Capítulo 11

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Cuando Claire despertó se dio cuenta de que estaba sola, Lily acababa de descorrer las cortinas dejando entrar la luz del sol por las ventanas.

Claire no sabía que vestido ponerse, si uno normal o el de montar, no estaba segura de si Brandon estaría de humor para dar el paseo a caballo que acordaron ayer. Al final se decidió por un traje de montar marrón, la cual fue una decisión atinada pues Brandon había vuelto a ser el mismo de siempre, la conducta extraña de ayer había desaparecido.

Desde la mención de Elizabeth Brandon había sentido que la rabia lo invadía de nuevo, como cada vez que escuchaba su nombre. Toda la tarde se la había pasado pensando en eso, evocando recuerdos, no sabía porque todavía le afectaba, ella ya no era parte de su vida, era parte de su pasado y ahí se tenía que quedar. En la noche buscó consuelo en los brazos de Claire, aunque ella no lo supiese, entonces fue cuando se dio cuenta de que no valía la pena seguir recordando, el pasado es pasado y Claire era su presente, pero por mas que lo intentaba el recuerdo seguía ahí, el nombre de Elizabeth estaba todavía presente como para recordarle que no debía entregar su corazón, por mas cariño que le llegara a tener a su nueva esposa no podía enamorarse de ella, porque eso significaría correr el riesgo de que la historia se repitiese, en el fondo pensaba que debía olvidarse de todo, que Claire no era como ella, que debía confiar, pero en su cerebro seguía patente la desconfianza, desconfianza causada por el dolor de la traición, y no podía, no debía confiar. ¿o si?

Después del desayuno se dirigieron a los establos. Para sorpresa de Claire su yegua Cielo había sido trasladada hasta ahí. Brandon la ayudó a montar y se alejaron por un sendero distinto al del día anterior.

Claire casi no oyó los comentarios d Brandon en el camino, se limitaba a asentir mientras observaba la belleza que la rodeaba, cuando llegaron a una pradera se detuvieron a descansar un rato.

—Cuando era niño— mencionó Brandon cuando empezaron a caminar— recuerdo que mi madre solía realizar comidas aquí, invitaba...—miró que Claire paseaba por el lugar y se detenía a observar alguna flor— Claire ¿me estas escuchando?

Ella asintió al tiempo que seguía caminando y Brandon frunció el ceño.

—Bueno como te estaba diciendo, este lugar es muy peculiar ya que la grama y las flores suelen tornarse de color azul en invierno.

Claire asintió distraídamente mientras se sentaba a observar mejor una margarita.

— Y— continuó él— de vez en cuando unicornios llegan volando en primavera— casi se echa a reír al ver que ella volvía a asentir— tal vez aparezca uno ahora, a los unicornios les encanta hablar con las personas, ¿no te gustaría ver uno Claire?

Ella estaba a punto de volver a asentir cuando comprendió lo que había dicho, se volteo y lo miro con el ceño fruncido.

-¿De que...?- la comprensión brilló en sus ojos y bajo la cabeza para ocultar el sonrojo.

—Lo siento— se disculpó por su falta de atención— pero es que es un lugar muy hermoso, todo el lugar es hermoso— se justificó— tu propiedad es muy bonita.

— Ahora también es tuya— la corrigió mientras se acercaba a ella.

Ella sonrió pero el detectó un brillo de melancolía en sus ojos, lo que le dio a entender que todavía era muy pronto para que ella lo considerase así.

La ayudó a levantarse y se encaminaron hacia los caballos.

—Este es un buen lugar para cabalgar— mencionó Claire.

— Sí, de hecho yo soy muy buen jinete.

Tanta arrogancia la hizo reír, pero de pronto se le ocurrió un idea. Desde el día anterior en el claro ya no se sentía tan tímida con él así que aunque dudo un instante, decidió ponerla en práctica.

—¿Ah sí? — un brillo malicioso apareció en sus ojos.

— Sí— confirmó él.

— Entonces ¿Qué te parece una carrera de regreso?

El pareció sorprendido por el ofrecimiento, pero decidió aceptar, quizás la dejara ganar.

Ambos montaron y se prepararon.

—A la cuenta de tres—dijo Claire uno... dos...—antes de mencionar el número tres la yegua de Claire ya había salido.

Recuperado de la sorpresa, Brandon azuzó a su semental y salió tras ella, tardo unos minutos en alcanzarla, pues comprobó que su esposa era muy buena amazonas, sin embargo el caballo de Brandon era mas rápido y pronto ambos estuvieron a la par. A pesar de los esfuerzos de Claire no pudo adelantar a Brandon, pero él tampoco la pudo pasar a ella y llegaron empatados hasta los establos.

Los mozos de caballerizas los miraron como si se hubieran vuelto locos, pero obviamente se guardaron sus opiniones, e hicieron su trabajo.

—Creo que fue un empate—dijo Claire una vez se apearon y se dirigían hacia la casa.

—Sí — convino Brandon todavía sorprendido—¿Quién te enseño a montar así?

—El antiguo mozo de caballerizas me enseñó.

—¿Ah si? — Brandon sintió que algo se abría paso en su interior ¿celos?, no no podía ser.

— Sí, a escondidas de mi padre por supuesto, el me quería como a una hija.

Esa afirmación pareció aliviarlo.

—¿Y tu lo querías?

— Sí— dijo con un deje de tristeza en su voz— siempre hablábamos y a veces me daba consejos, lastimablemente murió hace ya dos años, creo que todavía lo extraño.

Claire no se dio cuenta de lo significativas que fueron sus palabras, pero Brandon sí, lo extrañaba porque seguramente ese hombre le dio mas cariño del que alguna vez le dio Thomas Lethood, y lo mas probable es que haya visto en él una figura paterna.

Brandon deseó consolarla de algún modo, sin saber bien porque lo hizo, la rodeo con sus brazos y la atrajo hacia él para besarla. Claire pareció sorprendida pero dejo que los labios de él acariciaran los suyos, exploraba su boca como si con ello pudiera borrar el pasado, el sufrimiento y los malos ratos.

Cuando el beso terminó ambos se miraron a los ojos, por unos instantes no existió nadie mas y pareció formarse una conexión entre ellos, hasta que al fin se apartaron y regresaron a la casa.

A partir de ese día la relación fue cambiando. Claire le tenía un poco mas de confianza a Brandon, ya no se mostraba tan tímida con él y hablaban mas a menudo, no obstante no pasaba lo mismo con la condesa viuda, por lo que ella seguía pensando que Claire debía aprender a relacionarse y se quejaba de ello constantemente lo que solo conseguía sacarle carcajadas a Brandon.

Pero a pesar de todo, Claire pensaba que Brandon ocultaba algo, a veces lo veía distante, aunque trababa de ocultarlo, algo lo atormentaba, y Claire tenía una leve sospecha de con quién podría estar relacionado ese secreto.

Arrebatadora inocencia (Casadas A La Fuerza #1) Where stories live. Discover now