Kabuto estaba impresionado por lo que había echo, de echo todos lo estaban. En eso miré al enemigo y sentía como un líquido salía de mi ojo, no quería perder el control.
Aiko: Dame tu pergamino y no terminarás como tus clones.
Ninja: Está bien, relájate. Aquí está —dijo dejando lentamente el pergamino en el suelo y luego salió corriendo.
Naruto: ¡Eso fue genial Aiko! Debes enseñarme a hacerlo.
Yo sonreí.
Sasuke camino hasta ponerse frente a mi y desactive mi sharingan mientras se me ponían los pelos de punta, él estaba molesto y muy cerca de mi.
Sasuke: ¿Como hiciste eso?
Aiko: Es una habilidad especial de mi sharingan —para ser sincera si había soñado un poco intimidada.
Kabuto: La marca en tu cuello ¿Que es? —le dice a Sasuke.
Sasuke: Tranquilo, no es nada.
Aiko: Kabuto ¿Podemos hablar? —Kabuto me miró un poco sacado de onda mientras Sasuke nos miró serio.
Kabuto: Claro.
Yo caminé lejos de todos junto con Kabuto, en eso él se adelanta y se pone frente a mi.
Kabuto: Entonces si eres tu.
Aiko: Soy yo —dije deteniéndome.
Kabuto: Me gusta tu estrategia, enamorar al Uchiha para que confíe en ti. Cuando termine todo esto te recomendaré a Lord Orochimaru para que trabajes con nosotros.
Aiko: Yo trabajo para el bien de la aldea.
Kabuto: Pero a pesar de eso ayudarás a destruirla —sonrío.
Aiko: Esa fue una misión especial que me hizo Danzo.
Kabuto: De igual manera la destruirás.
Sentí un gran remordimiento. De cualquier lado que lo viera yo era la mala, yo tenía la culpa y yo lo estaba haciendo. Kabuto al verme tan pensativa sonrió. Yo lo miré feo y me di la vuelta para irme. Pero ahora lo sabía, Kabuto es el aliado de Orochimaru, el también está aliado a nosotros.
Después de regresar caminamos todos nuevamente hacia la torre y esta vez si estábamos avanzando. Sasuke estaba más callado de lo normal y además parecía que no quería estar cerca a mí porque se puso hasta el otro lado y cada vez que me acercaba él se alejaba.
Al llegar a la torre no había nadie en la habitación, Sakura leyó una cosa que estaba en la pared, mientras yo pensaba en lo extraño que se comportó Ered, aveces no lo entiendo.
Sasuke: Aiko —me saco de mis pensamientos y lo voltee a ver— los pergaminos —Yo se los di, Sakura abrió el del cielo y Naruto el de la tierra
De la nada empezaron a sacar humo y los aventaron por el miedo que este les había provocado, me hubiera reído, pero pobrecitos. De los pergaminos apareció Iruka sensei y fue ahí cuando reí, estos locos creyeron que era una bomba.
Iruka: Felicidades, aprobaron la segunda parte del examen y para celebrar me gustaría invitarlo a ichiraku— Naruto sonríe y corre abrazarlo.
Naruto: ¡Si! ¡Ramen! —Sakura y Sasuke se sientan en el suelo a descansar, yo solo sonrió, pero luego mi sonrisa desaparece. Recordar que en la tercera parte del examen tengo que traicionar a Konoha y a mis nuevos amigos.
Todos salimos de ahí y nos dirigimos a restaurante de ramen, yo me senté y Sakura a mi lado. En eso Sasuke llega y se sienta a un lado de Sakura, Naruto, al ver el último asiento vacío a un lado de mi corre a sentarse ahí. Aquello me puso algo triste. Desde que estoy aquí he tenido muchas emociones que no había tenido en años. Iruka se encontraba sentado a un lado de Naruto y platicaban de cosas que no me importaban.
El señor del restaurante llegó con su cuaderno y su pluma listo para apuntar la orden. Pero yo realmente me sentía rara, Sasuke me había estado ignorando todo este tiempo.
Aiko: Gracias Iruka Sensei, pero me iré a descansar. Necesito tomar un baño.
Dije con una pequeña sonrisa, en eso me bajo del banco y camino hacia la dirección contraria de la casa del hokage. Hoy dormiría en el clan. Al llegar a la entrada sentí que alguien me seguía, así que preste mucha más atención a mi alrededor. En eso un suriken se dirige a mi y rápidamente tomó mi kunai y lo golpeó para desviarlo.
¿?: Siempre me sorprendes —dijo una voz proveniente de un árbol.
Aiko: ¿Que quieres Ered? ¿Matarme?
Ered salió de su escondite.
Ered Ay por favor, podías con eso y más —me vio el cuello y se acercó a mi— ¿Que tienes ahí?
Aiko: Nada, déjalo estoy cansada. Me quiero bañar y dormir.
Ered: Bueno, te voy a dejar ¿Todo va bien, no?
Yo solo asiento, Ered me mira por unos segundo más y desaparece. Yo sigo caminando hacia mi casa. Al llegar me quito la ropa y empieza a bañarme, una vez realizada esta acción me cambio y voy hacia la cocina y pego un brinco al encontrarme a Sasuke sentado en la mesa.
Aiko: ¿Como llegaste aquí? —dije molesta.
Sasuke: Este también es mi clan.
Aiko: Me refiero a mi casa ¿Que haces en mi casa?
Sasuke: ¿Aquí vivías?
Sasuke se levantó y comenzó a ver las paredes, los muebles y libros que había a simple vista.
Aiko: Aquí viví unos cuantos años, después me fui.
Sasuke: Lo limpiaste súper bien, como si nunca hubiese sucedido nada —murmuró— ¿Aquí vives?
Aiko: Si —dije mientras lo observaba— ¿Por qué estás aquí?
Sasuke: Te fuiste de Ichiraku sin despedirte de mi. Además te traje eso —señaló la barra y en esta había una bolsa blanca.
Camine hacia ella y la abrí, era ramen. Me quede viendo la comida unos segundos más, me había echo sentir algo que no comprendía que era.
Aiko: Gracias.
Sasuke: ¿Sobre qué hablabas con ese chico? —rápidamente lo vi ¿Me vio con Ered?
Aiko: ¿Que chico? —pregunté cautelosa.
Sasuke: Con Kabuto.
Sentí un alivio.
Aiko: Sobre nada en especial, le dije lo qué pasó con la serpiente y que si podía ayudarnos pero me recomendó ir a un doctor. Claro que si hacemos eso probablemente no nos dejen hacer los exámenes.
Sasuke se levantó de su lugar y se acercó a mi, cada paso que daba hacía que mis piernas temblaran, por favor solo tengo 12 años.
Sasuke: No diremos nada hasta ver qué es exactamente —dijo cerca de mi— me iré para que cenes y descanses. Te veo mañana.
Dijo el, yo solo lo miraba sería. Sasuke se acerca a mi y me da un beso en la mejilla, acto seguido me acerco a él y lo abrazo, Sasuke de igual forma me abraza. Me sentía tan a gusto con el.