Al día siguiente despertó con un fuerte dolor de cadera, agregando también que no durmió en toda la noche, solo una hora pudo hacerlo, por culpa de un cierto canario que esta profundamente dormido a su lado, como si no hubiese hecho nada en toda la noche, aunque eso admira Pablo, es realmente surrealista ver en ese estado tan pacífico y fresco a pedri, cuando anoche se vino dentro suyo, más de cuatro veces, ahora entiende más, del porqué tantas chicas volvían arrastradas para suplicarle que las volviera a follar.
Es tan bueno para seducir, como para hacer doler el cuerpo de su acompañante.
Alejó con mucho cuidado el brazo que estaba en su cintura, Pedro se quejo, así que rápidamente Pablo, coloco una almohadón como un reemplazo, Pedro enseguida estrujo el almohadón, acomodándose mejor en su posición.
Pablo puso los ojos en blanco, decidió ya levantarse pero:
Jadeo al momento en que intento moverse, para levantarse, hoy tienen que ir andando a un lugar para pasar el rato en familia, por lo cual su nervios aumentaron, ahora no sabe que hacer.
—Pablo —Su voz adormilada le hizo voltear a ver enseguida, y su ceño se frunció al verle con una enorme sonrisa dibuja en su labios
—¿Por qué sonríes tonto? —Pregunto haciéndose a un lado, con tanto esfuerzo posible, doliendole.
—Porque lo primero que miro, es esa hermosa carita —Pablo miró hacia a un lado, con los mofletes totalmente sonrojados, mordiéndose el labio inferior —¿Te duele el cuerpo? —
—No, solo estoy cansado porque no dormí bien, así que tendrás que hacerte responsable de esto —Señaló su cuerpo adolorido.
—Por supuesto que lo haré, le diré a tus padres que me folle a su hijo y que me perdonen por hacerlo antes de ser mi novio, pero no pude aguantarme las ganas de follarmelo cuando lo tenia a mi lado, con esa carita tan inocente —Pablo bufó, cogio su móvil.
—Ni se te ocurra decirles algo así, les daría un infarto por la impresión —Empezó a revisar los mensajes, los cuales son bastantes sin embargo no hay ninguno perteneciente a; Adal
Algo que preocupo a Pablo.
—Entonces, me has pedido que sea responsable de lo que te hice pero no me permites que hable con ellos de la manera más honesta —
—Mejor no hagas nada —Envio el mensaje que no envío ayer, dejo el móvil a un lado, después revisara si por fin Adal se contacto con él.
—Vale, mejor dime, ¿esperas algún mensaje de... Adal? —Su desagradó hacia él, lo hizo notar con su tono de voz, Pablo asintió —Si no te ha contactado es porque realmente no le importas —
—Así como tú, ¿no? —
—¿A que te refieres? —
—Que cuando yo te enviaba mensajes, tú no me contestas, me dejabas en visto, e incluso me ignorabas —Respondió, Pedro se sentó enseguida, mirándole dolido por lo que ha dicho.
—Pablo, yo siempre te respondía los mensajes, no entiendo a que viene esa falsa acusación —Pablo resoplo, cruzándose de brazos, por la negación descarada de Pedro.
—No mintáis —Le Replicó —Te puedo enseñar ahora mismo todos los mensajes que te envié tanto por WhatsApp y instagram para comprobar que tú nunca me respondiste —
—Vale, muéstrame, para desmentir, porque yo siempre te respondí los mensajes, nunca te dejé en visto, aunque estuviese ocupado —Se defendió, sentándose en la cama.
—Que pésima memoria tenéis —Cogio su móvil, empezando a buscar los chat de Pedro, el cual se acerco para ver que no borre nada.
—Mira —Le coloco el móvil delante de su rostro —Estos son todos los mensajes que nunca me respondiste, mientras estabas fuera de España — Pedro empezó a ver cada uno, dándose cuenta que Pablo tiene razón.
Nuevamente ha metido la pata, en negar algo que Pablo decía con verdad.
—Perdón, no me acordaba, pero con eso tienes pruebas que si alguien no te responde los mensajes, es porque no le importas...
—Ya, se que no le importo a nadie, pero no me lo digas así —Susurro bajando la mirada.
—No estoy diciendo que no le importas a nadie, solo te estoy aclarando que si realmente sois importante para Adal, ya te hubiese respondido los mensajes o llamado desde que llego a Madrid, pero no lo ha hecho, porque aunque suene cruel, es porque ya no le importas e incluso puede que ya encontró a alguien más y tú aquí desanimado por alguien que no tiene los cojones para hablar contigo. —
Pablo le miro con su ojitos entristecidos, formando un leve mohin.
—Adal no es como todos, él no me ha lastimado, fui yo el primero en hacerlo y aún así nunca cambio su trato conmigo, perdonando la tradición sin mecerlo, pero tú, Pedro — Este le miro atento con miedo —Solo me lastimas, sea con tus actos o con tus palabras agresivas- pasivas, y con mentiras, dime la verdad, ¿solo me estas utilizando solo para follar o realmente quieres estar conmigo? —
Pregunta que fue una impresión para Pedro quien su mirada se volvió sombría.
—Perdón por lo de ayer, pero mis emociones son difíciles de entender y controlar, a veces digo cosas sin pensarlo, para intentar llamar tu atención y así verme como un tío fuerte, pero eso solo te ha hecho daño, perdón por todo eso, y con lo siguiente, yo realmente te quiero, no solo para follar, si no para algo serio —Aunque lo haya dicho con tanta seguridad, Pablo no puede creerle, lo intenta pero... no puede.
—¿Por qué no puedo creerte? —Pregunto, apretando las cobijas hasta blanquecer su dedos, Pedro sintió una punzada en su corazón, palabras que no se esperaba de Gavi
—Es mi culpa, te he mentido tantas veces que no puedes volver a creerme fácilmente, lo siento... siento todo el daño que te he causado, por haber cambiado contigo pero solo quería verme como el chaval que no tiene sentimientos por nadie, para que nadie se metiese conmigo, sin embargo tú lo has hecho, y muy a fondo de mi corazón —
—Y-yo... no se que decirte, mi corazón me dice que me dices la verdad pero... —Se quedó unos segundos en silencio —Mi razonamiento me dice que ya nunca más vuelva a confiar en ti, admito que lo de anoche fue... increíble, y me deje llevar pero...
—Te arrepientes —Pablo asintió, Pedro se levanto, cogio su polera colocándose esta, se quedándose parado mirando por la ventana.
Pablo le miro inexpresivo, quedándose en silencio los dos, ambos pensando en distintas maneras, perdidos en lo que sienten, intentando comprenderse el uno al otro, lo que pasó anoche, al igual que los días anteriores, es lo que les tienen comiendo la cabeza, más a Pablo, el cual nuevamente le fallo a; Adal de la misma manera que lo hizo la primera vez.
Después de unos minutos, Pedro se dio la vuelta, ya con la cabeza más aclarada, así que volvió a la cama, sentándose en esta, Pablo que en ningún momento dejó de verle, se acerco de nuevo para intentar descifrar, que es esa mirada tan seria que tiene.
—Tengo algo que proponerte —Dijo francamente, Pablo dejó de verle de esa manera tan neutra, para verle curioso
—¿Que es? —
—Olvidemos todo lo que pasó hace días atrás, de Adal, de la familia todo, e intentamos pasar estos días solamente tú y yo, disfrutando de estos días alejados de todos, como cuando eramos críos, así puedo demostrarte el Pedro de quien de verdad soy, si yo no logró convencerte de mis verdaderos sentimientos, entonces... —
—¿Entonces? —
—Olvidaremos todo lo que pasó entre vosotros y si solamente así lo quieres, ser amigos de nuevo, dime, ¿aceptas o no? —Pablo miro hacia un lado, analizando las posibilidades, al igual los riesgos que puede tener al hacer esto con Pedro.
—Vale, acepto, pero si me dices la verdad, de algo —
—¿Que es? —
— Lucía y tú, todavía son ¿novios? — Pregunto temeroso.
—No, la deje hace unos días, pero por lo del video seguía en la relación para recuperarlo y evitar que lo publicara —Respondió, una pizca de felicidad apareció en su corazón, le alivia que al menos Pedro haya tenido un poco de conciencia en ese aspecto
—¿Que paso con ese video? —
—Ya se lo quite, pero aún estoy investigando como fue que lo obtuvo, pero ya no hay nada que me ate a ella, por lo cual ya no tienes de que preocuparte —Pablo asintió, por fin un problema menos en su vida.
—Vale gracias por ello —Negó
—No las des, además tenia que hacerlo, ya no soportaba tener que estar a lado de Lucía, la tía es tan insoportable que no entiendo como hay gente que se le hace linda —Pablo alzo la ceja, mirándole de arriba, abajo —¿Que? —
—Es que se me hace extraño que hables de esa manera de Lucía, cuando parecía que estabas enamorado de ella —Pedro rió entredientes, apretando un poco la mandíbula, a veces Pablo puede ser un poco despistado e ingenuo para algunas cosas.
No lo culpa porque este nuevo mundo del amor, es algo nuevo para él.
—Que equivocado has estado todo este tiempo, yo nunca he estado enamorado de Lucía, si estaba con ella era porque a los dos nos convenía estar juntos, ella para ganar popularidad en la universidad y yo para intentar ocultar mis sentimientos hacia ti —Le miro pasmado, Pedro sonrió al verle de esa manera.
—No entiendo, ¿ocultar tus sentimientos por mí? —Asintió —Entonces dijiste la verdad ese día de que estas enamorado hace dos años de... mí —
—Nunca mentiría con algo así, créeme que hace dos años mis sentimientos por ti, cambiaron...
—¡PABLO Y PEDRO! —Escucharon gritar a Rosy, se miraron entre sí, asintiendo con que hablaran después del tema.
—Antes que bajemos, responde con toda la sinceridad —
—Dime —
—¿Estas seguro?, de intentar esta semana arreglar las cosas entre tú y yo de esta manera —
—No, pero tenemos que intentar arreglar la relación de amigos o de algo más, no quiero perderte, pero tampoco quiero estar reteniendo tu futuro con alguien más, sea con Adal o con cualquiera —Contestó sincero, Pablo asintió creyendo en su palabras, aunque también sintió una punzada en su pecho.
—Vale —Acepto no muy seguro, pero en el fondo sabe que es lo correcto.
—Pablo y Pedro ya es hora de desayunar —Escucharon decir a Belén, del otro lado de la puerta.
—Ya vamos Belén, gracias —Respondió Pedro, Pablo se miro así mismo, dándose cuenta que tiene su pijama puesta.
—Tú... ¿me cambiaste? —Pedro asintió —Gr- gracias —
—Es lo menos que podía hacer después de lo que pasó, te pido perdón por haber sido un gilipollas rudo contigo —
—No pasa nada, a decir verdad, disfrute mucho todas las rondas que tuvimos —Dijo avergonzado, Pedro sonrió aliviado que así haya sido.
—Tenemos que ir con la familia —Se acerco a él y con algo de temor de ser rechazado, lo cogio en brazos, se sorprendió porque Pablo se dejó
—Tienes que hacerte responsable — Recordó en su tono divertido, Pedro beso su sien.
—Siempre te cuidare Pablo, siempre — su corazón empezó a latir con rapidez, escondió su rostro en su pecho, así ocultar el sonrojo que le ha causado
Pedri nuevamente beso su sien, saliendo del dormitorio, solo tiene que pensar en que mentirles a la familia para que no sospechen del porqué Pablo, le duele el cuerpo, y que excusa darles para que no le obliguen a ir andar hoy, bajo con cuidado encaminandose de la misma manera hacia el comedor, donde ya están todos sentados esperando a ambos, para empezar a desayunar.
Todos enseguida les miraron confundidos al verles, por la manera en que Pedro esta cogiendo a Pablo, quien siente una vergüenza...
—Buen día chavales, eh... ¿por que estas cogiendo así a Pablo? —Pregunto don Pablo, mirándoles con una sonrisa que parece más forzada que sincera.
—Es que Pablo, le duele un poco el cuerpo —Respondió sincero, sentando con sumo cuidado a Pablo.
—Que lindo es mi hermanito, ayuda a los más necesitados —Comentó Fer, en un tono burlesco, pedri le fulmino con la mirada.
—Ya podemos empezar, así irnos al paseo que tenemos hoy —Comentó Belén —¿Que te paso Pablo? —Noto su preocupación, Pedri se sentó a su lado.
—Y-yo...
—Pablo se cayó de la cama, se lastimo el culo así que no puede caminar, pero puedo quedarme aquí con él cuidándolo, así vosotros vais tranquilos —Gavi le miro de mala manera, regresando su vista a su madre, la cual le analiza tan sería que le da escalofríos
Como es alguien que es dulce, verla de esa manera le pone de los nervios, ya que sabe que solo se pone asi cuando sospecha de algo.
—Pedro esos modales —Regaño Fernando, mirándole serio, Pedro bufó.
—Vale, entonces vamos todos y tenéis la casa sola, la piscina esta disponible, por si queréis...
—¡No¡ —Respondió rápidamente Pablo, captando todas las miradas de todos en él, sonrió avergonzado, pero se altero un poco de solo pensar en lo podría suceder si ellos dos están a solas en la piscina.
Don Pablo, miro enfado a su hijo
—Perdón, no utilizaremos la piscina, así que no hace falta —Explicó llevando un bocado a su boca, masticando nervioso
—Tampoco le alces la voz a tu madre Pablo —Regaño don Pablo, Gavi asintió miro a su madre.
—Perdón por alzarte la voz —se disculpo, Belén no le dio importancia, en realidad no sintió que Pablo haya sido un grosero.
—No pasa nada cariño —Le respondió tan dulce, que eso tranquilizo a Pablo
Empezaron a desayunar, en un ambiente relativamente cómodo, disfrutando del desayuno que Rosy, Belén y Fer, prepararon, para todos, Pedro quien se sentó a lado de Pablo, decidió meter su mano por debajo de la mesa, posando esta en el muslo de Gavi, comenzando acariciar esta con lentitud.
Poniendo de punta el pelo de Pablo, por los nervios, intento ignorar pero es imposible cuando la mano de Pedro se mueve de esa manera.
—Por favor Pedro, detente —Pidió susurrando, solo recibió una risilla por parte de este, así que en definitiva no se detendrá.
—Mira están hablando entre ellos sin prestarnos atención, y los críos están más centrados en picarse, que en nosotros, nadie nos están mirando —Se defendió, subiendo más su mano, Pablo se tenso, por lo cual casi dejo caer su pedazo de pan.
—Pedro por favor deja de ser un guarro —Su piernas empezaron a temblar, la sensación de peligro de sentir, que estan haciendo esto, delante de los demás, le altera.
—No lo estoy haciendo, solo estoy siendo atento con mi futuro novio — le susurró, apretando por arriba de su muslo, casi cerca de su polla, Pablo sintió un espasmo.
—No lo seré, si sigues así, por favor déjame —Comentó, Pedro apretando con más fuerza ese lugar, se acerco un poco más.
—Claro que lo serás, y estoy seguro que será pronto —Se acerco a su oído —Podemos divertidos cuando todos se vayan —Erizo toda la piel de Pablo, quien bajo la mirada con los mofletes totalmente rojizos.
—Pedro, ¿ que tanto haces? con la mano debajo de la mesa —Pregunto Rosy, con su ceja ligeramente alzada, inclinándose hacia adelante para intentar ver que esta haciendo su hijo
Quien alejó su mano de inmediato, Pablo casi se queda sin aire por lo repentino que hablo Rosy, miro de reojo a Pedro quien esta totalmente tranquilo.
(Que afortunado)
Pensó Pablo, desearía tener esa habilidad de Pedro, de no alterarse con cualquier toque.
—Nada, estaba viendo mi móvil —Respondió, mostrándole, Rosy asintió, volviéndose a sentar.
—Vale, pero deja de verlo, que estamos desayunando —Pedro asintió, acomodándose en su silla.
Pablo sintió la mirada pesada de su padre encima suyo, lo que le hizo incomodarse, algo que intento ocultar, aunque su manera de comer intranquila, le delató con Pedro quien se dio cuenta, así que se acerco un poco.
—¿ Que ocurre? —Preguntó, Pablo negó con la cabeza, pedro mirándole preocupado intento coger su mano, pero Pablo la alejó rápidamente.
—Están todos, alguien puede vernos, así como rosy que casi nos descubre — Explicó, Pedro asintió pero no piensa dejarle en paz.
—Vale, me tranquilizare en este sentido, pero dime, ¿que ocurre?, te noto muy ansioso —
—Na-nada...
—Pablo quiero hablar contigo en mi despacho, por favor sígueme —Dijo don Pablo —Perdón por retirarme antes pero es algo realmente importante que tengo que resolver con mi hijo, no tardare —Se disculpo con todos los presentes.
—No te preocupes, entendemos —Respondió por todos Rosy, este asintió levantándose de la mesa, señalando con la cabeza su despacho a Pablo, para que así le siga.
Algo que entendió, así que se levanto disculpándose con todos antes de ir detrás de su padre, el cual luce tan serio, más que las veces anteriores.
Pedro les miro irse un poco preocupado e inquieto que se hayan ido, sobretodo por ese nerviosismo que Pablo tiene.
Entraron como pablo ya lo sabe, se sentó frente a su padre, el cual Deslizó sobre la mesa un documento, en la dirección de Pablo, quien entendió y cogio este, su ojos se tensaron al leer que es; un reporte de la universidad informando a su padre, sobre su dos ausencias en la residencia y la competencia que tuvo con sofia, Pedro y Adal, informando que ha tenido un mal comportamiento en estos casos.
—Siempre has sido un chaval tranquilo enfocado en lo que realmente es importante, ¿que paso Pablo?, ¿por que en la universidad?, siendo un adulto —Dijo con su voz gélida, esa voz que ya esta acostumbrado a escuchar desde que es un crío, pero que aún así, sigue doliendo.
—Perdón, no era mi intención decepcionarte —Se disculpo, regresando el documento, a su padre negó, quien se cruzó de brazos
—No puedo creer que hayas hecho algo como tal, ¿que paso Pablo?, siempre has sido el crío obediente que no tiene errores, deberías de aprender a tu hermana, a mi pequeña Aurora —Pablo bajo la mirada, de nuevo esta pasando —Ella es tan perfecta que nunca me ha decepcionado, Pablo por favor se como ella —
—Ya te pedí perdón padre, prometo que no volverá a pasar —Dijo intentando levantarse, pero su padre le detuvo, señalando el escritorio, así que regreso a sentarse.
—No puedo confiar en tus palabras, no entiendo que es lo que te pasa Pablo, creo que mudarte a la residencia fue una decisión fatal, si hubiese sabido que iras a perder el tiempo, hubiese hecho lo que sea para retenerte —Acuso, como si realmente estuviese haciendo todo mal, algo que le dolió.
—Solo fueron unos inconvenientes que tuve padre, pero eso no volverá a pasar te lo aseguro —Este negó con la cabeza.
—Y yo ya te dije que no puedo confiar en ti, me has decepcionado — Se le formó un nudo en su garganta —Llamare Aurora, para que te de un gran ejemplo de como debes comportarte y hacer las cosas — Alardio con ese tono de voz tan orgullosa que se le da cada vez que habla de su hija
Pablo apretó su pantalón, siguiendo con la mirada baja, siempre es lo mismo con su padre, el error más pequeño que comente, siempre lo hace grande, y le echa en cara que Aurora es su hija favorita, la chavala perfecta, que no comete errores, la hija que todo padre desea, inteligente, independiente, hermosa, simpática, obediente, sobresaliente de los demás, la que brilla por esfuerzo propio.
Aunque en realidad, a ella le dieron absolutamente todo, para que este donde está ahora, no odia su hermana solo, odia la manera en que su padre lo hace sentir inferior a ella, por solo ser el hermano menor.
—¿Por qué siempre estás decepcionado de mí? —Pregunto dolido, su padre le miró incrédulo.
—Pero que dices, hablas como si yo fuese el malo, yo me decepcionó de ti porque me das los motivos, no porque quiero, es tu culpa que me sienta de esta manera porque nunca has hecho algo que me haga orgullonecer para así merecer mis elogios de padre —Pablo negó, esta vez, le miro con los ojos llenos de resentimiento.
—Me he esforzado siempre para obtener un; (Estoy orgulloso de ti, hijo), pero lo único que obtengo es un; (Deberías de ser como Aurora), o ; (Llamare Aurora para que te enseñe como ser alguien perfecto), intento de todo para obtener aunque sea un poquito de tu orgullo, pero solo obtengo tu decepción, ¿por que padre?, ¿por que no puedes darme un solo una vez algo así? —
—Porque no has hecho algo que realmente me haga sentir orgullo por ti, lo único que me causas son problemas...
—No —Mascullo —Es la primera vez que te mandan un reporte mio, durante todos estos años de vida, algo que no entiendo porque lo hicieron si ya tengo dieciocho años, para que puedan hablar conmigo como gente adulta, no había razón que te mandaran a ti, esto —Replicó, levantándose de su asiento apoyando sus manos en el escritorio.
—No me hables así, soy tu padre —Demando, Pablo negó, ahogando el nudo que tiene formando en su garganta.
—No es verdad, un padre nunca vería a uno de sus hijos, inferior que al otro, jamás compararía su logros con lo de su hermana, tampoco le haría sentir un pésimo hijo solamente por no ser como su hija favorita, la perfecta que no hace nada, que nunca te ,¡decepciona! —Exploto, por primera vez lo hizo, por fin logró hacerlo —¡No importa lo que haga siempre me verás con decepción! —
—¡No me alces la voz! —Regaño, mirándole con el ceño fruncido, levantándose, estampado ambas manos contra el escritorio, tan fuerte que todo lo que tenía allí, se tambaleó.
Pero Pablo; no
—¡Solo así me escuchas!, ¡soy el hijo menor, el que no siente, el que no tiene opinión porque al ser el menor soy un "inmaduro", el que tiene que ser mejor que su hermana mayor, porque si no lo soy, soy algo inservible ante tus ojos, el que se tiene que cuidar por si mismo, el que no puede fallar porque tiene que hacer absolutamente bien todo sin tener un pequeño error, porque aunque sea pequeño siempre será el más grande para ti, tampoco puedo llorar porque mis problemas no son grandes! ...
—¡Cállate Pablo! —Pidió lleno de enfado, pero Gavi negó.
—Tampoco soy escuchado, desde pequeño me has limitado de todo, e incluso te olvidabas a menudo de mis cumpleaños, concentrándote en el trabajo, y lloraba desconsoladamente y a ti no te importaba, pero a mi hermana, a pesar que tanto trabajo tengas, siempre tenéis tiempo para ella, sin importar dejar todo, siempre le felicitas y le dices lo orgulloso que estas de ella, pero a mí, ¿que me das a mí?, solamente me das reclamos de lo más mínimo, no me dejas explicarte, no confías en mí, no me crees y peor... no ves futuro en mí —Susurro lo último, con los ojos llorosos
Su padre le miro conmocionado, quedándose callado, mientras lentamente se sienta, desviando la mirada de Pablo.
—Te he dado todo Pablo, siempre te he dado todo, tú, en toda tu vida, lo has tenido fácil, en una bandeja de oro, no te has esforzado como lo ha hecho tu hermana asi que podéis tener....
—¡No es verdad!, es mi madre la que me ha dado todo desde crío, pero ahora no, yo estoy pagando con mis esfuerzos la universidad, yo pago la residencia, yo soy el que realmente se ha forzado —Su padre se volvió a levantar —¡Aurora es quien ha obtenido todo fácil, el amor de vosotros y el apoyo incondicional!, mientras yo... ¡no recibo absolutamente nada de ti! — Pablo abrio los ojos, lo más que pudo al sentir el ardor en su moflete, miro estático a su padre, quien alejó su mano, acomodándose la corbata.
Alzo la mano, apuntando con su dedo índice su cabeza
—¡No vuelvas a dejar en mal a tu hermana, porque a la próxima no tendré piedad¡ —Advirtió, con tanta ira, que Pablo se quedó quieto sin poder mover su labios para hablar — Que decepción de hijo tengo, nos has avergonzado delante de toda la familia incluyendo a los González —Le escucho decir antes que saliese del despacho.
En segundos:
Su lágrimas empezaron a rodar por su mofletes, con una compresión en su corazón, en realidad no fue la abofetada que le dolió, si no, las palabras tan duras de su padre, le dijo, las cuales se repiten constantemente año tras año, mes tras mes, y día tras día
—Pablo —Se dio la vuelta y corrió donde Pedro, abalazandose hacia su cuerpo, subiendo sus piernas hacia su caderas, escondiendo su rostro en su cuello, apretando con fuerza a Pedri, llorando desconsoladamente — Mi pequeñín —Susurro dolido, acariciando lentamente su cintura.
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