Jinyoung salió alterada de su habitación y caminó directo al baño, empezó a tocar la puerta como loca, interrumpiendo el canto de Jimin.
— ¡Jimin, apúrate!— Gritó.— ¡Jungkook ya viene!
El agua paró y al rato Jimin salió del baño, llevando unos shorts cómodos puestos, las gotas de su cabello caían en sus hombros. Jinyoung prácticamente lo empujó fuera y entró rápido. Oh My Momma de Ace Hood se escuchó por la bocina mientras ella entraba al agua. Pasados los minutos, salió y corrió a su habitación. Se puso unos jeans claros, blusa negra de tirantes y holgada, se calzó con un par de converse negros, se maquilló muy poco y agarró su cabello en una coleta alta. En cambio Jimin, se puso unos jeans rotos, tenis caros y una camisa normal, la chaqueta que llevaba era la clave, ya que, le daba un toque más formal y a la vez genial.
Las citas eran totalmente diferentes; mientras la de Jinyoung y Jungkook era una casual, la de Jimin y Hyemin era una formal, o algo así.
Cuando ambos se toparon en la cocina, sólo se saludaron, era la segunda vez que se veían en el día. Sin embargo, Jini se guardó el decirle lo guapo que se veía y que seguramente Hyemin se iba arrepentir de todo al verlo; Jimin se aguantó las ganas de decirle lo hermosa que lucía, se veía tan casual pero a la vez tan bonita.
— ¿A qué hora volverás?— Le preguntó él a ella.
— No sé la hora exacta, pero temprano. ¿Tú?
— No lo sé, depende de cómo tome rumbo todo.— Sonrió travieso, ella negó con la cabeza.
— ¿Planeas tirártela hoy?
— No.— Salió de la cocina con ella siguiéndolo.— Pero dejarla con las ganas, tal vez.
— Eres un cabrón.
— Lo sé.
Jini iba a decirle algo más, pero el timbre sonó y ella lo dejó pasar. Jungkook. Fue a la puerta y se quedó unos segundos parada frente ella.
— ¡Ya abre!— Le gritó Jimin mientras entraba al pasillo.
Ella asintió y suspiró, giró el pomo y abrió la puerta lentamente. Sintió como le faltaba el aire al encontrarse con la hermosa sonrisa de Jungkook. Él saludó con la mano y después, estiró sus brazos, Jinyoung salió rápido y lo abrazó, pasando sus brazos sobre sus hombros, teniéndose que parar de puntitas por lo alto que era Jeon, él la rodeó por la cintura y la apretó.
— Shameless de The Weeknd.— Habló él primero.
— Pillowtalk de Zayn.
— ¿Qué me estás queriendo decir, Jinyoung?— Soltó una risita coqueta.
— ¡Jungkook!— Lo empujó divertida.— Ya, pasa. Iré rápido a mi habitación por algo y nos vamos.
Jungkook entró tras de ella, había estado ahí antes y siempre se quedaba donde mismo. Las manos escondidas en sus bolsillos traseros, la mirada perdida en aquel oscuro pasillo, esperando que ella apareciera. Jinyoung salió de él, pero Jimin venía tras de ella.
— Qué hay.— Saludó Jimin.
— Hola.— Le correspondió Jungkook.
— Listo.— Jinyoung alzó su bolso, indicando que eso era lo único que le faltaba.
Jimin pasó de largo y entró directo a la cocina. Jungkook aprovechó y abrazó a Jinyoung, se acercó a ella para susurrarle algo.
— ¿Ya te dijo tu amigo lo bonita que te ves?— Jinyoung se sonrojó al instante y negó con la cabeza.— Que bueno, eso significa que soy el primero y el único.— Sintió la sonrisa de Jungkook.— Youngie, te ves tan linda que no sé qué haré para quitar la mirada de los demás de ti.
— Y bien...— Jimin los interrumpió.
Jungkook se giró a verlo, pero en ningún momento se alejó de ella, de hecho, la pegó más a él. Jinyoung tomó la mano de Jungkook.
— No te preocupes, la traeré hasta la puerta.— Dijo Jungkook.
— Sí, más te vale.
— Jimin...
— Como sea, ¿irán en auto, no?— Se cruzó de brazos y lo miró.— ¿Cuál tienes?
Jinyoung empezaba a sentir el ambiente tenso.
— ¿Auto?— Jungkook sonrió y miró a Jinyoung, ella sonrió también.— No tengo.
Jimin ahogó una risa y casi le presume su Camaro, no, casi le presume el cuán lo amaba Jini. Jinyoung lo miró cansada y le suplicó con los ojos que parara.
— ¿Y cómo piensas traerla, amigo? ¿Caminando, autobús, metro?
— De hecho...— Jungkook habló, pero ella lo interrumpió.
— Jungkook tiene moto.
La sonrisa burlona de Jimin cambió a una expresión dura y seria.
— Y si nos permites,— Jungkook tiró suavemente de Jinyoung.— se nos hace tarde.
— Te veo en la noche, Jimin.— Se despidió ella.— Suerte con la perra mala.
Jimin vio salir a esos dos por la puerta y se quedó viendo unos segundos más cuando fue cerrada. Reaccionó al momento y se fue a su habitación. Mientras Jinyoung y Jungkook bajaban las escaleras entre risas y bromas, cuando llegaron al lobby, ambos saludaron de pasada al encargado y salieron a la calle. Jinyoung sintió aquella chispa de emoción cada vez que veía la motocicleta de Jungkook. No sabía muy bien de marcas, pero parecía ser buena; era negra, brillante y con ese toque varonil que mata a las chicas.
— La seguridad primero.— Jungkook sonrió mientras le ponía el casco a Jinyoung.
— Siento que el casco arruina la imagen de pareja cool en una moto.— Hizo un puchero.
— Igual seguimos siendo una pareja cool.— Le guiñó un ojo.— Andando.
Jungkook se montó en ella y Jinyoung se sujetó de los hombros de él, mientras pasaba una pierna primero y se acomodaba. El motor rugió mientras Jungkook aceleraba para calentarlo, Jinyoung sonrió. Se pegó a la espalda de Jungkook y lo abrazó por la cintura, sintiéndose más segura. Él sonrió.
— ¿Lista?
— Muy lista.
Y arrancó. Jinyoung no pudo dejar de sonreír en ningún momento, ni siquiera en los semáforos en rojo. Realmente le encantaba estar con Jungkook, no había necesidad de hablar, ella seguía sintiendo ese sentimiento de felicidad en su pecho. Era un chico tan interesante y lindo, probablemente el mejor que haya conocido.
— ¿Adónde vamos?— Le preguntó en un alto.
— Es sorpresa, Youngie. Ya casi llegamos.
— ¿Y por qué es a las afueras?
— Porque sí.— Soltó una risita.
Pasaron unos minutos más de camino, justo estaba la puesta de sol y todo el contexto era tan bello y como de película; carretera, atardecer, una pareja. Era emocionante. Y lo fue más, cuando Jungkook se detuvo frente al gigantesco jump, mejor conocido como Bungee. Jinyoung casi grita de la emoción y no pudo evitar dar saltitos mientras iban a la oficina, Jungkook la tomaba de la mano y sentía los movimientos bruscos de su emoción.
Después del papeleo y registros, Jinyoung y Jungkook se encontraban subiendo por el elevador de la gigantesca base. La vista era espectacular, el sol no se ocultaba aún y debido al lago donde estaba la base, podían ver el reflejo naranja, tiñendo las aguas anaranjadas.
— Realmente me gustan mucho estas cosas.— Dijo él con una gran sonrisa en su rostro.
— ¡A mí también!— Jinyoung se giró a verlo.— Y las atracciones, paracaidismo, prácticamente todo lo que sea extremo.
— Es... Fascinante.
— Lo es.
Se volvió a girar a la bonita vista, recargándose en los barrotes. Ya estaban en la base de arriba. Jungkook la miraba sonriente, dejó el casco en el piso y caminó a ella, llegó a su lado y la abrazó por los hombros, acurrucándola en su costado, Jinyoung se recargó y sonrío.
— No sé que es mejor, que la chica tenga miedo y así poder lanzarme con ella...— Dijo él.— Ó, que la chica sea igual de extrema y atrevida que yo y podamos disfrutar de estas cosas al cien por ciento.
— Podemos lanzarnos juntos de todas maneras.
Jungkook rió por lo bajo.— ¿Estás dispuesta a lanzarte dos veces?
— Me lanzaría muchas veces, Jungkook.— Dijo obvia y lo último lo susurró con timidez.— Más si es contigo.
— Youngie, eres la mejor.
Ambos se miraron el uno al otro. Esto definitivamente era algo especial. Muy especial.
— ¿Están listos?— Preguntó el encargado.
— Sí, señor.
El joven sonrió divertido y esperó a que Jungkook se acercara para ponerle el arnés. Habían acordado que él lo haría primero. Jinyoung lo miró con una sonrisa emocionada y se recargó en los barrotes que estaban a su lado. Jungkook se giró a verla, dándole una sonrisa y sin previo aviso, se lanzó.
— ¡Santa mierda!
Jinyoung se paró de puntitas e inclinó su cuerpo para ver el cuerpo de Jungkook volar, el chico alzaba los puños y daba vueltas, gritando emocionado. La adrenalina de Jinyoung no aguantaba más. Se inclinó de nuevo para verlo y Jungkook ya estaba abajo, viéndola.
— ¡Allí voy!— Gritó ella.
— ¡Dale, Youngie!
Jinyoung desapareció de la vista de Jungkook, él esperaba verla y cuando menos se lo esperó, vio a Jinyoung correr hasta caer. Ella reía y tomaba su pecho, cuando dio el rebote, gritó algo que ni siquiera ella entendió y Jungkook empezó a reír como loco.
De juntaron abajo y segundos después se encontraban subiendo otra vez por el elevador. Les pusieron el arnés para dos personas, tomaron sus manos y se miraron de nuevo, los ojos de ambos sonreían y brillaban, sus estómagos cosquilleaban.
— Jinyoung...
— Dime.
— ¿Puedo darte un beso?
La sonrisa de Jinyoung creció y sus mejillas se coloraron, ella asintió. Jungkook se inclinó y depositó un tierno beso en sus labios el cual fue correspondido por ella. Jinyoung asintió cuando Jungkook le susurró sobre sus labios un "¿Lista?". Apretaron sus manos y flexionaron sus rodillas, a la cuenta de tres, ellos se lanzaron.
*
Jimin había dejado de pensar en Jini y su cita, hace veinte minutos había salido de casa y había llegado a un bar a encontrarse con sus amigos por unos asuntos, se fue rápido porque tenía que pasar por Hyemin.
Estaba emocionado, pero también nervioso. Iba a tener una cita con Hyemin; su mayor sueño desde los quince años. Ahora que era un hecho, parecía tan irreal. Tenía miedo de volver a caer, porque estaba seguro que aunque Hyemin tenía cara de ángel y ojos bonitos, esos ojos eran oscuros, muy, muy oscuros. Un negro en el cual te perdías y te era difícil salir. Y lo peor, es que él se había enamorado de ellos. Esa chica sin duda, era un peligro.
— ¡Jimin!— Chilló ella cuando abrió la puerta.
Jimin sonrió y la saludó, Hyemin salió de su casa y tomó el brazo de Jimin, ambos bajaron por las escaleras del pórtico. Él le abrió la puerta y la cerró, rodeó el Camaro y se subió en su asiento. Irían a un restaurante que estaba de moda, bar, música, buena comida y ambiente superficial, gente que se creía importante o con dinero. Plásticos. Un lugar que no iba con Jimin, pero sí con Hyemin.
— Y dime...— Dijo Jimin.— ¿Qué has hecho de tu vida desde la última ves que te vi?
— Después de aquello...— Hyemin mencionó un poco avergonzada.— Fue la graduación y al siguiente día, después de la fiesta y... Un segundo, no recuerdo haberte visto ahí.
Jimin sonrió con gracia.— Eso es porque no me invitaron.
— Oh.
No iba a decirle que no se preocupara, que eso ya estaba en el olvido, la verdad era que ni le afectaba. Pero le satisfacía ver aquellas expresiones avergonzadas y tonos nerviosos de ella.
— Sígueme contando.— La animó con una sonrisa.
— Pues me fui de vacaciones, viajé a Japón, Europa y América.
— Debió haber sido emocionante.
— Lo fue.— Dijo y sonrió.
La comida llegó y ellos siguieron hablando. Jimin no se aburrió, pero tampoco se interesó. Hyemin hablaba de lo mismo, le daba vueltas a los temas o hablaba de cosas relacionadas. No se había interesado en los gustos de Jimin, sólo le preguntaba sobre su cambio fisicamente. Y bueno, él respondía con gusto porque estaba orgulloso de su cambio. Hyemin era muy coqueta y sabía como hacerlo, y eso estaba matando a Jimin.
— Vámonos de aquí.— Le susurró él en su oreja.
La cena estuvo tranquila y eso no había llenado a ninguno de los dos, por lo que Jimin decidió llevarla a un club. El ambiente ahí era un poco diferente y ese diferente lo hacía mejor. Primero fueron por unos tragos y entre coqueteo, risas y sonrisas, fueron a bailar. Jimin la tomaba de la cintura, ella se alejaba, se volvía a acercar, pegaban sus frentes y todo eso con el ritmo de la música del lugar.
— ¿Te pones nerviosa?— Susurró él en su oído. Hyemin lo tomó de los hombros mientras reía.
— No.
— ¿Y ahora?— Dejó de jugar y la pegó a él.
Juntó sus labios, creando un caliente beso. Jimin sonrió a la mitad. He besado a Kim Hyemin. Quería correr y gritar. ¡Había besado a la chica de sus sueños! Ni siquiera se había dado cuenta de cómo besaba ella, él la había besado y eso era... Todo. Hyemin mi miró a los ojos una vez que se separaron.
— Jimin... Empiezas a gustarme.
La sonrisa de Jimin creció.
— No sé si debería emocionar o no porque mis sentimientos por ti no han cambiado, nena.
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