Desde que te fuiste [Chanbaek]

By yeoligth

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A Chanyeol no le gusta recordar el pasado, desearía borrar todo los recuerdos relacionado a aquella etapa de... More

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By yeoligth

Chanyeol había pasado la noche fuera de casa, como solía hacerlo cuando Baekhyun y él hacían el amor. Durante esas horas no existía nadie más que ellos. No había problemas, ni gritos ni golpes. Solo ellos dos.

Regresó a casa y se encontró con un silencio abrumador. Cerró la puerta tras de sí con un suspiro, sintiendo el peso del silencio en sus hombros mientras observaba la tranquilidad de su hogar.

Tenía un mal presentimiento.

Caminó por el pasillo intentando no hacer ruido y se detuvo en la puerta de la habitación de su hermana, donde pudo escuchar sollozos.

El corazón de Chanyeol se apretó al entender la situación.

Con rapidez, abrió la puerta y encontró al idiota de su padrastro sobre su hermana mientras intentaba besarla. Tenía los pantalones abajo y sus manos tocaban a su hermana en lugares donde no debería.

El horror se apoderó de Chanyeol al presenciar la escena espantosa frente a sus ojos.

Sintió náuseas al verlo abusar de ella.

—¡Yoora! —gritó de forma desgarradora, corriendo para apartarlo de ella.

Chanyeol sostuvo a su hermana mientras el hombre se ponía de pie.

—Aléjate de mi hermana —gruñó, enfrentando al hombre con valentía— o llamaré a la policía.

—No me amenaces, mocoso. Ve, quéjate como el niño llorón que eres.

Chanyeol se acercó y lo agarro del cuello. Toda la ira acumulada lo estaba haciendo actuar de esa manera. Incluso SeungHo sintió miedo por unos segundo per luego lanzo esa risa psicótica que le ponía los pelos de punta.

—¿Qué pasa Chanyeol, vas a matarme?—lo provocó—Hazlo, mátame frente a tu hermana para que se de cuenta de que eres capaz.

—Si no te vas llamaré a la policía.

—Deja de decir esas estupideces—gruño el hombre soltándose del agarre de Chanyeol. Entonces le soltó un puñetazo haciéndolo caer al piso—Deberías dejar de ser un cobarde—lo pateo aun el piso—Me largo, y pobre de ustedes que le cuenten a su madre o a alguien sobre estos. Los mataré o peor aun matare a su madre.

El padrastro le lanzó una mirada desafiante antes de alejarse de la habitación con un gesto despectivo.

Yoora sintió un escalofrió recorrerla al escuchar la amenaza del hombre.

Vio como desaparecía de la habitación como si no hubiera estado tocándola y apunto de violarla una vez más.

Sintió el peso del cuerpo de sus hermano sobre ella, abrazándola protectoramente, mientras no dejaba de llorar.

—Lo siento— lloraba disculpándose por algo que estaba fuera de su control.

Chanyeol la sostenía con posesión mientras el peso del trauma se deslizaba sobre ellos. Podía sentir el dolor en cada fibra de su ser, pero también una determinación feroz de protegerla de cualquier daño futuro.

Yoora lo miró de reojo, envidiando su capacidad para sentir dolor y llorar. Hacía mucho tiempo que las lágrimas se le habían agotado, junto con las ganas de vivir. Llorar no servía de nada, lo había hecho tantas veces, rogando que todo se detuviera, pero no había funcionado.

—No tienes que disculparte, Chanyeol —susurró, tratando de calmarlo —. No es tu culpa, nada de esto lo es.

—Debí de hacer algo. No debería haber esperado tanto tiempo para tomar valor.— se enderezó y la miró como si de un tesoro preciado se tratara.—Tenemos que salir de aquí—susurró, como si estuviera pensando en voz alta—Eso es, vámonos.

—¿Irnos?— preguntó asustada.

Él asintió, sin dejar de mirarla fijamente. Aunque intentaba ocultarlo, se notaba que también sentía miedo.

—Si, iniciemos una nueva vida lejos de este lugar. Nosotros y mamá. Prometo que estaré a su lado y no permitiré que nadie les haga daño nunca más.

Yoora le regaló una sonrisa que, aunque no pudo ocultar por completo su angustia, logró de tranquilizar a su hermano.

—Mamá llegará en cualquier momento, iré a darme una ducha—se puso de pie, fingiendo que nada había ocurrido—. Deja de llorar o se preocupará.

Chanyeol asintió y se puso de pie frente a ella, colocando sus manos en sus hombros.

—Esta será la última vez que tendrás que soportarlo —prometió seriamente antes de dejarla sola en la habitación.

Al cerrar la puerta de la habitación, Chanyeol se derrumbo llorando como si fuera un niño. No sabia que hacer necesitaba salir de ahí correr hasta que ya no sintiera nada.

Salió de su casa y sus pies lo guiaron hasta la puerta de la casa de Baekhyun, tocó desesperadamente.

La puerta se abrió rápidamente y Baekhyun lo miró atónito.

Sin decir una palabra, le abrió los brazos invitándolo a desahogarse en ellos. Chanyeol corrió rápidamente hacia él y se deshizo en llanto mientras era consolado por su novio.

Baekhyun lo sostuvo con ternura, dejando que se desahogara mientras le acariciaba el cabello con suavidad. Podía sentir el dolor y la desesperación que emanaban de él, y su corazón se rompía al verlo así.

Chanyeol  realmente deseaba hacerlo, soltarlo todo y tener a alguien más compartiendo su dolor, pero Yoora no merecía eso. No estaba dispuesto a exponer a su hermana a las miradas de lastima y los murmullos de los chismosos.

Tenia que sacar a su familia de esa situación sin necesidad de manchar mas su imagen. Iban a huir y las iba a salvar.

—Tenemos que irnos—hablo finalmente con la voz entrecortada—necesito sacarlas de aquí.

—Lo haremos—lo apoyó—es nuestro plan, ¿cierto? Nos iremos con tu madre y Yoora.

Chanyeol sonrió y limpió sus lágrimas.

—Estoy trabajando doble turno en la terminal—Le informó—si sigo haciéndolo en un mes tendremos dinero suficiente para irnos.

Baekhyun asintió con determinación, admirando la fortaleza y el coraje del alto frente a la adversidad.

Para Chanyeol, el castaño era lo único bueno que le había pasado en mucho tiempo. Por eso cuando sentía que no podía más y que ya no valía la pena seguir luchando corría a su casa. Él lo acogía en sus brazos y lo llenaba de amor demostrándole que aún podía ser feliz.

Baekhyun era un ser de luz que lo ayudaba a olvidar sus problemas por unos minutos.

—¿Te quedas a dormir?—preguntó su enamorado regalándole una sonrisa.

—No, debo volver con Yoora.

El más bajo asintió y lo acompañó a la puerta.

—Te amo, Yeollie—susurró antes de despedirse.

—Te amo más.

Un beso selló ese momento antes de que Chanyeol se alejara de la vivienda de Baekhyun.

Al volver a casa escuchó los gritos de su madre, su corazón se detuvo. Con temor atravesó el recibidor y vio a la mujer llena de sangre mirándolo con pánico.

Sin decir una palabra confirmó sus sospechas. 

Chanyeol corrió al baño y se encontró con la escena que lo atormentaría toda su vida.

El grito de desesperación que soltó resonó por toda la casa cuando vio el cuerpo inerte de su hermana. Sus rodillas cedieron bajo el peso abrumador del dolor y la culpa, y se desplomó junto a ella, sintiendo que su mundo se desmoronaba a su alrededor.

Su hermana se había quitado la vida.

No la pudo salvar.

Cuando los paramédicos llegaron Chanyeol los recibió guiándolos hasta la escena. Su madre no había dejado de llorar, en cambio el ya no podía sentir nada.

La sensación de vacío que experimentaba era abrumadora. Se sentía como si una parte de él se hubiera apagado junto con la vida de Yoora. Sus lágrimas ya no brotaban, solo quedaba un dolor profundo y una sensación de impotencia que lo embargaba por completo.

Los hombres se encargaron de meter el cuerpo de su hermanita en una bolsa negra. La frialdad con la que  llevaban a cabo su trabajo solo aumentaba su dolor. Para ellos, era solo otro día de trabajo, mientras que para él, cada movimiento era una cruel confirmación de su pérdida.

Su madre y él acompañaron a los hombres a la salida, mientras se llevaban el cuerpo de Yoora a la morgue.

El peso del silencio y la devastación parecía aplastarlo mientras observaba todo lo que sucedía como si estuviera en cámara lenta.

Una vez fuera de la casa su mirada se encontró con la Baekhyun y no pudo contener más el dolor. Cuando el chico lo envolvió en sus brazos, por fin pudo volver a llorar.

Baekhyun lo sostuvo con firmeza mientras dejaba salir todo el dolor que había estado reprimiendo. Sus lágrimas fluían libremente, mezclándose con el consuelo cálido y reconfortante de los brazos de su amado.

[...]

Chanyeol se encontraba inmerso en un mar de emociones mientras observaba la foto sonriente de Yoora en el velorio. Cada detalle de la imagen parecía recordarle su incapacidad para proteger a su hermana, su dolor insondable y la sensación abrumadora de fracaso.

—Le fallé—dijo rompiendo su silencio.

Baekhyun apretó suavemente su mano, transmitiéndole su apoyo silencioso. Sabía que no había palabras adecuadas para responder a esa confesión tan dolorosa, pero estaba determinado a estar ahí para él en ese momento de vulnerabilidad

Chanyeol se dejó llevar, buscando consuelo en sus brazos mientras el dolor y la culpa amenazaba con destruirlo.

—Le prometí que saldríamos de esa casa, que me esperara un poco más pero no pudo soportarlo.

—Chan...no le fallaste, fuiste un hermano amoroso y siempre estuviste ahí para ella—le consoló sin obtener respuesta del contrario, suspiró antes de continuar —. Vámonos de aquí, ya no esperemos más.

Metió sus manos en su bolsillo y sacó una libreta de ahorros para entregársela al contrario.

Chanyeol levantó la mirada hacia él, encontrando en sus ojos el reflejo de la compasión y el apoyo incondicional que tanto necesitaba en ese momento.

Lo miró confundido y trató de devolvérsela, pero Baekhyun se lo impidió.

—Son todos mis ahorros. Con tus ahorros y los míos será suficiente para empezar una nueva vida.

Chanyeol no podía creer lo que estaba escuchando. La generosidad de Baekhyun lo conmovió profundamente.

—Vámonos Chanyeol, iniciemos una nueva vida los tres-le insistió.

—Prometo devolvértelo.

Baekhyun negó con la cabeza, sosteniendo la mirada de Chanyeol con determinación.

—No es necesario—lo relajó —Solo deja de llorar. Yoora no hubiera querido verte así. Ya verás cómo, a partir de ahora, las cosas cambiarán. Te tengo una buena noticia, pero te la daré cuando estemos lejos de aquí.

Chanyeol sonrió, agradecido por el apoyo de Baekhyun y el rayo de esperanza que sus palabras le brindaban. Abrazó a su novio con fuerza, permitiéndose sumergirse en ese momento de tranquilidad efímera, donde el dolor y la tristeza parecían desvanecerse temporalmente.

[...]

Luego del entierro, su madre se hundió en la depresión. La había encontrado más de una vez entrado a la habitación de su hermana y abrazar su ropa mientras sollozaba. 

Su corazón dolía al verla así. Deseaba hacerla feliz, sacarla de ahí y darle la vida que merecía.

Miró la libreta de ahorro que Baekhyun le habia dado sobre la mesa. 

No quería usarlo, no le parecía correcto, pero solo así los tres podrían iniciar una nueva vida.

Suspiró y tomó el objeto para salir de su habitación.

Chanyeol se acercó a su madre con la libreta de ahorros en la mano, sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros mientras se preparaba para la conversación que estaban a punto de tener.

—Mamá—la llamó. La mujer levantó la mirada, mostrándole sus ojos rojos—Sé que todo lo que ha pasado nos ha afectado y también sé que en el fondo sabes que fue exactamente lo que paso.—la mujer volvió a bajar la mirada fingiendo limpiar una mancha en la mesa que llevaba más de 10 años ahí.—No te estoy reclamando, pero no tenemos por que seguir soportándolo. Vámonos.

—¿Que? ¿Cómo esperas que hagamos eso? 

—Tengo algo de dinero—dijo poniendo la libreta sobre la mesa—Vámonos lejos donde él no nos pueda encontrar.

La madre de Chanyeol levantó la mirada hacia él, sorprendida por su propuesta. Sus ojos reflejaban una mezcla de incredulidad y esperanza, como si no pudiera creer que realmente existiera una posibilidad de escapar de la situación en la que se encontraban.

—Chanyeol...

—Debemos irnos lo antes posible. Antes de que se le acabe el dinero o la borrachera y vuelva a casa. 

—Si, tienes razón. Vámonos.

Chanyeol sonrió y se acercó para besar la cabeza de la mujer.

—Iré por lo boletos. Alista tus cosas.

La mujer asintió sonriendo de verdad por primera vez en días.

El corazón de Chanyeol se llenó de alivio al ver la sonrisa genuina en el rostro de su madre. Saber que estaban tomando la decisión correcta y que finalmente podrían dejar atrás todo el dolor les brindaba una sensación de liberación que tanto necesitaban.

La Sra. Park solo había tratado de volver a ser feliz luego de la muerte de su esposo. Quería una familia, como la que veía en la telenovelas, pero en su búsqueda había metido al diablo a su casa.

Al principio SeungHo fue amable, incluso parecía querer ser buen padre para sus hijos. Acompañaba a Chanyeol a su partidos de futbol y le enseñaba a Yoora a dibujar. Parecía que se había sacado la lotería, hasta que empezó a notar como las caricias hacia su hija eran cada vez mas extrañas y la niña ya no sonreía como antes. Cuando tuvo la valentía para confrontarlo fue la primera vez que vio su verdadera personalidad.

La había empujado contra la cómoda del cuarto y la había tomado del rostro para amenazarla.

Después de eso, su vidas fueron un infierno.

El recuerdo de aquellos momentos pesaba sobre sus hombros. Había soportado tanto dolor en silencio, tratando de proteger a sus hijos y mantener la ilusión de una familia feliz. Pero ahora, con la oportunidad de escapar de ese infierno, sentía una mezcla de alivio y temor.

Tomó sus pertenencias y la metió en la maleta, anhelando poder empezar de cero.

Escuchó la puerta ser azotada. Pensó que era Chanyeol, por lo que salió corriendo a recibirlo con una sonrisa que desapareció apenas vio al demonio de su marido.

El corazón de la mujer se aceleró con el terror al ver a SeungHo de pie frente a ella. Su presencia llenaba la habitación con una oscuridad opresiva, y el miedo se apoderó de ella como una sombra fría y amenazante.

—¿Qué te pasa? ¿Me extrañaste?—preguntó el hombre sonriendo de manera aterradora.

—¿Qué haces aquí?

—Me enteré lo que paso—comentó avanzando por el pasillo—Es una lastima.— No lo decía enserio.

La Sra. Park retrocedió lentamente, sintiendo el miedo retorcerse en su pecho mientras observaba a SeungHo avanzar hacia ella con una sonrisa siniestra en el rostro.

—¿Qué te pasa? Parece que viste un fantasmas—se burló el hombre.

—Eres un sínico.

La Sra. Park apretó los puños con furia, enfrentando a SeungHo con determinación a pesar del miedo que sentía.

—No quiero verte más aquí —dijo con voz firme.

El hombre llegó hasta ella y la empujó dentro de la habitación, ocasionando que cayera al piso. Vio la maleta sobre la cama y regresó su mirada a la mujer.

Ella se levantó del suelo con determinación, ignorando el dolor en su cuerpo mientras enfrentaba a SeungHo con valentía.

—¿Qué es todo esto?—preguntó él.

—Nos vamos.

SeungHo la miró con incredulidad, su expresión oscilando entre la sorpresa y la ira.

—¿Crees que puedes hacerlo? ¿Qué te alejaras de mí tan fácil?

—Largo de aquí. Chanyeol esta apunto de llegar.

El hombre rio y la volvió a empujar.

—Cariño, debes de entender que solo hay una manera de librarte de mí. —Se acercó a ella sonriendo de manera tétrica—Tu pequeña Yoora lo entendió, ahora lo entenderás tu.

[...]

Chanyeol recibió los boletos y sonrió sintiendo como su nueva vida estaba cada vez más cerca.

La idea de dejar atrás el dolor que habían plagado sus vidas durante tanto tiempo lo llenaba de esperanza.

Regresó a casa sintiendo que estaba en la nubes.

Su autobús salía al día siguiente por la tarde.

 Iría por su madre y la llevaría a un hotel. No iban a quedarse un minuto más en esa casa con la posibilidad que SeungHo aparezca y arruine sus planes. Luego llamaría a Baekhyun para que los encontrará en la estación.

Entró a su casa y gritó el nombre de su madre esperando que saliera a recibirlo, pero ella no apareció.

Frunció el ceño y caminó hasta su habitación.

Chanyeol sintió un nudo en el estómago al presenciar la  escena que se desplegó frente a él  como un golpe directo al corazón. La visión de su madre yaciendo en el suelo, inerte y sin vida, le robó el aliento y le dejó un dolor agudo y punzante en el pecho.

La poca felicidad y esperanza que aún tenia lo abandonó.

Ya no tenía nada por lo que luchar.

[...]

Chanyeol veía pasar a los oficiales frente a él. Parecían ignorarlo y seguían su trabajo dándole más importancia a casos de peleas de borrachos y robos menores. Habían matado a su madre y a nadie le importaba.

El corazón de Chanyeol se sentía como un bloque de hielo en su pecho, pesado y helado por el dolor. Se sentía abandonado por el mundo, perdido en un mar de injusticia y soledad.

Vio entrar a Baekhyun a la estación, el chico corrió hasta él cuando lo reconoció.

—¿Qué paso? ¿Te dijeron algo? ¿Lo encontraron?

—Ni siquiera me han escuchado.—gruño con la mirada fija en los cubículos frente a él.

—Park Chanyeol—el alto dirigió su mirada al oficial que lo había llamado. El hombre le hizo un gesto para que lo siguiera.

Chanyeol obedeció y dejó a Baekhyun en su lugar. Siguió al oficial con paso firme, aunque por dentro su corazón latía con una mezcla de ansiedad y desesperación.

—Encontraste a tu madre muerta sobre la alfombra de su habitación. Crees que fue un homicidio.

—No creo, lo fue.

—¿Tienes alguna prueba?

Chanyeol se detuvo por un momento, reflexionando sobre la pregunta del oficial. No tenía pruebas concretas que respaldaran sus sospechas, pero estaba seguro que SeungHo lo había hecho.

—El forense dijo...

El hombre lo detuvo poniendo su mano frente a su rostro.

—Si no hay un informe médico oficial. Tu especulaciones no me sirven.

—Mi padrastro lo hizo, Moon SeungHo, se donde encontrarlo. Se debe estar emborrachando en un bar de mala muerte cerca al vertedero.

—Suficiente Sr. Park. Le avisaremos cuando tengamos un informe oficial.

—Pero se escapará hasta entonces.

—Son los procesos Sr.Park.

El oficial parecía mantener una postura firme, enfocado en seguir los procedimientos establecidos por la ley.

El muchacho apretó su puño, comprendiendo que si quería justicia debía hacerlo el mismo.

—Se que se debe sentir horrible por haber perdido a su madre—comentó el oficial una vez fuera de la oficina—Pero debe ser fuerte y tener paciencia—dijo golpeando su hombro—Lo siento.

Chanyeol escuchaba las palabras del oficial, pero su mente estaba en otro lugar. Todo el mundo había dejado de existir mientras la solución aparecía en su cabeza.

Baekhyun se puso de pie y se acercó a él, cuya mirada se perdía en algún punto invisible en el horizonte.

El alto sintió la mano de Baekhyun sobre la suya haciéndolo volver a la realidad.

—¿Todo bien? —preguntó el chico.

—Solo me hizo preguntas de rutina.—comentó, sonriendo sin ganas.

Baekhyun frunció el ceño, preocupado por la expresión de Chanyeol. Podía ver el dolor en sus ojos, y sabía que no sería fácil consolarlo.

—Vayamos a casa—le pidió, tomando su mano.

Chanyeol se soltó bruscamente, lo que tomó al más bajo por sorpresa.

—Debo...debo quedarme aún para firmar mi declaración.—mintió— Ve yendo.

Baekhyun asintió con preocupación, notando la tensión en el gesto de Chanyeol. Sabía que algo no estaba bien, pero decidió no presionarlo más en ese momento.

—¿Estás bien con eso? ¿ Puedo esperar si gustas?—preguntó, intentando mostrar su apoyo y preocupación.

—Estuviste toda la noche aquí. Ve a descansar.

Baekhyun asintió, robándole un beso antes de partir. Sin embargo, antes de que pudiera alejarse por completo, Chanyeol lo detuvo, intensificando el beso en un gesto desesperado.

Al separarse, acarició su rostro con delicadeza, tomando cada detalle en sus manos como si fuera la última vez que pudiera hacerlo.

Baekhyun sintió el peso de aquel gesto, la intensidad de su mirada y el fervor de su beso. 

La suavidad y ternura de sus caricias se entrelazaron con la tristeza. Los ojos de Baekhyun se llenaron de amor y preocupación mientras admiraba el rostro de su amado, tratando de memorizar cada rasgo que lo había enamorado desde el principio.

—Alista tus cosas. Nos iremos de aquí — susurró Chanyeol.

El corazón de Baekhyun se aceleró ante la afirmación. A pesar del dolor que los rodeaba, una chispa de esperanza se encendió en su interior.

—Chan...

—Te llamaré cuando salga de aquí.—el alto le sonrió.

Baekhyun asintió y está vez abandonó la estación definitivamente.

El alto suspiró y caminó a la salida una vez estuvo seguro que Baekhyun no estaba cerca.

Sabia donde buscarlo, siempre que se metía en problemas iba meterse a esa cantina de mala muerte. Él mismo había tenido que ir por él alguna vez que se metió en problemas.

Mientras caminaba por las calles, su mente volvía una y otra vez a la imagen de su madre tendida en el suelo, sin vida.

El barrio era el más peligroso del pueblo, pero en ese momento no le importaba. Incluso si lo asaltaban en ese momento estaba dispuesto a defenderse. Su única motivación era encontrar al asesino de su madre.

Se detuvo frente al bar escondiéndose en la oscuridad. Vio varios tipos salir de lugar uno más borracho que el otro.

Espero por más de una hora hasta que lo vio salir acompañado de otro hombre que lo abandonó apenas salieron del lugar. SeungHo siguió su camino y él lo siguió en silencio, manteniéndose en las sombras para no ser visto.
—¿ Vas a escoltarme hasta casa?—Dijo SeungHo algunas calles más lejos.

Chanyeol se detuvo, no estaba sorprendido ni asustado. Lo miro con los ojos llenos de ira y se acercó a él empujándolo.

—Mataste a mi madre—Le gritó.

—¿Viniste hasta aquí para llorar?— se burló el hombre.—Por un instante pensé que por fin tomaría valor para algo.

Chanyeol se abalanzó sobre él ocasionando que ambos cayeran sobre el pavimento. Golpeo su cara mientras el hombre no dejaba de reír.

Lo odiaba tanto.

Se detuvo un segundo observándolo desde arriba. El hombre le sonreía con malicia como desafiándolo a seguir.

Chanyeol se puso de pie sintiendo que todo le daba vueltas. Se sentía asqueado por haber caído tan bajo retrocedió dispuesto a huir, cuando el hombre se puso de pie tomándolo del cuello y lo estrelló contra la pared.

—¿Qué paso? ¿Se te acabo la valentía?

—Te odio. Eres un maldito asesino.—le gritó.

—¿Quieres que te mate a ti también?—Lo amenazó mostrándole un puñal—. Sería fácil deshacerme de ti, ¿sabes?.

Chanyeol tragó saliva sintiendo miedo por primera vez en la noche. El hombre se alejó jugando con el arma fingiendo arrepentirse para luego abalanzarse sobre el chico intentando herirlo.

El instinto de supervivencia de Chanyeol fue más rápido empujando al hombre que cayó al suelo. Ya en un trance se sentó sobre él y tomó el puñal.

—¿Vas a matarme?—Lo provocó el hombre—No creo que seas capaz. Eres un cobarde, un maldito mar...

Antes que pudiera terminar Chanyeol hundió el objeto en el vientre de su padrastro.

El hombre lo miraba con los ojos abierto sorprendido por lo que acababa de suceder.

Sin darle tiempo a opinar o a defenderse volvió a hundir el objeto en donde ahora estaba la herida, así lo hizo incontables veces hasta que descargó todo el odio que tenía dentro.

El rostro de SeungHo se retorcía de dolor mientras intentaba en vano detener los golpes de Chanyeol. La sangre brotaba de la herida, tiñendo el suelo oscuro de la calle.

Al volver en si, se dio cuenta de lo que había hecho soltó el puñal asustado mientras veía el cuerpo sin vida de su padrastro rodeado de sangre, sangre que tenía en todo el cuerpo.

El miedo y la culpabilidad lo invadieron, pero también una sensación de justicia. Sabía que su madre nunca obtendría justicia por lo que le había hecho su padrastro, pero al menos había logrado detenerlo antes de que pudiera lastimar a alguien más.

Escuchó pasos acercarse por lo que tomó el arma y corrió lejos.

Estaba acabado.

Se sentía abrumado por la culpa y el remordimiento mientras huía. Las manos temblorosas y manchadas de sangre eran un cruel recordatorio de lo que acababa de hacer. No podía evitar preguntarse una y otra vez cómo pudo llegar a ese punto.

Se había dejado cegar por la ira y no solo había acabado con la vida de SeungHo si no también con la suya.

¿Qué haría ahora? ¿ Que le diría a la policía? ¿Qué le diría a Baekhyun?

Baekhyun.

La dulce mirada del castaño invadió sus pensamientos. No podía arrastrarlo con él a la desgracia que sería su vida desde ese momento. No estaba preparado para ver su mirada de decepción al enterarse de lo que había sido capaz.

Corrió a casa, cambió su ropa y tomó sus pertenencias.

Chanyeol se sentía como un fugitivo, atrapado en un torbellino de emociones y decisiones que habían cambiado su vida para siempre. No sabía qué le depararía el futuro, pero sabía que tenía que alejarse lo más posible de su pasado.

Se alejaría de ese lugar para nunca volver.

Tomó el autobús que lo llevaría a la ciudad solo. Mientras Baekhyun esperaba con su equipaje listo la llamada de Chanyeol confirmándole que iría por él. Llamada que nunca llegó.



¡He vuelto!

Lamento la demora, pero necesitaba un tiempo para poder definir el rumbo de la historia.

Espero le haya gustado el capitulo.

Ya saben la historia completa del porque Chanyeol huyó.

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