Sigue la cuenta regresiva, tres días y ya es navidad. Mi primera navidad fuera de casa. Anoche me he quedado despierta hasta tarde pensando el regalo para todos. Las opciones fueron muy reducidas, dado que estoy en un campamento sin tiendas por alrededor, los regalos van a ser en su mayoría algo pobres.
Para Mane tenía pensado una remera que traje, la cual nunca estrene porque es rosa y yo odio el rosa asique no entiendo cómo es que la llevo conmigo, pero en fin...de a seguro a ella le queda hermoso.
Ah Amanda le regalaría uno de mis gorros de lana, posiblemente el bordo que se le camuflaría con el pelo, y para ser bien cursi completaría el regalo dándole a Federico una bufanda bordo de lana a juego. Ahora que lo pienso, el regalo en sí es demasiado ridículo, digo, estamos en pleno verano...pero en sí ellos dos son tan raros como mis ideas.
Brenda y Jake recibirán sus regalos para cuando volvamos a casa. Suena bastante vago de mi parte, pero tome la decisión anoche cuando estaba venciendo el sueño en mi y la imaginación se había apagado como una lamparita que se quema.
Pero el regalo de Ian fue el primero que pensé y el primero al cual no encontré solución. Me vuelve loca. No se me ocurre nada. Pensé en una foto nuestra enmarcada, aunque no hay lugar donde revelar la foto o comprar un marco. Quizás un dije de esos para dos, y enseguida recordé que jamás encontraría una tienda a menos que camine kilómetros.
-Toc-toc ¿hay alguien en esa cabecita? - los mellizos Parker golpearon mi cabeza haciéndome volver a la realidad.
- No sean molestos - repliqué.
- Molestos o no te conseguimos el helado, nos debes una - dijeron al unisón señalando la paleta helada que llevaba a mi boca.
Es verdad, les debo una. Sabía perfectamente que en la cocina habían unos helados guardados para "ocasiones especiales" asique les pedí que sacasen algunos. Claro que lo hubiera hecho por mi misma, si no fuese porque John últimamente merodeaba por esos sectores frecuentemente, asique mejor dejar que vallan mis muñequitos Parker.
-¿Ya tienes pensado que usarás en el baile? - pregunto Luca. De a rato abandonaban el mal hábito de hablar al mismo tiempo.
- Otra vez con el tema de la vestimenta - resople y un mechón de pelo se corrió - sinceramente... no! Ya buscare unos jeans que no estén tan viejos y alguna camisa bonita que combine...
-¡Stop!
- No me copien...
-¡Stop Jessica! - repitieron ahora los dos - no te atrevas a ir a un baile con jeans viejos y camisa "bonita". Tienes que ir bien arreglada, es una noche especial, no cualquier cosa.
- Sé que no es una noche ordinaria, pero eso no implica ir como la realeza, no tiene nada de malo...
- No puedes desperdiciar tanta belleza usando ropa cotidiana - dijo dramáticamente Mika - una piel como la tuya con un vestido azulado y perlas negras es lo que tienes que usar, todas te odiaran porque iras más guapa...
- Mamá es diseñadora de modas - comento Luca - su especialidad: vestidos de noche...
- Eso explica mucho - y de verdad lo hacía - como sea chicos, en tres días es imposible encontrar un vestido azulado con perlas negras, y encima, hecho a mi medida.
- Danos solo dos días.
-¿Ah?
- Considéralo un regalo de navidad.
-¡Stop! - dije ahora yo - es demasiado, no pueden, mejor dicho, no deben gastar tiempo y dinero en un mí.
- Jess, despreocupa nuestra familia es rica económicamente - se levantaron e inclinaron sus espaldas hacia delante como despidiéndose cordialmente - la veremos en dos días Princesa.
Dicho y hecho se fueron dejándome bajo la sombre del roble mientas terminaba mi paleta helada.
- Bastardos ricos - murmure para mi misma con gracia.
El pesado calor con la aún más pesada humedad me mataba. Es por eso que me senté en la sombra de un inmenso roble así podría descansar un tiempo extendido hasta que la sombra se fuese y el sol iluminara obligándome a correrme. Deje apoyada mi cabeza en el árbol, cerré los ojos y respire profundo.
No he visto a Ian desde anoche... ¿Habrá hablado con Celeste?
Con tan solo imaginarlo me enoja.
Recuerda los consejos de Jace... Relax Jessica, Relax.
Una mariposa naranja se poso sobre la punta de mi pie para hacerme compañía supongo. Me quede contemplándola, tan frágil y hermosa.
- Mi padre me decía todo el tiempo - escuche una voz hablar detrás mío - "cierra la boca por unos minutos y escucha lo que te rodea"
-¿Entonces qué?
- Entonces notaba pequeñeces que uno nunca nota. Por ejemplo, si prestas atención en este preciso momento, puedes escuchar el mar con sus olas chocando a lo lejos, el ruido de las hojas de los árboles moviéndose por el viento, las risas de unas chicas dentro de los baños y aquella langosta que no para de saltar por todas partes. Como dije, son pequeñeces que nos rodean y sin embargo no las notamos.
- Muy profundo señor Welch - di unas palmaditas al lado mío para que se sentase - su padre es un hombre sabio.
- Verdad que sí - dijo medio sonriendo y dándome un pequeño golpe en el hombro - ¿Qué es lo que te preocupa tanto hermanita?
- Nada, no sé a que viene esa pregunta...
- Soy tu hermano, a mí no me mientes. Hace días que te noto bastante rara o preocupada por algo. Anímate y cuéntame, sabes que no pienso recibir un no por respuesta. Y ni se te ocurra mentirme.
- Pasa que estoy nerviosa por el baile...
-¡Ta-daa! Mentiste - grito entusiasmado - tienes la mala costumbre de mover tus dedos cuando mientes. Ahora anda, dime la verdad.
¿Tan obvia soy? En mi mente era una experta fingiendo, o al menos eso pensaba.
Mordí mis labios, estaba nerviosa. Esta mañana me había llegado otra carta de "Max". Esta vez la arroje sin siquiera abrirla. Las bromas tienen un límite. Aunque ese no era el problema. Me angustia el tener que ocultarlo, nos guste o no siempre necesitamos a alguien en quien confiar y poder contarle nuestros problemas. Sobre todo a mí, que soy una terca en compartir cosas, me doy cuenta que sí, la verdad es que ya no soporto el guardármelo.
Intente relajar mi cuerpo como para hablar con desinterés.
Vale, lo contare.
- Ah que te ríes con lo que te voy a contar hermano - empecé - veras, hace unas cuantas semanas vengo recibiendo cartas con mensajes súper raros como "te extraño" y esas tonterías...
-¿Te extraño?
- Aguarda, todavía no llego a la parte más ridícula - reí nerviosa - lo más ridículo, patético o como quieras llamarle es que esas cartas suponen ser de Max, mi exnovio ¿recuerdas?
-¿¡Max!?
- Lo sé, no tiene sentido... verdad que es graciosísimo
-¿Gracioso? - pregunto y me pego en la cabeza - ¿Dónde vez lo divertido Jessica? de verdad eres terrible hermana. Respóndeme ¿hace cuánto las recibes?¿haz visto a Max por aquí?¿lo sabe alguien?
- Tranquilo Jake - lo interrumpí.
Nos miramos en silencio por un rato. Su mirada fría, los puños apretados, todo su cuerpo tenso y firme me decían que estaba furioso, tanto conmigo y con la situación.
No tendría que haberle dicho...
- Espera Jess - dijo con suavidad y enseguida note como sus ojos miraban tristes - ¿Estás bien?
Y esas palabras me desarmaron.
Hasta ahora todos me habían preguntado "Qué te pasa" "Por qué tan enojada" "Alegra esa cara Jess"
Pero nadie se acerco a preguntar si yo estaba bien. Y aunque nadie sabía exactamente qué sucedía, él por su cuenta sospechaba. Mi hermanito, mejor dicho hermano mayor, tiene el don de leerme como a un libro abierto.
Primero cayó una lágrima, no note que se me humedecían los ojos, luego otra lágrima y enseguida Jake me abrazó contra sí. Ahora, las lágrimas caían una tras otra, sin dejar espacio entre ellas. Sus fuertes brazos sostenían mi cuerpo débil que amenazaba en rendirse y caer. Escondía mi cabeza en su pecho, podía ver como las lágrimas llegaban al seco césped.
- Perdón Jess, perdón - susurraba - lo siento tanto...
- No - negaba.
- Sí Jess - me tomo por los hombros y me miro - se supone que soy tu hermano mayor, no soporto el verte triste y llorando. Ya no. No tienes idea lo mucho que me costo verte como estabas hace un año. Todo por culpa de aquel idiota que jugo con mi hermanita - su voz se quebró pero aún así continuó - y ahora me entero que hace tiempo bienes soportando el recordar todo eso. Soy un pésimo hermano, lo siento tanto...
Se quedo apoyado sobre sus rodillas, con el cuerpo curvo mirando hacia abajo, lamentándose una y otra vez.
- Jamás - lo sacudí para que parara - jamás vuelvas a decir que eres un pésimo hermano ¿escuchaste? nunca más quiero escuchar eso. Desde que tengo memoria siempre has estado junto a mi Jake. Gracias...
Tome su mano y la apreté.
.Te amo tanto hermano.
Le asegure que lo de las cartas ya no importaba, que ahora luego de haberle confesado todo me sentía mucho más relajada. Jake no quedo contento del todo, insistió en que le muestre las cartas, pero claro estas ya no existían. Nos quedamos sentados por un largo tiempo.
Por primera vez fui yo la que empezó a hablar del baile, necesitaba cambiar el ambiente tenso que nos rodeaba. Enseguida me contó que a todos ya venían con ropa formal para la ocasión. Excepto yo que al parecer era la única de todo el campamento que no estaba enterada sobre aquella noche.
-¿Cómo te atreviste? - le regañe.
- Te quería jugar una broma - admitió riendo - ibas a quedar tan boba yendo con ropa informal entre todos. Lástima que ya conseguiste vestido, esos Parker me las pagaran.
- Pues sabes qué - dije enderezándome y con voz de superioridad - ¿recuerdas las hermanas todoke?
-¡Shhh, no las nombres! - salto alterado y tapo mi boca. Le lamí la mano para que me soltara.
- Adivina quién creó el rumor y lo hizo real...
-¿Rumor? Un segundo... no me digas que...
- Así es. Mamá asusto a los niños - dije refiriéndome a mí misma.
Jake me correteo por unos diez minutos sin darme una pausa para respirar. Al final choque con Brenda y la use como escudo humano.
-¡Brenda controla a tu novio!
-¿Dónde?¿Cuándo?¿Quién? - dijo aterrada la pobre que no entendía nada.
-¡Ven aquí Jessica! - grito Jake
-¡Aléjate! Tengo una rubia, y no dudare en usarla...
- Rubia tu abuela - contesto ofendida - ahora déjenme ir, no tengo ganas de jugar a la atrapadita con ustedes dos. Siempre terminan aliándose contra mi.
- Vale tregua - levanto los brazos Jake - pero me vengare.
Giro sobre sus talones y se alejo de nosotras.
Brenda me pregunto/obligo a que la acompañara a acomodar la cabaña que daba asco. Sin muchas ganas fui a cambio de que luego iríamos a la playa y ella me conseguiría unas paletas heladas.
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FELICES VACACIONES DE INVIERNOS PARA LAS QUE YA LAS ESTAN DISFRUTANDO!!!!
CUIDENSE, AMEN A SUS HERMANOS Y A TODOS AQUELLOS QUE APRECIEN.
Aunque no las conozca a cada una, yo si las aprecio, por lo tanto las AMOOO!!
AgussXX