Cortes Unidos [Libro #2]

By JCRincon

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Jack y Valerie han retornado a su vida luego de haber superado aquella desastrosa etapa de sus vidas. Ahora c... More

Prologo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
DOMINIK
Capítulo 9
ANUNCIO
Dominik 2
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12 [FINAL]

Capítulo 1

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By JCRincon

Nota de autor.
Santa Claus, Papá Noel o El Niño Jesus, llegan más tarde se supone que es el 25 a media noche, pero pasaron antes por Wattpad y dejaron este capítulo publicado. Feliz Navidad lectores hermosos y hermosas, este es mi regalo para ustedes, disfrútenlo. A la vez feliz año nuevo, que sea un grandioso año en sus estudios o trabajos. Nuevamente Feliz Navidad y disfruten este pequeño capítulo <3 los llevo en mi corazón presente siempre, espero no decepcionar con esta segunda parte de CU.
JC Rincón.
*******

Habían pasado ya dos años desde que Valeria y yo nos habíamos conocido. Ahora vivíamos juntos en un edificio de apartamentos cerca de la universidad. Habíamos tenido suerte y un tanto de ayuda con el re ingreso a la universidad por parte de Valerie.

Mientras ella seguía sus estudios, yo trabajaba, la vida nos estaba sonriendo a ambos. Todo marchaba bien para nosotros, al menos por ahora. Su madre y la mía habían venido a visitarnos en verano y nosotros viajamos cada que podíamos a donde nuestras madres.

Las cosas con mi hermano eran más claras, aunque los misterios no acababan, fue una sorpresa saber que mi hermano y Valeria estudian juntos. Valeria no deja de preguntar el cómo no se había dado cuenta antes, aunque mi hermano actuaba muy bien y lograba ocultarlo.

Yo conservaba una gran incógnita hacia Dominik, y era la razón por la cual llamaba siempre a la misma hora todos los días.

—Nuestro padre murió un minuto antes.

Esa fue la repuesta de él. Temía que me sucediera algo como a mi padre y se aseguraba de que estuviera bien a diario.

Me dio más detallada acerca de la empresa de nuestro padre. Era un tipo de red de pequeñas empresas, pero todas las compraba cuando se encontraban casi en quiebra, aportaba grandes sumas de dinero y ayudaba a que se volvieran más rentables.

Empezó a crecer bajo el nombre de "White Network" su éxito iba en ascenso, parecía como si nada si nadie pudiese detenerlo. Con ayuda de familiares y amigos en Londres y al parecer de mis abuelos paternos, estuvo a punto de crear una sede en allí, en Londres.

El éxito no venía solo con cosas buenas, la envidia era un valor añadido y nada positivo. Cuando mi padre estaba a punto de cerrar la constitución oficial de su empresa en Londres murió en el accidente de avión. Que no fue tan accidentan como asegura Dominik.

La empresa se paralizó, mi madre, mis abuelos paternos y mi hermano decayeron y estuvieron a nada de acabar con la empresa. Pero el dolor no los detuvo, los impulso. Juntos mantuvieron en sus hombros la empresa mi madre se había hecho a cargo y dejado como apoyo a mis abuelos paternos quienes más o menos manejaban los conocimientos  necesarios para manejar una empresa.

Por las hipótesis de sabotaje mi madre cambio a todas las personas cercanas a mi padre. Hizo evaluaciones a personas de los cargos administrativos y luego de un tiempo hizo que ellos se hicieran cargo de la empresa. En ese tiempo mi madre estaba embarazada y por su seguridad volvió a Nueva York y desde allí ayudaba a llevar la empresa.

Mientras tanto, Dominik estudiaba y trabaja en la empresa en sus tiempos libres. Poco a poco aprendió a llevar las riendas por sí solo y cambio el nombre de la empresa a "United London".

Mi madre tenía que viajar a Londres continuamente y me dejaba con mis tíos, para una de esas ocasiones, el accidente con mis tíos ocurrió y cuando regresó, se centró solo en mí y olvido por completo el manejo de la empresa.

Empezó a trabajar aunque era innecesario debido a los ingresos de la empresa, sin embargo era poco lo que ella dejaba que le dieran. Pronto conoció al padre de William y se fue a vivir a California.

Y aquí comienza la historia de mi hermano. Luego de lograr la estabilidad total en Londres y de investigar a no más poder respecto a la muerte de mi padre viajó a Nueva York, en donde con ayuda de sus contactos logró localizarme y vigilarme en el anonimato. Mientras manejaba la empresa y estudiaba.

Así había nacido el Señor Anónimo, que luego de un tiempo dejo de serlo. Ayudó en el asusto con Valerie y ahora nos ayudaba a ambos con las pocas cosas que le permitíamos.

Mi vida junto a la de Valerie estaban cambiando, tanto para ella como para mí todo era positivo y poco a poco aprendíamos a convivir juntos. Sin olvidar el pasado y manteniendo la esperanza de un buen futuro.

—Hola Jack —susurra en mi oído adormilada.

Mis pensamientos retrospectivos se interrumpen por el susurro de mi futura esposa y ahora solo tenía mis sentidos para ella.

—Buenos días amor —contesto sacándole una sonrisa.

Un nuevo día había comenzado con la hermosa su sonrisa. Un nuevo capítulo empieza a escribirse de esta hermosa historia.

—Hace cuanto estas despierto —pregunta mientras se acomoda en mi pecho.

—Lo suficiente para saber que roncas.

Sube su mirada y frunce el ceño, seguido de un puño en mi abdomen.

—Yo no ronco —replica.

—Auch, yo solo bromeaba, no debías ser brusca —digo mientras trato de sobar mi abdomen—. ¿Deseas algo de comer?

—A ti —contesta guiñando el ojo y causado en mí liberar una carcajada.

—Mejor levántate ya, debes llegar temprano a la universidad —me zafo de ella y le doy un beso en la frente antes de levantarme.

Ella chilla molesta contra la almohada y patalea. Dejando las cobijas sobre el suelo y su madurez cerca a la de una niña de cinco años. Me acerco a su oreja y susurro.

—Además anoche ha sido increíble y necesito reponer energías.

Su apetito ... No el de la comida convencional, era insaciable, sin embargo era algo que me encantaba. Me retiro de la habitación imaginando la sonrisa de Valerie al oír lo que le he dicho.

A los pocos minutos en la cocina oigo la ducha abrirse. Me tomo mi tiempo en preparar el desayuno tomando en cuenta el tiempo de Valerie en la ducha y en arreglarse para que no se enfriase el desayuno de ella.

No me iba a cansar de sus peleas, berrinches, celos y todo aquello que vivía junto a ella, que hacía que mis días fueran únicos al igual que mis noches... Vaya, no me había dado cuenta que ahora duraban un poco más.

—Campeón, si sigues pensando en Jodie, se nos quemara el desayuno —susurra en mi oído Valerie.

—No digas eso que... —me giro pero mis palabras son cortadas— ¡Wow!

El cuerpo de Valerie solo lo cubría la toalla, y aunque no dejara ver mucho, era algo muy sensual.

—Deja de mirar me así —dice ella—. Ya me has visto sin ... ya sabes, no deberías sorprenderte.

Tenía mucha razón, pero a pesar de que antes la haya visto sin menos, no dejaba de sorprenderme cada vez que veía su cuerpo descubierto.

—Lo sé, pero deja decirte algo, el gym te le ha hecho un gran cambio a tu cuerpo.

Entre las cosas que habían cambiado en nuestras vidas, una era ir al gym juntos. Era divertido, y más porque la competitividad de ambos hacia que el uno le quisiera ganar al otro y como siempre terminábamos agotados.

—Ya para tus halagos, iré a cambiarme antes de que termines follándome aquí.

—¡Hey! No sería para nada una mala idea —rio, ella pone los ojos en blanco y se va a la habitación.

Termino con el desayuno y dejo sobre el comedor el de Valerie, me siento y espero a que llegue para desayunar juntos. Llega, se sienta y le da una pequeña probada a lo que he preparado.

—Vaya esto sabe delicioso —dice con una sonrisa.

—Me lo dices todos los días amor —aunque la verdad me agradaba que lo dijera.

—Sí y no me cansare de decírtelo.

—Y yo no me cansare de oírlo. Ahora termina, en poco saldremos.

Luego de terminar el desayuno y de esperar a Valerie mientras se da sus últimos arreglos, bajamos hasta el parqueadero del edificio donde estaba la hermosa Ducati.

—Déjame manejar —suplica Valerie.

—¿Y correr el riesgo de terminar en un hospital de nuevo? No gracias, mejor manejo yo —contesto.

Y es que no la dejaba manejar por que pensara que las mujeres no son para eso, si no que la última vez que lo hizo término en el hospital por haberse estrellado contra un vehículo, por suerte solo se fracturo una de sus piernas y tuvo que durar casi dos meses en recuperación.

Conduzco hasta la universidad, nos despedimos con el habitual beso y el "Te amo" "No, yo más" y una vez la pierdo de vista, parto hacia mi trabajo. Había logrado lo que quería, aunque claro con un poco de ayuda de mi hermano, ahora trabajaba en una editorial. Que por supuesto pertenecía a la gran red de empresas de "United London"

Acepte el trabajo luego de que mi hermano insistiera tanto en que lo tomara. No porque quisiera hacerle el de rogar, si no que la idea de entrar a una de las empresas en las que mi hermano era casi el dueño, era como aprovecharme del poder. Sin embargo llegamos a un acuerdo, aceptaba le trabajo pero como todos seria evaluado y asignado al puesto que ameritaba por mis conocimientos.

Y así fue, ayudaba con la corrección de algunos manuscritos que saldrían a publicación. Era un trabajo bastante agradable el cual no quería dejar.

—Hola White —me saluda Tom, un chico universitario en prácticas. Es bastante agradable y durante estos años nos hemos hecho algo cercanos.

—¿Qué tal todo Tom? —contesto devolviendo el saludo.

—Muy bien, aunque el jefe allí atrás te necesita —dice con gesto de "esto no pinta nada bien"—. Suerte.

Con la advertencia de Tom, camino preparándome mentalmente para cualquier cosa ¿Qué habré hecho ahora? ¿Salió mal algún manuscrito? ¿Me despedirán? ¿Seré el chico de los cafés?

—Siga.

Grita del otro lado el jefe y director de la editorial James Cross. Un señor con sus años, barba arreglada y bien definida, gestos duros que expresan autoridad y voz gruesa, mandona y potente. Y como no, la oficina de él, iba acorde su personalidad. Decorada de una manera clásica, con paredes de color madera, estantes de algunos libros, todos ellos impresos por la editorial y unos tantos escritos por el mismo, suelo alfombrado de color rojo opaco y un gran escritorio de madera brillante.

—Buenos días Sr. Cross ¿Me necesitaba? —digo al entrar a la oficina.

—Así es, tome asiento por favor —contesta.

Sigo su petición, sin apartar la vista de un sobre de manila que sostenía en sus manos –mi carta de despido, seguramente- Se acomoda en su silla y suspira.

—Señor White, usted en este tiempo nos ha sido de gran ayuda, es innegable —pero la ha embarrado y será despedido—. Y no me gustaría que se fuera....

—Perdón si soy imprudente —digo interrumpiendo las palabras de mi jefe—. Me gustaría que llegase al punto, sin tanto rodeo. No me gusta darle vuelta a las cosas —Sr. Cross ríe y asiente.

—Igual que su hermano, no hay duda de que por sus venas corre la misma sangre  —se ríe y habla de mi hermano ¿Qué sucede?—. Pues bien, lo que tengo en mis manos es un documento que hace poco envió su hermano. Como sabe volvió a Londres en donde adelanta la investigación sobre el incidente de su padre y ahora pide su presencia.

Como un balde de agua fría cae aquella noticia sobre mí. Mi hermano necesitaba de mí en Londres, eso implicaba dejar este trabajo, a Valerie, a esta nueva vida que empezaba a vivir. Vaya suerte la mía, la felicidad no puede ser eterna.

—¿Entonces? —pregunto confuso.

—Aquí están los tickets de avión para dentro de tres días —acerca el sobre hacia mí, los recibo e inspeccionó.

Del sobre saco dos tickets rumbo a Londres, uno a nombre mío y el otro a nombre de Valerie. Dominik perdía el tiempo haciendo esto. No aceptaría mudarme tan pronto a Londres. Mi nueva vida empezaba ahora y no querida que se acabara tan pronto. Debía conseguir algo de tiempo para pensar esto era muy pronto para mí.

—Gracias Sr. Cross pero creo que necesitaré un poco más de tiempo para tomar esta decisión. Así que, mejor vuelvo  mi puesto de trabajo y continuó con mis labores.

—Está bien joven White, igualmente usted cuenta con ese trabajo y siempre tendrá las puertas abiertas aquí.

Agradezco al Sr. Cross y salgo de su oficina. Me dirijo a mi puesto de trabajo y saco de uno de los cajones uno de los manuscritos que estaba corrigiendo el día anterior, pero antes de ponerme a trabajar saco el móvil y escribo un breve mensaje para Valerie.

Jack: Ya te extraño, y sé que ya te lo dije pero, éxito en la universidad hoy. Adiós.

Pulso enviar y empiezo a trabajar.

[...]

Pronto llega la hora del almuerzo y con ella la pregunta de siempre de Tom.

—¿Salimos a almorzar Jack?

—Oh claro —respondo.

Ya era nuestro hábito salir a almorzar, el primer día por casualidad coincidimos en el mismo restaurante y desde allí empezamos a salir juntos.

—Qué días más atareados —dice Tom mientras comemos. Era un tanto conversador y agradecía eso, estar en silencio era algo incómodo.

—¿Mucho trabajo Tom?

El chico era muy listo, me contaba sobre el buen desempeño que llevaba en la universidad y sé cómo luego de terminar las prácticas pensaba continuar con su trabajo en la editorial ya que así le ayudaba a su madre con las cuentas de la casa.

—Así es Jack, entre la universidad y las prácticas ya no me queda tiempo para vivir. He olvidado que era pasar un buen viernes con amigos en una discoteca —suelto una carcajada.

—Vamos Tom, eres joven, ya la pasaras todo un fin de semana en una discoteca con las muere más guapas.

—Dios te oiga hombre —contesta.

Y que de paso me ayude a pensar que hacer respecto a la invitación de mi hermano. Sabía que descubrir el asesino de mi padre era al esencial y aunque las sospechas estaban puestas en el padre de Jodie no se tenían pistas de donde podría encontrarse y muchos decían que había muerto. Estábamos tratando de buscar una aguja en un pajar, y la única pista, Jodie, desde el incidente de Christian se había perdido contacto con él.

—¿Por qué tan pensativo Jack? —pregunta Tom mientras caminamos de vuelta al edificio de la editorial.

—Mi hermano, ya te había contado sobre él, está en Londres y ahora quiere que viaje con mi pareja allá, y no sé, no me siento preparado.

—¿Qué temes hombre? Dominik digo, el señor Dominik es el dueño de la editorial prácticamente, si es por trabajo siempre lo tendrás.

Tom tenía razón, sin embargo este trabajo lo tenía mientras conseguía experiencia. No quería depender siempre de mi hermano. Y aunque el tuviese todos los contactos posibles para lograrme conseguir un buen puesto laboral, quería conseguir todo por mis méritos.

—Puede que sí Tom, pero no quiero depender de él. Además no es eso, mi vida al fin estaba tomando formar aquí en Nueva York, junto a mi pareja ya empezábamos a acostumbrarnos a este ritmo de vida. Además Valerie está aún en la universidad, no creo que ella desee dejar sus estudios están tan cerca de finalizarlos.

—Ya veo —dice Tom—. Pues suerte hombre, has lo que consideres conveniente.

—Si eso haré.

Al llegar a la editorial, Tom se despide del jefe y sale hacia su universidad. Aún me quedaban varias horas de trabajo, reviso el móvil y allí un mensaje de Valerie.

Valerie: Buenas tardes amor, espero que te esté yendo bien. Ahora voy para el apartamento. Te espero para ir al gym. Te amo <3

Una sonrisa idiota se dibuja en mi rostro. Y escribo rápido la respuesta.

Jack: Vale amor, hazte algo de almuerzo, no me agrada que pases sin almorzar. Ten linda tarde no te olvides de tus labores en la universidad. Mañana pasará el Xander para ayudarte con la tesis. Adiós <3

Luego de todo el inconveniente con Christian, el hermano de Megumi, Xander, nos había ayudado para lograr reingresar a ella a la universidad y adelantar en todo aquello en que se había quedado atrás.

La oficina poco a poco va quedando vacía, y yo seguía envuelto en el manuscrito que estaba leyendo. Esta chica tenía bastante talento al escribir y sí que me encantaba ayudar a su edición. Una historia envolvente y apasionada, se notaba en amor que ponía en sus escritos.

—Jack —alguien coloca su mano en mi hombro y me saca del mundo de fantasías. Era el Sr. Cross.

—Oh lo siento Sr. Cross había pasado por alto que ya era hora de irme —río.

—No te preocupes Jack, es un justo ver cómo disfrutas de tu trabajo es como si te consumiera por completo y te olvidas del mundo entero —que buen apunte de su parte.

—Pues es así, no pude decirlo de una mejor manera.

Me levanto de mi silla y recojo todo sobre mi mesa de trabajo y lo guardo bajo llave en los cajones. Seguridad ante todo, alguien podría robar los manuscritos. El señor Cross sale de su oficina también y la deja bajo llave.

—¿A dónde vas ahora Jack? ¿Te hecho una mano? —una gran oferta si no tuviese mi moto aparcada en el sótano del edificio.

—Gracias Sr. Cross, pero tengo mi moto en el sótano.

—Oh verdad, que olvidadizo, la edad —suelta una leve risa—. Entonces ten cuidado, y no olvides el tema de tu hermano —guiña un ojo y me da la espalda—. Adiós.

Sale hacia el ascensor mientras yo espero unos cuantos segundo para perderlo de vista, vuelvo a mi puesto y tomó el manuscrito que hace un momento estaba leyendo.

—Vamos la página cuál era —gruño mientras pasó las páginas rápidamente—. ¡Oh! Esta es.

Tomó asiento y continuó con la lectura. Sin saber cuánto tiempo había transcurrido mi móvil empieza a sonar y en la pantalla un corazón se mostraba. Mierda Valerie está llamando.

—Hola amor ¿cómo estás? —mierda ¿De me ha hecho tarde?

Busco el reloj de mesa, oh vaya siete y dieciséis, voy tarde para recoger a Valerie y llevarla hasta el gym. Me va a patear en cuento llegue a casa.

—¿Dónde carajos estas? Vamos tarde para el gym se supone que hace veinte minutos saliste de tu trabajo ¿Qué tanto haces? Ya deberías estar aquí —siento sus palabras golpear el interior de mi oído, a veces me da miedo su malgenio.

—L-lo siento amor, estoy en la oficina. Ve yendo hacia el gym, nos vemos allá —dejo el manuscrito en el cajón y salgo corriendo hacia el ascensor.

—Tenemos que llegar a las siete y media. No pienso llegar sola, mueve tu trasero —a veces pienso que soy más bien un sirviente para ella.

El maldito ascensor no subía, estaba en un sexto piso y el ascensor estaba en el sótano. No quedaba de otra que ir por las escaleras.

—Ya voy amor, voy bajando por las escaleras —a toda prisa bajo cada escalón de la escalera tratando de tener cuidado de ...—. ¡Mierda! —el pie se resbala, suelto el móvil y me sostengo de las barandas en la pared.

El móvil cae cinco escalones más. Recuperó el equilibrio y reviso rápidamente no tener ningún daño. Mi cuerpo está bien no móvil... Llego a donde está este. Por suerte su pantalla permanecía intacta.

—¡Jack! Contesta —es lo que oigo apenas pongo el móvil en mi oreja.

—Aquí estoy, lo siento, ya mismo voy contigo, adiós —antes de colgar oigo la risa de Valerie. Maldita, le gusta verme sufrir.

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