--hola Scott—lo salude el me observo por unos cuantos segundos y volvió a hablar con la chica de cabello negro, Allison, su novia—quería pedirte un favor.
--que quieres?—se giro y lo vi enojado, trague duramente y no pude evitar ver los músculos de los bíceps como se marcaban y su camisa en V dejaba ver parte del bello que cubría su pecho—habla niño, no tengo todo el tiempo del mundo.
Su novia se rio por un momento y sentí mí rostro sonrojarse.
--q...quería que me entrenaras—el me vio enarcando una ceja y reviso mi cuerpo, a lo que me estremecí, siempre llevaba pantalones holgados, con mi chompa que me hacía ver más pequeño de lo que soy—quiero entrar al equipo de Lacrosse el siguiente semestre, así que pensé que mis padres te podían cancelar un buen dinero para que me entrenaras y así poder ingresar, ya que eres muy bueno en este deporte.
El me miro por unos minutos, en los cuales mis nervios aumentaban y sentía la mirada de todos encima de mí, después una carcajada salió de sus labios y yo me quede de pie sin poder entender nada, el porqué se reía, su novia al igual que algunos chicos que escucharon nuestra conversación empezaron a reírse, a lo cual no pude más que hacer, agache la cabeza y Salí despavorido, había sido humillado por la persona que me gustaba. Pero yo era el tonto, como a él le podía gustar si yo era alguien debilucho, delgado con nada de masa muscular, mal gusto para vestirme, lo único bueno que tengo son mis ojos grises.
La tristeza me invadía y no sabía qué hacer, mi teléfono vibro y era un mensaje de mi tío Bobby, el practica boxeo, y es dueño de un local donde le enseña a los demás a practicar este deporte, me pidió que vaya, a los pocos minutos ya estoy en el local, ya que es cerca de la escuela, unos cinco o diez minutos a caminata rápida o lenta respectivamente.
--hola tío—lo saludo con la mano.
--que te sucede?—el me conoce demasiado como para poder ocultarle algo.
Así que le cuento todo en un par de minutos, su entrecejo de frunce y sé que esta rabioso, me pide el nombre de quien me hizo esto muchas veces, y niego con la cabeza, aunque me haya hecho daño no me lo puedo sacar de la cabeza, Scott me gusta y mucho y sé que si mi tío lo encuentra lo va a moler a golpes.
--en ese caso te entrenare yo—dice muy serio—ya verás como entras el próximo semestre a ese equipo o me dejo de llamar sunkovichlandita Dumbar.
--enserio te llamas así?—pregunta Liam reteniendo la risa—ni siquiera lo recuerdo y lo acabaste de mencionar hace unos segundos.
--he tenido que sobrevivir con ese nombre toda mi vida—coge los guantes de boxeo—porque crees que practico boxeo?
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Las vacaciones han pasado y me observo en el espejo de cuerpo entero que está en mi cuarto, tengo mi abdomen bien marcado, donde ya tengo seis cuadro que se notan, mi pecho también ya esta fornido, mis brazos están con mayor masa muscular, y mis rasgos del rostro se han vuelto mas simétricos, he dejado crecer mi cabello y lo he peinado un poco hacia arriba, casi como si estuviera alborotado, mis piernas están más tonificadas y me he depilado el pecho, aunque a decir verdad no tenía mucho bello tampoco.
Me pongo un pantalón ajustado, unos converse, y una camisa de lino con cuello en V, donde se muestra mi clavícula y parte de mi pecho, la chaqueta negra que me regalo mi padrastro hace dos semanas, guardo la ropa de deporte en mi bolso, cojo la mochila donde están guardados mis libros y salgo de mi casa, no sin antes desayunar un pequeño bocadillo.
La escuela esta atestada de gente, mi nuevo auto es un Mercedes Benz que me dio mi madre cuando regreso de Europa, un viaje de negocio que tuvo con mi padrastro, cuando me bajo del auto, siento la chispa de nerviosismo que antes tenía, pero recuerdo las palabras de mi tío "no dejes que nadie te disminuya, todos somos iguales y valemos lo mismo." Cuando escucho el primer comentario de asombro cuando observan mi auto, me relajo pero cuando escucho el murmullo de la gente viendo mi cuerpo, mi ego se eleva y sonrió ladeadamente, este año va a ser diferente, lo siento por todo mi cuerpo.
Cuando estoy en las practicas de Lacrosse, me ponen de portero, los muchachos empiezan con diferentes lanzadas y las atrapo todas, no dejo que ninguna me pase, ninguna llega a la tela que está a mi espalda, cuando todos me glorifican no me saco el casco y sonrió.
Pero luego la sonrisa se me borra, el viene hacia mí con el entrecejo fruncido, viene con su mejor amigo, Stiles, pero Scott solo me observa a mí, cuando se detiene a la distancia donde están los lanzadores, coge su palo para lanzar y anotar, yo me preparo para el lanzamiento y el lanza y yo atrapo, así nos mantenemos por varios intentos, en los cuales el falla y yo atrapo. El coach nos manda a las ducha y todavía veo su ira en la mirada de Scott.
--bienvenido al equipo...--Scott me dice sin saber mi nombre, me saco el casco y el no se inmuta, me observa de pie a cabeza y sonríe, frunzo el entrecejo--...Liam Dumbar.
Siento un escalofrió recorrer mi cuerpo y me estremezco.
Los días pasan normalmente o bueno para mí son nuevos, me he ganado una reputación y me han sacado citas pero yo no acepto, lo único que quiero concentrarme en el Lacrosse.
El fin de semana ganamos contra una escuela de prestigio y sintió los brazos de todos tratando de abrazarme y darme palmadas en el hombro, por haber atrapado cada uno de los lanzamientos del equipo contrario, Scott solo me observa desde una distancia prudente, cuando se acerca mi cuerpo tiembla porque pienso que me va a abrazar, pero no lo hace.
--felicitaciones Dumbar—murmura pero no es con odio y no logro entender.
Así pasan dos meses, donde logro hacerme popular y tanto chicos como chicas me piden salir con ellos, los vuelvo a negar, en mi interior se esconde una pizca de esperanza en que el me invite a salir, pero ahora siento que más se ha alejado de mi.
Me entero que Scott termino con su novia durante las vacaciones y mientras recorro por el pasillo, lo veo fuera de su salón de clase, su espalda esta contra la pared y cuando alza su cabeza para ver de quien eran los pasos que se escuchaban, el traga duramente, niega con la cabeza y frunce su ceño, sigo mi camino pero me detengo a unos centímetros suyos.
--se reciben clases dentro del aula, no fuera—le digo sonriéndole, el vuelve a negar con la cabeza.
--gracias por el dato, sabelotodo—me dice con voz apagada.
--te han echado?—digo omitiendo su casi insulto.
--no estaba prestando atención a la profesora—se encoge de hombros—nunca entiendo su materia, es como si me enseñara hebreo antiguo en vez de Francés.
Rio por lo bajo y su mirada se centra en mi, sonríe de lado y siento que me atraganto.
--porque has cambiado?—me pregunta de la nada y frunzo el entrecejo un poco confundido.
--a que te refieres?—pregunto.
--nada, olvídalo—me dice y cuando intento decir algo, me interrumpe—me han dicho que eres bueno en Francés, me enseñarías—aunque intento rechazar su oferta, algo así como, ojo por ojo, diente por diente, el me habla—se que no te ofrecí ayuda la otra vez, pero esto es una materia y estoy casi reprobado.
--está bien—digo asintiendo con la cabeza.
--bien—dice ahora serio—estaré en tu casa a las cinco de la tarde.
Me pasa por un costado y siento el olor a su loción atravesar mi fosa nasal y pegarse en todo mi ser. Luego recuerdo que no le di la dirección de mi casa pero cuando lo busco con la mirada, el ya está demasiado lejos, además que a los pocos segundos suena el timbre de finalización.
Esta vez la pizca de nerviosismo no abandona mi cuerpo como cuando llegue el primer día de clases en este nuevo semestre, son las cinco y siento como mi corazón bombea más rápido de lo normal, mi cabeza da vueltas por un momento, mi padrastro esta en el hospital y mi madre en su oficina, suspiro cuando son cinco y diez minutos, porque se que ya no vendrá.
Caigo sobre el sofá y el timbre hace que me levante de nuevo, gruño porque ha de ser el de la pizza que se demoro, voy hasta la puerta y la abro, mis ojos siento que se van a desorbitar cuando veo a Scott con la caja de pizza en su mano izquierda y cuando me observa de pie a cabeza siento un hormigueo por todo mi cuerpo.
--me tope al de la pizza aquí afuera y resulta ser el novio de mi prima, así que converse por unos minutos con él, siento el retraso—Scott me pone la pizza frente a mi rostro—si se enfrió la pizza es todo mi culpa.
--no hay problema—el entra y se saca la chaqueta dejando el bolso en el suelo, veo sus músculos y muerdo mi labio inferior--¿Cómo sabes donde vivo?
--que bonita es tu casa—sus hombros se tensan y camina hacia la sala, se sienta sobre el sofá—comemos primero la pizza o estudiamos?
La pizza estuvo buenísima y los estudios estaban un poco pesados, en realidad si se le hacía difícil esto de los idiomas, le indique algunos métodos para pronunciación y otros para diferencia algunas palabras, cuando han pasado como dos horas, se recuesta sobre el sofá y siento su mirada taladrando mi nuca.
Siento como se sienta normal, y me observa, yo lo observo también.
--¿Por qué cambiaste?—trago duro y vuelvo a estar confuso.
--no te entiendo—digo suplicante—explícame, por favor.
El se muerde el labio y siento como su pierna se mueve nerviosamente.
--baiser—lo miro confundido y antes te que replique me vuelve a hablar--Je veux goûter vos lèvres.
Mi mente empieza a maquinar lo que ha dicho.
--creo que tu léxico mejorado, y de seguro atraerás a muchas diciéndole eso—mi mente no deja de pensar en la primera palabra "beso" y luego la frase "quiero probar tus labios"
--no Liam—el niega con la cabeza—no quiero los labios de otras, solo los tuyos.
Mi respiración se atora y no sé qué decir, el me agarra de la nuca y me apega a él juntando nuestras frentes, su aliento choca contra mi labios, haciendo que supliquen en silencio.
--porque dejaste ir a mi niño—dijo susurrando y nuestros ojos conectados, me suelta un poco, se levanta y da vuelta por la habitación—porque cuando tenía el coraje para declararme, te vas y te conviertes en otro.
--espera...--mi voz se quiebra y siento ganas de morir, al no comprender nada--... no entiendo, no te entiendo nada Scott.
Se vuelve a sentar a mi lado y coge mis manos, siento sus manos temblando y no hace frio, está nervioso.
--el día que me pediste que te ayudara con el entrenamientos, estaba hablando con Allison para terminar nuestra relación—empezó, puso su dedo en mi boca para que no lo interrumpiera—pero te acercaste y no me dejaste terminar la conversación, me reí por la ira que tenia dentro, porque no quería que entraras al equipo de Lacrosse, cuando te vine a buscar a tu casa cada día de las semanas después de haber terminado con Allison, jamás te encontré y el primer día que te veo en la escuela, te encuentro totalmente cambiado y un perfecto jugador de Lacrosse.
--porque no querías que jugara Lacrosse?—es lo primero que sale de mis labios y el gime al sentir mi aliento contra su dedo.
--que has conseguido con el Lacrosse?—pregunta.
--popularidad? Aceptación? Amigos?—me siento frustrado por un momento.
--eso no son amigos, Liam y que hayas cambiado físicamente no significa aceptación—el suspira—eras hermoso como antes eras, tus ojos se acentuaban con tu piel pálida, tu cuerpo delgado lo quería proteger, tu timidez y tu sonrojo cuando me hablabas me parecían tan tiernos que quería besarte a cada momento.
--entonces no he conseguido nada, jugando Lacrosse—suspiro.
--has conseguido citas Liam—me dice cogiéndome de la quijada—y es lo que no quería, no quería que nadie te viera con los mismos ojos que yo te veo, porque yo te aceptaba tal y como eras.
--porque nunca me hablaste?
--porque fui un estúpido, además estaba de novio con Allison y no soy de los que juega con las personas.
--así con que estas soltero—reflexiono y me pierdo en sus ojos oscuros.
--no---niega con la cabeza y lo observo confundido—hasta hace unos minutos lo estaba, pero no aguanto más no ser tu novio Liam, ¿quieres ser el príncipe de mi vida?
y siento como me fundo en lava ardiente mientras me lanzo contra sus labios, devorándolo con hambre de su amor, me atrapa por la cintura y me apega a su cuerpo, siento la calidad invadirme y al fin esa felicidad oculta bajo la oscuridad sale a la luz, mi luz es Scott.
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