--¡ey! Amigo—Liam me abrazo por los hombros y mi cuerpo se tenso, tenerlo tan cerca y no poder hacer todo lo que mi mente imagina, es como que le dieran pan al que se muere de sed, lo peor es escuchar la palabra "amigo" cuando se dirige a mi—esta noche iré a tu casa.
Mis ojos se abren abruptamente y me giro al momento me quiero golpear, su sonrisa es hermosa al igual que todo de él, sus labios son gruesos que muero por morderlos hasta dejarlos rojos, sus ojos mieles me observan con un brillo indescifrable, como quisiera que me vean como mas que un amigo, pero se que eso no va a suceder, si solo tuviera una oportunidad.
--hoy no puedo—le digo suspirando.
--porque?—su expresión cambia a una confusa.
--tengo una cita—le digo y él hace una mueca, sabe que soy gay, le conté hace tres años, me respeta pero creo que no le va bien el tema de la homosexualidad, aun así sigue siendo mi mejor amigo.
--te necesito esta noche para mi-- ¡maldición! Porque sus simples palabras me hacían imposible de negarle nada *porque estas enamorado de él, idiota* grito mi mente, si cierto. Como quisiera que me necesitara para otras cosas—he terminado con Romina.
--¡oh!—es lo único que digo.
Las cosas van asi, las relaciones de Liam no duran más de dos semanas, dura soltero como cinco meses y vuelve a tener una relación donde empeña en que esta amando, a las dos semanas se vuelve a terminar, como punto especifico él es el que siempre termina con ellas, el no empieza las relación solo que cuando pasan los días las chicas ya le dicen que es su novio, y así sucesivamente es su vida, tiene 18 años y ha tenido como seis o siete relaciones, durante los cinco meses lo tengo pegado a mi sufriendo que el amor no es para él, y todas esas babosadas.
--no la podía seguir engañando—me dice mientras caminamos hacia mi casa—debemos pasar comprando pizza y cervezas.
--recuerda que no nos venderán cervezas, somos menores de edad—le diga y aunque sé que nos venderían las cervezas, hoy no quería beber, no con el, hace más de seis meses que estoy en abstinencia y no me podría controlar con el tan cerca de mí y peor que este borracho, no lo quiero perder como amigo.
--sabes, que el viejo Billy nos venderá con tal de que no le digamos a la mujer que la engaña con la profesora de matemáticas—yo bufe por lo dicho por Liam.
Caminamos por una hora, comprando la pizza y luego para pasar por la licorera del viejo Billy, hace un mes mientras Liam estaba soltero, estábamos comprando unos dulces con nuestros amigos, Niall nos había dicho que hagamos silencio y que viéramos a la otra esquina, Billy estaba besándose con nuestra profesora de matemáticas descaradamente, Liam no podía aguantarse la risa pero para reprimirla me abrazo por detrás y hundió su cara en mi cuello, haciéndome estremecer, en esos momentos era el que odiaba a Liam, me hacia excitar y demás cosas que me hacía sentir con simplicidades que hacía, ahora volviendo al presente, ya Liam llevaba tres cajas de doce cervezas que había trepado a un taxi. Nos trepamos y fuimos en dirección a mi casa.
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Liam reía y no sabía porque, mi sala daba vueltas como si yo estuviera trepado en un carrusel que gira y gira, su risa es tan contagiosa que yo también empiezo a reír a carcajadas, las botellas vacías están regadas por todo el suelo, la caja de pizza esta... ¡donde mierda esta la pizza! No sé ni cómo es que estamos sentados en el suelo riendo por no sé qué cosa, pero mi estomago ruge del hambre.
--creo que tu estomago me ha hablado—dije hipando Liam, y se agacha hasta poner su oído en mi estomago, de lo borracho que esta coloca su mano en mi muslo y se me escapa un leve gemido, su boca esta a centímetros de mi pantalón justo donde tengo enjaulado a mi amigo—sip... me ha dicho... ¡hip! Que esta con hambre ¡hip!
--don...de –ni yo reconozco mi voz, ronca y rasposa—está la pizza?
--no lo sé—Liam se levanta y vuelve a caer de culo cayendo encima mío, yo gimo nuevamente y el ríe a carcajadas-- ¿sabes? Nunca... ¡hip! te he preguntado pero... ¡hip! ¿En las relaciones tú has sido el activo o el pasivo?
Lo agarro de la cintura y siento como miembro ya esta duro como una roca, sé que me arrepentiré de esto por toda mi vida, pero no puedo hacer otra cosa, Liam me tiene loco, quiero morder cada parte de su cuerpo, quiero probarlo y que me pruebe, hago presión en su cintura, abro un poco mis piernas y hago que sienta mi miembro erecto en su trasero, el abre mucho sus ojos mientras hipea más seguido.
--soy al que le gusta dominar la situación—le digo mientras muerde el lóbulo de su oreja, mi mare se intensifica pero no dudo en halarlo más cuando él intenta separarse.
Muerdo su quijada y luego atrapo sus labios, no responde, pero no dejo de besarlo, lo atrapo por la nuca mientras masajeo esa área y con mi otra mano meto mis manos por su camiseta, para tocar su duro abdomen, el gime contra mis labios y sé que esta es mi oportunidad para hacerlo mío, como tantas veces he soñado.
Mi cuerpo se estremece cuando el empieza a corresponder a mis besos y caricia, sus manos viajan hasta que sus dedos se enredan en mi cabello, jalonea y hace que gima contra sus gruesos labios, mis manos sacan su camisa y él hace lo mismo con la mía, ambos nos separamos y nos vemos el cuerpo, él es la perfección y mi perdición. Beso su cuello y se ubica a horcajadas encima de mi regazo, lo agarro de la cintura mientras muerdo y dejo pequeñas marca en su cuello, luego en su clavícula donde suelta un sonoro gemido que hace retumbar mis oídos y la lujuria crece por mi cuerpo, la pasión recorre mis venas.
--Liam—hablo y siento el sabor a cerveza que sale de nuestras bocas cuando están cerca, me embriago mas y cuando veo hacia la pared que está al otro lado, veo como todo sigue dando vuelta, no sé si el esta mas borracho que yo, pero lo que pienso en este momento es en tenerlo debajo mío, gimiendo mi nombre.
-- ¡hip! Dime Zayn—dice con su cabeza girando raramente.
--te quiero hacer el amor—le susurro y atrapo sus labios el gime nuevamente y se levanta, gruño por la soledad que siente mi cuerpo, se tambalea un poco y cuando estoy de pie lo atrapo por la cintura para que no caiga, el ríe—creo que... ¡hip! Debemos ir a mi habitación.
--nunca lo has hecho en tu sala—dice enarcando una ceja haciendo un puchero.
--si—asiento mientras lo guio escaleras arriba—pero es con cualquiera y tu mi querido Liam, eres a la persona que amo y que quiero para siempre.
El no contesta, aun mareado creo que cerebro le ha de decir que esto totalmente erróneo, lo sé porque mi cerebro dice lo mismo, tal vez el día de mañana lo pierda como mi mejor amigo, cuando estamos a mitad de la escalera el da un traspié y casi cae pero lo agarro mejor de la cintura, y lo empiezo a besar cuando llegamos a la parte de arriba, a tientas llego hasta la puerta de mi habitación y la abro, cuando estamos dentro la cierro con mi pie y lo llevo caminando de espalda hasta mi cama.
Ambos caemos y rebotamos varias veces, ambos reímos y luego ponemos un dedo sobre los labios del otro para hacer silencio, tal vez no haya nadie en casa pero eso es lo que menos me importa en estos momentos.
Nos levantamos de la cama y nos sacamos el pantalón cuando tratamos de lazar una pierna para que el pantalón salga de nuestros pies nos olvidamos de sacar nuestros zapatos primero así que caemos sobre nuestro costado, ambos empezamos a reír a carcajadas.
--creo que he olvidado... ¡hip! Como desvestirme—dice tratando de controlar la risa, pero yo no puedo evitar ver su culo y gemir guturalmente, el hace una mueca mientras nos sacamos los zapatos—que pasa?
--tienes un delicioso trasero.
El vuelve a quedarse callado hasta que estamos totalmente desnudos, su miembro esta en total erección y me apunta pidiendo placer, no lo evita y me arrodillo quedando mi rostro contra su pelvis, el abre la boca para decir algo pero no dejo que diga ni una palabra y lamo su glande para luego lamer toda su longitud dejando un camino brilloso por mi saliva, de su boca lo único que sale son gemidos y lanza la cabeza hacia atrás, vuelvo a besar su glande y luego me meto centímetro a centímetro su pene en mi boca, el gime por lo lento que voy pero sé que también muere de placer, empiezo movimientos lentos, hasta que siento sus manos en mi cabello y como sus caderas se empiezan a mover hacia adelanta, me empieza a taladrar con su pene, su sabor es algo salado y picante y no me niego a que penetre mi boca, por primera vez estoy siendo el sumiso en esto, jamás me imagine disfrutar tanto con alguien de que tenga su pene metido en mi boca, pero como no, si este es Liam y con el todo es perfecto.
Sus bolas chocan contra mi mentón y empiezo a jugar con ellas mientras Liam sigue embistiéndome, con la poca saliva que empieza a salir de mi boca y rueda hasta sus bolas, lubrico mis dedos y lo dirijo a su estrechez, el jadea y gime varias veces hasta que meto uno de mis dedos y el gruñe pero sigue son sus movimientos, mi dedo lo abre hasta que logro introducir un segundo y luego ya tres de mis dedos están dentro de él, estirándolo y trabajándolo.
--¡oh mierda!—lo escucho gruñir y luego como mi boca se empieza a llenar de ese liquido afrodisiaco que me enloquece haciendo subir mi placer y trago todo lo que puedo.
--sobre mi cama—digo cogiendo y tumbándolo a mi cama, el cae sobre su espalda y con mis rodillas abro sus piernas—no quiero usar condón contigo—no sé si sigo embriagado por la cerveza o por lo adictivo que se volvió el semen de Liam en mi boca—quiero sentirte tu piel, quiero que me sientas a mí, quiero que sientas Zayn Malik no a un pedazo de plástico.
El vuelve a callar pero asiente con la cabeza, veo el temor en sus ojos pero lo beso, antes escupo en mi mano y lo vuelvo a besar, lubrico mi pene con la saliva y luego lo dirijo hasta su culo, el enreda sus piernas sobre mi cadera y empiezo a ejercer presión, siento como mi glande es aprisionado por sus anillos musculares y gimo sobre su boca, el chilla pero lo sofoco con mis labios, entro lentamente y el sigue soltando pequeños chillidos, de una sola estocada meto lo que queda de mi y el suelta un sollozo.
--lo siento—digo y el niega con la cabeza, sus ojos están inyectados y sus labios tiemblan, estos están rojos que parecen cerezas—pero no puedo resistir el tenerte y no hacerte mío.
El gime y empiezo a moverme, sus brazos sobre mi nuca, lentamente lo penetro hasta que se ajuste a mi anchura, cuando siento que le mueve sus caderas se que está listo para ser embestido, así que salgo más de su interior dejando solo mi glande dentro y luego me hundo en el rápidamente que gime lanzando su cabeza hacia atrás dejándome su hermoso y sudado cuello, el cual no desperdicio y lo beso, muerdo, creo que todo su cuello ya está marcado por mi nombre y apellido y tal vez por nuestra descendencia, pero no lo puedo evitar.
Mis embestidas son más rápidas cuando él lo pide, sus palabras son órdenes para mí, el gime y jadea al igual que mi persona, mi pelvis choca contra su culo reiteradamente, nuestras respiración se vuelven irregulares y siento como aprieta su esfínter aprisionando mas mi pene y él se vuelve a correr, ver su cara cuando está en pleno orgasmo es como ver una mezcla entre un Ángel en una porno, yo gruño y me corro en su interior, siento como me descargo en él, y caigo sobre su pecho, el me abraza fuertemente y muerde mi cuello, siento que el todavía puede dar más.
Cojo su semen que esta sobre nuestros pechos, y veo hacia abajo, lo ubico mejor sobre mi cama y lo beso haciendo fricción entre nuestras miembros, el gime.
--quiero sentirte en mi interior—le digo y él me observa—puedes con eso?
--por supuesto que puedo—su voz se escucha ronca.
Me siento a horcajadas sobre el y lubrico su pene con su propio semen, este va tomando forma erecta mientras lo acaricio, hasta que está totalmente en una erección descomunal.
--tal vez no aguante mucho—me dice—me has hecho correr ya dos veces.
Yo solo puedo gemir y dirigir su pene hacia mi entrada, sé que esto va a ser doloroso, es mi primera vez analmente hablando, cuando su glande entra en mi, gruño de dolor, pero sé que si voy despacio me dolerá aun mas, así que me siento cobre él y lanzo un grito descomunal, el dolor es indescriptible y él me atrapa por la nuca y me empieza a besar, no puedo mover todavía, siento como si mis cadera se abrieran.
Después de que el muerda varias veces mi cuello, siento como ya me ajusto y me muevo hacia arriba, una electricidad llena de placer recorre mi columna haciéndome gemir fuertemente, así que empiezo con el cube y baja, el gime mientras mantiene sus manos en mi cadera, siento como me parte como me hace suyo y como yo me entrego a el de todas las maneras posibles, el detiene mi bajada a centímetros y me sostiene ahí, el comienza a subir sus caderas y me empieza a penetrar, aunque mis piernas duelan por esa posición un poco incomoda, el placer me vence y me dejo penetrar de esa manera.
Ambos gruñimos después de varios minutos y siento como nos corremos yo cobre su pecho y el dentro mío, caigo lentamente a su lado soltando un jadeo cuando sentí que mi culo quedo abierto.
Lo abrazo por la cintura y el me abraza también y nos hundimos en un profundo sueño.
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Despierto por el sonido que hay en mi habitación, siento el aire recorrer mi cuerpo y luego las imágenes borrosas de yo haciéndole el amor a Liam y luego el cogiéndome, me vienen a la mente.
Abro los ojos y no lo encuentro a mi lado, escucho otro sonido a mi espalda y luego una maldición, me giro y ahí está el, con su bóxer puesto y tratando de ponerse el pantalón con dificultad, me está dando la espalda y no puedo evitar no ver su trasero, el que ayer fue mío.
--¡maldito dolor al culo!—escucho como su voz es de ira y yo titubeo en hablar.
--Li... Liam—su cuerpo se tensa y se gira lentamente hacia mí.
Tiene el entrecejo fruncido y veo como su vena en el cuello se empieza a marcar, está enojado, lo sé, su respiración es agitada como si hubiera corrido una maratón.
--¿estas bien?—pregunto un poco con miedo.
--¿Qué si estoy bien?—masculle terminando de ponerse el pantalón lanzando otra leve maldición—ayer le pusiste algo a mi bebida, luego me has violado y tu ¡quieres que este bien!, eres un maldito marica que piensa que tienes el derecho de comerte a cualquiera, de corromper a cualquiera que se te cruce en frente, pero pensé que yo era tu amigo y mira lo que has hecho—siento como una lagrima rueda por mi mejilla mientras él se señala—me has convertido por una noche en un monstruo enfermo como tú.
Las palabras que ha escupido con como diez mil balas cruzando cada parte de mi cuerpo, siento como si estuviera en un torbellino y sé que esto podía pasar, pero la bebida no podía dejar de pensar en Liam haciéndolo mío, ¡maldito alcohol! Sabía que si bebía no podía retener mis locuras, ahora me empiezo a odiar porque se que perdí a lo perdí.
Pero sus palabras son muy fuerte y un amigo jamás te debe decir monstruo enfermo sea cual sea tu gusto, la rabia también me empieza a llenar y me levanto, se que estoy desnudo porque el me observa todo el cuerpo con los ojos abiertos, luego se recompone y también se pone furioso.
--¡pues déjame decirte que ayer no te resististe y que más bien pedias mas de mi!—le grite y el negó con la cabeza.
--estas mintiendo—me empuja—no seas un maldito cabron, estaba borracho.
--la borrachera no impedía que me apartaras cuando te senté sobre mi erección y cuando te empecé a besar.
--pensé que siendo mi amigo, podía hasta confía mi vida en ti—evita mi comentario anterior—pero veo que jamás debí confiar en ti, me doy la vuelta y me violas, como quieres que me sienta después de eso, te odio maldita sea.
--¡vete Liam!—el "te odio" salir de sus labios me dolió mas que todas las otras palabras que me dijo, mis mejillas se humedecieron y supe que estaba llorando, no le daría le gusto de verme destruido--¡lárgate Liam! –el me observa por un momento, aun está enojado-- ¡que te largues he dicho! ¡Vete de mi casa! ¡También te odio! ¡Vete de aquí!
Sé que mi "también te odio" no fue sincero lo empuje varias veces que tuve miedo que se cayera por las escaleras pero mi mente no podía maquinar nada mas que no verlo por ahora, se iba a morir cuando nos topáramos en la escuela no sentir sus abrazos al saludarme, lo saque de mi casa con el torso desnudo, llevaba su pantalón puesto y sus zapatos en la mano.
--solo espero que recuerdes todo lo que me has dicho—le dije.
--y yo espero que recuerdes todo lo que me has hecho—mascullo y se fue
Cerré la puerta de un portazo y sentí como el alma dejaba mi cuerpo, como caía sobre mi culo, después de dejar salir un gruñido de dolor, empecé a llorar, ahora sé que lo perdí definitivamente, lo he perdido por uno de los siete pecados capitales, la lujuria.
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No se olviden de pasar por mi novela The Reality Of Our Love y dejar algun tipo de comentario para saber que les parece =)