Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía amazon.
*
Ambos me miraron como para que yo dijera "Si Dante, tienes razón" pero la verdad es que no me animaba decirlo, no tenía ganas de aclarar nada, yo sólo quería dejar pasar ese tema de una vez.
– Sé que cuesta –Dijo Dante. –Pero si no lo conversamos con las palabras tal cual son, siempre habrán problemas entre ustedes y no quiero verme entre la espada y la pared.
–Bien –Lo miré. Esto lo haría por mi primo y por mi bienestar emocional.
– Caín, necesito que le expliques a Cailín por qué lo hiciste.
–Bueno, fue porque...
– Esto es absurdo –Lo interrumpí. –No necesito que me den explicaciones, sólo digamos que intentaremos llevarnos bien y ya está. No quiero acordarme de nada de lo que pasó hace catorce años. Si tengo que sacarme de la cabeza la idea de denunciar a Darell, lo haré, pero por favor no volvamos atrás.
– Estoy de acuerdo –Dijo Caín. –Estaría de acuerdo contigo de denunciar a mi padre si no supiera todo el poder que él tiene. Cuando te decía que no ibas a sacar nada, era verdad.
– Eso es cierto –Dijo mi primo. –Conozco a Darell y prefiero que te quedes sin hacer nada.
– Lo haré ¿Si?
– Confiamos en ti –Asintió mi primo.
– Sólo necesito acostumbrarme a que Caín sea tu amigo, no creo que sea tan malo después de todo.
– Caín es un hijo de puta –Opinó Dante y Caín sonrió. –Vamos a hablar tal cual como son las cosas, para que luego no te asustes si ves a Caín golpeando a un chico hasta matarlo.
– Bien, pero hablen de eso cuando yo no esté –Opinó Caín. –No necesito comentarios sobre mi personalidad.
– Bien –Rio Dante. –Sólo quiero aclarar algo –Nos miró intercaladamente. –No quiero verlos juntos de otra manera que no sea como amigos.
– No lo harás –Respondí de inmediato, pero Caín se mantuvo en silencio.
– No quiero que después anden sufriendo como idiotas, llorando por aquí y por allá y yo quiera matarte por haber hecho llorar a mi prima –Dijo Dante mirando a Caín. Yo sólo reí de las suposiciones de mi primo.
Estuvimos toda la tarde en el departamento jugando Xbox, pude ver a Caín en su faceta de persona normal y él a mí. Quizá no sea tan difícil llevarnos bien, costará, pero lo lograremos. Me daba algo de vergüenza bailar delante de la Xbox en presencia de Caín, pero cuando él lo hizo y se veía bastante ridículo, lo intenté. Él se divertía mirándome hacer el ridículo mientras peleaba con Dante porque estaba haciéndome trampa.
--
Llegué al instituto con una nueva disposición, ya le había contado a Annie todo lo que había hablado con Caín y Dante y a ella le pareció perfecto que yo tratara de dar vuelta la página, aun así ella seguía advirtiéndome sobre Caín, me decía "Nadie puede cambiar de un día para otro, él sigue siendo un hijo de puta".
– Ahora tú cuéntame que te pasa con Jaxon –Le dije mientras almorzábamos en la cafetería, ambas salíamos a las cinco de la tarde y eran recién las dos.
– Me querrás matar –Suspiró jugando con su tenedor dentro de la comida.
– ¿Por qué? –Fruncí el ceño. – ¿Qué hiciste?
– No hice nada que es lo peor –Dijo mirándome. –Me gusta Jaxon.
– ¿Y qué tiene de malo eso?
– Es Jaxon –Rodó los ojos. –Utiliza a las chicas como cualquier cosa. Si tú no hubieses venido aquí te aseguro que jamás nos hubiésemos acercado.
– ¿Por qué no?
– Es que vivimos bastante cerca –Me contó. –Estuvimos hablando, a veces hasta tú eras el tema de conversación por llevarte mal con Caín. Cuando Dante tuvo el accidente él se ofreció a ir a dejarme porque ya nos conocemos, realmente me gusta –Resopló.
– No creo que sea algo malo –Comí un poco de mi almuerzo.
– He visto como utiliza a las chicas.
– Quizá contigo cambia ¿Quién sabe?
– Una posibilidad en un millón.
– Había una posibilidad en un millón que el titanic chocara con ese iceberg y lo hizo –Me encogí de hombros.
– No seas ridícula –Sonrió.
– Amiga, arriésgate... Jaxon no es el rey de NY. Estoy segura que todas las chicas quieren estar entre sus sabanas porque pertenece al grupo de los más solicitados del instituto Risco. –Dije sencillamente. Annie rio de mí y sentí a alguien detrás.
– ¿Así que no soy el rey de NY? –Era Jaxon, demonios. Miré a Ann con odio, ella sólo se rio de mí. Se sentó a mi lado mirando a Ann.
– Lo lamento –Dije avergonzada.
– ¿Estaban hablando de mí? –Nos preguntó. Annie se quedó mirándome, era hora de mi venganza.
– Si –Respondí y Annie me miró con odio... No, no podía ser tan mala. –Es que Ann no sabía que conocías a Dante y le estaba contando.
Annie asintió mirándolo.
– ¿Y soy parte de lo más solicitados del instituto Risco? –Soltó una carcajada.
– Me refiero a que todas quieren meterse entre sus sábanas –Reí nerviosa.
– Está bien... –Frunció el ceño.
– Creo que debo ponerme de pie, hablamos después Ann –Le sonreí y le guiñe un ojo. Gracias, quedé como una estúpida.
--
– ¡Me invitó a salir! –Gritó en mi oído. Dante y yo reímos porque la teníamos en altavoz. –No puedo creer que Dante esté ahí.
– Tranquila, él no dirá nada –Reí. –Me alegra mucho que las cosas te estén resultando.
Estuve hablando con Ann alrededor de una hora por teléfono, nos reíamos a carcajadas y Dante me observaba en plan "¿Cómo diablos puede hablar tanto?"
– Hoy haré algo aquí –Dijo mi primo.
– ¿Qué cosa?
– Una fiesta, será genial. Pedí permiso abajo y podremos estar hasta tarde.
– Genial –Le sonreí.
– Si quieres puedes invitar a Ann.
– Lo haré –Reí.
Llamé a Annie y ella se rio diciéndome que la había extrañado y no había sido suficiente hablar una hora por teléfono. Le conté que Dante haría una fiesta en el departamento y ella enseguida aceptó venir, al parecer pensaba que era su oportunidad de estar con Jaxon.
Eran las once de la noche y comenzó a llegar gente. El departamento en sí era bastante espacioso para bastante gente. Llegaron unas personas que no conocía, luego llegó Ian, Caín y Jaxon. La música estaba muy fuerte, todos los que llegaban venían con botellas de alcohol y drogas, creo que los vecinos de mi primo eran bastante relajados. Dante les había informado que no estuvieran en el balcón por temas de seguridad y todos aceptaron. Llegó más gente de lo que pensé, muchas chicas vestidas como prostitutas y chicos bastante guapos. Estuve bailando con mi amiga, riendo y bebiendo un poco, el ambiente en sí terminaba mareándonos un poco. Mi primo no fumaba ni tomaba, pero aun así lo pasaba bien. Conocía a cada una de las personas que estaban en el departamento.
De un momento a otro, Annie estaba hablando con Jaxon bastante cerca. Me dirigí a la cocina a buscar algo y choque con alguien, era Caín.
– Blanca nieves –Sonrió. Estaba buscando una cerveza igual que yo. –Ahí tienes una –Me facilitó una. –Es una gran fiesta.
– Así es, no pensé que mi primo conocía a tanta gente –Reí abriendo la cerveza.
– ¿Has visto a Caín? –Escuchamos. Mire a hacia afuera y vi a Kendall hablando con Ian, él sólo le dijo que no.
– Demonios, ella está aquí –Bufó.
– Creo que deberías complacerla.
– No, ayúdame –Me dijo rápidamente.
– ¿Como?
– Así –Tomó mi rostro con ambas manos y me besó. Todo estaba oscuro, mi trasero estaba apegado al mesón de la cocina. No fue como el beso a la fuerza que me dio en el hospital, ésta vez no sé si fue el alcohol o quise hacerlo... Moví mis labios siguiéndole la corriente sintiendo cada musculo tensarse. Su cuerpo estaba apegado al mío. De a poco el beso se fue intensificando, puse mis manos en su abdomen, sentimos que alguien entro a la cocina, pero no nos separamos. Sus manos bajaron a mi cintura y me apego su cuerpo. Cuando caí en la realidad lo empuje levemente hacia atrás. Nos quedamos mirando fijamente a los ojos, cómplices de lo que habíamos hecho. Mi corazón latía con fuerza y él me miraba algo sorprendido.
– No creo que esto te ayude –Comenté mirándolo.
– Si, ella nos vio y se marchó –Sonrió con sus ojos fijos en los míos.
– Estaré en la boca de todo Risco ahora –Suspiré.
– Tranquila, eso no pasará.
– Nos vemos luego –Me separé de él nerviosa.
Mis piernas temblaban, le había dado un beso al tipo que odiaba y no tan sólo eso, se había sentido bien. Es efecto del alcohol, es efecto del alcohol.
Estuve un momento bailando con unas chicas que venía recién conociendo, un tipo se acercó a mí y comenzó a bailarme de cerca, me separé un poco y él me siguió.
– ¿Qué demonios te pasa? –Le pregunté molesta.
– Sólo quiero bailar –Dijo acercándose a mí.
– Hay bastantes chicas, yo no quiero bailar.
– O bailas conmigo o te vas a la mierda –Dijo en mi oído. –No queremos hacer enojar a Caín.
¿De qué demonios estaba hablando? lo empuje hacia atrás y el siguió intentando acercarse a mí. Vi a alguien ponerse a mi lado.
– Te vas de aquí o te rompo la cara a patadas –Escuché a Caín decirle disimuladamente para no alborotar la fiesta.
– Están todos aquí Caín –Le sonrió con gracia.
– Vete –Escupió.
– Todo esto es un maldito plan –Su rostro no me parecía para nada conocido. El puño de Caín se posó en la cara del tipo, éste cayó al suelo y comenzaron a pelear, de pronto sentí un golpe fuerte y comencé a desesperarme, las luces no se encendían y todos estaban arrancando hacia afuera.
– ¡Dante! –Le grité, pero estaba peleando con un tipo. Corrí a encender la luz, pero en cuanto apreté el interruptor todo quedó oscuro. Habían cortado la luz, no había música y sólo se escuchaban groserías y gente gritando. Alguien me tomó el brazo jalándome hacia afuera, grité con desesperación.
– Soy yo –Escuché a Caín. –Debemos salir de aquí. Corrí detrás de él viendo a mi primo bajar delante. Nos subimos a varios autos diferentes. En el que iba yo estaba Caín y Dante.
– Annie ¿Dónde está Annie? –Le pregunte a Caín.
– Esta con Jaxon, tranquila.
Vi a la gente de los departamentos salir a la calle, no tenía idea de lo que había pasado.
– ¿Quiénes eran? –Le pregunté a mi primo. Dante estaba sangrando de la boca y sus nudillos también estaban sangrando, su yeso estaba envuelto en líquido rojo.
– Unos hijos de puta –Me respondió. – ¿Cómo supieron que tenía una puta fiesta? –Le preguntó a Caín.
– Quieren una pelea, Dante... Eso es lo que quieren –Comentó enojado.
– ¿Tuya?
– Si, demonios –Caín golpeó el volante con su palma.
Doblamos por unas calles y nos quedamos en el jardín de una casa que no tenía idea de quien era. A los minutos después llegó Ian, Jaxon y Annie.
– Esto es realmente estúpido –Comentó Ian. –Vas a tener que pelear de una puta vez para que nos dejen tranquilos.
– Voy a tener que dejarme perder –Escupió Caín. – ¡No me vengas con tonterías!
– ¡Me importa una mierda! –Se enojó. –Cada vez que hacemos algo pasan estas cosas. Dile a tu padre que haga algo, es el rey del mundo.
– No –Lo miró Caín con odio. –No haré eso.
– Caín no puede pelear –Lo apoyó Dante bastante enojado. –No seas estúpido Ian, si Caín les gana se encargaran de matarlo y matar a todo su alrededor.
– Entonces que se deje perder.
– ¿Y de dónde demonios quieres que saque todo ese dinero que quieren que les dé?
Annie y yo nos mirábamos confundidas, no entendíamos nada.
De pronto un auto se estacionó fuera de la casa y se bajaron cuatro tipos con armas en sus manos y uno vestido algo elegante, así como Darell lo haría.
– Sabía que estarían aquí –El tipo habló irónico. –Así que tienen amigas nuevas –sonrió con gracia.
Dante hizo que no lo miráramos.
– ¿Qué demonios quieres? –Esa era la voz de Caín.
– Una pelea Caín.
– No, ya basta –Bufé. –No pelearé con ninguno de ustedes, déjenme en paz.
– Ya lo veremos Caín, intenta estar bien oculto porque te buscaré hasta que de una maldita vez aceptes.
Un tipo lanzó un disparo al aire y todos volvieron a subirse al auto. Mis piernas temblaban.
– Quiero irme de aquí –Le dije a Dante. El suspiró en silencio.
– Nos tendremos que quedar en la casa de Caín.
– Bien, pero vámonos de aquí.
--
A penas pude dormir en la casa de Caín. Cuando desperté, Caín y Dante no estaban en la habitación, bajé las escaleras, pero una voz conocida me interrumpió.
– ¿Por qué no me dijiste que estabas teniendo problemas con ellos? –Esa era la voz de Darell.
– No te pedí que vinieras –Comentó Caín enojado. –Puedes irte por donde llegaste.
***
BESOPOS XOXOXO