En las historias, uno se centra en los protagonistas o las cercanas a ellas, pero los personajes secundarios también son una parte fundamental en las historias, esta vez, hablaremos de dos personajes en específico: Urahara Kisuke -Jefe del restaurante Sengoku Sushi's- y Inoue Orihime -Empleada del mismo restaurante-
Como ya saben, Inoue estuvo un tiempo viviendo con Komuro Takashi -Su compañero de trabajo- cuidando a una pequeña niña llamada: Tsumugiya Ururu -Antigua niña adoptada por Urahara, que actualmente vive con su padre en otra ciudad- Inoue tiene cierto afecto hacia su compañero, se podría decir que está interesado en él.
Ambos personajes no son comunes y no salen a menudo, éste capítulo será distinto, serán los protagonistas...
Luego de que Ururu se fuera a vivir con su padre, Takashi no ha ido a trabajar mucho por ser tan flojo y por estar de niñero -Algunos se preguntan como no lo han despedido aún- Inoue ha ido a trabajar todos los días sin falta, siempre amable y esforzándose por ser la mejor. Usualmente es la empleada del mes, y su jefe le agradece por tal esfuerzo.
Cuando está en casa, le encanta leer y pensar en como fue su día. En su refrigerador hay una pequeña pizarra blanca y varios marcadores de colores, al final del día escribe cosas como "Que genial día xD" o "Mañana me esforzaré aún más *--* <3" A pesar de que solo habla con su compañera Vanessa Rodriguez, se divierte mucho en casa. Haciendo lo que desee a pesar de no tener compañía.
Su jefe no hace mucho, pasa más tiempo en el restaurante que en casa, se podría decir que vive allá. Llega exhausto, solo se recuesta y espera un nuevo día. Los días libres los aprovecha para llamar a sus empleados y ciertos amistades.
Nos centraremos en ambos personajes, en la fecha 22 de noviembre. La fecha en donde Takashi y Rukia se comprometieron en aquel restaurante frente a la banda y los visitantes. En este capítulo sabremos como y cuando surgió aquel interés de Inoue hacia su compañero Takashi, y sobre Urahara y su carta que aún desconoce quien fue quien la envió.
22 de noviembre.
Takashi y los lectores no son los únicos quienes son despertados del sueño más maravilloso que alguna vez han experimentado, con una llamada matutina, porque les apagaron el aire acondicionado, vaso de agua en la cara, cosquillas en la nariz seguido de un fuerte golpe con algo -Con tu propia mano llena de cualquier objeto- (Salsa, pasta dental, etc, etc, etc)
Inoue vive sola, así que la opción de la llamada matutina fue la que ocurrió, balbuceaba mientras abrazaba su almohada oohhhh, mis caramelos, suéltalos... blaahhh... Carne... Yummy. Y cosas como esas, cada mañana eran balbuceó distintos. Yo... Ti... Ag-...
El teléfono sonó con fuerza despertando a la chica de cabello anaranjado. Se despertó y luego de un gran bostezo, contestó con una voz ronca.
- Sengoku Sushi's, ¿En qué puedo serviles? - Tosió y aclaró su garganta, su bella voz regresó.
- Buenos días Inoue, soy Urahara. Sí, desearía ordenar dos rollos: Un Okinawa y un California.
- Esta bien, ¿Dese-... Un momento, ¿Se llama Urahara? Como mi jefe.
- Inoue, soy yo, tu jefe. Disculpa despertarte, era para informarte que hoy no trabajaremos. Así que hoy y mañana aprovecha en salir y divertirte un poco.
- Oh, esta bien. ¿Ocurrió algo?
- No, todo está genial.
- Por cierto, Inoue. ¿Conoces a alguien que trabaje en entrega de correos, postales y cosas así?
- No, a nadie.
- ¿Y no has enviado alguna recientemente?
- Tampoco, nunca lo he hecho y como está la tecnología ahora. ¿De verdad todo está bien?
- Sí, solo era por curiosidad. Bueno, que tengas un buen día. E Inoue.
- ¿Si?
- Nosotros no tenemos que contestar nada en el trabajo, no hacemos servicio a domicilio. Descansa.
Bip, bip, bip...
La chica soltó su teléfono y se recostó nuevamente en su cómoda cama para volver a dormir, y así fue. Esta vez no balbuceó nada, soñó con un niño de cabello obscuro, muy parecido a Takashi. Sonreía y la llamaba una y otra vez. Ella intentaba atraparlo en algún tipo de jardín. Corrían y corrían. Luego todo se volvió negro y cuando abrió los ojos, vio varias luces, estaba acostada en una camilla blanca -Como las de los hospitales- y a su lado estaba aquel chico con un aparato para respirar, tenía heridas en el rostro y algunos vidrios incustrados en el pecho. Todos parecían desesperados, lágrimas por doquier. Al entrar por unas puertas blancas con dos pequeñas ventanas en ellas, se despertó.
Estaba llorando cuando despertó, y lo único que dijo fue: Alex.
La historia de Inoue y su amigo de la infancia: Alex.
Todos tuvimos alguna vez a algún amigo o persona que siempre estuvo para nosotros en las momentos mas perfectos de nuestra vida.
Poco a poco nos encariñábamos más. Y cada vez más a esa persona especial, como una alma gemela, como la persona más maravillosa del mundo, con quien vivirías siendo amigos, hasta te sacrificarías por esa persona.
Eso era Alex para mí...
Nos conocimos hace varios años. Yo tenia siete años y él tenía ocho. Nuestros padres se conocían de la universidad, hasta el día de hoy siguen siendo amigos y seguirán siéndolos. Recibo llamadas, me preguntan como estoy y demás.
Como sea... Me desvío del tema. Alex es quien importa y de eso les hablaré de manera directa. Como iba diciendo...
Alex y yo nos conocimos hace varios años, fue mi mejor amigo, alguien muy especial para mí. Cuando nos conocimos, era muy niña para enamorarme y ese tipo de cosas, solo pensaba en jugar y cosas así. Nos veíamos a diario y eran momentos muy divertidos para mi, al igual que para él. Siempre jugando en su jardín, todos los días. Viendo tantas hermosas flores.
Al pasar los años, me di cuenta que gustaba de él, tenía catorce (14) años cuando me di cuenta. Éramos más maduros y yo siempre fui esa clase de chica que cuando se enamora, piensa en cosas de adultos, a pesar de ser muy joven, yo veía a Alex como mi príncipe azul, como El amor verdadero, imaginaba una boda, una familia y todo con detalles. Recuerdo que tenía un diario que era solamente sobre él y yo. "Nuestra historia" lo llamé.
Un día decidí decirle mis sentimientos, y que mejor fecha que el 14 febrero. Y así empezó el día. Me levanté temprano para salir y obsequiarle algo de su agrado y días antes le había escrito una carta.
Hice lo que pude y el obsequio y la carta estaban listos.
Solo faltaba entregarlo.
Me puse maquillaje por primera vez en mi vida, mis labios pintados con un toque rosado, arreglé mi cabello, compré un vestido para la ocasión, me sentí como una princesa a punto de ver a su príncipe en su corcel.
Vi a Alex en el jardín de su casa, estaba sentado junto a las rosas y margaritas. Las arrancaba una por una, y en el suelo, había una caja roja con un listón blanco. Me acerqué a él para entregarle el obsequio.
Lo abracé por detrás con una gran sonrisa, adoraba sentir su calor corporal, su cierto aroma, hacerle caricias mientras no lo debaja ir.
Se asustó por mi llegada, ¿Quién no lo haría?
El punto es que se lo entregué con una gran sonrisa y diciendo "Feliz San Valentín" abrió mi obsequio y de inmediato se puso el collar que le di y sin introducciones agarró la carta que le escribí. Me preguntó que tenía escrito y respondí lo obvio... Léelo. Cuando terminó, me abrazó con fuerza.
"Aquí tienes" me dijo entregándome las rosas y la caja roja. Dentro de la caja estaba uno de su gorros preferidos, una camiseta suya negra -Estaba un poco sucia o eso parecía- y un pequeño papel. Tenía escrito:
"Me gustaría que fueses mi San Valentín, pero no hoy, sino toda la vida"
Supe de inmediato que eramos el uno para el otro, lo próximo fue un beso... Mi primer beso. Luego de eso, solo puedo recordar dos cosas:
El hospital y ver su tumba.
Alex murió al día siguiente...
Y a partir de ese día, nuestro diario dejó de existir.
Recuerdo dolorosamente aquel día, Takashi es muy parecido a él en casi todo, tanto que hasta me sorprende. El aroma, el físico, el cabello, el rostro. Lo veo y me recuerda a mi primer amor. Me recuerda a Alex.
Fin de la historia.
Por otro lado... Urahara estaba preocupado o podría decirse que estaba en shock por unas cartas que había recibido hace ya varios días. Las recibe el mismo día, cada una acompañada de una foto de dos personas, pero son borrosas. Les parece una mala broma lo que ponen, pero siempre dejan el mismo número telefónico. Siempre pidiendo que los llame para poder hablar con aquellas dos personas.
Kisuke lo piensa mucho, piensa que es una broma y no desea darse falsas esperanzas. Ha decidido cerrar el restaurante por dos días y dedicarse a todo lo relacionado con aquella carta. Olvida ése tema por unos minutos y habla con sus empleados restantes para notificarles del trabajo que nos habrá. De seguro Vanessa se pondrá triste por eso, piensa Kisuke con una sonrisa.
Minutos luego...
Ya había hablado con los chicos y Vanessa le dijo que la madre de su ex-novia -Aún le costaba creer que ella fuera...- trabaja en ello. Que suerte la de él. Se montó al auto para buscar a Vanessa y seguir rumbo.
Ya ambos estaban en el auto vía a buscar la ex-suegra. Tardaron unos quince minutos en llegar a la oficina de correo, un pequeño local de dos pisos llamado: Correos Mar-Aire. Entraron y preguntaron por ella. La encontraron al subir las escaleras, estaba sentada en su pequeña oficina. Una señora de cabello castaño corto, un poco gorda. El uniforme era una clase de chemise azul marino del mismo color que los pantalones y zapatos negros, parecidos a los de las películas americanas.
- ¡Hola Charlotte! - Vanessa fue la primera en hablar.
- Vanessa, querida. Que alegría verte por aquí - Parecía realmente feliz por verla.
Luego de saludos y presentaciones por parte de todos, Kisuke se puso serio y entregó en una carpeta todos los cartas y fotos que ha recibido. Quería saber si eran reales o simplemente una mala broma que le estaban jugando, quería saber la verdad sin importar nada, podría ser algo muy importante para él si es que en verdad era cierto.
- Debo echarles un vistazo, lo mejor es que se vaya porque esto podría tardar. Dame tu número telefónico y cuando lo sepa, simplemente te llamo.
- Se lo agradezco mucho.
Sin decir nada más, Kisuke se despidió de manera cortante y se fue junto a Vanessa. La dejó en casa y él se fue a la suya.
Horas luego...
Eran como las 8:18 de la noche. Kisuke usaba su computador y averiguaba por su cuenta lo de las cartas. Pero su búsqueda fue interrumpida por su teléfono el cual sonó. Era un mensaje, decía:
"Buenas noches, es Charlotte. Imagino que esperabas mi mensaje. Tengo una buena noticia, la carta no es falsa. Leí el contenido y me disculpa por ello. Esto debe ser sorprendente para ti. ¡Qué tenga una linda noche! ;)"
Kisuke no sabía como sentirse, estaba impresionado. Respondió el mensaje con un simple "Gracias" y a los pocos segundos llegó otro mensaje "Deberías llamar, aquí tienes el número..."
Hizo lo que pensó correcto y decidió llamar al número...
Contestaron la llamada y alguien dijo "Hola". Kisuke sonrió de oreja a oreja y solo pudo decir una cosa antes de explotar, de llorar como un niño.
Dijo: Takashi...