«Dilo ya».
―Quería disculparme por lo de hace un rato, no debí entrar sin tocar― dije sin dejar de ver la carretera―, y no debí hacer esa pregunta tampoco.
― ¿Sobre las cicatrices? Oh, no deberías preocuparte por eso, no las hizo Garden, no todas.
― ¿No? ¿Entonces cómo pasó? ― estacioné el auto― No necesitas responder, sólo es curiosidad.
―Es una historia muy divertida y completamente estúpida― me giré hacia los asientos de atrás y tomé el suéter de Emily y el mío―, ¿quieres oírla?
―Claro, ¿qué más puedo hacer después de que yo te pedí que me la contarás?
― Que lindo eres Adam― le sonreí falsamente y le agradecí― tenía como 14 años, y como toda chica estúpida se me ocurrió subir a un árbol con mi primer novio, porque queríamos que nuestro primer beso fuera épico,― reí con fuerza― oh basta, no diré más.
―No, no, adelante miss Beso Épico.
―Bueno, yo quería que mi primer beso fuera para recordar, no soy como tú.
―Para tu información, mi primer beso fue fantástico, ahora prosigue.
Emily lo dudó un momento y después tirando de su suéter hacia ella dijo:
―No me sostuve bien a una rama y me caí, para mi suerte el pasto alrededor del árbol estaba lleno de vidrios rotos y piedras extrañamente afiladas. Fin.
Y reí. De la forma más sonora comencé a reír y Emily salió del auto. Salí tras ella y le tendí el abrigo.
―Debía adivinar que te reirías― Emily se puso el suéter y miró alrededor―¿dónde estamos?
―En mi lugar favorito, vamos― me dirigí hacia las puertas de cristal que tenía la cafetería y esperé a que Emily llegara― muévete, no soy caballeroso todos los días.
Emily entró sonriendo. En cambio me dirigí a la barra y la mujer detrás de ésta sonrió de la forma más linda posible.
―¿Acaso este hombre apuesto es el mismo joven que venía todos los días después de la preparatoria?
―El mismo, ¿podrías darme dos cafés con caramelo y leche? De esos que odiabas que tomara.
―Los viejos hábitos no se pierden ¿verdad?
―Jamás. Estaré en la mesa de siempre― me alejé de ella y vi que Emily estaba de pie esperándome.
―Vamos a sentarnos acá, castaña.
Cuando estuvimos sentados, Emily me miró con los ojos entrecerrados.
― ¿Cómo fue tu primer beso?
― ¿Te das cuenta que está conversación es de chicos de 16 años?
―Pues parecía que mi historia sobre mi primer beso había sido decepcionante, así qué, ¿cómo fue?
Nora dejo los cafés en nuestra mesa y después de mirar a Emily dirigió su mirada hacia mí y murmuró un "suertudo".
―Tenía como 15 años, cuando por fin mis padres me dejaron entrar a una preparatoria mixta, y dejaron a lado las clases particulares y todo eso, conocí a una chica bastante linda que con el tiempo se convirtió en mi amiga― Emily bebió de su café y puso toda su atención en mí― un día tuvimos un proyecto juntos, y la invité a mi casa, fue el momento más incómodo de la vida.
― ¿Tu madre los vio besarse?
―Mi hermana, realmente―sonreí nostálgico al recordar ese día―, estuvo molestándome con decirle a mamá que había besado a esa chica, y como todo buen hermano que era, le pague con chocolatinas para que se callara.
― Que lindo eras en aquel entonces, me refiero a humor... ―enarqué una ceja― no digo que no tengas buen humor, me refiero a otro aspecto... ―tomó su taza y bebió despacio― ¿puedo hacer una pregunta?
―Sospecho que de igual forma lo vas a hacer― Emily rodó los ojos y sonreí divertido.
― ¿Por qué varios de tu familia te ven raro o con miedo? Me he dado cuenta de eso hoy en el desayuno.
Miré hacia la calle y apreté la mandíbula, sabía el porque me odiaban, había heredado varias acciones de mi abuelo, y bastantes bienes cuando recién tenía diecisiete, ¿cómo es que le dejaba un viejo antipático a un joven, con el que nunca hablaba, tanto dinero?
―Lo siento, no debí preguntar eso, es de tu familia, no mi asunto.
― ¿Cuánto tiempo llevas conmigo? ― dirigí mi vista hacia ella de nuevo y noté que miraba fijamente a su derecha― ¿castaña?
―Estoy segura de que lo he visto antes―dirigió su mirada hacia mí― estoy segura de que es él.
― ¿Quién? ― tomé la taza entre mis manos y bebí.
Emily abrió los ojos y me observó nerviosa.
―Vámonos.
― ¿Qué?
―Llévame a donde sea― dijo levantándose de su silla y lanzando miradas rápidas hacia una parte de la cafetería.
―No, siéntate, relájate y dime qué diablos pasa.
Emily se giró dándome la espalda y se acercó a la salida, no tuve otra opción que seguirla al auto después de pagarle en la barra los dos cafés, cuando salí Emily estaba recargada en el auto esperándome.
― ¿Podrías decirme qué carajos te pasó?
Negó con la cabeza y me fije en su rostro, sus ojos estaban vidriosos y temía que en cualquier momento llorase. La campanilla de la puerta sonó y Emily se agachó junto al auto, estaba escondiéndose.
― ¡Hey! ¿Has visto a una chica castaña, no muy alta, uh, algo guapilla por aquí? ― el tipo que me hablaba se acercaba a mí con paso decidido.
―No.
―Oh, hace segundos la vi por tu auto, ¿ese es tuyo, no? ―cuestionó apuntando hacia el auto negro de mi padre―como sea. Gracias.
Me giré hacia el auto y presioné el pequeño botón de quitar el seguro. La puerta trasera se abrió y vi como Emily ingresaba al auto mientras se frotaba los ojos. Abrí la puerta del piloto y con la voz quebrada apenas pudo pronunciar.
―Su nombre es Dominik, es el hijo de Garden, y el hermano de Drake, el chico que estuvo cuidando de mí cuando estuve con Garden.
La miré fijamente y me devolvió la mirada llena de lágrimas.
―Dominik, Drake, ¿quiénes son ellos? Garden no tiene hijos, para nada.
Encendí el motor y salí del aparcamiento.
Llevaba más de una hora conduciendo, mientras Emily se mordía el labio.
Cuando llegamos a casa Emily intentó a abrir la puerta. Puse el seguro inmediatamente.
―Dime qué fue lo que pasó cuando estuviste con Garden. Todo.
―No puedo... No...
Me giré hacia ella y aclaré la garganta.
―Puedes confiar en mí Emily.
―Confío en ti, pero he estado tan bien sin esas pesadillas, sin tener que recordarlo.
Asentí y le permití a Emily un par de minutos de tranquilidad antes de volver a entrar a casa.
― ¿Esa no es la moto de Derek?
―El Rey de Roma mandó su motocicleta.
Cuando entramos a la casa, todo el barullo cesó y me sentí incómodo. Emily estaba a mi lado y observaba sus zapatos, evitaba todas las miradas a su alrededor.
― ¿Y el ebrio?― me quité el suéter y lo pasé por mi hombro esperando a que alguien contestara, pero nadie― ¿qué sucede?
― ¿Dónde han estado? ― la voz de mi madre inundó la habitación― ¿no vieron que hoy se decidiría el regalo familiar? Y tu primo estará detenido veinticuatro horas más.
― ¿Era necesaria nuestra presencia? ―Emily se movía incómoda a lado de mí― porque según sé, al final decides tú el regalo de mi padre por todos nosotros.
―Lana hubiera ayudado―el escucharla hablar de mi hermana me hizo sentir mareado―, ella nos ayudaba a seleccionar el regalo, y elegía el regalo correcto siempre...
―No la metas en esto, Lana odiaba esta fiesta, jamás le gustó, y en lo que a ti concierne, Lana también te odiaba a ti― Emily intentó tocarme el brazo pero lo aparte de manera brusca y me dirigí a la puerta principal.
EMILY'S POV
Adam salió con cierto toque de furia dejándome con todas las miradas de su familia clavadas en mí.
― ¿Tienes alguna idea de que podríamos regalarle a George?
Me giré hacia la madre de Adam y descubrí que todo mundo le prestaba atención nuevamente.
― ¿Yo? Uh... No lo sé. Adam no me ha contado mucho sobre su padre, mejor dicho, no me ha contado mucho de ustedes.
― ¿Puedo preguntar algo? ― la abuela Blair estaba sentada en un sillón doble― ¿por qué no habéis dormido juntos anoche?
― ¿Cómo lo sabe?
―He entrado a su habitación y he visto a Adam durmiendo en el suelo― se encogió de hombros―parecía que habían discutido anoche.
―Son cosas de nosotros... ―me sentía nerviosa, digo, quién no se sentiría nerviosa al saber que alguien había entrado en tu habitación mientras estabas dormida―creo que iré por Adam en lo que consideran un poco más el término de privacidad.
―No te recomiendo que lo hagas― una pelirroja pasó a mi lado mirándome de arriba-abajo―, así que eres su prometida.
Cerré los ojos con frustración. ― No estamos comprometidos, carajo.
Me dirigí al área boscosa que rodeaba la casa y casi sin pensarlo, comencé a caminar sin rumbo mientras llamaba a Adam. La luz de la tarde comenzaba a desaparecer, y me costaba trabajo ver más a allá de unos cuantos metros. Comenzaba a sentirme asustada. El hecho de estar en un área boscosa y sola no era lo mejor que pudiera sucederme. Empezaba a sentir pánico. Estaba sola entre miles de árboles y la oscuridad no me ayudaba en nada. Me sentía mal. Todo comenzaba a darme vueltas y a cernirse sobre mí. Yo le temía a la oscuridad. Comencé a gritar el nombre de Adam con desesperación, rogaba por que apareciera.
ADAM'S POV
Dejé el cigarro a lado de mí y me dedique a mirar como la luz iba apagándose y la oscuridad devoraba el bosque. Estar en la vieja casa del árbol de Lana me hacía sentir como si estuviera aún conmigo; odiaba que mi madre dijera su nombre cuando ella había causado todo. Cuando era por ella que Lana estaba con otra familia, creyendo y viviendo una vida que no era la suya. Cerré los ojos mientras ponía el cigarrillo entre mis labios.
― ¡ADAM!
― ¿Emily? ― dije para mí mismo, no podía ser que ella estuviera aquí.
― ¡ADAM! ―su voz sonaba lejos, pero clara, podía escuchar la desesperación y el miedo.
Baje deprisa de la casa del árbol y corrí en dirección de sus gritos. Me era imposible no tropezar, casi no podía ver.
― ¿Emily? ― alzaba la voz tanto como podía― ¿Emily?
No sabía dónde estaba. Podía escucharla. Pero no podía verla. Me era imposible a este punto ver más allá de dos metros. Pero ahí estaba, apoyada en un árbol con la cabeza entre las manos, podía escucharla susurrar mi nombre.
― ¿Emily? ― me acerqué lo bastante para poder verla bien― ¿qué haces aquí?
―Yo... Necesito volver a la casa... Adam― volteó a verme― necesito volver.
― ¿Estás bien? ―negó con la cabeza mientras respiraba hondo― ¿qué sucede?
Sus ojos castaños me vieron fijamente y se aferró al árbol que tenía a su espalda.
―Necesito luz, no me gusta la oscuridad Adam...
(...)
Emily se hizo bolita en la esquina de la casa del árbol y aceptó cuando le pasé mi suéter.
― ¿Estás mejor? ― asintió mientras se ponía el suéter― no debiste seguirme si tanto le temías a la oscuridad.
―Tu familia me estaba hostigando, y tu abuela sabe que no dormimos juntos ayer.
Rodé los ojos y busque la manta que Lana solía dejar para emergencias. Tomé el cigarrillo que había dejado hace media hora- ese fue el tiempo que me tomó tranquilizar a Emily-, afortunadamente se había apagado por haberlo dejado en la madera húmeda.
― ¿Fumas? ― Emily temblaba ligeramente― no sabía eso de ti.
―No tienes por qué saberlo.
― Se me olvida ― asentí, el silencio reinó entre los dos y el seguir viéndola me ponía nervioso, así que corrí la mirada y me concentré en buscar la vieja lámpara de aceite del abuelo―, dos meses y medio.
― ¿Eh?
―Es el tiempo que llevo contigo, dos meses y medio. Me lo preguntaste hoy en la cafetería.
― ¿Tan poco tiempo? ―intenté sonar falsamente sorprendido.
―Ha sido mucho para mí... Sí cuentas los otros dos meses que Garden me tuvo con él, ha sido una pesadilla― Emily observó mi reacción y negó con la cabeza sonriendo― tú no has sido una pesadilla Adam, tal vez los primeros días, pero nada más.
―Lamento haberte tratado así esos días―encendí el cigarrillo de nuevo y saqué mi mano fuera de la casita―, no fue algo cómodo el tener que alojar a alguien en tu casa cuando siempre has estado solo.
Asintió con la cabeza. ― ¿Cómo fue qué terminaste en la casa de subastas?
―Esa historia Emily, actualmente es muy interesante.... ― di una calada al cigarrillo y deje salir el humo fuera del espacio de Emily―, mi padre me lo pidió.