Pablo ya esta tan seguro si Sofia es esa señora seria que no le agrada los líos y que es responsable con su trabajo, no se esperaba algo como esto en ella, sobre todo porque parece alguien muy enfadosa, y para que este tan emocionada por un "juego", se le hace un poco incómodo, Sofia continuo caminando buscando un buen lugar para esconderlo, hasta que se le ocurrió, esconderle en uno de los salones del segundo piso, lo que será un poco difícil para Adal y Pedro.
Pablo suspiro sin poder retenerse, a la decisión de Sofia, cuando esta le metió en el salón, y antes de cerrar la puerta Gavi, la detuvo con su mano, apoyada en dicho objeto, evitando así que sofia pudiese cerrar, la cual le miro confundida.
—Pero, ¿esto no es ilegal? —Preguntó nervioso, ella negó.
—Eh... no que va, solo es un juego, tú quédate aquí y no hagas ruido para no darles pistas —Pablo iba a objetar pero Sofia cerró la puerta en su narices evitando que eso pásese — Aaah que emoción —Dijo encaminandose hacia la dirección donde están los otros dos —Por fin algo emocionante pasa en esta universidad —Se dijo para si misma, apresuro el paso yendo donde los dos chavales.
Donde al llegar justo se encontró con Pedro y Adal, picandose con algunas groserías que al instante de verle, entrar, se quedaron callados, Sofia se acerco a los dos, mirándoles con el ceño fruncido, Pedro se hizo más a la derecha evitando la cercanía de Adal, el cual bufo por el comportamiento de crío de este.
—Vale chavales, vamos hacer lo siguiente, yo escondí a Pablo, y vosotros tenéis que encontrarlo, trabajaran juntos, os daré este pequeño papelito, tenéis aquí escrito las pistas, que los guiará a él —Le entrego a Pedro, quien lo recibió estuciasmado —Y la regla es la siguiente, tenéis que tener mucho cuidado que el guardia no les vea, si los captura entonces el juego acaba y nadie tiene a Pablo —
La manera en que se dirige a Gavi, no le agrada, sin embargo no puede reclamar nada, Sofia ya escondió a Pablo y tiene que encontrarlo antes que lo haga Adal .
—¿entendieron? —
—Si, pero no entiendo, del ¿por que esta haciendo todo esto? —Dijo Pedri, guardándose el papelillo en su bolsillo, pero Adal se lo arrebato antes que lo hiciese.
Pedri le volteo a ver con desdén
—Hijo de...
—No ha pasado nada interesante en esta universidad hace mucho tiempo, así que esta es una oportunidad para divertirme un poco, no crean que ser rectora es el empleo más divertido del mundo eh —Adal y Pedro parpadeando se miraron entre sí, ahora están dudando que sea realmente sofia.
Volvieron sus miradas hacia ella.
—Venga no seáis tímidos, trabajen en equipo en la primera pista y en las siguientes podrán hacerlo por si solos —
—Vale, pero, ¿que ganamos con esto? —
—una nota alta para el primer examen, y lo más importante rescatar a su Pablo —Respondió, señaló la puerta con su dedo —Os deseo suerte, más a Pablo porque... mejor me callo y vayan en buscarle — Pedro y Adal sin pensarlo dos veces, salieron corriendo hacia el pasillo, deteniéndose enseguida al recordar que el guardia no puede verles.
—Cállate gilipollas, por tu culpa casi somos descubiertos —Mascullo Pedro, caminando a paso lento, Adal bufo, caminando lentamente igual que él.
—Será por tu culpa, capullo —entraron al primer salón que se les cruzó —Agáchate —Con su mano empujó su cabeza hacía abajo, haciendo que Pedro se agachara junto con él.
—Hubiesen hecho el salón de castigo en unos de los dormitorios de la residencia y no aquí —Se quejo Pedro acariciándose la sien que se golpeó contra la pared, gracias a como Adal le cogio.
—No nos hubiésemos metido en esto, si alguien no...
Pedro le cubrió la boca, al escuchar los pasos del guardia cerca.
—¿Hay alguien allí? —Pregunto, alumbrando con su pequeña literna los alrededores, Adal y Pedro se quedaron en un silencio.
Sintiéndo los pasos adentrarse en el salón, hasta que un crujido de una botella se escucho afuera, por lo cual el guardia, ya no entro, alejándose antes de entrar por completo.
—Joder estuvo cerca —Se levanto golpeándose la cabeza con el orilla de la ventana, lo que hizo reír a Adal
—Espero que no arruines el juego con tu torpeza —Comentó levantándose, riéndose en el proceso, Pedro le miro de mala manera, se froto el lugar donde se lastimo.
—El único que puedo arruinar algo con la torpeza serias tú precisamente, casi por tu culpa nos descubren —
—¿Por mi culpa? —Asintió —Será tuya, porque yo estaba de lo más centrado en lo que estaba pasando, no como tú que estabas corriendo como un crío — Respondió, abriendo el pequeño papelillo, Pedro bufo, acercándose para saber es que lo que esta escrito.
—¿Que dice? —
—Separense tontos, habéis sido timados por mí, busquen, no tienen ninguna pista, y no os matéis —Respondió enfadado de haber caído en esto con Sofia.
Miro hacia a un lado para decirle algo a Pedro, pero cuando lo hizo nada más se encontró con la soledad, hasta que vio hacia el frente, dándose cuenta de como un pedri corriendo por el pasillo, dándose ventaja con ello
—¡PEDRO ¡ —Le grito, pero este solo se dio la vuelta para sacarle una peineta y volverse para seguir corriendo.
Se guardo el papelillo, corriendo detrás del canario, alcanzando su polera, Pedro se detuvo por Adal, el cual con fuerza lo hizo hacia atrás, adelantándose ahora él, Pedro bufo, le cogio del brazo evitando que seguirá avanzando, empujando su cuerpo hacia atrás, Adal gruñó, y antes que Pedro pudiese pasar, le coloco el pie adelante suyo, provocando que cayese boca bajo, aunque metió las manos antes que su rostro chocara contra el suelo.
—¡Adal ! —Exclamó enfadado, volviendo a levantarse, corriendo detrás suyo.
—Aléjate gilipollas —Dijo mirándole de reojo, Pedro negó sonriendo maliciosamente, enseguida Adal reconoció esa mirada, así que se apresuro
—Tú no serás el primero en encontrarlo a Pablo, te lo aseguro —Demando, corriendo más rápido igual que Adal, el cual dejó de verle para centrarse en su camino.
—Estáis equivocado, tú no serás el primero gilipollas —
—Siempre he sido el primero para Pablo así que esta no será la excepción para ti —Avanzo aún más y logró alcanzarle, le pujo haciendo que caiga al perder el equilibrio.
Adal jadeo de dolor porque justo su rodillas se golpearon contra el suelo, Pedro sonrió burlón y pasó a su lado lo más rápido posible, así dejandole atrás, mientras ríe de como se mira Adal en el suelo, quien esta levantándose poco a poco sacando quejidos de dolor, sin dejar de ver como Pedro se aleja.
El cual empezó a buscar salón, por salón, abriendo las puertas desesperado, olfateando para intentar percibir el olor del perfume de Pablo el cual es su favorito, por ende tiene una polera suya para poder dormir con más tranquilidad desde que se la hurto un día en que se vieron.
Entro al siguiente salón, y enseguida Adal hizo lo mismo, pirandose del guardia que casi lo alcanza a ver, le cubrió la boca a Pedro, cogiendo su cabeza hasta hacerle agachar, Pedro refunfuñando empezó agitar su brazo de adelante hacia atrás, con intención de golpearle así le soltase
—Quédate quieto —Le susurro, escondiendo a ambos del guardia, quien se asomo como la primera vez.
—Si sois de esos chavales que os gusta, andar picando a los...
Se callo al escuchar un ruido proveniente de otro salón, así que se alejó para ir a revisar, al escuchar los pasos del guardia lejos de ellos, Pedro se levanto golpeando sin intención a; Adal, quien estaba atrás suyo inclinado un poco hacia adelante, por lo cual golpeó su nariz.
—¡ huy! —Se cogio la nariz, frotándose esta, Pedro empezó a reírse en su cara —¡Gilipollas! —Exclamó enfadado, aguantando el dolor que tiene.
—Pues este gilipollas te ha ayudado a enderezar tu nariz —Dijo divertido, mirándole con una sonrisa amplia, le divierte la manera en que Adal se retuerce del dolor.
—¿De que habláis?, si tengo mi nariz respingona —Contestó ofendido, revisando con la ayuda de su dedo, si tiene sangre, algo que le alivio al sentir seco esa zona.
—Lo se, pero se te torció cuando te dije que follamos en este lugar Pablo y yo —La mandíbula de Adal se tenso, le dio un puñetazo en su moflete sin previo aviso, por lo cual le dolió.
Pedro le miro sorprendido, no se esperaba que tan rápido que iba a perder el control Adal, quien le cogio de su sudadera tan fuerte como se le fue posible, lo levanto y lo tumbó con brusquedad en el escritorio, provocando un quejido de dolor en los labios de pedri.
—Te había advertido que nunca más hablaras de esa manera tan... asquerosa de Pablo, lo que haya pasado entre tú y él, es pasado, Pablo ya me lo dijo todo, así que aprende olvidar porque créeme que él ya lo hizo, si vuelves a mencionar algo de ello, te quito esa sonrisa tan arrogante para siempre —Lo soltó, alejándose de él, acariciándose las sienes, mirando hacia el suelo, calmandose de esa manera.
Nunca ha sido un chico violento, pero cuando alguien habla de esa manera de la persona que quiere, puede perder el control.
—El que debería de entender aquí eres tú, Pablo no te ama y nunca lo hará, estoy seguro que si yo le vuelvo a decir cosas tan monas, volverá a besar...
El abofeteo que Adal le dio, le dejo callado, por lo cual no pudo terminar lo que diría.
—Solo dices el nombre de Pablo, para decir tonterías, así que, quédate callado gilipollas, como te dije, tú nunca merecerás a Pablo, no sabéis ni siquiera como darle su lugar, lo mejor es que te mantengas lejos, ¡de él! — Pedro casparreo mirándole con el ceño fruncido, bajándose del escritorio.
—Y tú, ¿si mereces tener a Pablo? —Negó con la cabeza, Pedro se limpio la comisura de su labios, había escupido un poquito.
—No, pero le respeto y le doy el cariño que tú nunca has podido darle, no intentes que tú y yo estemos al mismo nivel porque créeme que no lo estamos, yo si soy un hombre de verdad, no como tú que lo único que piensa es en follar, y habla de la intimidad de Pablo como si fuese cualquier cosa, lo que un verdadero hombre no haría nunca —Replicó, acercándose a él pero Pedro le pujo con fuerza antes que lo hiciese.
—Yo se que ocultas algo, y te investigaré para saberlo, tú no sois el chaval perfecto que le has pintado a Pablo, estoy segurisímo de ello —Adal bufo, paso a su lado saliendo a pasos tan fuertes por el enfado.
Pedro puso los ojos en blanco, acomodándose la sudadera, si Adal quiere enfrentarse a él así será, pero primero tiene que ir en busca de Pablo, y encontrarlo antes que el madrileño lo haga, de lo contrario perderá esta oportunidad para poder hablar con él como ha querido estos días.
Salió del salón, caminando por el pasillo, algo lento para así lograr escuchar algún ruido, por más pequeño que fuese, así tener pista de donde puede estar Pablo, olfateo cada salón, intentando identificar el olor de Pablo, suspiro frustrado al no poder encontrarlo hasta que se le ocurrió donde podría estar.
Camino a pasos apresurados, casi corriendo hacia la residenclia, deseando que Adal no se le haya ocurrido ir a buscarle allí apresuro el paso, por ende no se dio cuenta en que momento fue que se paso rozando su dedo índice, en uno de los árboles que tiene algunas puntas sobresalientes, por lo cual:
Se corto un poco su dedo al momento en que tocó sin querer, trago en seco en el momento que sintió una molestia en el dedo, ignorando todo lo posible el dolor, y la sangre que es su mayor fobia, no puede ver sangre porque se desmaya no importa en que cantidad sea, si es sangre es suficiente para que su cuerpo tiemble, sintiendo ganas de potar, por esa sensación intensa de asco, teniendo un miedo irracional por la sangre, así que tendrá que cuidar en que su ojos no vean que su dedo está sangrando levemente.
Al entrar a la residencia la cual, está abierta, gracias a sofia la cual dio orden en que así estuviese, logró entrar sin ningún inconveniente, apresuro el paso, mordiéndose los labios para aguantar la tentación de ver su dedos, después de dos minutos,. paso rápidamente a su dormitorio para coger un paquete, y salio de la misma manera:
Siguió caminando y después de un minuto, esta al frente del dormitorio de Pablo, golpeó la puerta con su mano hecha puño, por supuesto la que no tiene lastimada.
—¿Sara? —Una sonrisa amplia se apoderó de su boca, tal como había creído, Pablo está allí, escucho su pasos acercarse, se alejó un poco —Sa... —No termino cuando abrió la puerta dándose cuenta que no es Sara la que está del otro lado.
—Te eh encontrado, así que tenéis que escucharme —Pablo iba a cerrar pero el pie de Pedro fue más rápido así que se interpuso —Recuerda lo que dijo Sofia —Gavi siguió intentando cerrar pero Pedro se esfuerza en que no lo logre
—Me da igual que ha dicho sofia, lo que me importa es no ser un trofeo de nadie —Ejerció más fuerza, jadeando por el esfuerzo.
—Venga Pablo, por favor hablemos — Suplicó, pujando un poco más.
—No me interesa nada, de lo que me quieras decir —Dijo entre jadeos, intentando cerrar la puerta, ahora con ambas manos.
Pedri negó, volviendo a pujar, con brusquedad, por lo cual Pablo se hizo hacia atrás dándole acceso a Pedro, sin que él estuviese de acuerdo, Pedri sonrió victorioso:
Cerró la puerta detrás suyo, Pablo camino hacia atrás, con miedo a esos ojos hambrientos de Pedro, el cual parece que le esta mirando lo más profundo de él, mordió su labio inferior, hasta que su ojos se clavaron en el dedo de Pedro, asustandose
—¿Q-que te paso? —Pregunto preocupado, acercándose a él, olvidando el miedo, Pedri trago en seco recordando la herida de su dedo.
—Oh... nada grave, solo me corte con un árbol sin darme cuenta, pero no...
Pablo no le dejo terminar, le cogio de la muñeca, llevándolo sin aviso alguno, al baño, entrando juntos, lo guío hasta el lavabo, colocando su mano por debajo de la llave la cual abrió, al instante en que Pedro sintió el agua recorrer su dedo, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, centro su vista en Pablo, para no ver su sangre recorrer el lavabo.
—No es tan grande y profunda la herida, pero hay que desinfectar bien —Comentó Pablo, mirando como el dedo contrario, está siendo limpiado —¿Como te has lastimado con un árbol? —Su curiosidad hizo volver a la realidad a Pedro el cual había tenido un trance de su futuro con el pequeño, por centrarse en él.
—Porque estaba corriendo para encontrarte no me centre en mi camino así que no me di cuenta cuando mi mano rozo el árbol sin intención —Contestó, Pablo rió bajito imaginándose la desesperación de Pedro por encontrarle
—Oh... no me agrado que sofia se haya dirigido a mí como si fuese la copa del mundo... no soy un objeto — Comentó algo desanimado, pues se había sentido como un objeto nada más.
—Por supuesto que no sois un objeto, tú nunca podrías serlo, porque tienes un valor único e inigualable que cualquier cosa en este mundo —Pablo dejó de limpiar su herida, nervioso cerró la llave, alejando la mano de Pedro del lavabo, cogiendo una toalla, con su mano temblorosa, secando la mano de Pedro a toquecitos
Dándole una tierna imagen a Pedri, quien por inercia sonrió ampliamente, admirando lo chulo que se mira Gavi desde ese ángulo.
—Por favor Pedro no comiences —Pidió sin verle, la vergüenza que tiene no le permite hacerlo y los nervios que Pedri logré escuchar sus latidos de su corazón tampoco se lo permite.
—Perdón... pero es la verdad, tú sois más valioso que cualquie...
—Pedro —Advirtió, dejando de lado la toalla, saliendo juntos del baño.
Sin soltar su mano, busco en su cajón una crema para las heridas, la cual su madre le dio, por si algún día lo necesitase, siendo precisamente hoy ese día, Pedro siguió mirándole, sintiéndose enternecido por la preocupación de Pablo por él, pero se sintió vacío al momento en que Gavi solto su mano, para poder ponerse de cuclillas así buscar en el último cajón la crema, hasta que la encontró.
Volvió a pararse, dándose la vuelta.
—Te pondré esta cremita —Le cogio la mano, la cual fue limpiada con agua, Pedro miro sus manos y una sonrisa apareció en su labios, la mano de Pablo es más pequeña que la de él:
Es muy tierno
—Esto puede arder un poquito, así que respira hondo —Pedro hizo caso, respiro hondo, Pablo le unto un poquito de crema en la herida y se asusto enseguida por el grito repentino de pedri
—¡Aaah!, ar-arde —Dijo alejando su mano, agitando esta con fuerza, comprimiendo su labios.
Pablo rió bajito, por lo exagerado que está siendo pedri, en realidad la crema ni arde en heridas como la que tiene Pedro, le ha timado.
—No exageres tío —Pedro le miro mal, soplando su dedo, tranquilizandose al no sentir ningún dolor.
—Arde —Pablo negó enseguida, volviendo a su lugar la crema
—No, no arde, solo quería saber que tan mentiroso sois —Pedro le miro indignado, formando un puchero, Pablo desvío la mirada para no caer con eso.
—Entonces ya no te doy tu regalo de cumpleaños atrasado por haberme hecho esto —Dijo quejoso, Pablo volvió a mirarle, y se acerco un poquito con una sonrisa inocente.
—¿Un regalo? —Pedro asintió —Perdooon, prometo que no lo volveré hacer, pero por favor dame mi regalo — Le hizo ojitos, haciendo caer a Pedro sin esforzarse mucho.
Como no solto el regalo en ningún momento, se lo entrego tan rápido como pudo, la ilusión creció en Pablo al ver el paquete, y al abrirlo, su ojos se iluminaron por completo, al ver una lamparita con forma de una hermosa luna de un tamaño mediano que brilla junto con una estrella la cual le acompaña.
—Cuando lo vi, pensé en ti de inmediato, sé lo mucho que te encanta la luna y las estrellas —Pablo no podía creer lo que esta mirando —Y aunque no me lo creas tú...
Se acerco, cogiendo su moflete levantando su mirada, conectando sus ojos, Pablo trago en seco.
—Tú eres mi estrella, la única que me quiero ver todos los días y tener a mi lado —Los mofletes de Pablo se tornaron un color rojizo —Recuerda esto, tu sonrisa es la única que ilumina mi mundo entero —Pablo le miro con una sonrisa triste
—¿Por qué no me dijiste antes? —Pregunto alejando su mano, Pedro le miro confundido, pensó que sería otra su respuesta.
—¿Que? —
—¿Por qué me lo dices ahora?, en este momento en que ya estaba aprendiendo a alejarme de ti, y que estoy empezando con alguien más, solamente me haces daño diciéndome eso ahora —Pedro sintió una amargura en su estómago al escucharle.
Sin embargo, no pretende dejarle con la duda.
—Por cobarde, tenía miedo al rechazo y a lo que la gente pensara de mí, sabes que mi reputación siempre ha sido del chaval heterosexual faldero que no tiene sentimientos, el que le da igual todo, me daba pánico pensar que todos me viesen de diferente manera al verme de pareja con un... chico —Explicó, Pablo suspiro coloco con cuidado la luna y la estrella en su mesilla —También tenía mucho miedo en perderte si te decía mis verdaderos sentimientos —Confesó, Pablo se sintió un poco ofendido.
—Te di muchas señales de lo que sentía por ti, pero tú siempre tenias los ojos en tías con buen cuerpo, por ende no te diste cuenta, y creía que no te importaba lo que pensaba la gente de ti, pero veo que me equivoque, sois alguien... mejor no lo digo ya no vale la pena —Giro talones, mirándole serio —Si me hubieses dicho esto, antes que Adal apareciera créeme que yo te daría una oportunidad, a pesar de lo que dijiste, pero ahora no puedo —
—¿Po- por que? —Pregunto con miedo de saber la respuesta, Pablo suspiro mirando hacia la ventana
—Porque ya no puedo confiar en ti y además le prometí a; Adal que nunca más le tracionaria, así que no puedo corresponder tus sentimientos Pedro, ya es demasiado tarde para ello —Este negó, acercándose a él, quedando a unos centímetros de distancia.
—Pablo, sabes perfectamente que me amas, no intentes engañarte, así si que estas lastimando a ese tío y sobre todo a ti —Le cogio la mano, Gavi le volteo a ver, con lentitud pedri guío su mano a su al centro de su pecho —¿Lo sientes? —Pregunto referente a los latidos frenéticos de su corazón, Pablo entreabrio la boca, asombrando por la manera en que los latidos de Pedro aumentan.
—¿Po- por que ? —
—Por ti, solo contigo mi corazón se siente de esta manera, sintiéndose lleno de alegría por tenerte a mi cerca, solo por ti Pablo, y así será siempre, por favor acepta... —Gavi le miro con pena, por si mismo y por él, alejó su mano aunque era algo que no deseaba, pero es necesario.
—Perdón Pedro, pero cumpliré mi promesa de no caer de nuevo contigo, quiero hacer las cosas bien y también olvidarme de ti —Eso dolió, hasta el punto en que su corazón dejó de latir por unos segundos sintiendo como se comprimia dolorosamente.
—Pablo...
—Entiéndeme Pedro, se que no es tu culpa porque no sabias de mis sentimientos y tampoco eramos pareja, pero no sabes como mi corazón se partía al verte con una tía nueva cada semana, al escucharte alardear de como te encantaba pasar el rato con chicas que te interesaban, pero lo que más me partía el corazón eran... tus anécdotas de las folladas que tenias con ellas, muchas veces desee ser una de ellas para poder estar contigo, porque estaba consiente de que al ser un hombre, tú nunca te fijarías en mí... aunque digas lo digas, tú nunca me viste con otros ojos, ni siquiera de amistad, porque tampoco me consideraste un amigo — Con toda su fuerzas trago el nudo que se le había formado en su garganta —Por eso cuando me empezaste a sentir celos por mí, fue una esperanza para mi corazón, porque creía que por fin me verías como a esas tías, pero dolorosamente me equivoque —
—Pablo...
—Déjame terminar —Pedro asintió — Así que cuando tu empezaste a comportarte de esa manera conmigo, yo empecé a tener esperanzas y como una persona enamorada, me deje llevar, hasta que tuve mi primera vez contigo y debo de confesar que fue perfecta aunque haya sido en una cafetería y por órdenes de Lucía — Pedro le miro perplejo, sin poder saber que emoción sentir, porque son miles que esta sintiendo
Pablo sonrió leve, aguantando las ganas de llorar, es la primera vez que se abre a Pedro y esta siendo un logro para él.
—Y por eso no sabes cuanto me dolió al haberte escuchado decir todo eso sobre mí, me sentí tan estúpido ese día que mi cabeza daba vueltas y mi cuerpo no podía estar estabilizado por los temblores, porque sentía tantas emociones fuertes, dejándome consumir por el dolor sobre todo, ese día me heriste mucho daño... —
—Pero ya te explique, la razón del porqué te dije todo eso, yo realmente no sentí ese sentimiento repugnante, y aunque no me creas para mí también fue una noche maravillosa que pasé contigo, nadie me había hecho sentir lo que tú me hiciste sentir ese día, que fue hermoso, y Lucía no me dio la orden de follarte, lo hice porque te deseo.... — Se quedó callado al ver a Pablo mirarle tan serio —Perdón Pablo, por herirte tanto, esa nunca fue mi intención —se acerco más —Pero por favor no te alejes de mí, no soporto tenerte lejos no puedo —Suplicó apretando sus dientes entre si, Pablo trago duro.
—Cierra los ojos —Susurro, Pedro le miro perplejo, por la petición tan repentina —Cierra los ojos —Pidió de nuevo, esta vez un poco más demandante, Pedro hizo caso, cerró los ojos, esperando un beso en su labios.
Pero no lo recibió en ese lugar:
Lo recibió en su moflete, abrió los ojos enseguida, mirando como se aleja de él la silueta de Pablo.
—Perdón Pedro, pero no puedo creerte, por favor déjame en paz, no quiero volver a caer contigo y volver a tener mi corazón roto —Susurro, Pedro negó, le cogio de su mano.
—Pablo...
—No puedo Pedro, y perdón por lo que diré pero —Dio un suspiro, uno, que hizo sentir a Pedro un poco de terror por lo que dirá —Mi mayor error fue enamorarme de alguien como tú, y siempre estaré arrepentido por ello —Palabras que fueron directamente una estaca a su corazón, hiriendo lentamente este.
Pedro paso saliva con tanta dificultad que casi se ahoga, se alejó lentamente de Pablo, mirándole con los ojos llenos de dolor, Gavi lo noto; y sintió pena por él, sabe lo que se siente...
Pero tampoco puede tener compasión de él, no después, de todo lo que ha pasado.
—¿Fue un error enamorarte de mí? — Pregunto con la voz trémula, Pablo se quedó en silencio, sellando su boca, pero con esa mirada que le esta dando, se lo afirmó —Vale, no me importa que lo sientas ahora, me da igual, porque seguirá insistiendo hasta enamorarte de nuevo y darte el Pedro que realmente soy, porque este que has estado mirando durante estos años, solo es una protección que por idiota cree —Explicó señalandose así mismo —Yo realmente no soy así, soy lo contrario y de lo demostraré —Concreto lleno de seguridad.
Pablo se mordió el labio inferior, sin dejar de mirarle a los ojos
—Te lo demostraré con hechos y no con palabras —Decreto tan seguro que noto como pablo le dio un escalofrío, el cual intento disimular pero que no funciono.
La puerta se abrió, así que ambos voltearon hacia atrás, encontrándose con Adal.
—Oh aquí estáis Pa... —Su palabras se quedaron estancadas al ver a Pedro con Pablo —Así que tú has sido el primero —Pedro asintió caminando hacia la salida
—Si pero me voy, os dejo a solas —Palmeo amistosamente la espalda de Adal, antes de salir ante la atenta mirada de Pablo encima suyo, la cual se confundió por como trató al madrileño.
Quien también le miro incrédulo por eso, pero dejo de hacerlo al ver a Pablo:
El cual siente una compresión en su corazón por haberle dicho esas palabras a Pedro, sin embargo sabe que fue lo mejor, porque así se deshago del dolor que le causó, aunque esté no lo haya querido realmente.
Adal se acerco y lo abrazo sin decirle nada, para darle consuelo, porque noto la tristeza en su ojos, Pablo se aferro en su cuerpo enterrando su rostro en su pecho, mientras se mentaliza que fue lo correcto.
Aunque su corazón le dice que; No, lo fue.
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