Todos piensan que Stiles siempre es el sumiso en nuestra relación, y en parte tienen razón, soy él quien lo guio a la desesperación de la pasión, el grita del placer que creo en él, su cuerpo vibra ante mis toques, su piel se eriza cuando respiro en su nuca, se estremece al escuchar mis susurros cuando estoy mordiendo el lóbulo de su oreja, los gemidos que suelta cuando no soporta sofocarlos en el momento que toco su punto sensible mientras lo embisto, sus partes internas siendo tensadas y apretando mi virilidad cuando lo hago correr sin siquiera tocarse.
Pero... si así es ahí un pero, no siempre es sumiso, cuando está enojado todo en el cambio, no es cualquier tipo de enojo, se puede enojar cuando se rompe alguna vasija de la casa o cuando quiere que yo lave la ropa y me niego, aunque al final del día lo termino haciendo, nadie lo sabe y ni el tampoco, creo. Pero sus palabras son mi debilidad, todo en el es mi debilidad. Haría lo que fuera por él.
El cambio en el es cuando se está enojado y hierve en celos. No sucede todos los días, pero hoy... hoy sucedió y de solo pensar lo que hará en la casa, siento como mi pene va formando una curvatura gruesa sobre mi pantalón, mi lobo quiere salir y desagarrar la puerta del vehículo para sacar a Stiles y hacerlo mío en cualquier lugar público del camino, pero me freno a mí mismo y a mi lobo.
Hoy tuvimos una reunión en la casa de Scott, Braeden estuvo ahí también y ella fue el detonante. Ella y yo tuvimos algo hace unos años, algo, que no duro mucho porque yo trate de utilizarla para sacarme de la cabeza al bocazas de Stiles, pero no me resulto, cada vez caía mas enamorado de ese castaño de ojos marrones que es mi perdición.
Braeden me había coqueteado en la cocina y al notar que no la tomaba en cuenta me agarro de la cintura y me había estrellado contra la encimera, luego se había acercado apresuradamente a mis labios pero la aparte antes de que me besara, mi lobo se negaba a tocar otra piel que no sea la de Stiles.
La cuestión es que ella había agarrado mi miembro fuerte haciéndome gruñir, en ese momento saque mis garras pero Stiles había aparecido y al estar vinculado conmigo había aceptado parte de mi magia sobrenatural, así que fue una lucha con Braeden en la cual mi pequeño salió ganando, aunque le explique con lujo y detalle lo que había sucedido, seguía enojado, pero si me creía. Solo que el debe sacar su enojo y cuando se trata de celos, no lo saca hablando como normalmente lo hace.
Gimo internamente nuevamente ante la anticipación, acelero mas el vehículo mientras de reojo veo como Stiles tiene fruncido el entrecejo y sus labios están apretado como si fuera un puchero y me muero por morderlos y dejarlos rojo de tanto besarlos.
Cuando detuve el auto fuera de nuestra casa que habíamos adquirido hace pocos meses atrás, después de un año de la graduación de Stiles.
Salió del auto y yo lo seguí, abrió rápidamente la puerta y casi me la tira en la cara, pero siguió de largo, subió las escaleras, y no pude evitar ver como su jean se apretaba a su trasero con cada escalón que subía, cuando estuvimos en el segundo piso, me miro de arriba abajo.
--espérame en la habitación—camino hacia mí y se acerco tanto que mis fosales nasales se llenaron totalmente con su esencia como todos los días, solo que ahora su esencia era más picosa, se acerco a mi oído y me susurro— en la cama desnudo y sobre tus rodillas y manos.
No pude evitar que esta vez un gemido gutural saliera de mi boca, el solo rió y se fue dejándome en el segundo piso.
En pocos segundos ya estaba en nuestra habitación y la ropa que llevaba puesta era esparcida por todos lados, lo último en salir fue mi bóxer y quede totalmente desnudo, me tumbe sobre la cama y empecé a masturbarme con la imagen de la última vez que Stiles estuvo celoso, sus brazos rígidos a cada lado de mi cabeza mientras estaba entre mis piernas, su sudor goteando contra mi pecho, su piel cremosa brillaba y sus ojos oscuros de tanta lujuria que lo recorría, mi miembro estaba totalmente erecto que lo agarre con amabas manos para ejercer más presión subía y bajaba mi mano... un gruñido me hizo salir de mi ensoñación.
--no te di permiso a que te tocaras—Stiles está parado en el marco de la puerta.
Otro gemido gutural salió de mi garganta, el estaba... estaba endiabladamente sexy, aunque solo carga unos bóxer puesto, eran apretados y se podía notar la erección que tenia, su miembro era grande, no más que el mío y grueso, no más grueso que el mío. Pero era mío, todo mío. Su pecho subía y bajaba mientras sus abdominales se contraían, podía oler todo la locura de hormonas que lo recorrían, cuando termine de revisar su cuerpo con mi mirada, me di cuenta que traía algo en su mano, era algo circular como una pulsera pero más pequeña que nuestras muñecas, así que no era un regalo para mi, gruñí y jadee cuando observe mejor y supe para que servía.
--si que lo usare—su voz era ronca, había leído mis pensamientos. Era nuestro estilo de conexión.
Se acerco caminando lentamente, mi lobo babeaba y yo al igual que él estaba que chorreaba baba por mi boca, mi respiración se alteraba con cada paso determinado por él, una sonrisa ladeada ilumino su rostro al igual que un brillo en partículas se asomo en sus ojos marrones, sus pecas lo hacían ver más sexy, su peso hizo que el lado de la cama se hundiera, con una mano se saco el bóxer ajustado y su pene salió brincando y golpeando su vientre, las gotas de liquido pre seminal apelaban la cabeza de su glande, me relamí los labios y el emitió un bajo gemido desde el fondo de su garganta.
--Quieres hacerme el honor de limpiar las gotas que salen de mi verga—sus palabras me calentaron y mi cuerpo reaccionaba, solo asentí y el sonrió con superioridad, sabía que ahora el tenia el mando de la situación.
Se sentó a horcajadas sobre mi pecho, el olor a algo dulce llego a mi nariz y absorbí todo el olor que me penetraba, haciendo gemir, acerco su pene y golpeo mis mejillas con este, haciendo que el liquido manchara mi rostro, era su marca, me estaba marcando.
Lo raspo sobre mis labios y mi boca automáticamente se abrió, lo introdujo de un solo golpe que me hizo sentir arcadas, el jadeo y un deje de culpa se asomo a los ojos pero se disipo tal y como vino, relaje mi garganta y pude sentir como su pene entraba mas y mas, empezó a envestir mi boca como si estuviera penetrándome, notaba como su pelvis y abdomen se contraía con cada golpe que daba, agarre su trasero apretándolo y masajeándolo, es redondo y suave ante mi toque. Su pene chocaba contra el fondo de mi garganta lo podía sentir por mi cuello, su piel se empezaba a perlar por el sudor que empezaba a emanar un olor que me mareaba y me hacia entrar en celo.
Arqueo su espalda mientras seguía embistiéndome por la boca sus manos llegaron hasta mis muslo y empezaron a tantear, hasta que encontraron lo que buscaba, mi gemido fue ahogado por su duro pene, este se salió y yo mismo lo volví a introducir a mi boca, luego escuche el clic de algo y supe que hacia metido mis bolas y pene dentro de la argolla que hace un momento la tenía en la mano. Gruñí pero siguió embistiendo. Mi lengua jugaba con el tronco de su pene, y sus gemidos se convertían cada vez más fuertes.
Salió de mi boca y jadee al sentirla desolada pero pronto mis palabras fueron sofocados por sus labios, con besos fuertes y apresurados, pero llenos de pasión, sus manos recorrían mi cuerpo, desde los muslos hasta mi abdomen y luego hacia mis tetillas, pellizcándolas y apretándolas, haciéndome erguir de placer, se aparto nuevamente y un brillo malicioso alumbro su mirada.
--Dime Derek—se acerco a mi oído y mordió el lóbulo de mi oreja—quien te puede tocar?
--tu—jadee medio gemí.
--quien puede besarte?—me beso y mordió mi labio inferior haciéndome sangrar que se curó al instante.
--tu—gruñí
--a quien nada más le perteneces?—pregunto mordiendo mi cuello, mi espalda se irguió y me pecho toco el suyo, pude sentir y escuchar como sus latidos se apresuraban.
--a ti, Stiles—gemí e hice fricción entre mi erección y la suya.
El gimió y con sus rodillas abrió mis piernas, se introdujo entre ellas y ubico su miembro entre mis nalgas, podía sentir lo resbaloso que estaba, su liquido pre seminal lo había lubricado y mi entrada palpitaba de anticipación.
--hoy te has portado mal—ronroneo en mi oído—nadie más te puede tocar Derek, eso está más que claro—ubico su pene en mi entrada y mordió mi cuello nuevamente—tu y yo nos perecemos.
Se hundió en mi, sin siquiera prepararme, de mi garganta salió un gruñido desgarrador, dolió apenas unos segundos pero la sensación de hormigueo por todo mi cuerpo me hizo sentir que podía ver las estrellas y tocarlas, sus manos acariciando entre mi saco y el ano, me hizo sentir más placer del que tenia, no pude retener a mi lobo que aullara, el sonido fue un detonante para que Stiles gimiera guturalmente y empezara a embestirme, no de una forma lenta sino mas bien eran salvajes y las gotas de sudor dejaban un recorrido por todo su cuerpo, yo era bañado por esas gotas y su olor quedaba impregnado en todo mi cuerpo. Yo era suyo, eso es cierto, al igual que es mío.
Sus manos se entrelazaron con las mías y las ubico a cada lado mi cabeza, enrosque mis piernas alrededor de su cadera y pude sentir como se hundía mas en mi, el sonido del choque de su pelvis contra mi trasero y los gemidos era lo que retumbaba sobre nuestras paredes, tal vez los vecinos nos escucharan pero no me importaba, esto era lo nuestro aunque el día de mañana nos vieran como locos por tantos gemidos y golpes de la cama contra la pared, no me importaba tampoco.
Stiles me agarro una pierna y me puso de lado, ubicándola su hombro y mi otra pierna estaba entre las suyas mientras me seguía embistiendo, su mirada era algo que me hacia calentar, sus gemidos roncos hacia que una corriente me recorriera, tenía ganas de venirme pero la maldita argolla no me dejaba hacerlo, yo gemía y jadeaba con cada embestida. Sentí sus embestidas erráticas, rápidamente aflojo la argolla y la lanzo al suelo.
Me volvió a ubicar como antes y me mostro su cuello en tono brilloso.
--necesito que lo hagas.
Su voz hizo que medio aullara y mis caninos brotaron, mordí su cuello hasta que sentí la explosión dentro de mi boca, mi visión se volvió de varios colores y mi pene vibro cuando descargue sobre nuestros abdómenes, sentí el chorro caliente que me llenaba en mi interior, su ronco gemido hizo que me separara de su cuerpo y nos viéramos a los ojos, su respiración era irregular y agitada pero la sonrisa de satisfacción que ilumino su rostro me indicaba que estaba bien.
No salió de mi interior, primero dio unas cuantas estocadas mas hasta que sentí que su pene se hacia flácido y solo salía de mi entrada, pude sentir también como su semen empezó a salir, gemí ante la sensación de viscosidad que producía entre mis nalgas.
Se acostó a mi lado agarrando mi cadera y uniéndome a él.
--dime algo, por favor—me susurro mientras me besaba el cuello.
--eres el celoso, bocazas, sarcástico más tierno de todo el mundo—lo abrace por la cintura y apegue su cuerpo al mío, le susurre al odio—y eres todo mío.
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