Ansu baila sin preocupación, junto con sara, moviéndose al ritmo de la música, mientras la canción retumba en el apartamento del primer mencionado, donde se dio la fiesta, solo dieron aviso a las personas cercanas, porque Pablo es alguien que es demasiado tímido, para estar rodeado de tanta gente.
Y algo desconfiado.
—Joder esto está buenísimo —Dijo Fati después de haber terminado de bailar la canción junto con su novia, bebiendo de nuevo su bebida que no entiende de que está hecho.
—¿De que es? —Pregunto su novia mirando el líquido azulado.
—No tengo idea, pero esta buenísimo — Respondió a la pregunta, mientras se da la vuelta levantando su mano, caminando y bailando a la misma vez yendo hacia el centro de su sala.
—Le ha hecho mal el alcohol, y solo ha bebido una gota —Comentó su novia divertida, admirando
—No esta acostumbrado, pero... ¿Donde coño consiguió esa bebida? — Pregunto desconcertado Pablo mirando de revuelo a Ansu que se mueve de un lado a otro.
—No lo se, quizás Javier fue quien le dio —Pablo le miro —Mi hermano también prepara bebidas de ese tipo es un bartender —Respondió, fulminado con la mirada a una tía que esta acercándose a su novio con coquetería, Ansu la ignora pero ella sigue de insistente.
—Eso es increíble —Murmuró, mordiéndose el labio inferior, al ver la expresión de su amiga, la cual no para de ver a la chica, si él fuese ella definitivamente evitaría enfrentarse a Sara.
—¿Que hay? —La voz de Javier se unió a los dos, bailando al ritmo de la canción que es una melodía lenta pero a vez con movimiento.
—Coge mi vaso, no puedo creer que le de igual a la zorra esa —Le pidió a Pablo quien obedecio, Javier le cogio del brazo a su hermana, antes que de un paso hacia adelante
—Recordad que sois una princesa, y las princesas se comportan, además, el tolay de Ansu no se entera de nada, mirad, no se ha dado cuenta que la tía se le está liando, la ignora más que mi novia cuando se enfada conmigo —Ella respiro hondo, Exhalado el aire que acumulo, tranquilizandose.
—Vale, tenéis razón —Le respondió ya con más tranquilidad, pero no le quito la mirada de encima a la tía, la cual no se ha percatado de la penetrante mirada de Lucía.
—No me jodas —Susurro Pablo, para si mismo, mirando como una pareja ya conocida para; él entra, Javier le escucho así que miro donde Gavi, dándose cuenta de la presencia de Pedro y Lucía.
—¿Le habéis invitado? —Pregunto Javier, no soporta a Pedro y peor a Lucía, pues aquella vez que le atendió, fue una tía demasiado pesada.
—No, ni de coña lo haría —Respondió Pablo, rascándose la sien un poco frustrado, girandose para que Pedri no le mire.
—Iré a ponerle un alto, a esa zorra... — Miro hacia un lado para ver a Pablo, sobresaltandose un poco al verle de espaldas, al estar tan centrada en su novio el cual baila sin preocupación y en esa chica que no respeta nada no se había dado cuenta en que momento fue que Pablo se giro —¿Pablito? —Le toco el hombro
No le respondió, pero no por descortés, fue para evitar que esos dos le escuchen.
—Se ha puesto así, porque mirad —Le Señaló con la cabeza, ella volteo a ver hacia la dirección que su hermano le dijo, enseguida su ceño se frunció al ver a Pedro y la tía desconocida.
—¿Quien fue el tonto que llamó a ese capullo mal hecho? —
—Sara —Javier se mordió el labio para no reírse de lo que ha dicho su hermana, pues lo dijo como cuan cría era.
Ambos rodaron los ojos, al ver que Lucía se acerca a ellos, Javier le hizo una señal a Sara, para que no haga alguna tontera, ella entendió, así que se mantuvo al margen, Lucía se acerco a ambos
—Hola —Saludo a los dos, aunque su vista se clavo más en Javier, quien ignoro esa mirada que casi se lo come.
—Hola —Le regreso el saludo de mala gana, Lucía no le volteo a ver, mirando tan fijamente a Javier.
—Que guapo que sois tío, ¿tenéis novia? —Pablo rodo los ojos, Lucía es la tía que no le desea a nadie como novia, aunque sea su peor enemigo.
—Si —Respondió anodino, Lucía bufo, esta vez miro a Pablo dándose cuenta de su presencia, sonrió maliciosamente.
—Así que también esta aquí el mejor amigo de mi novio —Pablo suspiro frustrado, creyó que se había salvado de las tonteras de Lucía, sin embargo no se dio la vuelta.
Algo que enfado a Lucía.
—Es su fiesta de cumpleaños, por supuesto que esta aquí, es por él que todos están celebrando alegremente — Le hizo Javier el favor de responder, Lucía sin embargo hizo como si no le hubiese escuchado.
—¿No tenéis modales para responder?, pero que pregunta hago, por supuesto que no los tenéis, sois un chaval que es un simple camarero, no entiendo como la universidad te acepto —Sara frunció el entrecejo, ese tono de voz no le agrado nada, así que decidió intervenir.
—Así que tú, sois Lucía, la pija que se cree superior a los demás —Lucía barrio con la mirada a Sara, quien le miro dominante, parándose derecha, frente a Pablo , y con los brazos cruzados, con el entrecejo contraído.
Paso saliva nerviosa.
—Si, ¿te importa? —Asintió
—Haz estado humillando a mi amigo, así que te tengo que poner en tu lugar, vale —Aunque tenga miedo, Lucía empezó a reír sarcásticamente — joder tía, tu risa parece una llena — Entonces se quedó callada.
—Cállate, ojos de mar... eh.. de mar feo —Sara se rió burlona mirándole a los ojos, la tía ni siquiera puede insultar bien.
—Ya, pero el color de mis ojos si son reales, pero —se acerco un poco más — Tus lentillas te están irritando los tuyos —La sonrisa de Lucía despareció, se dio la vuelta sacando de su bolso un pequeño espejo, para verse acomodándose las lentillas
Se la dio la vuelta al terminar, así enfrentar a Sara:
—Mis ojos son reales si tú, no podéis verlos es porque no sabéis de belleza verdadera —Sara negó, acercándose más a ella, ganándole por cuatro centímetros más a Lucía, lo que le hace ver más dominante.
—No sois nada inteligente tía —Siguió contradiciendole Sara —Sabéis que pasa, es que como sois la única hija, tus padres te han hecho creer durante años que mereces todo el mundo y que este gira alrededor tuyo, cuando no es así, nadie te soporta, por ende intentas llamar la atención con cosas de niñatos para tenerla, porque como nadie te soporta, no tenéis la atención que deseas — Le dijo, reconociendo enseguida quien es Lucía.
—Tonta —Murmuró, alejándose de ella, Sara sonrió satisfecha de que la tía se haya ido sin poder responderle bien
—Gracias —Se dio la vuelta, ahora incomodo por la presencia de la pareja, definitivamente el destino está encontra suya, no importa donde esté siempre la pareja se presenta.
—No las des, no me agrada la gente como ella, es tan insoportable —Pablo asintió, concordando con lo que dicho Sara.
Solo alguien como Pedri, soporta a Lucía, duda que alguien más lo haga, es una tía tan prejuiciosa, e irritable.
—Hola Pablo —La voz de Adal le hizo mirar hacia frente, encontrándose con el chico con una enorme sonrisa, la cual le miro tierno.
—Hola —Adal le extendió su mano, invitándole que la coja, Pablo sonrió mostrando sus dientes tan blancos y bonitos.
—Venga, ¿salimos al balcón? —Preguntó, Pablo asintió enseguida, pero recordó que no esta solo.
—¿Puedo? —Pregunto pidiéndole permiso a Javier y Sara, los cuales se miraron entre sí, y una sonrisa se les formó en los labios.
—No tenéis porqué pedir permiso, ve con este guapísimo chaval —Respondió Javier, dándole palmaditas en su espalda, empujándolo para que le de la mano, logrado su objetivo.
Adal le agradeció con la mirada, Javier negó con la cabeza, diciéndo así que no las de.
Se despidieron de los dos, y caminaron hacia el balcón, del segundo piso, encontrándose en el camino algunos chavales fuera de su cinco sentidos, también algunos que estaba follando, de seguro Ansu les dio permiso, de lo contrario, estarían ya fuera, por este mismo, Adal cuido de Pablo para que nadie se tropezara con él, y le echará alguna bronca innecesaria, después de unos minutos por fin respiración el aire puro de afuera.
Pablo apoyo su manos, en el barandal, observando la hermosa noche que hay, una noche llena de estrellas brillando en el cielo como a él le mola.
—Es hermosa la noche, ¿no? —
—Si —Respondió Pablo, aferrándose al barandal, parándose de puntillas intentando ver más de cerca las estrellas.
Llenando de ternura; Adal
—Recuerdo que de crío, siempre soñaba con convertirme en una estrella para acompañar la luna —Comentó tímido, Adal dejo de verle para observar el cielo
—Yo creo que ya lo sois, así que ya haz cumplido eso que tanto habéis soñado, también creo que eres más especial que una estrella que esta allá —Pablo le volteo a ver, con los mofletes rojizos, Adal al sentir su mirada también le volteo a ver
—¿Enserió? —
—Si, incluso más hermoso —Pablo enseguida piso el suelo, con los talones, empezando a sudar de las manos, no está acostumbrado a este tipo de elogios.
Le cuesta creer que alguien pueda, verle guapo, aunque mucha gente le ha dicho que lo es.
—Adal...
—Te estoy diciendo la verdad, nunca te mentiría, Yo... —Le cogio de la mano Pablo nervioso le miro, siente que le suda, pero en realidad no es así, Adal al sentir su mano, se quedó hipnotizado por lo suave que es.
Con su dedo pulgar acaricio el torso de su mano, Pablo pasó saliva nervioso, mirándole con ojitos temblorosos al momento en que Adal, conecto mirada con él.
—Pablo, sois muy hermoso, y por dentro aún más, tenéis tantas cosas tan chulas, que no puedo elegir cual de todas es mi favorita, porque me gusta todo absolutamente todo de ti — Confesó, Pablo se quedó sin palabras sin poder articular alguna.
Adal sonrió, soltó su mano delicadamente:
—¿Hay algo que desees ahora mismo? —Pregunto así cambiando de tema, para que Pablo no huya de él, Gavi después de unos segundos en procesar lo que ha dicho Adal.
Aclaro su garganta, soltando su mano, dandose vuelta, cogiendo un vaso que estaba sobre una mesilla que Ansu tiene de decoración.
—Me gustaría tener un cachorro, pero no puedo, en la residencia no me dejarían y no tengo mucho tiempo —Contó, dejando de darle vueltas a su bebida; de agua —así que eso es imposible —
—¿Que tipo de cachorro? —Pregunto interesado, Pablo lo pensó por unos segundos recordando, el nombre del perro:
—Pomerania —Respondió, desde pequeño le ha gustado ese tipo de perros, y no ha tenido la posibilidad de tener uno aunque su padres siempre le decían que sí podía.
Adal se dio la vuelta, miro por encima de su hombro a Pablo.
—¿Me esperas aquí?, ya vuelvo, por favor no te vayas —Le pidió, Pablo le miro confundido.
—¿A donde...
—No me tardó, vale, solo iré por algo, ¿esperas? —Pregunto, a lo que Pablo asintió, sin más opción.
Adal nuevamente se atrevió a besar su moflete, pirandose como la primera vez.
Pablo se le calentaron los mofletes de la vergüenza, Adal es un buen chaval, a pesar que le conoce solo por un corto de tiempo, él recordó su cumpleaños no como... Pedri
Con quien no ha hablado durante todo el día, además él tampoco ha tenido interés en buscarle, es tonto que se haya hecho ilusiones, que lo haría, teniendo en cuenta que Pedro está en su mundo; Lucía
Lo mejor es que ni piense en él, dejar las cosas como están, así cada quien sigue su camino, aunque eso le destruya.
—Que me da igual —Escucho decir a Pedro su voz algo cerca, se iría pero, le prometió adal, que le esperaría el tiempo que se tardaría, por lo cual se quedó allí mirando a la nada con una sonrisa de medio lado admirando la estrellada noche, ignorando la presencia de Pedro afuera.
Esperando a su pretendiente.
—¿Pablo? —Y su tranquilidad se ha ido, le miro por encima de su hombro dándole así su respuesta —Se puede saber, ¿por que coño no me haz hablado todo el día? —
—Joder tío, no tengo la obligación de estar al pendiente de ti —Respondió volviendo a mirar hacia el frente —Si queríais hablar conmigo, me hubieses marcado, no esperar que yo te buscará —Se encogió de hombros, Pedro le miro indignado
Se acerco a él, le cogio del hombro dándole la vuelta a la fuerza, Pablo jadeo por la presión que Pedro utilizó:
—¿Que te pasa Pablo? —Pregunto reclamando —De seguro que ese gilipollas te esta haciendo cambiar, porque este no es mi pequeñín —Le fulmino con la mirada, ya le había pedido que no le dijese así de nuevo.
Frunció el ceño cogiendo valor para responderle:
—Me reclamas como si yo he hecho algo malo, cuando lo único que hago es hacer más amigos...
—Y para que coño queréis más, nos tienes; Ansu y a mí —
—Madre mía Pedro —Se cogio el puente de su nariz, negando con la cabeza, no puede creer que de la boca de su mejor amigo, haya salido tales palabras —¿Que te pasa? —
—No, que te pasa a ti, desde la cena que tuvimos los cuatro, te estáis comportando extraño, es por ese gilipollas cuyo nombre no recuerdo, ¿verdad? —Pablo bufo, el enfado esta creciendo en su interior.
—Se llama Adal, y no es por él, tampoco estoy cambiado, solo que ya no me dejare de ti —Respondió frotándose las manos, para calmar la ansiedad que esta teniendo.
—¿Que mie...
—¿Por qué te estáis comportando de esta manera?, ¿por que cambiaste? — Pedro no respondió —Tú, no eras así, ¿donde quedó ese Pedro dulce? —
—No entiendo —Se hizo el desentendido, mirando hacia un lado, para que Pablo no siga mirandole con esa mirada interrogatoria —Eres tú quien ha cambiado —Respondió encogiendose de hombros
—Eso no es verdad, tío —
—Que si, además, ¿en que cambie? — Pregunto mirándole de nuevo, Pablo suspiro negando con la cabeza.
—¿No te das cuenta?, ¿o no queréis hacerlo? —Pregunto, con la esperanza que aunque sea Pedro capte sus gustos, pero este negó.
—No entiendo, explícate —Justo Lucía apareció, en su visión, así que mejor se quedó callado, así evita tener un problema.
—Amor, quiero hablar contigo —Murmuró bajito, para que Pablo escuche —De tu amiguete —Esta vez alzo un poco más la voz, Gavi logro escuchar y su ceño se frunció
—¿Que pasa? —
—Pablo me tiro un vaso de agua —Se quejo, fingiendo una voz chillona, tan irritante —Yo ni siquiera le dije nada y me tiro el agua —Pablo entreabrio la boca, mirándole con su ceño fruncido, Pedro volteo verle.
—Que te pasa Pablo, ¿por que habéis hecho eso? —Gavi le miro le indignado, ni siquiera le pregunto si realmente lo hizo.
—¿Que? —Lucía sonrió burlon, mirándole de arriba, abajo, luego volteo a ver a pedro.
—Te dejo amor, así hablan a solas con este —Le cogio del mentón a Pedro volteando su cabeza hacía a un lado, besando sus labios por unos segundos, Pablo apretó la mandíbula.
No Sentirse celoso, es lo que no puede.
Lucía se fue dejando a solas a los amigos, Pablo suspiro aliviado, al menos hablara a solas con Pedro.
Quizás sin ella, le permite explicarse.
—Dime, ¿por que mierda habéis hecho eso a mi novia? —Su brazos se cruzaron frunciendo más el entrecejo, Pablo imito su pose.
—Yo no hice nada —Le contesto defendiéndose de las falsas acusaciones que le hizo Lucía, pero Pedro no le creyó —Acaso, ¿no me conocéis? —
—la verdad no, no se ahora si realmente te conozco —Pablo sintió como una estaca se le clavo en su corazón hiriendo este.
—Pero que dices tío —Pedro se encogió de hombros —Explícate —
—Pablo haz cambiado como te dije no veo en ti el mismo Pablo de antes, y perdonad pero le creo más a mi novia que a ti —
—No puedo creer que seáis tan gilipollas, yo no le hice nada a ella, me conocéis...
—No, te estoy desconociendo, Pablo cambiaste, y perdón pero le creo más a Lucía, quizás tiene razón y sois un chaval que le gusta la poll...
Le cacheteo lo más fuerte que pudo, callando lo que diría, le miro con una ira en su ojos, una que nunca le había conocido.
—Vete a la mierda pedazo gilipollas — Se dio la vuelta y con pasos apresurados se alejó de él, mientras un nudo se le forma en su garganta, sintiendo su mano arder por el golpe que dio a Pedro.
Quien lo siguió, hasta alcanzarlo, a pesar que salio del apartamento y casi entrando al elevador, Pedro le cogio del brazo, dándole a vuelta bruscamente, estampado sus labios contra los suyos, dejando a Pablo estático, sin poder reaccionar, Pedro mueve sus labios encima suyo, tan torpemente, como si nunca hubiese besado, estrujando el brazo de su mejor "amigo", quien después de unos segundos le empujó con todas sus fuerzas empezando a llorar.
—¡Gilipollas! —Exclamó limpiándose los labios con su brazo, intentando borrar cada rastro que pedro dejó en ellos, mientras lágrimas empapan su mofletes, saboreando el sabor salado de estas —Te habéis olvidado de mi cumpleaños, vienes con tu novia, la cual me trata mal y te inventa una estupidez, le crees y me echas bronca, luego me besasteis como si nada, aléjate de mí, tú y yo ya no somos amigos —Se dio la vuelta alejándose de él, sin esperar alguna explicación.
Pedro le miro irse, sin poder racionar solamente mirando como su ex-mejor amigo, se aleja.
—Joder, que hice —Se reclamo así mismo, cubriéndose la cara con ambas manos y resoplando enfandoso consigo.
[]
Nuevamente Pedro le hizo darse cuenta que ha cambiado bastante, y que no tiene caso, seguir esperando algo que jamás sucederá en su vida, aunque lo haya besado, (como había soñado durante mucho tiempo), prefiere mejor alejarse antes que ser el juguete de Pedro, se limpio las lágrimas que no paraban en salir de su ojos, al escuchar el ruido de la puerta del dormitorio abrirse, le alertó y enseguida miró hacia la ventana ocultando su rostro.
Adal, entro, sin decir nada, abrazo a Pablo, porque sabe que algo le pasa, nadie le dijo pero no hay que ser un experto, para saber que esta pasando por un mal momento, además escucho sus hipidos antes de entrar, no pregunto porque se fue solamente lo abrazo, siendo correspondido por Gavi, este dejándose desahogar entre los brazos fuerte del madrileño, sin importarle que después tiene que darle una explicación.
Luego de unos minutos dejo de llorar, quedándose ambos en silencio, y Adal aunque le duele las piernas por el calambre que tiene porque ha estado de cuclillas durante mucho tiempo, sigue abrazándolo sin decirle nada esperando que Pablo diga algo.
—-Perdón por haber ido, te estaba esperando pero paso algo y...
—No pasa nada, entiendo, no me tenéis que dar explicaciones —Susurro acariciando su cabello despacio, Pablo suspiro aliviado
—Aún así acepta mis disculpas por favor —
—Vale las acepto, pero con la condición que te sientes derecho para darte mi regalo de cumpleaños — Pablo obedeció, se alejó del abrazo de Adal, y se sentó derecho, en el borde de la cama, Adal paso su dedos pulgares por su mofletes desde arriba hacia abajo, limpiando las pequeña gotas de lágrimas que le había quedado:
Pablo sonrió avergonzado, Adal también lo hizo, pero de ternura, dejo de limpiar los restos de lágrimas, y cogio la bolsa que había dejado en el suelo.
—No podemos tener un cachorro en la residencia y no te lo puedo dar si eso es así, pero lo que si puedo darte es, esto —Le entrego una bolsa la cual al cogerla Pablo, la sintió un poco pesada —Espero que te guste —Sin esperar un segundo más, cogio la caja que la bolsa tiene en su interior, y sus ojos se iluminaron al ver el empaque de la caja.
Como un crío pequeño, rompió la caja en dos, por la emoción tuvo fuerza para romperla, y abrirla, enseguida la sonrisa más sincera durante toda la noche, apareció en su labios al ver el felpa de un cachorro Pomerania.
—Ladra, come, pide que le deis cariñitos, hace todo lo que un perro real hace, no está vivo pero... es para que tengáis aunque sea algo parecido —Explicó, Pablo dejó el felpa con cuidado sobre su cama, se lanzó a los brazos de Adal.
Quien perdió el equilibrio y cayó hacia atrás con Pablo encima suyo, quien esta sacando sonidos de alegría, mientras no para de sonreír y darle las gracias.
Adal igual manera no para de sonreír, porque logro su objetivo de hacer feliz al chaval que le gusta.
—Estoy que flipo, joder es un regalo tan mono, gracias Adal, sois el mejor — tímidamente beso su moflete haciendo sonrojar ahora; Adal, quien se cubrió con su brazo derecho donde Pablo no tiene recostada su cabeza, avergonzado.
—Haré lo que sea para hacerte feliz Pablo, te lo prometo —Dijo sincero, abrazando la cintura del pequeño, quien empezó a latirle el corazón frenéticamente.
______________________________