Things We Lost In The Fire 🔥...

De Dany_Styles_09

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[LIBROS III & IV] Hope se ha ido. La tranquilidad en la ciudad parece haber "regresado", pero no para todos. ... Mais

Prologo.
Capítulo 1:"Heartbeat"
Capítulo 2:"Talks Under de Moon"
Capítulo 3: "Big decisions"
Capítulo 4:"A&B"
Capítulo 5: "Little Angel"
Capítulo 6:"Dreams"
Capítulo 7:"Broken bond"
Capítulo 8"Blind trust"
Capítulo 9:"Eve"
Capítulo 10:"Our"
Capítulo 11:"The girls must stay together"
Capítulo 12: "After Me, The Flood"
Capítulo 13:"Family portrait"
Capítulo 14: "Witch Bitch"
Capítulo 15: "Save yourself the excuses and tell me a lie (parte 1)"
Capítulo 16: "Save yourself the excuses and tell me a lie (parte 2)"
Capítulo 18:"Revenge is a dish best served cold."
Capítulo 19:"An odd way of saying I love you."
Capítulo 20: "The War is coming, hear my Howl"
Capítulo 21:"You found me."
Capítulo 1:"This moment, we own it"
Capítulo 2: "We all choose our own poison."
Capítulo 3:"A sweet temptation"
Capítulo 4: "The Suicide Squad." (Capítulo doble)
Capítulo 5: "The Bravest Heart"
Capítulo 6: "Chasing the Devil's tail."
Capítulo 7: "Saving Hope"
Capítulo 8: "Little Red Riding Hood"
Capítulo 9: "Little House."
Capítulo 10: "The Secrets we keep."
Capítulo 11: "About broken people."
Capítulo 12 "I can hear the bells."
Capítulo 13: "Tell me a story." Capítulo doble II.
Importante leer!!!
Capítulo 14: "Kill the demon today, face the devil tomorrow."
Capítulo 15: "The song of the caged Bird"
Capítulo 16: "When the Crown falls."

Capítulo 17 "The easiest things turn out to be the most difficult"

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De Dany_Styles_09

El día amaneció despejado. El sol brillaba tenuemente sobre las tierras del pantano. Era una combinación perfecta para dormir todo el día, pero yo no podía. Tenía un gran revuelo en el estómago y no tenía ganas de enfrentar el día de ésta forma. Me gustaría seguir durmiendo pero...una arcada matutina me despabiló del todo.

Con una mano me cubrí los ojos mientras que intentaba parpadear para adaptarme a la luz; por alguna extraña razón me dolía mucho la cabeza y el mundo me daba vueltas. Suspiré y reprimí un bostezo mientras me peinaba el cabello con la punta de los dedos.

Traté de estirarme lo mejor que pude en el colchón y fue ahí cuando sentí olor a sangre. Por alguna otra razón sentí el miedo subiéndome desde lo más recóndito de mi cuerpo. Olfatee varias veces hasta que detecté el lugar de procedencia y no era nada más y nada menos que mis propios dedos. Con la luz de sol que ingresaba me dediqué a estudiarlos. El olor provenía de un patrón de sangre yo conocía muy bien: era mi sangre. Sangre con la que firmé el acuerdo de Paz que Elijah tanto anhelaba El alivio era increíble; había llegado a pensar lo peor.

Volví a suspirar y dejé caer las manos sobre el colchón mientras me frotaba la frente. Sabía muy bien los riesgos de ver sangre durante un embarazo y me alegraba saber que esas manchas no provenían de entre mis piernas.

Colocando mis palmas sobre el colchón me impulsé hacia arriba, descansando todo mi peso sobre las puntas de mis dedos. Hasta ese momento no me había dado cuenta de que las sabanas estaban tiradas en el suelo y la almohada al otro lado de la cama. Sin duda había pasado una mala noche.

Sosteniéndome de uno de los postes logré ponerme de pie; al estirarme la espalda me crujió y me di cuenta lo mal, terriblemente mal que había dormido. Cualquiera que entrase a mi habitación pensaría que habría pasado un tornado, pero no, era sólo yo y mis malas posturas.

Una vez que me puse en movimiento comencé a recoger todo lo que estaba en el suelo. Tendría que revisar cuanta ropa había traído conmigo porque a simple vista parecía tener toda una tienda de moda desperdigada por la habitación. Me dolía la espalda cada vez que me agachaba y el vientre me rozaba las rodillas lo que hacía que mis movimientos fueran lentos y algo torpes. Una vez que logré separar la ropa limpia de la sucia opté por volver a acostarme y descansar el cuerpo antes de enfrentarme al día.

A medida que el sol iba usurpando la habitación las figuras del exterior se proyectaban en los escasos muebles de la habitación; pero lo que me llamó la atención fueron las sombras que se reflejaban en las paredes. Al principio pensé que eran ramas, pero era el doble, el triple de anchas. Me reincorporé apenas apoyando todo mi peso sobre mis codos y aguardé. Tal vez sólo fuese mi imaginación o el estrés ocupando mi mente. Pero no. Las sombras se movían como fantasmas. Los vampiros ya no habían dado una descortés bienvenida hacía unos días y no me sorprendería saber que ellos estuviesen en nuestras tierras para finalizar lo que les interrumpieron. Para asegurarme olfatee el aire y aguardé hasta procesar el olor: para mi gran desconcierto...era olor a lobo. Con la curiosidad picándome la conciencia me dirigí a la ventana.

Al correr las cortinas me llevé la...grata sorpresa de ver gente junto a mi habitación. Sobresaltada con aquella imagen no pude evitar retroceder unos cuantos pasos hacia atrás. Todos estaban rígidos, muy quietos y con los ojos puestos en la cabaña.

-¿Qué demo...?-cuando uno se percató de la cortina corrida media docena también lo hicieron. Y ya no sólo eran un par de ojos observando...

Obviamente asustada me alejé de la ventana y retrocedí aún más. Caminando de espaldas choqué con la puerta. Sin mirar atrás tantee hasta encontrar la perilla y una vez que la hallé no dudé en abrir la puerta.

Si bien hacía pocos que nos habíamos mudado al pantano me había tomado el trabajo de memorizar cada uno de los rostros de la manada, pero los que estaban ahí afuera...eran completamente desconocidos para mí. Y si en algún momento de mi inmortal vida visité otra manada los recordaría. Ni siquiera era la gente de Paul. No eran conocidos.

-¡Buenos días!-exclamó Hayley cuando me topé con ella en el pasillo. Su voz me sobresaltó el doble de lo que ya estaba. Me volví hacia ella dando un respingo y con los ojos abiertos desmesuradamente.- De acuerdo... ¿a qué se debe esa cara...?-la tomé de la muñeca y prácticamente la arrastre hasta la salida.- Thalía, me estás asustando.-manifestó mientras atravesábamos el comedor.- ¿Qué ocurre?-

-Ne...necesito mostrarte algo.-al pasar por la cocina también intercepté a Eve.-No sé si es por el embarazo, el estrés o qué pero...creo que estoy empezando a ver cosas.-al llegar la entrada abrí de golpe la puerta enfrentándome a un enorme grupo de gente parado frente a la cabaña.- Díganme si es real.-

-Bueno...-Hayley dio un paso hacia adelante.-Son real.-

Real. ¡Esas personas eran reales!

Tantee con mis manos las paredes hasta que logré dar con un saliente de la construcción. Me apoyé en él y me pasé las manos por la cara. Eran reales. Humanos. De carne y hueso. Personas. Lobos.

-Tienes que estar bromeando.-murmuré mientras me sospesaba la frente.- ¿Qué rayos está sucediendo?-no eran seis o siete personas ¡eran alrededor de una docena o mucho más!- ¿Quiénes son todas éstas personas?-me volví hacia Eve. Podía asegurar que Hayley era ignorante a tal reunión; pero Eve...ella debía de saber algo. Y sin duda su expresión serena me dio a entender que aquellas presencias no la incomodaban.- ¿Por qué están parados ahí...mirando?-

-Han venido de todos lados.-respondió ella con aquel tono tranquilo y despreocupado.- De otras manadas.-

-¿Por qué?-indagó Hayley cruzándose de brazos.- ¿Para ver a un bebé milagroso que todavía no nació?-

-Olvida al bebé.-interrumpió Oliver saliendo del interior de la cabaña.-Nah, estos raros han venido a verla a ella.-con un hosco movimiento me señaló.-Dada la misteriosa leyenda de la hija prodiga y el lugar que ocupa en la jerarquía en ésta manada, tal vez crean que es la loba mesías o alguna estupidez parecida.-

-Fantástico.-me crucé de brazos. Más carga sobre mis hombros. Genial. Simplemente genial.-Presión cero.-me mordisquee el interior de la mejilla cruzándome de brazos también.- ¿Y qué se supone que debo hacer con ellos?-pregunté mientras daba media vuelta e ingresaba de nuevo a la cabaña.-Apenas soy capaz de manejar a un reducido grupo...-

-Bueno, sería estupendo que aprendas a interactuar con grupos más numerosos.-propuso Hayley con cierta ironía.

Me sobé el brazo. Podía intentarlo pero... ¿cómo empezar? Nunca en mi vida me había enfrentado a tantos lobos; lo mío siempre había sido lidiar con vampiros o con Klaus.

Corrí una silla hacia atrás y me senté, sujetándome la cabeza con una mano. ¿Qué podría hacer o decir para contentar a todas esas personas?

-Thalía.-Alex ingresó a la cabaña, dejando la puerta entre abierta; por lo que llegué a ver más gente se iba sumando.- Alguien quiere verte.-se metió un poco más dentro y se hizo a un lado.-Puedes pasar.-en cuanto se corrió del todo las figuras de Jackson, Oliver y Elijah se dibujaron detrás de él.

Y yo que pensaba que mi día iba a ser mejor...

-Oh...hola.-me puse de pie. La coleta estaba mal hecha por lo que terminó cayéndose.- Elijah, ¿qué ocurre?-

-Necesitaba hablar con ustedes.-respondió el aludido mientras cerraba la puerta a su paso.

-¿Y alguien como tú que tiene que decirnos?-preguntó Oliver burdamente. Elijah lo examinó detenidamente para luego darle la espalda.

-Si te callas tal vez podamos oírlo.-espetó Alex, recostándose en el brazo de un viejo y raído sillón.-Anda, hermano, habla.-

-Oliver creo que teniendo en cuenta los disturbios que has provocado en mi fiesta...no estás en condiciones de dirigirte de esa forma hacia mí.-con los dedos recorrió el largo de la mesa tamborileando las puntas al final.-Y tu.-señaló a Alex.-Tampoco creas que tenemos la confianza suficiente como para que me llames...hermano.-el lobo sólo se limitó a levantar los brazos y permaneció en silencio.

-¿Y qué podemos hacer para remediar tal ofensa hacia tus amigos?-cuestionó Hayley cruzándose de brazos.- ¿Entregarles flores y decirles que estamos realmente apenados?-

-Thalía creo que tú gente está excelentemente preparada para dar el ejemplo al resto del Barrio Francés.-continuó Elijah haciendo caso omiso.-Y por lo que creo correcto, los lobos deberían asistir a una celebración en honor a las brujas revividas.-tras eso último las miradas cayeron sobre mí.

Presión...cero.

-Eh...-suspiré y me corrí el cabello que caía sobre mis ojos.- Gracias, pero no.-ladee la cabeza.-Los vampiros ya dejaron muy en claro sus intenciones para con mi gente y si quiero conmemorar a las brujas le enviaré un presente sólo a Davina...-

-Al menos dale la oportunidad de hablar.-intervino Oliver.-Escuchémoslo.- Elijah le dirigió una especie de mirada de gratitud pero en un nivel muy bajo como para reconocerla y luego se volvió hacia el resto.

-¿Qué quieres escuchar?-protestó Hayley.- Las brujas maldijeron a tu manada y desde que nosotras llegamos no han hecho nada más que fastidiarnos.-se volvió hacia mí.-Thalía tiene razón: no. No vamos a asistir.-

-Las cosas han cambiado en el Barrio, Hayley.-terció Jackson.-Estoy de acuerdo con Oliver.-giró la cabeza hacia Elijah.-Si vamos a coexistir, tenemos que cooperar. Enviaremos a un representante con un presente.-

Suspiré empujando la silla donde había estado sentada.

-Bueno...creo que ya has recibido la respuesta que estabas buscando, Elijah.-me tambalee levemente sobre las puntas de mis pies.-La puerta está detrás de ti. Úsala.-durante una breve fracción de segundos me quedé mirándolo fijamente, esperando a que él hiciese algo.

No ha sido sólo eso por lo que he venido y lo sabes.

Su voz resonó en el interior de mi mente.

Ladee la cabeza y apenas levanté las comisuras.

Entonces, hablemos.

Decidida volví sobre mis pasos hacia mi habitación. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para ponerme a pensar que regalo sería el adecuado para un montón de adolecentes usadas para un sacrificio y como estar de lambe botas con Genevieve.

Una vez dentro de mi alcoba, dejé la puerta semi abierta mientras aguardaba. Pocos segundos pasaron antes de que Elijah se colase en el interior.

-¿No nos escucharan?-preguntó tras inspeccionar cada rincón del lugar para luego llevarse las manos a los bolsillos mientras señalaba a su alrededor.

Tras colocarle la traba a la puerta me volví hacia él.

-Tienen buen oído.-razoné.-Pero no se compara al de un vampiro.-Elijah asintió lentamente mientras cerraba las pesadas cortinas, separándonos de los ojos desconocidos.

-Hermosa vista tienes desde aquí.-comentó señalando a los lobos.

-No sé qué hacer con ellos.-admití, sentándome en la cama.-Pero estoy segura de que no es eso sobre lo que tenemos que discutir.-repuse.- ¿Cómo viste todo ahí fuera?-

-Eso...fue demasiado fácil.-manifestó paseándose frente a mi lecho.-Aceptaron casi sin oponerse.-añadió.-Y me resulta muy sospechoso.-

-Lo sé.-me pasé las manos por la cabeza mientras me mordisqueaba una uña y movía frenéticamente la pierna.-Oliver no me influye mucha confianza...

Hablar mentalmente con Elijah fue un proceso que me llevó años perfeccionar pero que terminé domando a la perfección. Esa nueva estrategia fue la que me permitió trazar todo un plan para poder escapar de Klaus en Inglaterra tantos años atrás. Hoy, en la actualidad, volvíamos a utilizar éste medio para hablar de temas tan delicados como la lealtad. A pesar de que el tratado estaba firmado por todas las facciones, Elijah estaba completamente seguro que de los lobos no estaban un 100% contentos con ésta nueva alianza al igual que tampoco lo estaba Klaus. Por lo que debíamos mantenernos alertas en caso de una inminente traición o revelación.

-Pasé lo que pase no confié en él.-aconsejó.-Mejor, no confíes en ninguno de ellos.-

*.*.*

Cuanto más pasaba el día, menos me animaba a salir de la cabaña. Cuando el sol comenzó a caer los lobos de las demás manadas comenzaron a montar un campamento en los alrededores del pantano.

-Thalía.-llamó Hayley ingresando a la habitación.

-¿Me ayudas con la cremallera?-pregunté dándole la espalda y enseñándole el cierre de mi vestido.

-Claro.-ella se situó detrás de mí. Me estremecí cuando sentí sus fríos dedos subiendo a lo largo de mi espalda.-Necesitamos hablar.-manifestó luego de abrochar el botón y evitar que el cierre se volviese a bajar.

-Si se trata sobre los lobos, prometo hablar con ellos en la mañana y...-

-Se trata de Klaus.-me interrumpió.

Suspiré y me pasee por la estancia hasta situarme frente al tocador.

-Ya me parecía raro que nadie mencionase su nombre en todo el día.-murmuré mientras tomaba una cepillo de cerdas suaves.- ¿Qué ocurre con él?-

A través del espejo vi que Hayley se acercó a la puerta de mi habitación y la cerró. Debía de suponer que el tema era serio ya que colocó la traba.

-¿Tú sabías sobre algún trato?-preguntó finalmente mientras se cruzaba de brazos.

-¿Te refieres al que firmé con Elijah?-inquirí desenredando unos cuantos mechones.

-No, ese no.-respondió.-Uno que Klaus hizo...-curvó los labios. Bajé lentamente el cepillo y voltee un cuarto de vuelta.-No, no lo sabías.-asintió como si estuviera auto-respondiéndose a sí misma.-Entonces las dos estamos en iguales situaciones...-

-¿Qué clase de trato hizo Klaus?-pregunté.

-Les prometió poder a los lobos.-negó.-No confió en sus promesas y me temo que nuestra manada saldrá perdiendo si nos aliamos a él.-

-Es que no debemos aliarnos a él por más que nos prometa la luna.-repuse.- ¿Con quién trató?-

-Jackson y Oliver son los únicos que saben.-

-Pensé que Jackson sería más inteligente.-apostillé.-Podía esperármelo de Oliver, pero de él...-sacudí la cabeza.

-¿Harás algo al respecto, verdad?-

Me humedecí los labios y asentí.

-Yo me encargo.-

Una vez que el desfile de las brujas llegó a su fin, los invitados fueron dirigidos hacia una lujosa mansión. Para ésta ocasión opté por ir sola. Ya bastante dolor de cabeza me habían causado los pleitos entre lobos y vampiros. Necesitaba una noche libre de disturbios. Necesitaba una noche de paz.

-¿Davina?-llamé. Ella se encontraba rodeada de otros concurrentes, los cuales alaban su atuendo y joyería.

-¡Thalía!-saludó con una gran sonrisa.-Disculpen.-las personas que la rodeaban se alejaron lentamente, dejándole el camino libre.

-Hey.-acorté la distancia que nos separaba y la abracé. Ésta era la primera vez que la veía desde su...sacrificio.- Estoy tan contenta de ver que estás a salvo.-le froté la espalda mientras reposaba mi mentón sobre su hombro.

-También me alegro de verte.-respondió.

Lo mínimo que podía esperarme de ella es que estuviese enojada por haber roto mi promesa sobre obligarla a continuar con la Cosecha. Pero ahora me daba cuenta que ésta situación era completamente lo opuesto.

-¿Aburrido, no crees?-preguntó cuándo estuvimos separadas.

-No es algo que deba decir pero...sí, es aburrido.-ella rió por lo bajo mientras se acomodaba las cuentas que pendían de su vestido.

Otra de las brujas revividas pasó ante nosotras y no tuvo disimulo al mirarnos. Sus labios se curvaron en una hosca sonrisa y siguió de largo. Enarcando una ceja me detuve a observarla; cabellos rizados, piel olivácea, ojos relampagueantes brillantes de color verde-amorronado. Llevaba un vestido, que en mi opinión, era horrible pero ella lo presumía con la mayor galantería que pudiese caberle en el cuerpo. Cuando estuvo varios metros alejada pude percibir que su aura era pesada y poseía toques de malicia. Sin duda era parecida a una que yo conocía...

-Monique.-masculló Davina apretando los dientes.

-¿Monique?-repetí.- ¿Monique Deveraux?-

-La misma.-respondió mientras le daba la espalda al resto de la celebración.-Desde que volvió no hace más que arruinarme la vida.-

-Bueno...-pasé un brazo por encima de sus hombros acercando mi boca a su oído.-Entre nos, podrías utilizar tus poderes y...sutilmente...mandarla de vuelta con los Ancestros, ¿no crees?-Davina sonrió.

-Podría intentarlo.-le apreté suavemente el hombro mientras le guiñaba una ojo.

-¡Atención, atención, por favor!-un suave pero intenso tintineo fue acallando el murmullo de los visitantes.

-Debo irme.-murmuró Davina tomándose los costados de su vestido.-Nos vemos.-volví a guiñarle un ojo mientras la veía caminar entre la multitud.

-¡Sean bienvenidos!-exclamó Genevieve alzando la copa que tenía en sus manos. Le sonrió a los presentes.- Cómo lo dicta nuestra larga tradición, todos son bienvenidos a entregar sus ofrendas.-con el brazo señaló a las tres brujas alineadas sobre unos escalones altos.- Es nuestra costumbre que nadie debe ser rechazado y por eso no se negará ninguna bendición.-volvió a sonreírle al público para luego hacerse a un lado.

Cada miembro de las facciones fue pasando en una hilera ordenada. Mientras aguardaba mi turno pude notar que dos de las tres brujas recibían regalos mientras que Davina no tenía ninguno. Detrás del esplendoroso decorado Genevieve se escondía y observaba todo. Tenía entendido que la joven Claire seguía siendo una repudiada entre su propia gente por las acciones en las que se vio involucrada con los vampiros, pero no le veía sentido hacerla pasar semejante vergüenza ante tanta gente.

Cuando finalmente llegó mi turno ignoré completamente a la chica que dirigía a los invitados y me paré justo frente a Davina. El regalo que le habíamos conseguido no era de los más fantástico, por lo que decidí darle algo más simbólico: tras dejar el presente a sus pies, me deshice de un collar de oro, el cual había sido un obsequio de Jana. Me tomé el atrevimiento de colocar la cadenilla sobre el cuello de Davina.

-Las golondrinas son de la buena suerte.-murmuré mientras me colocaba nuevamente frente a ella.-Y teniendo en cuenta todo lo que has pasado...las necesitarás más que yo.-ella acarició la joya con la punta de los dedos y sonrió.

-Gracias.-musitó. Los ojos se le aguaron un poco pero se las arregló para no llorar.

-¿Te parece salir de aquí?-pregunté viendo como más personas veneraban a Monique y a la otra bruja.

-Claro.-extendí mi mano y Davina la aceptó casi sin parpadear.- ¿Se notaba mucho que necesitaba irme?-

-Bastante.-respondí mientras nos abríamos paso entre la gente.-Aparte, percibí la presencia de alguien que te hará sonreír.-enlacé mi brazo con el de ella y juntas echamos a caminar por los pasillos de la lujosa mansión.

-¿De quién hablas?-preguntó.

-Será mejor que lo mires con tus propios ojos.-

Al llegar a un pasillo la presencia se hizo cada vez más fuerte.

-¡Josh!-exclamó Davina, al ver a su amigo vampiro. Ella corrió hacia él, estrechándolo en un rápido abrazo.- ¿Qué haces aquí?-preguntó acusatoria y preocupadamente.-No deberías estar aquí.-

-¿Estás bromeando?-inquirió él.- ¡No iba a perderme tu gran día!-replicó.-Además, ¿música, vino, fuego? El chico nocturno dentro de mí está en el cielo...oh, hola.-él me saludó por encima del hombro de Davina. Le correspondí el gesto levemente mientras me apoyaba contra una pared.-Sin embargo, no parece que te estés divirtiendo mucho.

-Los dos deberían salir.-murmuré.-Llévala a un lugar donde se sienta cómoda.-el vampiro alzó la vista y asintió, para luego sujetar a su amiga suavemente por el brazo.

-¡Joshua!-antes de que ellos pudiesen salir por la puerta que tenían más cercana Klaus les cortó el paso.-Qué feliz coincidencia encontrarte aquí.-en sus ojos residía la más frías de las expresiones.-Tenemos asuntos sin finalizar.-

-Klaus.-intervine.-Sean cuales sean tus asuntos con Josh estoy muy segura de que pueden esperar.-me acerqué a ellos empujando a ambos adolecentes hacia atrás.

-¡Tienes que irte de aquí ahora mismo!-ordenó Davina con voz imperiosa.

Klaus ni siquiera se inmutó ante tal actitud.

-Para ser justos, no eres tan poderosa como lo fuiste una vez.-replicó.- No estás en posición de darme ordenes.-con aquellas simples palabras terminó por destruir a Davina, la gran bruja que atacó a su propia gente para saldar una deuda con un vampiro, la bruja humillada y la relegada.-Ven aquí, muchacho.-Klaus tomó a Josh por el cuello y lo obligó a caminar a lo largo del pasillo.

-Klaus, déjalo.-insistí yendo detrás de él.- ¡Klaus!-él no me prestó ni el más mínimo caso, situación que se volvía bastante común entre nosotros, y terminó arrastrando al vampiro hasta el inicio de unas majestuosas escaleras de madera.

-¡Damas y caballeros!-habló alzando la voz para llamar a los presentes. Se situó unos escalones más arriba empujando a Josh unos cuantos más abajo.- ¿Puedo tener un momento de su atención, por favor?-varias cabezas voltearon a verlo, algunas con más curiosidad que otras.- ¡Hoy estamos aquí reunidos para rendir homenaje a nuestras queridas brujas!-reverenció mientras alzaba los brazos.-Pero a una de ellas en especial ha sido completamente ignorada.-frunció brevemente el ceño. Bajó unos cuantos escalones situándose frente a Davina.-Eso me parece un poco injusto.-para sorpresa de mi joven amiga y mía, él le entregó un pequeño regalo.-

Ella lo observó durante unos instantes y luego negó.

-No.-la expresión de Klaus se transformó completamente.-No quiero tu obsequio.

-Entiendo porque rechazas mi regalo.-murmuró él sin bajar el brazo.-Dado nuestro pasado.-durante una fracción de segundos ambos estuvieron mirándose fijamente hasta que Klaus subió un escalón.-En realidad, muchos de los presentes hemos salidos heridos en conflictos, que el tratado de mi hermano terminó.-alzó el brazo para señalar a Josh.- ¡Tú amigo estuvo involucrado en una conspiración para matarme!-un segundo rostro se descompuso en una afligida expresión; al parecer Davina no sabía aquella parte de la historia.-Estaría en todo mi derecho ejecutarlo aquí y ahora... ¡pero! En nombre de la solidaridad y en tu favor, Davina, aquí mismo lo perdono.-colocó una mano sobre el hombro del vampiro.-De hoy en adelante no tienes por qué temerme.-luego se volvió hacia Davina entregándole nuevamente el presente.-Por favor.-para la sorpresa de todos, y creo que más para Genevieve, ella terminó aceptándolo.

Tras ver con excito como la líder del aquelarre salió espantada del salón, de dediqué a pasear por la mansión. La expresión de Genevieve me había causado una increíble sensación de placer. ¿Qué más se podría pedir? Ella humilló a una niña y el karma volvió en manos de su...juguete.

-¡Thalía, amor!-miré por encima de mi hombro encontrándome con Klaus. Él me sujetó suavemente por el codo y besó castamente mi mejilla.- Qué hermosa estás ésta noche.-me miró de arriba abajo.-Sí aquí causas una increíble impresión, no me quiero imaginar con los lobos...y por cierto, ¿has hablado con esa encantadora jovencita que se hace llamar Hayley?-

-¿Te refieres a súper secreto?-inquirí.-Sí, hablo con ella todos los días y...ella me contó alguna que otra cosita.-

-Qué les forzó a decir a los lobos.-gruñó él.-Muy audaz...cómo tu decisión de representarlos hoy tu sola...

-¿Te preocupa que arruine algo?-pregunté cruzándome de brazos por encima de mi hinchado vientre.- ¿O te preocupa que Elijah sepa lo que haces a sus espaldas?-

-¿Cuál es la diferencia para ti si tu gente sale beneficiada?-sonreí para luego pasar mis dedos a lo largo del cuello de su camisa. Entre nosotros existía una distancia que nos separaba y era debido a la panza, pero de igual forma quedé lo bastante cerca.

-Sí llegó a descubrir que estás jugando alguna clase de juego, intentando manipularnos...-él no pudo evitar reír mientras atrapaba mi mano entre las suyas.

-Amor, has recorrido un largo camino.-me interrumpió.-Siempre supe que eras fuerte, astuta pero nunca supe que fueses una reina...-

-Lo soy.-repuse.-Y aunque no lo creas mi gente me respeta y no por el título ni la procedencia que tengo, si no por las cosas que hago por ellos.-enarqué una ceja.- ¿Y tú?-inquirí.- ¿A cuántos tienes dispuestos a morir por ti?-él no respondió pero pude saborear la victoria de cerrarle la boca.- Entonces... ¿a quién le queda mejor el título, mi rey?-

-Esas palabras te hacen sonar mucho a mí, mi reina.-dijo finalmente.-Y voy a temerte si algún día te conviertes en mí.-sonreí enlazando mi brazo con el suyo.

-¿Te imaginas a dos como tú?-arrugué la nariz.

-Seríamos imparables.-rodé los ojos.

Así de ésta forma permanecimos durante un rato. Ya para esos instantes la fiesta me había aburrido.

A pesar de todas las cosas que estaban pasando entre nosotros, los dos actuábamos como si ningún problema estuviese interfiriendo con nuestras vidas. Ojala las cosas fuesen tan fáciles y él el hombre dulce y amable que alguna vez fue.

Con esos pensamientos rondando mi mente, apoyé mi cabeza contra su hombro.

-¿Tienes como...?-antes de que él pudiese terminar la oración un rítmico sonido de tambores comenzó a descender por la gran y majestuosa escaleras. Pocos segundos después un grupo de hombres vestidos de blanco comenzó a bajar, acompañados por dichos instrumentos.

-¡Feliz fête des bénédictions!-exclamó uno de los músicos saliendo de su formación.- ¡Tenemos una mensaje para todos ustedes de Marcel Gerard!-Klaus se tensó notoriamente y se irguió más en su posición. Sincronizadamente los recién llegado sacaron unas navajas de dentro de sus bolsillos. Más de uno de los presente ahogó una exclamación y retrocedieron. Los músicos utilizaron las navajas para generarse cortes en las muñecas. Los miembros de las demás facciones se horrorizaron y retrocedieron aún más, pero los vampiros revelaron sus verdaderos rostros.

-¡Contrólense!-pidió Elijah, interviniendo ante los demonios sedientos.-Esto es un truco vulgar.-continuó.- ¡No violaremos nuestro acuerdo!-en aquel momento las luces se apagaron y toda la sala quedó a oscuras. Los gritos de los invitados resonaron en cada rincón de la sangre mientras que el olor a sangre se intensificó al punto de asquearme.

No sé en qué momento me deshice del agarre de Klaus, pero sentí claramente cuando caí al suelo. Me dolieron las pisadas que recibí pero no me importaba mi integridad física, me importaba proteger mi vientre. Para esos instantes tenía la cabeza adolorida y algo tibio me bajaba por la sien. Pero no me importó. Cerré los ojos y me abracé a mí misma. Esperando a que todo pasase lo más rápido posible.

-¡Thalía!-

Había perdido la noción del tiempo. ¿Cuánto había pasado? ¿Segundos? ¿Minutos? Los gritos habían cesado finalmente, pero el terror aún seguía rondando en el aire como si estuviera al asecho. No me quería imaginar lo que los vampiros pudieron haber hecho con toda esa gente, pero tenía la certeza de que Marcel había arruinado todo.

-¡Thalía!-unos brazos se cerraron alrededor de mí, pero la fragancia que emanaban no era la que yo quería en mi entorno.

-¡Klaus!-exclamé viendo sin ver. Un fuerte calambre me había atacado en la zona abdominal y el terror comenzó a poseerme. Me doble sobre mi misma sintiendo la presión mucho más fuerte que antes.- ¡Klaus!-Elijah estaba cerca y me sostenía lo mejor que podía, pero yo no quería sus brazos protectores. Hoy, esta noche, no lo quería cerca.

-Mi reina.-cuando finalmente mis ojos volvieron en sí logré distinguir el preocupado rostro de Klaus a pocos centímetros del mío. Mis manos subieron por su pecho y se aferraron fuertemente a sus hombros.

-Sácame de aquí.-musité con las lágrimas quemándome los ojos.-Por favor.-el agarré de sus brazos me hizo sentir segura, pero aún tenía miedo. Necesitaba asegurarme de que mi bebé estaba bien.

-Te llevaré a las Instalaciones.-informó él mientras me guiaba fuera de la casa.

-Necesito un médico.-murmuré.

-Puedo darte de mi sangre...

-No.-insistí.-No sé cómo es estar embarazada siendo un híbrido. Necesito que alguien con sabiduría me diga que todo está bien.-me detuve en la entrada y lo miré suplicante a los ojos.-Por favor...-Klaus asintió resignado y se sacó su sacó para colocarlo suavemente sobre mis hombros.

*.*.*

-Buenas noches, señorita Ivannova.-una enfermera ingresó a la habitación cargando una carpeta con varios papeles abrochados.-Señor.-le entregó una breve inclinación a Klaus mientras se colocaba a mi derecha.-Hemos hecho una serie de análisis con respecto al embarazo y todo parecer marchar correctamente.-sonrió mientras pasaba unas cuantas hojas.-Por lo que tengo visto...es la primera vez que vienen a un control, ¿verdad?-intercambié una mirada con Klaus y asentí.- ¿Madre primeriza?-

-¿Tanto se nota?-la mujer rió mientras abandonaba sus anotaciones.

-Sé cómo calmar los nervios en una situación así.-habló.- ¿Les gustaría ver al bebé?-durante todos estos meses me había conformado con escuchar su hermoso palpitar pero... ¿verlo?

-Me muero de ganas.-afirmé con entusiasmo.

-¿El papá también está de acuerdo?-miré a Klaus y él estaba tan serio como cuando habíamos salido de aquel caos.

-Cla...claro.-respondió.

-De acuerdo.-la enfermera sacó algo del interior de su guardapolvo blanco y me lo tendió.-Teniendo en cuenta la hora que es, lo más probable que esté durmiendo pero queremos verlo en acción, ¿no es así?-lo que había sacado era una tableta de chocolate.-Estudios recientes afirman que comer una pieza de chocolate durante el embarazo ayuda a evitar la depresión y sirve como estimulante para los bebés, apuesto que aquel niño tendrá la misma hermosa sonrisa que su madre y los ojos de su padre.-la mujer carcajeó y luego me tendió un trozo.-Cómelo, querida. Iré a preparar la habitación y enseguida vengo por ti.-

Una vez que la enfermera abandonó la habitación, se produjo un abismal silencio. Klaus ocupó asiento en una silla continua a la cama y procedió a pasarse las manos por el rostro.

-Pensé que me dejarías aquí e irías a ver a Genevieve.-comenté, mordisqueando un poco de chocolate. Inmediatamente el gusto a nueces y cacao me invadió la boca.

-Ésta situación es más importante que ella.-respondió.-Necesito saber que mi hijo está bien y asegurarme de que tú también lo estés.-aquellas palabras me erizaron los vellos del brazo y generaron un calor que me subió a las mejillas.

-Apreció eso.-confesé.-De verdad lo hago.-mordisquee otro pedacito y sentí una repentina felicidad escalándome desde el fondo de mi ser.

Permanecimos un rato en silencio hasta que volvió la enfermera acompañada de una doctora. Con suma paciencia me trasladaron a otra habitación repleta de máquinas. En el centro se hallaba una cama simple y una banqueta.

Una vez recostada me cubrieron con una sábana e hicieron que me subiese el vestido hasta la altura del pecho, dejando al descubierto mi vientre. Luego la enfermera se retiró dejándonos con la doctora.

-Un placer conocerlos.-saludó con una sonrisa.- Se me ha comentado que es madre primeriza, por lo que suelen haber muchos temores y preocupaciones que ocupan la cabeza de las mujeres incluso mucho después del nacimiento.-explicó.-Pero por lo que vi, su bebé está creciendo en las mejores condiciones y es por eso que le echaremos un pequeños vistazo.-de una mesilla tomó una botella plástica y colocó la boquilla sobre mi abdomen, soltando algo frío que me produjo un notorio estremecimiento.-El gel ayudará.-acotó tras agarrar un aparato alargado, con el que esparció mejor la solución fría.-Bien, veamos...-hubo una fracción de segundos donde el latido del bebé se escuchó mucho más alto y claro.-La actividad cardiaca es bastante buena... ¡ahí está!-exclamó. Ladee la cabeza centrándome en una pantalla que tenía a mi costado. En principio sólo veía un fondo negro con una mancha blanca bastante borrosa.- ¿La ven?-con el dedo la doctora señaló un gran círculo.-Esa es la cabecita y el ovalo el cuerpo... ¿ya saben que es o quieren saberlo?-miré a Klaus pero él estaba concentrado mirando la pantalla.

-Aún no lo sabemos.-informé, volviéndome a la doctora.-Y nos encantaría saberlo.-sujeté la mano de Nik apretándola suavemente.

-De acuerdo.-la mujer movió el aparato a lo largo de mi vientre y estrechó los ojos en la maquina.-Es...una niña.-



¡Hola!

Mil disculpas por haber tardado siglos en actualizar, pero es que por una simple materia que me quedó pendiente tuve que abandonar todo para ponerme en marcha con el estudio. Pero en fin, acá les traigo su ¡regalo de navidad!

Sé que es pronto pero se los doy ahora en caso de que no llegue a subir en ésta semana.

¡¡¡En fin, espero que les guste y que pasen navidad y noche buena con sus seres queridos y que tengan un muy buen inicio de año!!!

¡¡¡Las/os quiero mucho!!!


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