Andrés
Ha pasado una semana desde que me dieron de alta. Todos han estado actuando extraño. Cuando hablaron con el doctor parecían molestos, lo único que escuche es que era ilógico, no entendía a lo que se referían y por ello decidí callar. Al parecer las clases ya habían empezado, desde las 7:45 am hasta 2: 45 pm. Cinco horas de estudio, me parece bien. Estoy en mi cuarta clase, en cinco minutos podemos salir al receso. El estómago me gruñe y todo por culpa de Jake y Alejandro.
El timbre suena y todos comienzan a salir despavoridos. Guardo mis cosas y me levanto con mochila en mano. Me despido del profesor y me dirijo a la entrada. Antes de salir una mano toca mi hombro, es Drew. Oh no ¿Qué hice ahora?
-Se te quedo esto- su tono de molestia lo tiene hace mucho, desde el día en que hablamos en el hospital, no sé por qué es y no quiero preguntar. Tomo el libro y le agradezco silenciosamente. Hace un gesto de desilusión y me aparta bruscamente para salir. ¿Qué tendrá?
Entro a la cafetería y busco con la mirada a Ann, está sentada en una mesa aparte hablando con ¿Drew? Sigo derecho y cojo una bandeja donde dejo una dona con azúcar en polvo y un refresco de cola. Miro de nuevo a la mesa y Drew parece triste. Me acerco a la mesa con pasos lentos y pongo la bandeja llamando su atención.
-Ho~Hola-digo y bajo la cabeza
-Yo me largo- sisea Drew y se va de nuestro lado. Ann suspira y me mira con la misma cara con la que todos me han mirado.
-¿Pasa algo?- cuestiono y me siento en la silla que está al frente. Ella niega y me mira directamente- ¿Qué?
-¿Uke-chan?- pregunta con voz aguda, como si estuviera a punto de romper a llorar
-¿Qué?, ¿De que hablas?- contesto divertido. Ella niega y baja la cabeza.
-Yo me tengo que ir, nos vemos-se retira rápido dejándome aturdido. Le restó importancia y sigo comiendo solo hasta que el sonido de mi celular me interrumpe. Un mensaje de texto:
A nadie le ha gustado lo que paso, están tristes. Pero alégrate a mí sí me encanto
¿Quién será?, ¿Quién será?. Debe ser una persona que me conoce bien...No, nadie sabe de mí, soy un bicho raro. Debe ser una broma, si eso es. Tratando de confundirme. Bufo y me levanto de la mesa dejando la bandeja vacía, tomo mi refresco y salgo de la cafetería. No tengo clase estas dos últimas horas, asi que podría hacer algo productivo.
Entrenamiento y ultimas inscripciones al equipo de fútbol. Hoy después de las 11:30 en el polideportivo.
Bien poder hacer algo. Salgo del edificio y me guió por los letreros hasta que llego a la entrada del gran polideportivo. Una puerta transparente que conduce al pasillo. En ella están dos habitaciones, una del equipo y una de las porristas. Al final otra puerta transparente, separa el gran terreno de pasto sintético. Salgo por ella y paso por la primera grada que se me hace muy familiar, nunca he estado aquí así que no entiendo él porque de esa sensación.
Me siento en un extremo de las gradas, en la parte más alta. Casi no hay gente, están solo las porristas y el equipo de fútbol en medio de la cancha, una que otra persona. Saco mis audífonos y me los coloco reproduciendo la música que hay en mi celular. Los minutos pasan y el entrenamiento comienza, todos comienzan a correr por la cancha mientras que las porristas bailan...¿a eso se le llama bailar? Más bien es algo excéntrico para chicas como ellas. Aparto la mirada y al hacerlo me encuentro con una figura algo extraña, esta está debajo de un árbol, mirando fijamente el partido con pose de desinterés. La mirada del sujeto se conecta con la mía lo cual me hace pasar un escalofrió. De inmediato comienza a caminar, sin saber porque o como bajo las gradas y salgo corriendo en busca del sujeto. Lo conozco y sé muy bien de quien se trata, esa mirada fría y retadora que hace que tu cuerpo tiemble la conozco bien, desde el primer día se quedó grabada en mi memoria.
Los pasillos están vacíos, dejo de correr y mi respiración está algo agitada. Paso la mano por mi pecho y frunzo en ceño. Qué raro, normalmente tengo poco físico, no resistiría esta corrida que me pegue y que al parecer fue pérdida de tiempo...O no
-Drew-digo con un toque de emoción, su mirada es fría y dura, sin un rastro de bienestar. Sus manos están a cada lado de mi cabeza, su cuerpo aprisiona el mío contra la pared. Una sensación bastante conocida debo decir.
-Mascota- murmulla y baja la mirada hasta mi cuello. Con una mano toma mi barbilla y la gira.-¿él te hizo eso?- cuestiona y yo frunzo el ceño
-¿Eh?
-Tienes un chupete en el cuello-se aleja rudamente y yo paso mi mano por mi cuello- No seas estúpido, más bien vayámonos, tenemos mucho de que hablar.
En menos de 20 minutos ya nos encontramos en una entrada de un bosque. Algo lúgubre debo decir, oscuro y con neblina. Parece película de terror. Seguimos caminando hasta que llegamos a un claro, al lado de este corre un riachuelo con agua clara. En el claro un árbol se hace notar, un gran tronco, viejo y sin hojas.
-¿Qué hacemos aquí?- pregunto al girarme, Drew sonríe con malicia. Comienza a acercarse a mi e instintivamente yo retrocedo.
-Te voy a refrescar la memoria-dice en murmullo a pocos pasos de mí.
¿Qué va a hacer?
Cada vez estaba más y más cerca. Su respiración la sentía en mi rostro, su sonrisa y sus ojos mostraban una chispa de malicia que hacía que me temblaran las rodillas. La zona con tierra se acabó, un paso más y el riachuelo seria el que me recibiría.
-¿Qué pasaría si hago lo que está prohibido?- su voz es divertida pero el frió de sus palabras no recobra calor.
-¿A que t~te refieres?- Quiero apartara la mirada pero en sus ojos hay algo, un no sé qué, que me hace querer perderme en su grisácea mirada. Dicen que los ojos son la ventana del alma. Y si los son su alma esta oscura, podrida. Hasta se podría decir que no tiene alma.
-A esto- dice y avanza los pocos pasos que le quedaban, haciendo que yo retroceda. Cierro los ojos al sentir como mi cuerpo es llevado por la gravedad. Pero al final no siento nada, no estoy mojado, no escuche el sonar del agua. Solo una divertida risita que me hizo abrir los ojos. Drew ríe y yo frunzo el ceño, giro mi cabeza buscando la respuesta de lo sucedido. Los brazos de Drew rodean mi cuerpo que está a pocos centímetros del agua. Una de sus piernas esta posicionada en mi cintura evitando que caiga.
-Eres un idiota-digo molesto. Drew abre los ojos sorprendido- Lo siento
-Pensé que eso serviría-dice molesto y se levanta dejándome a mí en el césped.
-¿Serviría para qué?- murmullo y él se gira. Se acerca y en cada paso que da deja que su cuerpo se agache hasta que queda encima de mí. Sus piernas entrelazadas con las mías, una de sus manos en el césped y la otra en mi rostro.- ¿Te po~podrias apartar?
- tengo miedo de que te vayas - murmulla antes de acercarse a mí. Sus labios tocan los míos, un suave y cálido tacto que hace que una chispa de felicidad se encienda en mi cuerpo. -No te vayas
-No lo haré-digo en medio del beso. Paso una mano por detrás de su cuello mientras que con la otra busco su mano y entrelazo sus dedos con los míos. Mi cuerpo reposa en el césped lo que hace que Drew se posicione sobre mí para seguir el beso. Pasa su lengua por mi labio, abro mi boca y de inmediato su lengua entra en contacto con la mía. Un beso más apasionado que solo él es capaz de dar. Su lengua juega con la mía, tomando todo el control de aquel beso. Al separarse de mí, nuestras bocas hacen un sonido como el de una ventosa. Una sonrisa esta dibujada en su rostro igual que en la mía.
-¿No recuerdas nada?- cuestiona y yo niego- Temía eso- Se deja caer a un lado mío con pesadez. Giro mi cuerpo y lo miro desconcertado
-¿Qué tendría que recordar?- pregunto, Drew se muerde el labio y luego posa su vista en mi- dime, por favor
-Tú te caíste por las escaleras hace una semana.- Asiento- El doctor dijo que reprimirías algunos recuerdos, y lo que reprimirse fue tu primer mes en este lugar- suspira- Borraste todo, los entrenamientos, tus salidas, quien sabe que más.-Gira su cuerpo y me mira con nostalgia- Esta semana todos te hemos dado pistas o ayudas para que recordaras algo, lo cual no podíamos hacer.
-¿Por qué?
-Tu cerebro reprimió los momentos más tristes o estresantes que tuviste. No podíamos hacerte recordar porque no sabemos que olvidaste
-¿O sea que el beso solo fue para hacerme recordar?-cuestiono y el asiente-Lo sentí tan...Familiar
-¿No recuerdas este lugar?- niego- Aquí es donde últimamente hemos venido a practicar, y en donde...
-Me desmaye- completo. Drew me mira con emoción pero yo negó- No recuerdo nada, eso lo sé porque alguien me lo dijo
-¿Quién?
-No, no lo sé.- digo y bajo la mirada hasta mi mano. No sé en qué momento pasó pero en mi mano esta la pequeña manilla color negro.- ¿De quién es esto?
-Es mía- la toma y la mira- ¿Por qué la tienes?, pensé que la bote
-Yo la encontré, Creo.
-¡Eso es!
-¿¡Que!?-digo a la vez que me levanto, Drew me mira con una sonrisa y me toma de la mano
-Tenemos que ir a mi cuarto, en ese lugar todo paso
-¿Qué paso?
-Ya lo veras