29.

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ADAM'S POV

Deshice el moño por quinta vez y bufé, cada vez que lo hacía, siempre quedaba mal de una u otra forma.

―Maldita sea... ― la mancuernilla de mi muñeca derecha se botó―, bendito sea el día en que nací siendo hombre.

―Si hubieras sido mujer, deberías usar vestido, y es peor que un simple traje― me giré sobresaltado.

Emily se alisaba el vestido mientras me miraba sonriente. ― ¿Quedé mal?

Negué. ―Te ves hermosa. Y tu cabello, ¿cómo lo hizo Marie?

―Después de mil intentos, los rulos se quedaron en su lugar―quitó un mechón de cabello de su rostro―, ¿te ayudo?

Asentí, caminó hacia mí y tomando la mancuernilla del suelo tomó mi brazo; de verdad que se veía hermosa, su cabello había pasado de ser lacio, a estar lleno de rulos, su rostro se encontraba maquillado por muy poco, su altura era la que me sorprendía, ahora alcanzaba hasta mi barbilla sin problemas. Su cuerpo emanaba un débil aroma a lavanda.

― ¿Quieres perfume? ― levanté la barbilla cuando comenzó a atar el nudo.

―No me gusta usar― sentí un pequeño tirón―, perdón.

―Descuida―metí mi mano en mi bolsillo derecho y extraje la bolsa aterciopelada que contenía el anillo de la familia―, ¿ya quedo?

―Me quedó perfecto― sonrió―, ¿te ayudo con el saco?

―Primero quiero darte algo― ladeó una sonrisa―, me gustaría que lo usaras por el día de hoy, y al final de estos días, cuando hayamos vuelto, síguelo usando si te sientes cómoda.

Frunció el entrecejo. Tomé su mano izquierda y la deje suspendida en el aire, Emily miraba fijamente mis manos, tomé el anillo de mi antepasado y lo puse con delicadeza en su lugar, entreabrió los labios.

― ¿Es el anillo de...?

―Me gustaría que lo usaras, si alguien pregunta algo, dirás que fue un obsequio de mi parte, si empiezan a suponer de matrimonio― levanté su mano hasta la altura de mis ojos―, sólo debes decirles que aún es nuestro asunto.

Dirigió su mano hacia abajo, jugó con el anillo en su dedo, había quedado de la medida justa, negó.

―No puedo, este anillo debes dárselo a la mujer...

―Que más ame, lo sé― puse mis manos en sus hombros―, y por ahora eres la que mejor me cae, eso cuenta. ― Bajo la vista unos segundos al anillo―Además, te queda bien.

Bajé mis manos por sus brazos y le brindé un leve apretujón.

―Me pondré el saco y podremos bajar, ¿bien?

Asintió mientras tomaba asiento en la orilla de la cama. El vestido que estaba usando la hacía lucir como si tuviera más caderas, el maquillaje cubría la negrura de sus ojeras (que con el paso de los días, iban desapareciendo), sinceramente hoy se veía más hermosa que nunca, tal vez había perdido su toque femenino que tiende a siempre querer lucir bien; debía agradecerle a Marie por el buen trabajo que había hecho, tanto con el cabello como con su rostro.
El maquillaje la hacía lucir dos o tres años más grande, lo cual, para el día de hoy, estaba completamente bien. Empresarios, familia, colegas y periodistas, asistirían, probablemente ya estarían esperando en el gran jardín, por George Blair, claro, y por su Hijo Prodigio, no podían mentir acerca de las verdaderas intenciones de la fiesta de hoy. Bufé mientras pasaba el saco por mis hombros, simplemente se sentía tan raro, hoy usaría un traje especialmente para una fiesta y no para una junta administrativa o para una simple reunión.

ADAM - en edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora