Capítulo#37.1: El sueño.

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Los pensamientos de aquella noche, se hicieron realidad en un sueño que tuvo varios días después. Takashi despertó en un lugar totalmente obscuro, luego, un gran destello blanco le hizo que cerrara sus ojos con fuerza y cuando los abrió, estaba en una clase de pradera. Un gran pasillo que parecía sin fin, era hermoso a simple vista pero no entendía lo que ocurría. Caminó por un largo tiempo en aquel pasillo hasta que vio una puerta marrón de madera. Comenzó a correr pero a medida que lo hacía, la puerta no se acercaba, al contrario, se alejaba cada vez más. Se detuvo por completo y giró a su derecha, había un sendero, otra ruta. Así que camino por aquella nueva ruta y miró unas escaleras que bajaban. Bajó por ellas y entro en una puerta blanca con detalles dorados.

Era una sala. Varios muebles blancos, una fogata, varias lamparas, una en cada esquina. Entre los muebles que hacían una forma rectangular, se encontraba una mesa con una nota. "Takashi" decía. Al acercarse a la nota, un niño la tomó y la leyó. Vestido con una chemise azul y unas bermudas caquita. Tenía el cabello negro parecido al suyo.

El niño miró a Takashi, sonrió y solo dijo: "Nos están esperando, una carrera hasta casa" el niño corrió y salió por la misma puerta blanca. Takashi lo siguió y al salir, el niño entró en la puerta de madera. Se preguntaba como podía ser tan rápido. No le dio tanta importancia al asunto y comenzó a correr. Por alguna razón, esta vez logró llegar a la puerta de madera. Al parecer, ya tenía acceso a ella. Se paró frente a la puerta, y luego de un suspiro, entró a la casa.

Al igual que al inicio de su sueño, todo estaba obscuro. Intentaba correr, pero algo le hacía pensar que era inútil. Llamaba al niño pero no había ningún rastro de él, ni de nada en realidad. Otro destello apareció frente a él, sabía que iba a llegar a otro lugar. Esta vez apareció en otro pasillo, de alguna casa. Las paredes blancas con rayas azules, y una alfombra roja, casi vinotinto que se extendía al menos unos quince metros (15mts.) caminó y abrió otra puerta. Encontró únicamente unas cinco ventanas, dos a su izquierda, dos a su derecha y una al frente. Miró al suelo por alguna razón y encontró otra nota con su nombre escrito en ella. Abrió la nota y leyó una cifra: "2-4-1-5-3 sigue este orden" No entendía muy bien lo que decía, pero eran cinco números y cinco ventanas, tardó en imaginar lo obvio.

Se acercó a la ventana número dos y siguió el patrón..
Ventana#2: Aquel chico sentado en el suelo con muchos juguetes en el suelo, parecía divertirse mucho en algo que parecía su habitación.

Ventana#4: El mismo lugar, mismo chico. Haciendo lo mismo, pero notaba algo diferente que no podía distinguir.

Ventana#1: El chico tenía un amigo. Reían mucho mientras jugaban.

Ventana#5: El chico estaba con su amigo y una niña. Parecían mayores. De alguna manera... Era reconfortante.

Ventana#3: Esta era la última ventana... Era totalmente distinta a las demás, no veía al chico. No. Veía un pasillo con muchas personas, era un avión. Había turbulencias y luego todo se volvió negro, la ventana se rompió.

Takashi dio la vuelta, estaba en la sala de hace rato. Sentado en el mueble. El chico estaba frente a él. Solo dijo antes de irse: "Es extraño verme a mi mismo" estaba todo muy silencioso, solo pensaba en lo que el niño dijo... En lo que él dijo.

Al final, sus pensamientos fueron interrumpidos al oír que la puerta se abría. El chico se levantó para ver que ocurría pero se sorprendió enormemente al ver que eran sus padres. Corrió alegremente para abrazarlos pero por alguna extraña razón no pudo. Los traspasó como si fueran un holograma, como si pudiera verlos pero no tocarlos.

Sus padres se sentaron en el mueble, Takashi solo lloraba por no sentir su calidez, por no poder sentirlos.

- Hijo... No llores, estamos aquí - Takashi se impresionó al oír la voz de su madre - Harás llorar a tu hermanita - El chico se levantó, y vio a su madre embarazada. El padre solo sonreía.

- ¿T-Tuve una hermanita? Mamá... Fui un hermano mayor - Sus lágrimas brotaron - ¿Cuál era su nombre? - Se acercó a sus padres.

- No tuvo nombre... La idea es que tú la nombraras, le pusieras un nombre. Pero no fue posible.

- Mi... Hermanita. Por qué... - Susurró - ¿Por qué tuvieron que irse? ¿¡POR QUÉ!? Creí que seríamos una familia por siempre. ¡¡Los extraño!! - Takashi cayó arrodillado al suelo y sus padres se levantaron para abrazarlos. Esta vez pudo sentirlos...Sintió su calor por un largo tiempo.

- Es hora de irnos Yuno - Habló su padre.

- Lo sé Yukki... Lo sé - Quitaba sus lágrimas de sus mejillas.

- No... ¡No se vayan, tengo mucho que contarles! ¡¡¡Quiero estar más tiempo con ustedes!!!

- ¡Adiós Takashi... Saluda a Rukia por nosotros! - Desaparecieron frente a sus ojos al igual que todo. Todo negro, desolado. Takashi lloraba y rogaba por un segundo más. De estar con ellos, de sentir su calidez. Pero no fue posible. Gritaba por más, por querer vivir en el pasado con ellos, compartir con ellos. Algo imposible.

Luego de tanta tristeza y rabia, sintió que alguien lo abrazaba desde su espalda. Sentía unos pequeños brazos, era reconfortante para él. Giró para ver quien era, era una niñita de cabello castaño, ojos claros, casi amarillos. Una desconocida, pero él sabía que no era así. Sonrió con lágrimas en su mejilla. Luego de un parpadeo, la obscuridad se esfumó. Otra pradera que no parecía tener fin por donde lo vieras apareció. Un viento cálido pasó por su cabello. La niña le sonrió al entregarle una flor.

- Hola - Tenía una linda voz, era tierna a simple vista.

- Soy pésimo para los nombres... - Agarro la flor y se la puso en el cabello de la niña - Pero siempre quise tener a alguien a quien poder cuidar. Una hermanita, y aquí estás.

- No sigas llorando hermano... ¡Aquí estaré!

- Lo sé... Sé que estaré bien contigo. Me gustaría haberte conocido - La abrazó con gran fuerza - Adiós Cassie... Cuida de mamá y papá por mí. Los amo.

Demuestrame que me amas...Where stories live. Discover now