Total inspiración de una canción
En casa de Barbara las chicas y tú bebían vino. Stefanie alzó su copa y dijo:
—bríndemos chicas, por que la idiota de ___ por fin terminó con Dick.
—basta chicas–dijiste riendo.
—¿volverás a decir la idiotez de que terminaron bien y pueden ser amigos?–la voz sarcástica de Kate te hizo mirar a otro lado.
—fuimos amigos antes de ser novios, lo veo como un amigo ¿si?
—no me jodas ___ se la pasaban peleando–Barbara dijo rondando los ojos.
—es cierto, estábamos tan hartas de sus peleas. ¿Por qué seguías con él?
—por su gran polla.
—¡Kate!
—¡por muerte a la polla de Dick!–Stefanie alzó su copa.
Barbara y Kate chocaron sus copas con ella, bebiste de ella sintiéndote algo rara con la conversación.
—por favor, no metamos la polla de Dick en esto–rogaste para después beber de un trago el vino.
Todas se burlaron siguiendo con el vino, eventualmente cuando este se acabó abrieron una botella de tequila.
Poco a poco la fiesta se alocaba entre ustedes. Cuando el teléfono vibró en tu bolsillo.
Nena, te extraño, ¿podemos vernos?
El corazón te volcó con fuerza, aún algo mareada contestaste a escondidas de las chicas que seguían riendo escandalosamente.
No lo sé Dick, estoy con las chicas en casa de Babs.
Solo será un momento, nena.
No traje mi auto conmigo.
Te mandaré un Uber, aquí te espero preciosa.
Con los nervios a todo lo que daba, miraste a las chicas de reojo, Barbara y Stef empinaban la botella sobre la boca de Kate.
No se darán cuenta si me voy unos minutos.
El auto está fuera nena, mándame tu ubicación, ;).
En silencio, tome mi bolso y sin que me vieran salir del departamento corrí escaleras abajo, hasta ver el auto subí a él.
Durante todo el camino la emoción y la excitación me dominaban, tanto que no podía escuchar la parte razonable de mi cabeza, que me decía que debía hacer de todo menos esto.
Al llegar a su edificio, subí a su piso, dos toques a su puerta bastaron para que se abriera.
Y verlo de nuevo, vestía camisa blanca y jeans negros, sus ojos de ese azul electrizante, parecía que acababa de bañarse pues todo su cabello estaba húmedo.
Puede ser que otra cosa esté húmeda.
—hola...
Sin contestar, se recargó en el marco de la puerta y sonrío de lado.
Maldición.
—Pasa nena.
[•••]
Limpiándose el tequila de la boca Barbara miro a todos lados.
—¿y ___?
[•••]
Dick estrelló tu cuerpo contra la pared, besándote con fiereza, su boca atacó tu cuello dejando mordidas que liberaban gemidos de tu boca.
Te aferrabas con fuerza a su cuello, aún más cuando sus manos te tomaron por los muslos, cargándote y obligando a que tus piernas se aferraran a su cadera.
Oh si claro, ahora solo lo veías como un amigo.
[•••]
—sus cosas están aquí–dijo Stef aún mareada.
—¿a donde diablos se fue?
[•••]
—¡Dick!
Gimiendo en su boca y arañando su espalda te retorcías de placer sobre su cama.
—oh nena–gimió en tu cuello apretando tus caderas.
[•••]
—no contesta el jodido teléfono–enojada y ebria Kate apagó su celular.
—deja lo intento de nuevo.
[•••]
Con el frenesí a tope en aquel cuarto solo se escuchaba el rechinar de la cama y los gemidos de esas dos personas.
Cuando un tono de teléfono y su continua vibración en el buró de noche te hicieron voltear.
Sin parar estiraste la mano para alcanzar tu teléfono, abriendo demasiado los ojos al ver todas las llamadas perdidas de las chicas, cuando en eso otra llamada entrante de Barbara apareció en tu pantalla.
Dick sonrió al ver aquello, y sin parar te quitó el teléfono.
—¿le contestó?–preguntó mientras se ponía sobre sus rodillas.
—¡no, Dick!
Con su sonrisa retadora acercó su dedo a la pantalla, con fuerza que no sabías tener, lo tumbaste sobre la cama, quedando sentada sobre él.
Le quitaste el teléfono y lo lanzaste lejos. Preparándote para montarlo te aferraste a su pecho.
—eres un completo idiota.
Aquello solo lo hizo sonreír, te inclinaste para besarlo mientras te movías sobre él.
[•••]
Lo que logro que abrieras los ojos fue la luz de la mañana dando de lleno en tu rostro.
Al ver a tu alrededor entraste en pánico.
—no puede ser–susurre, al ver a mi derecha vi el cuerpo desnudo de Dick, yo también estaba desnuda–no puede ser, me van a matar.
Escuchaste tu teléfono, rápidamente lo tomaste y con miedo le contestaste a Barbara.
—¿¡en donde mierda estas?!
—Babs, me...me fui a descansar.
—¿¡a donde?!
—a...a la cama Babs.
—¡maldita idiota! ¡Te fuiste con Dick! ¿¡Cierto!?
—no, no no estuve con él.
—claro que si.
Sorprendida y asustada lo miraste cuando hablo lo suficientemente fuerte para que escucharan.
—¡idiota idiota idiota!
—¡Es tu ex!
—¡Cuando te veamos te cortaremos la polla!
El grito de Stef te hizo soltar el teléfono, eso junto a los demás gritos de Kate y Barbara insultándolos a ambos.
Rápidamente colgaste la llamada, aún temblorosa por los nervios.
—no puede ser, estoy jodida.
—así es nena, pero, vuelve a dormir o quéjate en silencio ¿si? Tengo sueño, después de como me hiciste desvelarme.
Enojada e incrédula tomaste la almohada y comenzaste a golpearlo con fuerza.
Fue una mala idea verlo de nuevo.