un poco con él.

-Es incluso más lindo que tú y yo juntas.

Las chicas se rieron y Luhan frunció el ceño. Otra vez los odiosos comentarios sobre su apariencia, ¿no podían si quiera guardárselos hasta que estuviera fuera de la escena? Se apoyó sobre el mostrador repleto de malhumor. Sabía que el tipo que su padre había contratado para ayudarlo a aprender el negocio (o más bien vigilarlo) estaba a su izquierda, tomando nota de todo. Lo vio de soslayo, sus ojos afilados estaban llenos de censura y se irguió al instante, pintando una sonrisa amable otra vez, la misma que llevaba pegada desde que habían abierto hace una semana. El hombre anotó algo en una libreta y se retiró, Luhan volvió a suspirar con cansancio.

Tras los ventanales del frente, vio las nubes grises que cubrían el cielo.

-Volverá a llover.

Recordó al chico que había recogido la última vez y del cual todavía no recordaba su nombre, y el pecho se le estrujó. Era tonto teniendo en cuenta que apenas se conocían, pero se preguntaba cómo estaría en esos momentos. ¿Habría recobrado el ánimo? ¿Se habría enfermado?

-¿Tiene reservación?

-¿Se necesita una para entrar si quiera?

-Tendremos que pedirle que se retire si no tiene una, señor.

El ajetreo lo sacó del ensimismamiento. En la entrada estaban intentando echar al mismo joven que en esos momentos invadía su cabeza. De tanto pensarlo, al final sí que acabó atrayéndolo. Salió de donde estaba y fue con ellos antes de que las cosas se tornaran aún más problemáticas.

-¿Qué ocurre aquí?- Intentó sonar autoritario, pero sólo fue demasiado suave. Rayos.

Los dos meseros que intentaban sacarlo a la rastra mientras el otro forcejeaba, lo dejaron de lado un segundo para hacerle una reverencia entre varias disculpas.

-Este muchacho quería entrar sin una reservación, señor.

-¿Hay mesas disponibles?

Uno de ellos titubeó. -Sí.

-¿Cuál es el problema entonces? Si quiere consumir, déjenlo hacerlo.

Los meseros se miraron entre sí poco convencidos, como si no estuvieran del todo de acuerdo con su lógica.

-¿No te das cuenta?- Espetó el otro, soltándose con brusquedad. -Es evidente que no tengo dinero, por eso no quieren dejarme entrar.

Sólo entonces Luhan comprendió y se sintió muy avergonzado. -Lo siento, no fue...

-Déjalo, ya da igual.- Chasqueó molesto antes de darse la vuelta para irse.

-¡Espera!

Luhan se adelantó y lo tomó del brazo. El chico lo vio con molestia y toda la gente de repente se quedó callada mientras observaba el revuelo. Pudo identificar al espía de su papá tomando nota a una velocidad sobrehumana y su rostro se puso rojo. Lo soltó enseguida.

-V-v-ven conmigo.- Pidió en un murmullo, incapaz de verlo a la cara. -Déjame hacer algo por ti.

El joven miró alrededor, parecía incomodarle la exposición y aceptó a regañadientes. Luhan lo llevó hasta la recepción y lo hizo sentarse frente a una de las elegantes sillas giratorias. Mientras trataba de calmar sus nervios del otro lado, lo vio observando cada pequeño detalle con un rostro aburrido, no parecía para nada impresionado. Varias chicas guapas se pararon a verlo con curiosidad mientras cuchicheaban entre ellas y en lugar de devolverles el gesto con coquetería, les sacó la lengua como todo un crío. Ellas parecieron horrorizadas y dieron vuelta el rostro con altivez.

Inhaló y exhaló con profundidad. -Cálmate, cálmate, Luhan.

El otro se volteó al escucharlo y lo miró con la misma indiferencia. -Oye.- Chasqueó los dedos frente a su rostro.

Luhan parpadeó varias veces en su dirección. -¡Cierto!- Fue a coger una de las tantas cartas apiladas a un lado, pero acabó tirándolas todas al suelo. -¡Lo siento!- Se agachó para juntarlas.

-Hey...

-¡Yo...!- Cuando se paró se golpeó la cabeza contra el bordillo de la mesa. -¡Ah!

El chico lo veía en silencio como si fuera un bicho raro. Luhan estaba tan abochornado que quería desaparecer.

Le extendió el menú con ambas manos. -¿Q-qué quieres?

-¿Eh?

-¡Te ofreceré lo que sea como disculpa! ¡Sólo ordena!

-Está bien.- Frunció el ceño con extrañeza. -Pero no es necesario que grites.

Se cubrió la boca con una mano. -Lo siento.- Susurró. -Suelo gritar o hablar muy bajo, nunca encuentro un punto medio.

El otro ahogó una pequeña risita. -Qué demonios.

Hizo un mohín mientras se frotaba el chichón en la parte posterior de su cabeza.

-No quiero nada de todas formas.- Dio un pequeño salto para bajarse de la silla. -Supe que este restaurante abrió hace poco y pensé que necesitarían gente para contratar.- Paseó otra mirada por lugar, disgustado al extremo. -Pero nunca me considerarían aquí. Bien, gracias por no dejar que me patearan el trasero antes.- Con un simple gesto de la mano se despidió.

-¡Aguarda! ¿Quieres trabajar aquí?

-Eso buscaba.

-¿Lo necesitas?

Su rostro se volvió tenso. -Supongo.

-Entonces, déjame ayudarte.- Lució sorprendido y eso lo hizo sonreír. -Puedo darte un puesto.

-¿No debería hablar con el encargado sobre eso?

Se removió en el sitio con nerviosismo. -Es-estás frente a él...

Lo vio con ironía. -Bromeas.

-¡Mira!- Le enseñó el gafete pegado a su chaleco dorado. -Puedo ponerte como camarero, no habrá problema si yo lo ordeno.

El chico pareció receloso. -¿Por qué me estás ayudando?

-Bueno, ¿no dijiste que lo necesitabas?

-No, me refiero a que ni siquiera me conoces, es extraño.

Luhan parpadeó, incrédulo. -¿En serio no me recuerdas?- Se señaló con un dedo. -Soy amigo de Kwon Baek.

-¿Otro ricachón más?

-¿Disculpa?

-Lo que sea, no creo que...

-Nos cruzamos en el centro comercial.- Siguió insistiendo, pero nada. -¡Hasta cogí a tu hermanita en brazos, por favor!

El otro se lo quedó viendo un buen rato antes de reaccionar ligeramente. -Ah, el hyung lindo.

Su cara se puso caliente otra vez. Rayos, ¿por qué tenía que recordar eso de todas las cosas?

-También te llevé en mi auto cuando llovía.

Supo que traer eso a colación fue un mal atino en el instante en que vio cómo su rostro se tornó completamente serio de un momento a otro. Había mantenido una expresión pétrea todo el tiempo, pero ahora sin dudas lucía adverso.

-¿Eras tú?

Luhan se arrepentía de haber dicho eso, no podía negarlo si se lo preguntaba así. -S-sí, fui yo... ¡Puedes empezar mañana mismo!- Cambió de tema al instante. -Necesitamos, hum, a más gente.

El otro le extendió un sobre de papel madera sin siquiera mirarlo. -Traje un currículo por si acaso, léelo si quieres.

Ni bien lo tomó, él se dio media vuelta y se fue.

-¡Ah! ¿Mañana vienes entonces?

No recibió respuesta. Con un suspiro, abrió el sobre y se sacó la duda que carcomía su cabeza.

-Sehun.- Leyó. -Oh Sehun.

******

Asombroso.

-Disculpe, ¿podría traernos más vino, por favor?

Sehun era asombroso y, al parecer, bastante atractivo. La cantidad de veces que era requerido en casi todas las mesas para ejecutar tal o cual pedido lo demostraba. Era evidente porque todas las que lo llamaban eran mujeres de ojos brillantes que sólo se dirigían a él y ni siquiera le dedicaban un solo vistazo al resto de los meseros trabajando.

-¡Oh!- Una dejó caer a posta sus cubiertos cuando pasaba cerca de ahí.

Sehun retrocedió con gracia y se agachó para recogerlos con una tenue sonrisa. -Permítame traerles unos limpios.

La mujer asintió con expresión embelesada mientras cubría su boca delicadamente.

-Sabonim... Sa-sabonim... ¡Luhan sabonim!

-¿Eh? ¡Ah! ¿S-sí?- Luhan giró de forma estrafalaria hacia la muchacha que había estado llamándolo.

Escuchó atento lo que tenían para decirle, pero sus ojos seguían a Sehun, moviéndose entre las mesas con habilidad y tomando órdenes con diligencia. Estaba sorprendido, el chico parecía tan reacio que no imaginó que fuera tan bueno en la atención al público. Si hasta él podía notar cómo lo miraban cada vez que pasaba cerca, estaba seguro de que Sehun era consciente también, sin embargo se comportaba con total normalidad.

Qué envidiaba. Sehun era dos años más joven, no hacía mucho que había empezado a trabajar allí y ya lo hacía considerablemente mejor que él. Todavía se agitaba cuando alguien entraba y tenía que darle la bienvenida y se deprimía cuando no le devolvían el saludo. Cada vez que oía que cuchicheaban sobre él tenía la imperiosa necesidad de salir huyendo y mientras tanto el otro estaba como si nada mientras todas esas chicas murmuraban a sus espaldas.

-Entonces, ¿estaría bien cambiarlo mañana?

-¿Ah?- Se giró hacia la chica a su lado aún, no había escuchado nada.

-Hablo del menú de mañana, sabonim.- Ella le contestó con cortesía, pero se notaba frustrada.

-¿Qui-quieres cambiarlo?- Era imposible, tenía que centrarse en lo que tenía delante, pero su cabeza quería salir disparada hacia donde el otro estaba.

-Creo que mejor consultaré esto con el chef, si me disculpa.- Le hizo una formal reverencia y se fue.

Luhan suspiró con abatimiento, realmente estaba cansado de trabajar en ese espantoso lugar. No había caso, no servía para esto, y exigirse sólo lo volvía peor.

-Tonto.- Sehun pasó por detrás llevando un par de platos con destreza.

Chasqueó la lengua con fastidio. Si ese mocoso podía hacer las cosas bien, él también podía, ¿por qué no? Intentaría dar lo mejor de sí para ser competente. Fue hasta la cocina con la intención de encontrar algo útil que hacer y visualizó a una chica terminando de lavar los trastos.

-Déjame hacer esto por ti.

Ella lo miró con nerviosismo. -Está bien, sabonim, déjeme...

-¿Por favor?- Sonrió con suavidad. -Quiero pasar por todos los puestos al menos una vez para tener experiencia.

La chica pasó saliva con las mejillas azoradas. -Si usted lo dice.- Se hizo a un lado luego de quitarse el delantal y los guantes de goma.

Luhan sonrió con más entusiasmo. -Ya casi termina tu turno de todas formas. No te preocupes, después de todo, aquí mando yo... Creo.- Murmuró a lo último.

Se arremangó la camisa y utilizó el delantal para proteger el chaleco dorado, aunque si fuera por él lo arrojaría por la ventana. No había mucho que lavar, pero tardó un poco al procurar dejarlo todo brillante y reluciente, y no romper nada. Nunca antes había hecho esto y no quería seguir causando problemas.

Cuando terminó satisfecho, se fue hacia los vestuarios. Escuchó voces femeninas justo antes de llegar y frunció el ceño. Ese era el vestidor para hombres, el de mujeres estaba tras la siguiente puerta. Se asomó sin hacer ruido y vio a dos chicas conversando con Sehun que estaba sentado ajustándose las zapatillas. Su entrecejo se profundizó, ese niño tendría que haberse ido hace rato, no era su horario.

-Entonces, nos preguntábamos si no querrías salir a beber algo esta noche.- Le preguntaron.

-No.- Fue la corta respuesta de él.

-Vamos, será divertido.- Insistieron. -Hay un bar cerca que...

-Soy menor de edad.- Sehun se puso de pie, impasible. -Aunque quisiera, no podría.

Las muchachas se vieron entre sí con desconcierto. De seguro no esperaban que se tratara de un estudiante.

-¡Ah! Uno de nuestros compañeros de turno dijo que podíamos ir a su casa también.- Asintieron con energía, sin perder las esperanzas. -En ese caso podrías...

-No y están en el vestuario de hombres.- Señaló Sehun camino hacia la puerta. -Adiós.

Cuando abrió, Luhan sólo pudo hacerse a un lado sin tiempo para escapar. El otro le dedicó una mirada aburrida antes de pasar por su lado.

-El vestidor de mujeres está por allí, mirón.

Su rostro se puso tan rojo que estaba a punto de explotar. -¡No soy un mirón!- Cubrió su boca con ambas manos al darse cuenta de que había gritado otra vez. -¡Oh Sehun!- Lo frenó. -¿Qué estás haciendo aquí? Sólo te asigné media jornada, todavía vas a la escuela así que no puedes...- Sehun frunció el ceño y retrocedió ante su hostilidad. -Ah, n-no puedes... trabajar más horas...- Siguió en un hilo de voz.

-Un tipo me pidió que lo cubriera porque su esposa estaba enferma.- Se encogió de hombros con indiferencia. -No me importa cuando la paga me la llevaré yo.

-Está bien.- Asintió, sosteniendo su frente en una mano. -La próxima vez avísame sobre eso, tendremos problemas si te descubren.

Sehun continuó viéndolo por un largo tiempo. Justo cuando los latidos acelerados de su corazón estaban dejándolo sin aliento y comenzaba a sentirse intimidado a morir, se apartó.

-Entendido... Sabonim.- Cada sílaba fue largada con lentitud.

Incluso cuando ya se había ido, su corazón siguió latiendo muy rápido, incapaz de calmarse. Sostuvo su pecho con confusión. Este chico era demasiado extraño, era demasiado para sus sentidos.

Y aun así no podía dejar de pensar en él ni de buscarlo con la mirada.

Continue Reading

You'll Also Like

113K 8.4K 23
Erick odia a Joel con todo su ser, y Joel odia a Erick de la misma manera pero nunca se detuvieron a pensar el por qué de ese sentimiento de odio mut...
680 79 11
El VHope se hace presente, con esta hermosa historia de amor. Kim Taehyung, un chico de 17 años desaliñado, con gafas y el nerd del salón, se enamor...
997K 105K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
2.4K 568 16
El omega Aziraphale es llevado a la cárcel para omegas injustamente, tras ser culpado de un crimen que no cometió. El alfa Crowley comienza a investi...