room 72; camren

By milanolivar

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Camila es doctora en un hospital de Los Ángeles. Su vida se basa en ir al hospital, cuidar de su hermana Sofi... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Último Capítulo
Epílogo
Epílogo 2
Room 72 en físico
Room 72 portada

Capítulo 22

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By milanolivar

Camila's POV

Había pasado un mes exacto desde que me quedé embarazada, y ahora nos pasábamos el día entre California y Florida. En pleno noviembre, Miami seguía con temperaturas de 30 grados, así que a mi madre no se le ocurrió mejor idea que ir a la playa todos juntos. Y por todos juntos, incluía a la familia de Lauren y al novio de su madre. Lauren estaba sentada en una de las sillas de playa, mientras miraba cómo mi madre y la suya iban a la playa con Taylor y Hayley y Alejandro y el novio de su madre preparaban una barbacoa.

-No me puedo creer que hayamos acabado como todas las familias latinas. –Dijo negando con los dedos apoyados en la cabeza y yo tiré de su brazo.

-Vaaamos, eres latina por mucho que quieras. –Ella se levantó con un suspiro, mientras yo tiraba de su brazo.

-¡Ya lo sé! Pero sólo falta que... -Reggaeton empezó a sonar de fondo y me miró, abriendo los ojos. –Sólo faltaba eso.

-Ya sé que tus gustos musicales son.. Más sofisticados, pero vamos, no me hagas suplicarte. –Dije mientras ella venía detrás de mí cogida de la mano.

-Está bien.. –Suspiró, y nos acercamos a la orilla. Hayley pasó corriendo a su lado mojándola, y miré a Lauren que justo iba a salir corriendo hacia su sobrina y la paré, poniéndome delante de ella y miré sus ojos, que además de más verdes por el sol, estaban enfadados.

-Vale, mírame. –La cogí de las mejillas con una mano e hice que me mirase a los ojos. –Vamos a pasar un buen día de playa con nuestra familia, ¿vale? –Ella asintió lentamente, y me puse de puntillas para llegar a su rostro y darle un beso bastante húmedo y lento, poniendo las manos en sus mejillas. Lauren soltó un suspiro más largo con una sonrisa, abriendo los ojos luego.

-Tienes que dejar de hacer eso para convencerme de todo.. –Dijo negando, y yo me separé de ella para entrar en el agua donde estaba mi madre, Clara y Taylor. Lauren se quedó en la orilla, con Hayley tirando de su mano para hacer un castillo en la arena. Mientras avanzaba en el agua, me recogía el pelo en un moño, llegando hasta ellas.

-Camilita. –Mi madre me cogió de las mejillas y me dio besos por toda la cara, provocando que la abrazase.

-Ya, mamá. –Dije logrando separarme de ella.

-¿Cómo estás? –Preguntó Taylor, hundiéndonos las cuatro en el agua para que nos llegase a la altura del suelo.

-Bien, genial. –Respondí, encogiéndome de hombros.

-¿Y qué tal el embarazo? –Me humedecí los labios un momento mirándola.

-Pues igual que yo, bien. Aún sólo son dos meses, así que no noto mucho cambio. Pero Lauren se pone histérica cuando vomito por las mañanas. –Las tres rieron y yo desvié la vista hacia ella que estaba cubierta de arena por Hayley.

-¿Te cuida bien? –Preguntó Clara, y yo me giré hacia Lauren.

-¡Lauren, cariño! –Dije en voz algo más alta, y Lauren se levantó casi de un salto y casi corría dentro del agua hasta llegar hasta mí.

-¿Qué? ¿Qué pasa? –Preguntó mirándome con el ceño fruncido, con una mano en mi cintura por debajo del agua.

-Quiero un zumo.. –Arrugué la nariz levemente y ella asintió, dándome un beso en la frente.

-Claro, ahora vengo. –Vimos cómo Lauren salía del agua y me giré hacia las tres mujeres, humedeciéndome los labios.

-Wow, qué envidia. –Dijo Taylor, y reí negando.

-Normalmente no hago esto, pero es para que veáis a qué nivel llega. –Lauren volvía con un vaso de zumo en la mano, y me lo tendía dándome un beso en la cabeza.

-Toma, Camz. –Cogí el vaso y le di un beso en la mejilla con una sonrisa.

-Gracias, cielo. –Bebí un poco por la pajita y Lauren se quedó abrazada a mí.

-Nunca creí que te iba a ver así, Lauren. –Dijo su madre, mientras yo bebía del zumo que me había traído ella.

-¿Así cómo?

-Casada y esperando un hijo. –Su madre rio, y ella también lo hizo.

-Sí... Es raro. –Sus manos apretaban mi cintura y yo mientras bebía del zumo.

Mi madre, Clara y Taylor salieron del agua, pero yo me quedé con Lauren en el agua. Rodeé su cintura con las piernas y le di varios besos en los labios, aunque de lejos se escuchaba a Hayley llamar a su tía. Lauren suspiró sobre mi boca y yo me reí.

-Eso es lo que te espera cuando nazca tu hijo, así que.. –Giré la cabeza y Taylor había cogido a Hayley para que comiese algo de lo que estaban preparando mi padre y el novio de Clara.

-Ya pero.. No es lo mismo. –Lauren se giró para que yo quedase de espaldas a la orilla, y alcé una ceja al ver lo que había hecho, y más aún al notar sus manos deslizarse entre mis piernas por detrás, y negué.

-No.. Lauren no. –Apreté su mano, pero ella ni se inmutó. –Lauren por favor..

-¿Qué? Nadie se va a dar cuenta, además tengo que aprovechar ahora que no tienes tripa y estás ultra sensible. –Yo ya no podía hablar, sólo apretar la mano en su nuca por ese simple roce de dedos contra mí, y jadeé levemente, aunque apretó un poco más y tuve que besarla para evitar un gemido fuerte.

-Lauren para.. –Gemí levemente, pero no paró, y sus dedos comenzaron a hundirse poco a poco dentro de mí, y arqueé las caderas contra ella. En poco más de un minuto, estaba intentando no gemirle en la boca llegando al orgasmo a pesar de que le dije a Lauren que no, pero allí estaba, apretando las manos en su cuello y ella, me besaba y me abrazaba entre sus brazos. Me relajé y me separé de ella para mirarla a los ojos una sonrisa.

-Mira.. Estás preciosa.. –Le di un golpe en el hombro riendo.

-Idiota.. –Pasé los dedos por sus mejillas y le di un beso suave, arrugando la nariz. –Si nuestro hijo no tiene tus ojos, voy a llorar. Te lo digo en serio.. –Lauren comenzó a reírse y le di un beso en la mejilla, con una pequeña mordida.

-Seguro que tendrá los ojos verdes. –Fruncí el ceño notando cómo Lauren empezaba a salir del agua conmigo en brazos.

-¿Y cómo sabes eso? –Apoyé los pies en el suelo y salí del agua con ella.

-Genes Jauregui. Y ya acerté una vez. –Asintió, y yo rodé los ojos con un suspiro, dándole un golpe en el hombro.

-¡Kaki! –La voz de mi padre me llamó, y dejé a Lauren para acercarme a él. El olor a chorizo a la brasa llegó a mi nariz, y no pude más que taparme la boca y salir corriendo hacia los baños que había al final de la playa, comenzando a vomitar. Aquél embarazo me estaba matando en aquél aspecto, en el que Lauren ni siquiera podía acercarse a mí por las mañanas después de echarse perfume porque me parecía un olor nauseabundo.

Volví caminando hacia donde estaba nuestra familia, y mi padre y Lauren se giraron hacia mí con el ceño fruncido.

-¿Estás bien? –Me preguntó el, mientras Lauren tenía en la boca un trozo de aquél vomitivo chorizo y se acercó a mí.

-Ew, por favor aparta. –Le di un empujó y ella parpadeó mirándome, dejando el trozo en la mesa.

-¿Ya? –Preguntó alzando las manos, y yo asentí acercándome a ella para abrazarla por la cintura.

-Lo siento.. –Mi padre me acercó un plato con marisco y directamente solté a Lauren para abrazarlo a él, dándole besos por la cara. –Gracias, papá. –Me senté en el regazo de Lauren, mientras pelaba el marisco que habían hecho expresamente para mí. Ella me observaba atenta mientras yo comía, y giré un poco el torso hacia Lauren. -¿Quieres? –Ella negó, y le di un poco aunque se negaba. Seguí comiendo un poco más hasta que terminé, y me recosté contra su pecho sintiendo que el cansancio iba a poder conmigo.

Y así fue, me quedé dormida sentada encima de Lauren, con la cabeza en su cuello y ella me sostuvo entre sus brazos mientras yo me quedaba totalmente absorbida por el sueño en mitad de la playa.

Cuando me desperté, intenté moverme pero algo me lo impedía. Abrí los ojos lentamente y Hayley dormía a mi lado. Estábamos tumbadas en un colchón hinchable con una sábana en este, y no sabía cuánto había dormido pero debía de haberle hecho daño en las piernas a Lauren. Pasé un brazo por el cuerpo de Hayley que se apretaba contra mí, y terminé por abrir los ojos. Todos estaban sentados en sus sillas mirando al mar, incluso Lauren, pero hablaba por teléfono y se levantaba pasándose las manos por el pelo. Me levanté del colchón como pude, y dejé a Hayley dormir en la colchoneta un rato más, aunque yo estaba algo confusa y mareada.

-No, te digo que no. –Lauren suspiró y se frotaba la cabeza con una mano levantándose de la silla. -¿Por qué eres tan inútil? Te lo estoy diciendo y es simple. Reformas en todas las piscinas y así subirá el caché del maldito hotel. ¿Qué cojones no entiendes? Es de principiante. –Se dio la vuelta y andaba por la orilla mientras mi padre me llamaba para que me sentase en su regazo. Después de todo, seguía siendo su niña.

-¿Cómo dormiste, flaca? –Puso una mano en mi cintura y me volví a recostar con él, como hacía cuando era pequeña y él me sostenía en sus brazos entre las toallas que mi madre me ponía para secarme tras salir del agua.

-Bien... Aunque no sé qué hora es. –Reí frotándome un ojo y lo miré alzando la cabeza. –Pronto dejaré de ser tu flaca, papá. –Hablaba con él en español, y me llevé una mano al vientre con una mueca.

-Tú siempre serás mi flaca. –Sonreí dándole un abrazo, observando cómo Sofi se subía a la espalda de Chris y corrían hacia el agua.

Lauren volvió de la orilla y tenía el semblante desencajado, mirándome a mí al llegar. Me levanté del regazo de mi padre y la miré frunciendo el ceño.

-¿Por qué trabajas hoy? –Pregunté cruzándome de brazos con el ceño fruncido.

-Porque hoy trabajo, cariño, pero querías venir a la playa así que, aquí estoy. –Suspiró. Tenía la culpa de que Lauren ahora estuviese estresada, triste, enfadada y tuviese esa cara desencajada y desanimada que ahora estaba frente a mí. Comencé a llorar mirándola con un puchero, negando.

-Lo siento, es mi culpa.. –Dije llorando y ella abrió los ojos abrazándome fuerte, acariciando mi espalda.

-No, no, no llores, Camz. Por favor, no llores. –La abracé apretando las manos en su espalda, calmándome un poco y me separé, limpiándome las lágrimas. –No es tu culpa, no llores. –Me dio suaves besos en los labios y los respondí, dejando de llorar pero haciendo pucheros.

-Lo siento, las hormonas. –Susurré limpiándome los surcos bajo los ojos, y la cara de Lauren era simplemente de no saber qué decir o cómo reaccionar. –Pero que no me mires así. –Le di un golpe en el hombro casi enfadada y ella se quedó más confusa aún.

Cuando llegamos al hotel en Miami, tras ducharnos, no pude hacer más que dejarme caer en la cama sin saber muy bien dónde estaba Lauren. Mientras ella venía, yo estaba en una habitación que era prácticamente un palacio, y la cama era demasiado grande para mí sola, por lo que, acabé quedándome dormida esperando a Lauren.

* * *

Lauren's POV

La mejor parte de estar trabajando aquél mes en Miami era que tenía a toda la familia cerca y Camila no pasaría tanto tiempo sola por las mañanas, que ya estaba de unos tres meses. Además, iba a mi antigua casa. Taylor estaba comprando con Camila, y mi madre se había quedado en casa con Hayley. Cuando llegué, mi madre intentaba parar a la pequeña que corría por la casa hasta que se topó conmigo. La cogí en brazos riendo, y mi madre se puso las manos en la cintura.

-No tengo tanta fuerza para cogerla. –Lo dio por perdido e hizo un gesto con la mano, sintiendo a la niña abrazarse a mi cuello.

-Hola a ti también, mamá. –Le di un beso en la mejilla y ella me dio unos quince más.

-¿Qué tal el trabajo? –Preguntó ella volviendo a la cocina y dejé a Hayley en el suelo, cogiéndola de la mano.

-Genial, trabajar con 30 grados todo el día es genial. –Dije ironizando, dejándome llevar por Hayley hasta el salón, y me senté en el sofá algo agotada. Sus manos se pusieron en mis mejillas e intentaron dibujar una sonrisa en mi rostro, y no podía haber cosa más adorable que ella. Sonreí finalmente y ella aplaudió, dándome un beso en la mejilla.

-Así estás más guapa. –Dijo sentándose entre mis piernas para ver los dibujos. Casi parecía ayer cuando veíamos la Sirenita con Camila y quería lanzarse hacia la pantalla aunque tenía sólo tres años recién cumplidos y le costaba pronunciar las palabras.

-Hay.. –La senté en una de mis piernas y ella frunció el ceño, mirando de nuevo los dibujos. –Tengo que contarte algo. –Ella no sabía nada del embarazo de Camila, así que debía decírselo yo.

-¿Qué cosa? –Ella jugaba con una muñeca entre sus manos.

-¿Has notado la barriga de la tía Mila? –Pregunté entrecerrando los ojos, y ella asintió sin dejar de mirar la muñeca.

-Sí, es raro. Debería dejar de comer. –Hayley frunció el ceño y solté una risa, negando.

-No, no es de comer. –Mi sobrina se apoyó en mi pecho y nos recostamos un poco en el sofá, ella no dejaba de jugar con su muñeca. –Vamos a tener un bebé, Hay. –Ella se llevó la mano a la boca y levantó la mirada hacia mí lentamente. –Y lo que lleva en la tripa pues, es el bebé. –Parpadeó un poco mirándome.

-¿De verdad? –Preguntó soltando la muñeca, con una sonrisa. Asentí y Hayley sonrió aún más. -¿Y podré cogerlo?

-Claro, deberás cuidarlo mucho.

Hayley se quedó en silencio un rato, tumbada sobre mi pecho justo como solía hacer Camila, con las piernas sobre las mías, sentada y recostada sobre mí.

-¿Ya no me querrás cuando nazca el bebé? –Esa pregunta hizo que abrazase a Hayley un poco, y negué.

-Siempre te querré, peque. –Dije dándole un beso en la cabeza, y sus bracitos rodearon mi cuello. –Me he pasado cuidándote mucho tiempo, ¿cómo no voy a quererte?

-¿De verdad?

-De verdad.

En ese momento, la puerta de casa se abrió y Camila y Taylor aparecieron por la puerta. Hayley saltó de mi regazo y corrió hacia su madre, que la cogió en brazos abrazándola. De pequeña no podía estar sin su madre, y ahora un poco más mayor tampoco.

Me levanté y Camila caminó hacia mí, dándome suaves besos en los labios y me acarició las mejillas con las dos manos, dejándome completamente idiota delante de ella porque la sonrisa que me salió era de adolescente de instituto.

-¿Cómo estás? –Pregunté colocando una mano en su tripa, que comenzaba a notarse debajo de la camiseta y aunque no era muy grande, sí que se veía con claridad que estaba embarazada.

-Bien, bien.. –Ella reía y me arrastró hasta el sofá sentándose en él, y tomé sitio a su lado. –Fuimos a comprar para la cena, pero hace demasiado calor.

-Lo sé.. –Suspiré, terminando por sonreír ante la mirada alegre de la chica. Me incliné un poco sobre ella y le di un beso en la tripa, con una mano en uno de los laterales que la acariciaba con el pulgar. No quería separarme en aquél momento, y aún menos cuando la mano de Camila comenzó a acariciarme el pelo suavemente.

-Eres lo más adorable que he visto en mi vida.. –Susurró en bajo, y reí un poco, subiendo hacia ella para darle un beso más lento.

-Mmh.. –Me separé del beso aunque al instante volví a besarla. –Tú eres adorable embarazada.

-Oh, sí, sí. –Dijo irónica cerrando los ojos y no pude evitar reírme.

Hayley pasó de nuevo por el salón y nos enseñó una pequeña cajita de plástico con caramelos dentro mientras se comía uno. Camila estiró los brazos hacia la pequeña y esta fue con su tía, sentándose en su regazo.

-¿Ahí está el bebé? –Preguntó Hayley con un dedo en la tripa de Camila. La latina levantó la cabeza hacia mí y asentí para hacerle saber que lo sabía.

-Sí... Justo aquí dentro. –Camila se lo explicaba a nuestra sobrina, que miraba algo fascinada la tripa de su tía.

-¿Y cómo entró ahí? –Alcé las cejas y miré a otro lado, sintiendo un golpe de Camila en el brazo para que no me escaquease. Camila se humedeció los labios y pasó una mano por el pelo de Hayley para peinarla mejor.

-Mmh... Cuando dos personas se quieren mucho mucho, tienen un bebé. –Reí un poco ante la explicación de Camila que me apretó el brazo para que no riese.

-¿Y quién lo puso ahí? –Vuelve a preguntar, y yo me froté la frente con la mano.

-Dios mío, Hayley, basta de preguntas por hoy. –Dije negando, y ella frunció el ceño mirándome.

-Lo que tu tía quiere decir es que nos queremos mucho y nace de dentro, nadie lo pone ahí. –Si las miradas matasen yo habría muerto hace un rato.

-¿Me vas a seguir queriendo cuando nazca? –Preguntó mirando la tripa, y Camila le dio un beso en la frente.

-Por supuesto.

b

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