One Shots Batfamily Vol.2

🖤imagina

En la etapa de todo tu embarazo, hubieron varias trabas, pero la mayor de ellas, tus hormonas.

Constantemente cambiabas de humor, los chicos ya te tenían algo de miedo, pero quien tenía que lidiar con eso 24/7 era Bruce.

—hola mi amor–llegaste a la oficina de Bruce, en ropa interior y una bata.

—hola cielo.

—¿estás ocupado?–preguntaste mientras te acercabas a él.

—no para ti, ¿que necesitas?

—bueno, yo estaba pensado en, si nos divertíamos un rato–dijiste mientras abrías la bata, mostrando su abultado vientre y la ropa de lencería negra.

—amor–suspiró, se le estaba complicando tener intimidad contigo, por miedo a lastimarte a ti, o poner en riesgo el embarazo–me encantaría, pero, no creo que sea el momento.

Bastó que terminara la frase para que tus ojos se pusieran llorosos.

—no, amor, no, no llores–se apresuró a decir mientras se levantaba, intentó acercarse a ti pero no lo dejaste.

—¿es por qué estoy gorda verdad? ¿Por qué ya no soy tan delgada como antes?–empezaste a llorar mientras hablabas.

—no, no cariño...

La puerta se abrió, estaban los chicos y Alfred preocupados por haberte escuchado llorar.

—¡ya no puedo comer mis chocolates sin sentirme como un puerco!

—no cielo, te ves hermosa.

—¡cállate! ¡Me he tenido que poner ropa tuya Bruce! La mía ya no me queda, estoy fea.

—no es cierto cielo.

—tengo estrías por todo el abdomen, mis pechos y en todo el cuerpo, me veo gorda, y mis pies están hinchados, o eso creo, no alcanzo a verlos.

—no amor, estás mal, jamás te habías visto tan hermosa.

—¿y por qué no quieres tener sexo conmigo?

Bruce miró incómodo a los chicos que pronto se fueron al ver que Bruce los vio.

—por qué, me da miedo lastimarte, a ti o al bebé.

—pero yo quiero que me toques, siento que estoy dejando de gustarte.

—no amor, te amo, jamás podrías dejar de gustarme, y me gustas aún más, sabiendo que te embarace, que tienes parte de mi legando contigo, que me estás dando una familia, te amo, te amo con todo y estrías, gran vientre y mil cosas más.

—Bruce, a veces...eres tan empalagoso. Como sea, te espero en la habitación, si no vienes en cinco minutos, dormirás en el sofá y un juguete hará tu trabajo.

Girando saliste de la oficina dando un portazo. Bruce se dejo caer en su silla exhausto, no le sorprendería que de un momento a otro le pidas el divorcio.