Capítulo 10.
— ¿Te gusta mi sonrisa?
Ruedo los ojos y él esconde su rostro en mi cuello, yo me tenso.
Sentí su sonrisa en la curvatura de mi cuello.
Sus manos iban bajando hasta que di un respingo al sentirlo en mi trasero, eso me hizo abrir los ojos.
Me aleje y él tenía una sonrisa pícara en el rostro. Le doy un fuerte golpe en el brazo que hizo que mi palma comience a hormiguear.
—Idiota.
—Dime algo nuevo -Murmura mirando el escote de mi pecho—, ¿Cuándo aceptaras mi propuesta?
Me acomodo mi chaqueta y aclaro mi garganta, todavía puedo sentir sus labios en mi cuello y eso me pone nerviosa.
—Eso pasará el día que dejes de ser un mujeriego. –Dije con un tono de burla —Oh... eso nunca pasara.
La seriedad abandonó su bello rostro y comenzó a reír.
—Nena, yo no soy de nadie.
—Pues entonces no tenemos nada de qué hablar –Espete molesta.
—Creo que no, ya te deje en claro que me perteneces.
— ¡Joder! ¡Yo no soy de tu propiedad!
Se acercó y levantó mi mejilla con su mano. No puse resistencia, no podía cuando su tacto me atontaba.
—Lo siento.
Lo dijo en un tono tan bajo que creo que oí mal, lo mire confundida.
Él rodó los ojos pero sonrió.
—Sé pedir perdón –dijo acercándose mucho más —pero solo lo hago con las personas que me importan.
Me puse nerviosa al escuchar sus palabras, con solo su presencia siento que los pelos se me ponen de punta. Me agarró de la cintura con una mano y con la otra jugueteó con mi cabello.
—Intentaré ser menos mujeriego, aunque no prometo nada.
—Eso me basta–Dije ladeando la cabeza — Te ofrezco mi amistad.
Su sonrisa se agrando mucho más y juro que en ese momento me desmayaba pero no podía, si me desmayaba no podría ver esa sonrisa, que es la más sincera que he visto hasta ahora.
—Estás jugando ¿no?
Lo mire confundida.
Su sonrisa decayó.
— ¿En serio sólo quieres ser mi amiga?
Sonreí.
—Por algo se empieza.
Bese su mejilla de manera lenta, en ese instante pareció que el tiempo se detenía, mi corazón comenzó a latir más rápido. Sólo es un beso en la mejilla, pero sólo eso basta para darme cuenta de que me atrae y eso me asusta, porque ese sentimiento de atracción sólo me paso con una persona. Pero esta vez parece más fuerte, mucho más fuerte.
Alejé mis labios de su mejilla y él acaricio mi rosto lentamente, como si fuera algo delicado, algo que se puede romper fácilmente.
— ¿Amigos con beneficios no?
Golpeé su pecho.
—Hablo en serio, solo amigos, Brooks.
Él sonrió y negó con la cabeza.
—Eres demasiado buena e ingenua.
— ¿Eso es un insulto?
—No, creo que eres un ángel, tienes el rostro de un ángel.
Aparté mi mirada, no creo que sea un ángel, si el supiera...Algunas cosas. Mejor dicho, algunos secretos. No querría volver a verme nunca más, no sé si algún día se lo diré pero no creo ser lo suficientemente valiente.
—No mires hacia abajo –dijo y levante mi mirada al instante— Me gusta ver tus ojos.
Y sí, soy tan patética que creo que me volví a sonrojar.
—Creo que los amigos no se dicen esas cosas.
—Tú quieres ser mi amiga no yo.
—Cállate.
—Eres tan adorable cuando te sonrojas –dijo haciendo una seña con sus manos —No sé qué pasara cuando te vea desnuda.
Abrí mis ojos con sorpresa.
— ¡Hey! –Dije dándole un codazo.
—Solo bromeaba –dijo poniendo su brazo sobre mi hombro mientras caminábamos hacia mi siguiente clase —Quiero hacerte una pregunta.
—Pregúntame cualquier cosa –dije parando de caminar y lo miré para escuchar que decía.
—No sé si sabes que tengo una hermana –negué con la cabeza, ahora me entero —Se llama Tessa, tiene ocho años y hoy mis padres salen, me quedé a cargo de ella, quería saber si quisieras ayudarme a cuidarla.
Lo miré, es tan distinto al Adam que conocí, no sabía que tenía una hermana y que sea tan chica.
—Me encantaría –dije sonriendo. Se relajó al instante y soltó un pequeño suspiro. —Solo que tendrá que ser después del trabajo –dije, ya que ayer falte no creo que les haga mucha gracia que falte de nuevo.
Asintió y levantó mi mano para besarla.
—Me tengo que ir –dije apartándome —Nos vemos después.
Camine hacia la clase cuando escuche un grito.
— ¡Recuerda que eres de mi propiedad, Ángel!
— ¡Y tú recuerda que solo somos amigos, Brooks!
Sonreí, como cambian las cosas en segundos.
(***)
¡DIOS! ¡DIOS! ¡DIOS!
Este momento tiene que ser grabado, por fin me salió el café perfecto... No, no exagero. Creo que esta máquina y yo ya nos llevamos bien, estoy trabajando, desde hace horas no sé por qué pero hoy el lugar estuvo lleno. Miro la hora y veo que al fin mi turno terminó, voy a la cocina y dejo mi delantal ahí, veo a Peter el cocinero.
—Adiós, Peter –digo sonriendo, ese señor es muy amable rápidamente le cogí cariño.
—Adiós, niña, cuídate. –Dijo Peter despidiéndose de mí.
Al salir veo a Adam esperándome, él no me vio así que voy muy lentamente junto a él.
Iba en puntillas, con intención de pegarle un buen susto, solo me acerque un poco y ya sentí toda esa electricidad en el cuerpo.
—Siempre sabré cuando estas cerca –dijo volteando —Cuando estamos juntos siento una carga de electricidad muy fuerte.
Me quedé quieta analizando sus palabras, eso significaba que él también sentía lo mismo que yo.
Me encogí de hombros.
—Creo que exageras.
De una manera rápida se acercó y me atrajo a su cuerpo.
Besó mi cuello como si nada y se alejó para sonreírme.
— ¿Cómo estas, ángel? –me reí, creo que así se ese será mi nuevo apodo.
—Cansada -Dije siendo sincera — ¿Seguirás llamándome así?
Acomodó un mechón de mi cabello.
—Sí, me gusta -Dijo y yo no pude evitar sonreír de nuevo — ¿Te molesta?
—No, a mí también me gusta.
—Me alegra oír eso, tenemos que irnos porque Tessa ya va a llegar de la casa de su amiga.
Nos fuimos en su auto, él me hablo sobre su hermana en todo el camino, me dijo que su programa favorito era Dora la exploradora, me reí al escuchar eso pero mucho más me reí al escuchar que Adam también lo ve con ella. Dice que ella ve muchos programas de moda y siempre pide ropa nueva, lo que me hizo sonreír.
Adam Brooks tiene un lado tierno.
Bajamos del auto y me quede impresionada al ver su casa, que digo casa, es una mansión.
—Ven –dijo agarrándome de la mano.
Un cosquilleo taladró mi cuerpo.
— ¿Pequeña estas aquí? –Dijo Adam al entrar a la sala.
— ¡Bobo! –Veo a una niña chiquita con el cabello castaño y lacio venir corriendo hacia Adam.
Adam la envuelve en un abrazo.
Es muy bonita, veo que tiene los ojos azules como los de Adam. Se nota que es toda una diva, su forma de caminar y pasear es simpática.
— ¿Bobo, quién es ella? –dijo la niña refiriéndose a mí.
Yo le regalé una sonrisa, y ella hizo lo mismo.
—Ella es mi novia –dijo muy tranquilo.
Mientras yo perdí el equilibrio. ¿QUE? ¿NOVIA? Que yo sepa sólo somos amigos, A-MI-GOS.
Adam me agarro de la cintura, porque creo que estoy algo mareada.
— ¿Estas bien? –me pregunta preocupado.
Lo fulminé con la mirada por su mentira.
Estan ingenuo al pensar que puedo ser su novia, él no sabe ciertas cosas, perocreo que todavía no es tiempo de decirle, al menos no hoy.