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CAÍN BENNET.
Después de haber hablado con Cailín lo suficiente, decidí que pensar en todo estaría bien para ella y para mí. Aunque en realidad yo no tuviera mucho en qué pensar.
En mi segundo horario libre, Cailín ya se había ido al departamento porque ya no le quedaban más clases. Vi a Annie leyendo una hoja sentada en una de las bancas del patio central, me acerqué a ella, en realidad necesitaba su ayuda.
– Hola Annie –Sonreí. Ella frunció el ceño mirándome, en realidad nunca habíamos estado solos antes, ella no me dirigía la palabra a mí ni yo a ella.
– Hola –Respondió con extrañeza.
– No estoy aquí para hacer vida social –Reí y ella sonrió. –Necesito tu ayuda.
– ¿De qué le serviría mi ayuda a Caín Bennet? –Se preguntó a sí misma en un tono sarcástico.
– Con Cailín.
– Si esperas que obligue a mi mejor amiga a estar contigo, estás perdiendo tu tiempo –Me sonrió.
– No es eso –Reí. -¿Supiste que Ian nos encontró...?
– No –Abrió sus ojos mirándome. –No puedo creerlo, Cailín no me lo ha contado. No hemos tenido tiempo para hablar.
– Bueno ocurrió eso desagradable y ahora quiero comenzar desde cero –Hable sincero. –Necesito que me ayudes, nunca he hecho esto, pero ahora en realidad quiero hacerlo.
– ¿Qué quieres hacer?
– Tal vez darle una sorpresa –Me encogí de hombros y ella rio. – ¿De qué te ríes?
– De ti, nunca imagine esto antes.
– Bueno, ahora imagínalo. No quiero que te burles.
– No, me parece tierno... Es sólo que desde la persona que viene me parece gracioso –Sonrió intentado esconder la carcajada que tenía en la garganta.
– Solo quiero que me digas qué puedo hacer o que cosas le gustan o le disgustan, no lo sé.
– Pensé que venías con una idea –Entrecerró los ojos.
– No me pidas tanto –Me senté a su lado y apoye mi espalda en el respaldo de la banca.
– Puedes hacerle un... ¿Regalo?
– Un regalo puede hacerlo cualquier persona, no.
– Entonces no le regales nada.
– No estás ayudando.
– ¿Una cena romántica?
– Las odio.
– ¿Un paseo por la orilla de la playa?
– Aburrido.
– ¿Escríbele un libro?
– No –Fruncí el ceño mirándola.
– Sólo bromeo.
– Soy un idiota pensando en estas cosas.
– Tengo una idea –Abrió sus ojos mirándome como si se le hubiese iluminado la ampolleta en su mente.
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CAILÍN TAYLOR
Estando en mi departamento todo era más fácil. No había presión.
No sé si Caín se está comenzando a comportar así conmigo porque se siente demasiado culpable o porque de verdad le ha nacido ser así. Si él dijo "No quiero idiotas, mujeres u hombres en mi vida ni en la tuya. Quiero comenzar desde cero" ¿Qué es en realidad para él comenzar desde cero si nunca antes a mantenido una relación? He escuchado a miles de personas decir "Comenzaré desde cero" "Borrón y cuenta nueva" Y finalmente nada cambia. Tal vez sea porque ellos están acostumbrados a intentar comenzar desde cero, pero como Caín no lo está puede ser algo positivo.
Annie me llamó en la tarde para decir que iría a mi departamento, debía hacer un trabajo y necesitaba mi ayuda, así que accedí, ya que además necesitaba desahogarme con alguien y en realidad ella es mi diario de vida.
– ¿Qué debes hacer? –Le pregunté cuando entramos a mi habitación.
– Un ensayo –Se quejó.
– Por eso viniste aquí –Reí.
– Si, de todas maneras tengo escrito todo, sólo quiero que me revises las faltas ortográficas.
– Está bien –Tomé su carpeta y comencé a leer mientras ella me contaba cómo le estaba yendo en sus ramos.
– Debo contarte algo –Suspiré en cuanto ella se quedó en silencio.
– ¿Qué? –Se quedó mirándome con atención.
– Mi relación con Ian acabó –Ella hizo una mueca mirándome y luego sonrió. – ¿Por qué sonríes?
– Porque sabía que pasaría –Se encogió de hombros. – ¿Y por qué?
– Nos encontró a Caín y a mí teniendo sexo.
– ¿Qué? –Abrió sus ojos como plato. – ¿Y cómo fue?
Le conté con lujo y detalle todo lo que había ocurrido, con muecas y efectos especiales. Ella sólo me oía con atención.
– ¿Eso dijo Caín? –Levantó sus cejas.
– Si, quiere comenzar desde cero –Desvié la mirada. –No sé exactamente a qué se refiere o qué es para él comenzar desde cero, pero no sé.
– ¿Quieres estar con él?
– Si, pero... ¿Y si vuelve a dañarme?
– Eso es comenzar desde cero Cailín. Olvidar todos los errores que pasaron, perdonar, pedir perdón y cambiar la página para dar una nueva oportunidad.
– ¿Qué tal si vuelve a fallar?
– Confía en él, Cailín.
– ¿Por qué lo haría?
– Porque estás enamorada de él –Me respondió como si fuera obvio. –Porque a pesar de que se alejó, te siguió protegiendo, ayudando y no le importó que estuvieras con Ian para volver a tenerte junto a él... porque no le importó perder un amigo por ti –Sus ojos café me miraron con sinceridad.
– Tu decías que era un hijo de puta –La miré.
– Lo es –Rió. –Pero cuando estas cerca ya no ¿Entiendes? He visto cómo te mira Cailín, no sabes en realidad la forma en cómo te mira. Nunca te has dado cuenta. Aprendí a entender que Caín es un hijo de puta con los demás, con los que pueden hacerle daño, pero contigo trata de cambiar.
– ¿Dices que sería buena idea comenzar desde cero?
– Si es lo que te hace feliz, adelante –Me sonrió. –Sabes que eres mi mejor amiga y no quiero verte triste.
– Gracias Ann –La abracé, ella sólo sonrió.
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Creo que Kendall se cansó de molestarme por un tiempo porque cada vez que nos encontrábamos, me ignoraba. En el salón de clases estaba totalmente concentrada en sus cuadernos y libros, eso me hacía estar aún más tranquila.
Decidí no decirle nada a Caín hasta que él pusiera el tema, no quería presionarlo. Aun así desayunábamos juntos, hacíamos bromas, iba a dejarme al departamento o se quedaba hasta tarde conmigo ayudándome con algún trabajo para el instituto, todo iba bien.
– Quiero que me vayan a ver pelear éste sábado –Nos dijo Caín. Estábamos todos en el departamento de él, excepto Ian.
– ¿Con quién peleas? –Preguntó Jaxon.
– Con un idiota –Se encogió de hombros. –Pero quiero que vayan, luego podemos hacer algo no sé.
– Está bien –Dijo Dante mirándolo. –Estaré ahí.
Todos dijimos que iríamos a verlo, aunque no me gusta el hecho de que haya un tipo golpeando en la cara a Caín o él golpeando al tipo, es algo perturbante para mí, pero si él quiere sentirse apoyado, está bien.
Me fui con Dante y Zoe al lugar que nos había dicho Caín, era un lugar cerrado y con bastante espacio, había guardias en las puertas de entrada quiénes pedían el nombre de cada persona que entraba al lugar. Caín había reservado los mejores lugares para nosotros, en donde no nos apretaba el tumulto de gente y estábamos sentados.
No vimos a Caín hasta que estuvo en el cuadrilátero frente al otro tipo que parecía una ballena con el abdomen cuadriculado. Era enorme. Cada vez que golpeaba a Caín, me dolía el pecho. Podría apostar que ésta era la pelea que más le iba a costar. Cada vez el tiempo se me hacía eterno. Caín lo golpeaba, pero era como una muralla, el rostro de Caín estaba ensangrentado, a pesar de que cuando se sentaba a descansar le ponían parches en la ceja y le secaban el labio. Anthony le gritaba cosas que se perdían entre los gritos de las personas del lugar.
– Deben detener esto, Caín está muy cansado –Dije mirando a Dante.
– Él está bien, estás exagerando –Me dijo intentando entregarme tranquilidad, pero no lo consiguió.
El pecho de Caín iba de arriba hacia abajo con rapidez, su mirada oscura estaba puesta en los ojos del contrincante, sus tatuajes hacían que todos estuvieran concentrados en él. Su ceja sangraba por debajo del parche y su labio parecía reventado. Anthony le gritaba que se concentrara, pero al parecer Caín estaba fuera de sí.
De pronto, el contrincante golpeó a Caín en el mentón tan fuerte que todo el público se quedó en silencio, la cabeza de Caín se estampó contra el suelo y por unos segundos sentí que todo iba en cámara lenta, apreté la mano de Dante y él se quejó mirándome. Caín se mantuvo unos segundos en el suelo y antes de que el árbitro dejara de contar se puso de pie y de pronto, todos aplaudieron.
– Debe rendirse, lo dejará inconsciente –Decía en voz baja. Mi corazón iba a salir de mi pecho. Estaba a punto de ponerme de pie y meterme en el cuadrilátero a detener esa masacre.
Golpes y más golpes, Caín recibía diez y golpeaba dos. No estaba acostumbrada a eso. Luego de unos minutos, el tipo golpeó a Caín dejándolo en el suelo tendido de espalda, el tipo contó, pero Caín no se movió aunque había perdido la pelea. Todas las personas comenzaron a ponerse de pie para saber lo que estaba pasando. Vi a Anthony entrar en el cuadrilátero alterado haciendo reaccionar a Caín, pero no lo hacía.
Las luces se apagaron y por un altavoz escuchamos "Por favor, no se alarmen, son cosas del boxeo. Los invitamos a salir con calma del lugar" Me puse de pie de inmediato y antes de poder correr al centro del cuadrilátero Dante me detuvo del brazo.
– ¡¿Qué sucede contigo?! –Grité. – ¡Debemos ir a ver a Caín!
– No, debemos salir de aquí. Ya lo están atendiendo y tenemos que obedecer al que dice las reglas por los altavoces.
– ¿Desde cuándo? –Fruncí el ceño. –Si no quieren ir conmigo pues no vengan, pero yo si voy.
– Cailín –Escuché a Annie. –Debemos salir de aquí antes de que toda la gente comience a desesperarse por salir.
– Son unos idiotas –Los ignoré.
Caminé por entremedio de las personas que intentaban salir lo más rápido posible, todas murmuraban que Caín había muerto o que le costaría despertar, otras decían que lo podía haber dejado hasta en un estado vegetal. Mi cabeza daba vueltas, había escuchado millones de veces como personas en el boxeo quedaban inconscientes, con problemas psicológicos, en coma o cosas así. Lo único que quería en ese momento era llegar a donde estaba él y tapar mis oídos para no seguir escuchando negatividades.
Sólo veía las cabezas de las personas, espaldas y nucas mientras caminaba en la dirección que creía que era la correcta para llegar a donde estaba Anthony y Caín. Tenía un nudo en mi garganta horrible, sólo quería llorar.
Llegue a una puerta en donde estaba de pie un tipo de negro que parecía un guardia.
– Necesito ver a Caín –Le dije en un tono alto, ya que las voces de todas las personas hacían muy difícil la comunicación. Aparte el altavoz que decía que debíamos abandonar el lugar en ningún momento se silenciaba, parecía una evacuación.
– No puedes, debes seguir las indicaciones y retirarte del lugar.
– Por favor, necesito saber cómo está –Le dije en un tono desesperado, porque en realidad, si lo estaba. –Soy una amiga, en serio.
– No puedo dar información.
– Por favor –Le supliqué. Sentía que se me estaban agotando todos los recursos para poder verlo. – ¿Nunca ha sentido que está a punto de perder a alguien y lo único que quiere es abrazarlo?
Él se quedó mirándome unos segundos y al parecer se le ablandó el corazón.
– ¿Cuál es tu nombre?
– Cailín... Cailín Taylor –Respondí. Mis piernas temblaban, estaba muy nerviosa y a la vez mis ojos estaban llenos de lágrimas.
– Tendrás que esperar aquí dentro hasta que venga Anthony para darte información ¿Bien? No puedo hacer más –Respondió.
– Muchas gracias –Suspiré.
El tipo me hizo entrar en un cuarto pequeño en donde había una banca y algunas prendas tendidas en colgadores, ropa de boxeo. Me senté en silencio y esperé. Mientras los minutos pasaban cada vez se sentía más eterno, mi pierna iba de arriba hacia abajo impaciente, podía imaginar a Anthony diciéndome que Caín estaba en coma en el hospital. De a poco el ruido de las personas se fue extinguiendo hasta que realmente sentí que estaba sola y estaba esperando una respuesta que jamás llegaría. Las lágrimas llegaron solas a mi rostro, intente secarlas rápidamente, todo estaba bien... Caín es fuerte.
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BESOPOS XOXOXO