Dos Mundos

By AlektraScarlet

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¿Que pasaría si ajuntamos a una buena estudiante con un tipo problemático? ¿Y si en vez de una historia de dr... More

Un poco más de acción
¿Debería ir?
Te enseñare a vivir
Por el camino
Demasiado pura
Recuerdos lejanos
Tu punto de vista
Entre pensamientos
La prueba
Nuevo paso
¿Cambios?
¿Te atreves?
Juntos
La Cena
Te ayudare
El comienzo de Esa Noche
Un Error Tragico
Sin palabras
Jamás (FINAL)
¿Posible Final Alternativo?
FINAL 2

Se hizo de Noche

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By AlektraScarlet

-Iré a por un pijama de mi abuelo. –Erza quería escaquearse de esa habitación, se estaba poniendo nerviosa tras escuchar la última frase que le dio el tatuado. De alguna forma ese dato la puso demasiado nerviosa y la sonrisa orgullosa de aquel chico aun le ponía más nervios y extrañamente contenta.

-Vas a huir, ¿ya? –Miró el reloj que había en la pared. –Aún es pronto.

-SI... -Nerviosa salió de la habitación y escucho como él aguantaba la risa. –idiota... -chasqueo la lengua y fue a ver si había algo en la secadora para Jellal.

De mientras Jellal estaba enfrente de la ventana de rodillas y alzando las manos.

-Grand Chariot, eres mi nuevo dios. Te adorare durante toda mi vida. –Al levantarse aprovecho para celebrarlo con unos pequeños saltitos y un nuevo baile, de esa forma también se quitaba los nervios. –SI, SI. –Seguía igual hasta que escucho la puerta y a una pelirroja que acto seguido después de quedarse mirando aguantando la risa, volvió a salir de la habitación.

-Puedes entrar. –Con un leve rubor y intentando parecer lo más macho posible invito a que entrara de nuevo.

-¿seguro? –Abrió un poco la puerta. –Si quieres seguir bailando y eso, puedo esperar fuera.

-Quieres entrar, solo estaba celebrando una cosa. –Dijo dándole la espalda.

-¿Qué cosa? –Jellal se rascó la nuca y Erza le miraba divertida.

-Pues... -Se giro para mirarla. –La cama, siempre me ha parecido muy cómoda y pues... eso, que me apetecía dormir en ella... -No sabía muy bien que decir y resoplo dándose por vencido pero en Erza bueno, su inocencia lo dio por válido.

-Pues la verdad es que si, incluso de lo cómoda que es me cuesta dormir a veces. –Jellal se sorprendió al ver que una excusa tan poco trabajada se daba por válida. Acabo enternecido por su inocencia. –De todas formas ponte esto, es de mi abuelo pero creo que te servirá de todas formas. –Se lo entrego pero el tatuado tenía ganas de otra cosa.

-Erza... verás... es que tengo una mala costumbre. –Ella lo miro confusa. –Duermo en calzoncillos, me molesta mucho la ropa. –Agacho la cabeza. –Perdona pero no puedo aceptarlo. –Jellal sonrió orgulloso y es que en verdad parte de eso era verdad, pero no le molestaba dormir con ropa, al elevar la cabeza vio como Erza se ruborizaba.

-Creo que entonces debería dormir en el sofá, no quiero serte molestia. –Jellal la detuvo.

-Gata, quien te ha dicho que seas molestia... además no voy a permitir eso. –Se puso serio y Erza sabia que tenia las de perder.

-Bueno... ya veremos cómo lo hacemos para dormir. –"Puede que yo no duerma esta noche...." Entonces al pensar eso le vino por sorpresa imágenes de las historias que leía. "...Frena..."

-Sí, ya lo veremos. –Jellal cerró los ojos para volver a agradecerle a Grand Chariot todo lo que estaba pasando.

-¿pasa algo? –Preguntó un poco preocupada por la expresión de Jellal -¿te duele algo? -Justo abrió los ojos y empezó a tocarse la espalda.

-Tengo un poco la espalda hecha polvo y de vez en cuando me da molestia pero todo bien. –Según sus pensamientos y su plan de preocupar a Erza para que le hiciera un masaje y luego él a ella, iba en un buen comienzo. Ella se lo pensó un poco pero cayó en la trampa, dejo a un lado el pijama de su abuelo y señalo la cama.

-Túmbate bocabajo, te haré un masaje. –Jellal le sonrió de forma seductora. –solo quiero ayudarte, no pienses mal. –Listo, el plan de Jellal iba perfecto. Se hizo un poco el indignado.

-¿Me tendré que desvestir? –Justo en ese momento ambos sonrieron, sabía perfectamente que esa pregunta saldría.

-Solo quítate la sudadera. Nada más. –Con alegría contenida, se la saco dejando ver su cuerpo tapado por una camiseta de tirantes negra, Erza contemplo que era un chico alto y delgado pero sus brazos estaban bien tonificado, evadía el mirarle pero sabía que Jellal era el tipo de chico que a todas le caería la baba. Se tranquilizó y vio como se tumbaba en la cama, se coloco a un lado.

-Ponte encima si quieres, pesas poco. –Erza aunque no quería sabia que eso le iría mejor así que se sentó encima de él. –No tiene porque hacerlo si no quieres. Estoy bien.

-Silencio. –Ya le estaba costando mucho para que ahora el fuese amable. –Relájate. –Se lo dijo a si misma pero Jellal asintió.

Empezó su masaje en el cuello y Jellal supo que no tenía que haberle hecho pedir eso, ahora al notar como las manos de Erza empezaba a recorrer de su espalda hasta su cuello, dando ligero apretones y masajeándolo, sabría que era su perdición. No podía controlarse, aguantaba la respiración para que su foco interno no bajase lo suficiente para elevar su cosa.

En cambio en Erza era distinto, estaba asombrada de para lo delgado que parecía su espalda era musculosa y fibrosa tanto que incluso estaba como una piedra de duro.

-Relájate. –Se lo dijo para verificar si ese hombre era tan fuerte como para parecer la roca que era.

-Si me relajo me provocaras tanto que te violare. –Le dijo con voz ronca y Erza sonrió.

-Pues no te relajes, ya sabes que primero viene la invitación a la cena. –Empezó a reírse.

-Gracias por recordármelo. Será un placer ser tu novio.

-Espera, yo no he dicho... -Se levanto un poco y Jellal aprovecho para girarse.

-Vamos, era una broma... -Ambos sabían que no al ver ese tono que salió del boxeador. –Aunque he resistido bien a tus manos. –Erza se levanto de encima y le estrello una almohada en la cara.

-Eres un engreído. –Jellal se sorprendió.

-¿eso a que viene? –Sonrió divertido al ver como tampoco lo sabia la pelirroja. Al darse cuenta, ambos rieron sin saber porque pero la situación le había hecho gracia.

Hasta que Erza poso su mirada a unas hojas.

-¿Lo has dibujado tu? –Pregunto mientras alcazaba las hojas.

-NO. –Jellal intento evitarlo, no quería que Erza viera los dibujos por si llegaba a la conclusión de algo.

Al hacer ellos varios movimientos acabo una mano de Jellal en el culo de Erza mientras esta solo observaba maravillada el trazo del boxeador.

-Por dios... Zeref te ha bendecido bien, me has clavado a la perfección. –Maravillada observaba como estaba hecho el dibujo.

-Y tanto que me ha bendecido bien. –Dijo mirando y memorizando como su mano podía palpar el culo de la pelirroja.

Al rato notó como le apretaba el trasero y no dudo en salirse de encima tirándole un cojín en toda la cara mientras Jellal observaba su mano y le agradecía el gesto al Grand Chariot.

-Eres un... Pervertido de.... ya no me caes tan bien. –Gruño separándose más

-Erza te violare, tu culo es perfecto para mí. –Erza enseguida se ruborizo más de lo que estaba mientras Jellal seguía sonriendo agradecido.

-Eres... Mira no te mató porque mi abuelo tiene que descansar... -Le fulmino con la mirada y Jellal rió entre dientes.

-Pelirroja, tenemos un gran problema ee –Le guiño un ojo. – Que no me entere yo que ese culito pasa hambre.

-Quiere callarte de una maldita vez. –Le tiro el estuche pero Jellal más rápido lo cogió sin más.

-Cariño que me entreno para tener buenos reflejos... -Dejo el estuche a un lado. –Va ahora enserio, perdóname pero no quería que los vieras.

-¿Por qué? –Preguntó aun un poco mosqueada.

-Te reirás de mí si te lo digo. –Jellal sonrió un poco tímido y para ocultarse se removió el pelo.

-Pues no dibujas mal... -Cogió rápido las hojas que se le había caído. - ¿me ves así de guapa? –Se oculto el rubor tras el dibujo y Jellal asintió.

-Es que eres guapa, de momento eres la mujer más hermosa que he visto. –Ambos ocultándose sonrieron.

-¿De momento? –Pregunto divertida.

-Nunca sabré mi futuro, pero has puesto el listón muy alto. –Se miraron.

-Gracias, ¿me firmas las obras de arte? –alzó su tono burlón y Jellal se levantó.

-Tú antes me has dejado tocarte, ahora es mi turno de hacerte un favor. –Erza le golpeó en el hombro. –Venga, no te enfades tonta... Ha sido glorioso. –Le volvió a golpear pero está vez más flojito. –Al final me veo suplicando perdón. – Cogió los dibujos y plasmo su firma con un bolígrafo.

-Podrías olvidar eso... -Dijo en un susurro.

-Jamás podría, eso ya se guarda en la mente. –Puso un dedo en su frente. –Nunca dejes que los buenos recuerdos se esfumen. Porque aunque todo lo bueno acabe, siempre hay que guardarlo... porque podría desaparecer. –Sonrió y miró la hora.

-Mañana no tengo clase. –Miró por la ventana. –Aun llueve bastante....

-Será mejor irnos a dormir. –Oculto su gran entusiasmo.

-Sí, bueno... -No sabía muy bien lo que hacer. –Yo ya estoy en pijama, aun me puedo ir al sofá si quieres...

-Erza. –Se arrodillo. –Seré todo un caballero, pero por favor no me obligues a meterte conmigo en la cama y hazlo por propia voluntad. –Erza sonrió divertida.

-Pues venga. –Sin pensarlo mucho, ya que eso le haría tener problemas para dormir se dispuso a meterse a la cama pero vio como el boxeador empezaba a desnudarse.

Sacándose la camiseta de tirantes que llevaba y dejándola con cuidado en la silla, Erza contemplo que Jellal tenía unos músculos de infarto. Nada de grasa en su abdomen, lo contrario era todo puro musculo y marcado por una gran tableta incluso se fijo que por debajo del ombligo subía una línea de bello, haciendo que Erza tragara duro y memorizar aquel adonis que tenía enfrente.

Jellal quien se dio cuenta de tal violación visual aprovecho para quitarse lentamente los pantalones y hacer que Erza se girara de la vergüenza.

-¿Por qué te desnudas? –Le preguntó tapándose con las sabanas.

-No duermo bien, de esta forma estoy más cómodo. –Sonrió al ver como de tímida se veía la gran mujer con carácter arrebatador.

-Pues... guarda distancias. –Dijo como pudo.

-¿Me violaras si no lo hago? –Sonrió de lado y se metió en la cama.

-Buenas noches. –Apagó la luz

-Buenas noches. –se estiro bocarriba pero mirando la larga cabellera de Erza. –Tienes un pelo hermoso.

-Jellal, duérmete por favor. –Aunque no quisiera acabo sonrojada.

-Eso intento. –Sonrió de lado y se acerco peligrosamente a Erza. –Créeme que lo intento.

Erza notó un brazo pasando por encima de su cintura y se puso tensa.

-Jellal... ¿Por qué?

-Ya que estamos dormidos juntos del todo. –Se acercó más a ella y aposento bien su brazo. –Solo es por una noche.

Al final Erza acabo incluso cómoda al notar el brazo de él rodeándola con cierta fuerza, se sentía extrañamente protegida.

-Pero no te frotes. –Le advirtió divertida.

-Si notas algo duro... me avisas. –Soltó una risilla.

-Mi bofetada te avisara. –Jellal quito su sonrisa y oscureció la mirada.

-Entonces seré cuidadoso. –Su sonrisa se volvió a torcer. –aunque me gustaría que...bueno...

-Duérmete de una vez. –Le interrumpió.

-Que te he dicho que eso intento... Impaciente. –Bufo mientras intentaba aguantar su risa.

-Me tienes tensa, quieres dejar de torturarme. –Se acomodo más en la cama.

-Vale, vale. –Pero déjame abrazarte bien. Erza se desconfió un poco. –Gata, déjate llevar por mí.

-¿Por qué debería?

-Porque es lo mejor para los dos, en este momento. Gírate y dormimos abrazados. –"Grand Chariot haz tu magia."

Aunque le costó, mucho, se giró y entonces se sorprendió.

-Pero tus estas como desnudo, estarás incomodo. –Jellal puso los ojos en blanco y se abrazo a ella.

-No me molesta que me toques. –Le beso la frente y cogió su mano poniéndola en su abdomen.

-Jellal, me da vergüenza. –Dijo bastante tímida.

-Y a mí me calienta. –Su sinceridad cayó como una piedra en Erza quien ahora estaba el doble de ruborizada y avergonzada. –Pero quiero que duermas así, tranquila intentare no violarte mientras duermes.

-Que considerado. –Se burló. –Eres....

-De lo peor. –Ambos sonrieron. –Me lo sé de memoria. –Erza de mientras se acomodaba a tener sus manos en el cuerpo de él, una en su clavícula y otra entrelazada con la suya justo en el medio de abdomen. Ambos no querían dormir.

-Pues espero que te lo memorices para siempre, no me gusta repetir mis palabras.

-Pues espero que repitas varias. –Jellal pensaba entre su nombre y un "te quiero" entre otras.

-Pues tendrás que currártelo. –Le guiño un ojo y Jellal se acercó un poco más, sin que lo notase ella.

-No me provoques que la tienes. –Ella sonrió.

-Tus amenazas no me afectan. –El orgullo de ella se incremento un poco.

-Estás en tu salsa ee. –Ahora fue Jellal el que provoco el guiño.

-Buenas noches... -Cerró los ojos mientras Jellal sonreía orgulloso.

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¡¡¡Hola!!! Espero que os este gustando la historia. ^^

Siento la tardanza pero he tenido varios problemas con el tiempo, los deberes y demás cosas ocupan demasiado pero  como compensación mañana subiré el siguiente.



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