Capítulo 6

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Era la peor noche de mi vida. Ni cuando vi a Valerie tan destrozada debido al maltrato que le había causado Christian, había sufrido tanto. Este dolor era de traición y me había atormentado toda la noche, ni las tres botellas de whisky lograron calmarlo, al contrario, lo hacían más fuerte y menos soportable.

Entre el dolor, la ira y las ganas de desaparecer. Envió varios mensajes, uno a mi jefe disculpándome por la manera en la que me iba de la empresa, y diciéndole que no volvería en un largo tiempo. Y otro diciéndole a Dominik que partiría al amanecer hacia Londres, solo.

Cuando empieza a salir el sol, se que ya era el momento. Aún con el alcohol corriendo por mis venas y sin saber si estaba totalmente seguro de hacer esto, empiezo a guardar toda la ropa que puedo en mis dos maletas de viaje. Luego de terminar voy al baño y al ver mi deplorable estado me doy una ducha de casi una hora. Cuando trato de vestirme el sueño me gana y termino tirado en la cama semi desnudo.

Cuando despierto el sol brilla demasiado que siento mis ojos quemarse. Me termino de vestir y voy al baño a lavarme la cara. Mi cabeza me da vueltas y mis reacciones van tan lentas que tardó en darme cuenta que alguien ha llegado y está corriendo por todo el apartamento. Tropiezo contra la puerta golpeándome la frente, que torpe. Salgo del baño y me encuentro con Valerie allí y lucho contra mi corazón para evitar salir corriendo a abrazarla.

La perdono por lo que ha hecho. Pero el dolor sigue allí y no es fácil superarlo, me entran dudas y aunque no sea un adolescente ya, necesito huir y darme un tiempo. Así las piezas rotas de mi corazón se rompan más al dejar a Valerie sola.

Me comporto como un imbécil y salgo, sin antes despedirme y dedicarle un mirada, está allí sola en el suelo como la primera vez que la encontré. Con los ojos cristalinos que amenazan con liberar lágrimas en cualquier momento y su expresión triste. Con la poca fuerza que me queda tomo el ascensor hasta el despacho principal, me despido del amable portero sin antes encomendarle a Valerie.

Al subir al taxi, el conductor me mira extraño, pero no le pongo atención, le digo que me lleve al aeropuerto lo más rápido posible –antes de que me arrepienta y vuelva a los brazos Valerie– sin decir nada atiende a mi petición y a los pocos minutos ya estoy en las puertas del aeropuerto.

Cuando llegó y presentó los tickets que tenía de mi hermano me llevan inmediatamente a la zona de despegue. Donde un avión con el logotipo de United London me estaba esperando.

—Vaya sí que los millonarios se dan sus lujos —digo para mí mismo.

Las personas que me atienden me suben al avión, me dicen las precauciones que debo tomar y los servicios que me pueden ofrecer mientras estoy en el vuelo. No hago más que asentir y cuando ya todo está listo el avión prende sus motores y emprende el vuelo.

—No te dejo Valerie, tan solo me doy un tiempo para que el dolor sane —murmuró apoyado contra la ventanilla mientras veo el paisaje de Nueva York con la esperanza de que ella me oiga.

El viaje parece interminable, aunque tan solo fueron unas cuantas horas. Luego de desembarcar estoy con mis maletas en la puerta de salida del aeropuerto de Londres en medio de la noche sin saber a dónde ir. Para mí sorpresa –aunque ni tanta ya me lo esperaba– había un pequeño auto con las ventanillas negras y un hombre con traje sosteniendo un pequeño cartel con mi nombre. El auto tenía el logotipo de United London al igual que el avión. El hombre me ayuda a poner las maletas en la parte de atrás del auto, me abre la puerta para subir y luego pone en marcha el auto.

Aprecio la vista de la hermosa ciudad, me imagino viviendo aquí paseando con mi padre, mi hermano y mi madre, quizás hasta con mis abuelos, todos juntos como familia. Pero tan solo son fantasías. Yo pertenezco a la realidad donde mi padre está muerto, mis abuelos igual y mi madre al otro lado del mundo.

Cortes Unidos [Libro #2]Where stories live. Discover now