Tal como predijo Julianne en menos de una semana después del paseo a caballo, empezaron a llegar invitaciones para veladas. Para alivio de Claire la mayoría eran en Londres, y Brandon no tenía intención de viajar hasta allá por ahora, por lo tanto, no asistirían. No obstante, no se pudo salvar de las que se realizarían en los alrededores.
La primera velada tuvo lugar en la mansión de Lord y Lady Holland.
Claire se paseaba esa noche de un lado a otro de la habitación pensando en como se las arreglaría esa noche, mientras Lily buscaba un vestido. Julianne se la había pasado todo el día recordándole las normas que ella ya se sabía de memoria pero que no estaba segura de si iba a poder implementarlas.
Tenía miedo, esa era la palabra que mejor describía lo que sentía, miedo, ya no podía escabullirse en uno de los rincones y permanecer allí hasta que terminara la fiesta, o al menos estaba segura de que Julianne no se lo iba a permitir.
—¿Qué tal este Milady? — preguntó Lily mostrándole un vestido.
Claire asintió ante el vestido de satén azul oscuro con encaje blanco y bordado con hilos de plata, al mirarlo daba la impresión de estar viendo un cielo lleno de estrella, el vestido estaba diseñado a la moda, con un escote que podía ser considerado moderando aunque dejara ver gran parte de sus senos. Una de las ventajas de estar casada es que ya no tendría que usar esos vestidos de colores pastel que tan mal le quedaban porque se camuflaban con su piel, por lo que había mandado a encajar varios vestidos nuevos.
Lily le recogió el pelo en un moño dejando algunos rizos sueltos, posteriormente la ayudó a vestirse.
Una vez estuvo lista bajó, Brandon la esperaba al final de la escalera con su tía, la condesa viuda todavía no había bajado.
Una expresión de asombro paso por el rostro de Brandon cuando la vio.
—te ves... te ves...—por primera vez no encontraba las palabras exactas para expresar sus sentimientos— magnifica— dijo al fin.
—Estas preciosa mi niña— comento Lady Warwick.
Claire sonrió tímidamente a ambos, estaba acostumbrada a los halagos de su tía, pero que Brandon mencionara que estaba magnífica, la llenaba de una satisfacción que no supo describir tal vez porque ningún hombre la había descrito así, recordó que la noche de bodas la había llamado hermosa y la satisfacción aumentó haciéndola sonrojar.
Él la examinó de pies a cabeza, como si deseara guardar hasta el mínimo detalle en su cabeza. Al final dijo.
—Falta algo— sin decir nada mas subió las escaleras y desapareció por los pasillos.
Regresó minutos mas tarde con un estuche que contenía un espectacular collar de zafiros que hacía juego con su vestido. Sin decir palabras se lo colocó.
—Perfecta— murmuró.
Ella lo miro asombrada.
—es de mi madre— explicó— pero ahora que lo pienso tu necesitas algunas, mas adelante arreglaremos ese asunto— la tomo del brazo— vamos— dijo al ver que su madre bajaba.
Cuando llegaron a la residencia Holland una hilera de carruaje se encontraba en la entrada, por lo que pasaron varios minutos hasta que pudieron descender del coche, cuando llegaron a la entrada un mayordomo recogió sus abrigos.
La residencia Holland, estaba decorada con una extravagancia que no dejaría duda a quién la viera de que la familia Holland poseía fortuna, o al menos eso era lo que querían aparentar, pues aunque los salones estuvieran decorados a la última moda, y se encontrarán objetos caros dispuestos en cada esquina, era bien sabido que los Holland estaban en la ruina y la única razón por la que hacían el sacrificio de organizar una velada era porque buscaban desesperadamente maridos para sus tres hijas, que para su desgracia estaban destinadas a ser unas solteronas, al menos que consiguieran marido por medios pocos honrados como fomentando una situación comprometida con caballero que luego se vería en obligación por su honor de casarse, sin embargo esa posibilidad también se veía lejana por varias razones.
En primer lugar las Holland eran poco agraciadas, al principio Claire se había identificado con ellas, pues ella sabía bien que era ser descartada por no haber tenido la fortuna de haber nacido bonita, pero pronto descubrió que su aspecto no era la única razón por la que permanecían solteras, las tres eran usando el término mas amable "insoportables", además tenían una lengua de víbora, de la única persona de la que hablaban bien era de ellas mismas, en resumen tenían todo de lo que un caballero rehúye.
Al principio de la velada, Brandon permaneció a su lado, saludando a unos conocidos que los felicitaron por la boda, pero después tuvo que reunirse con unos caballeros, por lo que Claire quedo a merced de Julianne quién inmediatamente la arrastró hacia un grupo de mujeres que para llamarse "damas" eran bastante indiscretas.
Durante unos minutos compartieron los saludos tradicionales y después de hacer uno que otro comentario casual empezaron a llover las preguntas, primero indirectas de manera indirecta felicitándola por su reciente matrimonio y mas adelante de manera bastante directa.
—Dinos querida— dijo una de las mujeres— ¿Cómo has logrado atrapar a Lord Blaiford?
—Si cuéntanos querida— apremió otra— ¿Qué fue lo que hiciste para que te propusiera matrimonio?
Y de esa forma empezaron a llegar mas preguntas, Claire a los lados como buscando una vía de escape, su tía estaba acorralada por un grupo de mujeres y su marido seguía inmerso en la conversación. No podía responder, no sabía que responder porque lo peor del caso era que ni ella misma sabía el motivo por el que Brandon se había casado con ella.
Vio que Julianne intentaba desviar la conversación y esquivar las preguntas, pero las mujeres eran mas ágiles y siempre regresaban al tema que era objeto de su curiosidad, eran como buitres que rodeaban a su presa sin ninguna intención de dejarla escapar.
—Vamos querida no seas tímida, aquí estamos en confianza.
—querida te ves diferente— comento otra— ¿has aumentado de peso?.
Esa pregunta casi la deja con la boca abierta ¿Qué se supone que iba a responder?, para su fortuna Julianne intervino.
—Miren quien acaba de llegar.
Todas las miradas se dirigieron a la puerta por la que acababa de entrar Lord Lansdow al que Lord y Lady Hollland se apresuraron a saludar con una cortesía excesiva como si el que acabase de llegar fuera el rey, estaba claro que lo veían como una presa para cazar, al igual que muchas madres, incluso unas mujeres de las que estaban en el grupo se apresuraron en murmurar una disculpa y salieron casi corriendo a buscar a sus hijas. Esa era considerada una oportunidad de oro, pues era conocido por todos que Lord Lansdow casi nunca asistía a una velada y que lo hiciera en esa ocasión era considerado un honor y una oportunidad, porque había asistido precisamente a esa velada era un misterio, pero Claire agradecía secretamente su oportuna llegada, que la había librado de un sinfín de preguntas.
Aprovechando la momentánea confusión, y decidida a alejarse un rato de esas matronas tan indiscretas se encamino a través del salón a cualquier lugar donde pudiera tener un momento de privacidad.
A pesar por la distracción momentánea causada por la llegada de Lord Lansdow Claire sentía todas las miradas fijas en ella, miradas de curiosidad, de envidia, veía como las jóvenes cuchicheaban detrás de sus abanicos, incluso llego a escuchar un pedazo de la conversación de dos jóvenes casaderas cuando pasaba frente a ellas.
—¿Por qué crees que se caso con ella? — murmuraba una voz chillona
—Seguro ella le tendió una trampa, ni siquiera es el tipo de mujer que atrae a Lord Blaiford.
Claire tenía ganas de salir corriendo, pero se obligó a ir despacio, estaba en boca de todo el mundo, lo que ma temía ahora era realidad.
—¿A dónde crees que vas?
Por primera vez en su vida Claire no estaba tan contenta de oír la familiar voz. Se detuvo y enfrentó a Kate que venía arrastrando su vestido blanco hasta detenerse frente a ella.
—Escapo.
—no, tu no vas a hacer eso.
—ya no aguanto mas— se quejo— la gente no deja de hacer preguntas indiscretas, preguntan que come logre casarlo, y yo ni siquiera se la respuesta, una inclusa me pregunto si había engordado— coloco sus manos en sus sienes, masajeando suavemente intentando aliviar el dolor de cabeza que se empezaba a formar.
Kate hizo una mueca ante su confesión, pero siguió con su causa.
—Bueno, te llevas a uno de los solteros mas codiciados ¿Qué esperabas?
—Sin duda ofensas no, acabo de ser acusada de haberlo atrapado por medio de trampas.
—¿quién dijo eso?
—Unas jóvenes, no se quienes son.
—Claire escúchame—le agarró los hombros— todos esos comentario tienen un solo nombre envidia, ¿sabes cuantas mujeres desearían estar en tu lugar?
—yo ni siquiera quería casarme— replicó.
—Pero ya lo estás ahora— empezó a hablar de forma lenta para dar mas énfasis a su resolución— vas a regresar ahí— señaló el salón— vas a sonreír y le vas a dar a todas esas víboras una razón para sentir envidia.
—No te entiendo— frunció el ceño.
—quiero decir que vas a empezar a relatar lo maravilloso que es tu matrimonio, lo maravillosa que es tu vida ahora, vas a decir el magnifico esposo que es Lord Blaiford y mencionaras todas sus cualidades así tengas que inventarlas.
—Si no puedo entablar bien una conversación, menos podré mentir con tanta desfachatez.
—¿te esta yendo mal? — pregunto preocupada— ¿te trata mal? ¿te ha hecho daño?
—No, al contrario.
Kate pareció aliviada.
—Entonces no estarás mintiendo, solo estará...— pensó en la palabra adecuada— exagerando un poco la verdad.
—Kate, no voy a poder ...— se detuvo al ver algo que llamo su atención.
Kate siguió la mirada de Claire y se quedo mirando el objeto de su interrupción con una expresión de pocos amigos.
Brandon estaba en una esquina del salón hablando con una mujer de cabellos castaño y voluminosos senos que sobresalían llamativamente del escote de su vestido dorado. Claire sintió por primera vez el aguijonazo de los celos al reconocer a Lady Murray.
Brandon se estaba exasperando, no sabía como quitarse a Lady Murray de encima, la mujer se le había acercado, y no dejaba de insinuársele.
—Conozco un lugar donde nadie nos encontrará— comento.
—No estoy interesado— era lo único que le quedaba por decir.
Había tratado de deshacerse de la mujer sutilmente, poniendo excusas, evadiéndola, pero ella no desistía así que solo le quedaba decir la verdad.
—Acaso el matrimonio te ha cambiado— pregunto la mujer sorprendida.
Brandon se negó a responder, que el matrimonio lo cambiara definitivamente no estaba en sus planes en un principio, pero ahora no estaba tan seguro, algo había cambiado, esa noche no sentía deseo de escabullirse con ninguna de las mujeres que se le habían estado insinuando, con la única que deseaba escabullirse era con Claire y le dieron ganas de sonreír al imaginarse la cara de su esposa ante semejante propuesta, tal vez algún día se la hiciera.
Sin poder sacársela de la cabeza echo otra mirada hacia donde ella estaba, todavía seguía hablando con la señorita Blane y tenía peor cara que antes.
Brandon la había estado observando, incluso antes de que topara con la Señorita Blane, cuando empezaron a conversar vio que sus facciones se entristecían, supuso que le estaba costando trabajo adaptarse y estaba a punto de acercarse a ella cuando fue abordado por Lady Murray, sin embargo ahora los rasgos de su esposa estaban mas desolados que antes ¿lo habría visto con Lady Murray?, considerado que Claire fue quién los vio la otra vez supuso que no estaría pensando nada bueno, lo que le faltaba, que lo tacharan de infiel cuando por primera vez en su vida se había portado bien. Tenía que deshacerse de esa mujer.
—querido— insistió Lady Murray— yo estoy segura de que en el fondo sigue...
—Me tengo que ir— la cortó— tengo...— miro alrededor del salón en busca de una excusa, su esposa ya no estaba cerca, pero tuvo la suelta de que su salida viniera huyendo de un grupo de mujeres y se acercaba a él— tratar unos asuntos con Lord Lansdow— dicho esto acortó la distancia que lo separaba de Robert y dijo al grupo de mujeres que lo acompañaban— disculpen señoritas, me permitirían unos momentos con Lord Lansdow, tengo unos asuntos que tratar con él.
Las mujeres se dispersaron a regañadientes, claramente molestas por ser alejadas de su presa y fueron a buscar a otro soltero al que acorralar.
—Te estoy en deuda— dijo Robert— Gracias.
—Por nada, pero te aseguro que la desuda esta mas que saldada— miro hacia donde estaba Lady Murray que caminaba con un mal disimulado enojo a través del salón— tu llegada ha sido mas que oportuna.
Robert siguió la mirada de Brandon y luego volvió la cabeza hacia Brandon con una ceja arqueada.
—¿querías escapar de ella?, no me digas que al fin tomaste consciencia y vas a sentar cabeza con tu esposa ¿ a que se debe el cambio?
Brandon no respondió, pero no solo por no querer hacerlo si no porque el tampoco conocía la respuesta, así que desvió el tema.
—Mejor dime ¿ a que se debe el milagro de encontrarte hoy aquí?
Robert se encogió de hombros.
—Vine a ver con mis propios ojos como va tu matrimonio, supongo que bien considerando que acabas de rechazar a Lady Murray.
"Pero que hombre mas terco" pensó Brandon, de una forma u otra siempre consigue volver al tema que es de su interés.
Robert pareció notar su renuencia a hablar del tema porque desvió la conversación.
—Sin embargo— continuó— no fue una decisión muy acertada de mi parte, solo conseguí que Lady Holland me metiera a sus "adorables" hijas hasta por los ojos.
—Siempre tan caballero Robert— le palmeo la espalda mientras caminaban a otro lugar— pero no es necesario el sarcasmo, esas víboras son intolerables y podemos decirlo con todas sus letras— sonrió— después de todo tiene sus ventajas salir del mercado matrimonial.
—Supongo que sí.
—Ahora dime ¿Cuál es el verdadero motivo de tu asistencia?
Estaba claro que Robert que Robert no deseaba desvelar el verdadero motivo porque en vez de responder se dedico a observar todo el pequeño salón donde no había muchas personas, pues la mayoría estaban es la pista de baile. Cuando al fin habló no dijo lo que Brandon deseaba.
—¿No es Lady Murray la que esta hablando con tu mujer?.
Brandon miró hacia donde miraba Robert y se coloco las manos en la cabeza en señal de exasperación, esa noche no estaba saliendo nada bien, solo esperaba que Lady Murray no fuera rencorosa lo cual se veía bastante difícil.
Al contrario de lo que pensaba Brandon la conversación causo alivio en Claire en vez de perturbación, aunque estaba claro que la mujer no tenía esa intención.
Kate se la había llevado del salón principal cuando vieron a Brandon con Lady Murray y aunque había tratado por todos los medios de hacerla olvidar el asusto no pudo, por dentro Claire sentía una emoción tan fuerte que no pudo definir como otra cosa que celos ¿Por qué sentía celas? No debería y se lo había imaginado, pero aún así le dolía.
Cuando vio que Lady Murray se acercaba a ellas se sintió destrozada ¿acaso iba restregarle su relación con Brandon? Ese fue su primer pensamiento, por lo que se sorprendió por como comenzó la conversación.
—¿Cómo lo lograste?
—¿perdón?
—Sabes a lo que me refiero, que trucos utilizas, de que forma lo complaces para que ahora decidiera volverse un marido fiel.
Claire estuvo a punto de repetir que no entendía cuando escuchó la frase final, "volverse un marido fiel", esa afirmación la hizo sentir un alivio imaginable, la mujer acababa de admitir que Brandon la había rechazado, una decisión no muy inteligente de su parte si su intención era herirla.
—Debo admitir que nunca me hubiera imagino que alguien como tu pudiera ser una experta en la materia— puso una mano en su barbilla en un gesto pensativo— ¿con quién adquiriste experiencia? Tal vez pueda brindarme consuelo ¿o acaso fueron varios?.
—Lady Murray,, en verdad no tengo la menor idea de que me quiere decir— Claire empezaba a creer que la mujer estaba loca.
—Vamos querida, ambas sabemos que para que un hombre como él mantenga todavía interés en ti, debe ser porque sabes hacer cosas que le gusta , pero bueno— concluyó— estoy segura pronto perderá el interés en ti— dichó esto se fue.
—¿Qué me habrá querido decir? — le preguntó a Kate.
Katherine se encogió de hombros.
—no tengo ni la menor idea, creo que el hecho de ser rechazada la ha dejado mal de la cabeza.
Claire asintió.
En ese momento Brandon se acercó con Robert.
—Señorita Blane— saludó Brandon.
—Lord Blaiford— le devolvió el saludo y luego se volvió hacia Robert y saludo fríamente— Lord Lansdow.
—Señorita Blane— inclinó la cabeza pero sus ojos permanecieron fijos en ella, después se volvió hacia Claire como si se diera cuenta de que había otra mujer— Lady Blaiford.
—Lord Lansdow— murmuró devolviéndole el saludo.
Brandon tomo del brazo a Claire y haciendo una reverencia de despedida se alejo con ella dejando a Kate a sola con Robert.
Por unos instantes ambos se limitaron a mirarse a los ojos sin emitir palabra alguna hasta Robert pareció querer decir algo, pero no le dieron oportunidad porque en ese momento un grupo de mujeres se acercó a ellos viendo a su presa libre y todas estaban poco dispuestas a dejarlo a solas con la belleza de Katherine Blane. Las jóvenes empezaron a hablar y Kate soltó un resoplido que fue amortiguado por las agudas voces femeninas, abriéndose paso entre las mueres que rodeaban al marqués como una manda de lobos rodea a su presa se fue diciéndose que ella no tenía nada que hacer allí.
En el resto de la velada Claire no tuvo la oportunidad de mencionar la conversación con Lady Murray a Brandon, tal vez no debería hacerlo pero se había quedado con la duda de lo que quiso decir lady Murray, y presentía que Brandon se lo podía explicar, se dijo que sacaría el tema cuando estuvieran solos. El resto de la noche no la paso tan mal, probablemente debido al alivio que sentía al saber que Brandon lo na había traicionado "todavía" murmuró una vocecilla en su cabeza, ero ella no le hizo caso, porque el hecho de que Brandon no hubiese cedido a la tentación que significaba Lady Murray quería decir que todavía existía la oportunidad de que todo fuera bien, significaba que todavía había una esperanza.
KatU