🖤durmiendo con el enemigo

3.9K 398 75
                                    


Ambos gemíamos, tan cerca del clímax.

—Bruce–dije su nombre después de venirme.

Cuando él terminó se acostó a mi lado, lo abracé acariciando su pecho.

Pero en eso se sentó a la orilla de la cama colocándose la ropa.

—¿no puedes quedarte un rato en la cama?

—no puedo, deje una pista inconclusa en la cueva.

—oh, esta bien.

—descansa, te veré más tarde amor.

—si, claro.

Se fue, dejándome como otras veces. En los desayunos ya no estaba, tampoco en las comidas o cenas.

Cansada de la situación, deje que los días pasaran, Alfred notó el cambio y trato de hablar con ambos, pero Bruce no cedía a tener una plática con más de dos palabras.

—Bruce, esta noche será la gala...

—lo sé, te alcanzaré ahí.

—bien.

Me arregle al menos toda la tarde, fui a que me maquillaran, me peinaran y me colocaran unas lindas uñas negras para que combinaran con mi vestido.

Me sentía y me veía hermosa, pero muy en el fondo sabía que era para llamar la atención de Bruce.

Al llegar al salón varía gente de sociedad con hombres petulantes y mujeres altaneras, me llenaban el oído de elogios y comentarios hipócritas solo por que estoy casada con el hombre más rico de aquí. 

Pero las horas pasaban, y no había señales de Bruce, de forma disimulada marcaba su número, pero no contestaba.

—querida, ¿en donde esta tu esposo?–pregunto de forma burlona una de las cinco mujeres que tenía enfrente.

—no lo sé, dijo que me vería aquí.

—ay que raro–comento una rubia–¿cómo esposos no se supone que se cuentan todo?

—¿no has pensado en qué probablemente esté ocupado con alguien más?

—¿qué insinúas?–cuestione enojada.

—ay cariño, no tienes que hablar así, entiendo por que te dejo plantada.

—él no me...

—es casi media noche, y el hombre aún no se aparece.

—yo creo que el gran Bruce Wayne se aburrió de ti.

—soy su esposa, no un juguete del que se pueda aburrir.

—claro, créetelo cuánto quieras, pero, los hechos demuestran otras cosas, vámonos queridas, nuestros esposos nos llevarán a casa.

Todas dieron la media vuelta y se fueron, dejándome humillada y enojada. Llame a Alfred pidiéndole que me recogiera.

A los minutos apareció en la entrada del salón. Tuve que enfrentar a las preguntas de la prensa, fotos y gritos para poder entrar al maldito carro.

Normalmente Bruce al estar conmigo me ayudaba a mantenerlos alejados, y Alfred solo podía pedirles que me dejaran pasar.

Pero eso no quito que sus palabras calaran en mi.

"¿En donde esta su esposo?"
"¿La dejo plantada en la gala de recaudación?"
"¿Hay problemas con su matrimonio?"
"¿Van a divorciarse?"
"Hoy se le vio a Bruce Wayne solo en el hotel Ritz, ¿usted sabía algo de eso?"

One Shots Batfamily Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora