Aunque le hubiese gustado salir con Adal, y distraerse con él, no pudo porque Felipe, le llamó con urgencia, para pedirle de favor que cubriera a un mesero, que se había enfermado y no podía ir, al escuchar que le pagaría el doble de horas, no dudo ni un segundo en aceptar, así que tuvo que disculparse con Adal, el cual entendió y quedaron para otro día, que Pablo pudiese.
Así que Gavi empezó su labor de trabajo, mientras cliente tras cliente, entraba al lugar, dándole más trabajo, pues solo son tres meseros que atienden, con Javier cuatro pero él se encarga de la caja registradora, en la cual también frecuente mucha gente, para llevar a casa sus pedidos, salados o dulces.
—Pablo —Le llamo Javier, Gavi le miro por encima del hombro, Javi le Agitó la mano de adelante y atrás, llamándole de esa manera, sin esperar fue donde él.
—¿Que pasa? —
—Tu amigo —Respondió un poco de mal humor —Te busca, esta allá —Señaló la parte trasera del vestidor — Le urge hablar contigo, según él —
—¿Te trato mal? —Pregunto preocupado, a lo que Javier negó, aunque si fue un poco grosero, prefiere mejor no decirle, no quiere que se disculpe por él.
—No, solo me pregunto por ti, y me pidió de favor que te dijera que fueras con él —Contestó, dándole su pedido a un señor.
—Gracias —Javier asintió sonriendole amablemente al desconocido, quien se fue con una bolsa en mano y una sonrisa dibujada.
—Gracias por decirme, ¿Puedo ir ? —
—Claro, por eso te llame, ve hablar con él, yo me encargo —Pablo asintió, le sonrió para luego irse casi corriendo al vestidor.
Espera que Pedro, no haya revisado las taquillas, ya que es un poco curioso, y le da igual revisar sin permiso alguno, entro casi cayéndose en el camino escuchando a fondo la carcajada burlona de Pedro, bufo acomodándose el gorrito.
—Joder tío, tenéis ojos, pero estáis ciego...
—No, es solo que no quería dejarte más tiempo, sólo, no quiero un desastre tuyo que tenga que arreglar después —Interrumpió, Pedro suspiro rodando los ojos, mirando de arriba a bajo; A Pablo.
—Te queda bien eso, aunque te marca mucho la cintura el mandil, ¿no te avergüenza? —Le miro desconcertado, sin entender muy bien del porqué su pregunta.
—¿Por qué? —
—Sois hombre, no hay porqué se te marque la cintura, es raro, incluso tenéis más cintura, que una tía —Se removió incomodo, pasando sus manos por la cobertura de su cintura, bajando la mirada, Pedro tiene razón.
Tiene razón, en que quizás tiene que sentirse avergonzado por tener una cintura tan pequeña, pero no es su culpa, así es su genética, tampoco era una inseguridad que tenía...
Hasta ahora que lo mencionó Pedro.
—Lo decía de coña, la verdad es que te queda bien todo el uniforme —Dijo, intentando deshacerse el incómodo momento que Pablo está sintiendo, pero no funcionó.
Lo hecho, hecho esta.
—S-si —Murmuró, alejando sus manos del mandil, elevo un poco más la mirada para verle —¿En que me necesitas? —
—Casi lo olvido, te necesito para comprarle un regalo a Lucía, mañana es su cumpleaños y tengo que comprarle algo especial, ¿me ayudas? —Enseguida se dio la vuelta, para ocultar sus ojos de dolor, no sabe si es por cosas del destino o no pero...
Vaya menudo destino:
Que le ha puesto la misma fecha de cumpleaños que Lucía.
Y lo peor Pedro se ha olvidado del suyo por:
Ella.
—¿Dije algo mal? —
—No, es solo que... se me ha metido algo en mi ojo —Contestó, cubriéndose el rostro con ambas manos, fingiendo con los dedos, que esta sacándose algo.
Aunque Pedro no le pueda ver.
Solo los movimientos extraños que hace con su manos.
—Vale, si queréis te lo saco —Dijo acercándose a pasos lentos, Pablo enseguida negó, dándose la vuelta tan rápido como pudo.
—No es necesario, ya me lo he sacado —Respondió, fingiendo que tira algo al suelo, Pedro asintió no muy convencido, prefiriendo no seguir preguntando.
—Entonces, ¿me ayudaras?, para elegir el regalo de mi novia —Pablo sin más opción, asintió aunque por dentro le quema los celos y la tristeza.
—Si —Respondió, fingiendo emoción por ello —Pero, ¿en que te puedo ayudar? —
—Pues... —Saco su móvil de su bolsillo, metiéndose en la página de comprar —Tengo cuatro opciones, puedo regalarle unos pendientes, gargantilla, manilla, o maquillaje, pero no se exactamente cual de las cuatro opciones, coger —Explicó Pablo miró las opciones, fijándose en el precio de estos.
Todo esta demasiado elevado de precio, entiende que Pedro es alguien que tiene los suficientes pavos, para comprar lo que desee, pero gasta demasiado por alguien como Lucía, la cual tiene sospecha que oculta algo, no puede fiarse de ella aunque lo intente.
La pantalla se puso negra, apagándose.
—coge, prende y revisas cual es más de tu agrado —Pablo recibió el móvil de mala gana, a veces siente, que Pedro le mira más como un asistente personal, que un mejor amigo.
Prendió el móvil, enseguida una petición de clave, apareció en la pantalla.
—Tiene clave —
—Es la fecha en que nos hicimos amigos; tres de enero del dos mil ocho —Contestó, Pablo le miro asombrado, todo este tiempo, creyó que Pedro se había olvidado el día exacto en que se hicieron amigos.
Su corazón de nuevo empezó a latir frenéticamente, mientras miraba con una sonrisa el móvil, y escribe la clave dicha por Pedro, al menos en estos pequeños detalles le hace sentir especial, la amargura, a causa que se haya olvidado de su cumpleaños desapareció, siendo reemplazada por una felicidad que invade todo su corazón.
—¿Cual te encanta? —Pregunto después de unos segundos, volviendo los cascos que cogio de una taquilla — Espero que es más lindo, para una princesa como Lucía —
En segundos su pequeña felicidad, se esfumo, dio un suspiro regresando el móvil a Pedro.
—Nada —Murmuró bajito, Pedro gasparreo
—No te escuche, ¿que? —
—Pedro, yo a ella no la conozco, el que es su novio, eres tú, no yo, así que no puedo decirte cual, si no conozco sus gustos —Respondió, dándose la vuelta para irse, pero Pedro le detuvo de la muñeca —Tengo que ir a trabajar —
—¿Por qué ese cambio de humor? —Interrogó, contrayendo sus cejas.
—Por nada, déjame ir, necesito ir a trabajar antes que Felipe se de cuenta que he dejado a los clientes —Pedro negó, apretando con más fuerza su muñeca, Pablo sacó un quejido de dolor.
—No, no hasta que me des una respuesta, me urge saber que comprar Pablo...
—Que no puedo decirte, hombre —Volvió a responder, con más firmeza — Yo no soy el novio, tú la conoces más, así que déjame ir a trabajar, no puedo ayudarte, entiende —Con fuerza, agitó su mano, liberándose del agarre de Pedro, caminando a paso apresurado hacia la salida.
—¡Pablo! —Llamó, yendo detrás suyo, pero Pablo no le hizo caso, yendo a atender a un nuevo cliente que acaba de ingresar —Pablo ven aquí —Exigió, pero gavi no le hizo caso.
Se paró frente al cliente con una sonrisa mientras le da la bienvenida, haciendo enfadar a Pedro
—Pablo...
Se giro hacia él, con el ceño fruncido, Pedro dio un paso hacia atrás.
—Perdón pero estoy trabajo no puedo atender tu "urgencia" —Dijo haciendo énfasis, mirándole con su ceño fruncido —Por favor Retírate si no necesitas de mi ayuda, para algo realmente importante —
Pedro pestañeo, mirando impresionando, Pablo solo usa ese tono de voz, cuando realmente está enfadado, y cuando es así, es mejor dejarle tranquilo hasta que se le pase.
—Vale, hablamos luego —Pablo no le respondió, se dio la vuelta de nuevo hacia el cliente, dejando aún más a Pedro perplejo por su actitud, sin embargo después de unos segundos:
Reaccionó dándose la vuelta para irse, dejando al fin a Pablo en paz.
—Perdón por eso, ¿que desea? —Pregunto, cogiendo la libreta del bolsillo de su mandil, junto con el bolígrafo.
—No pasa nada, solo quiero un café, con la mejor leche, y sin azúcar, por favor —Respondió, amablemente, mientras mira su móvil, revisando algunos pendientes que tiene.
—Vale, ya lo traigo —Este asintió, Pablo suspiro aliviado, pensó que el cliente se enfaderia , pero afortunadamente no fue así.
Camino hacia donde Javier, quien esta concentrado en apuntar algunas cosas en su cuadernillo.
—Un café con la mejor leche que tenemos, sin azúcar , por favor —Javier asintió, empezó a prepararlo mientras Pablo espera.
—¿Que quería tu amigo? —Pregunto, mirándole atento, sin dejar de lado su concentración en la preparación del café.
—Nada importante —Respondió desanimado, golpeando con su dedo índice la caja registradora, Javier terminó de preparar el café, volviendo donde Gavi.
—Ten, ya esta preparado —Le entrego con cuidado —Ve a entregarle, y vuelves para seguir con la charla —Asintió, cogio la taza de café caminando a unos pasos lentos hacia el cliente.
—¿Desea algo más? —Pregunto, colocando con delicadeza, la taza frente suyo, el señor negó, sin dejar de ver el móvil.
—No gracias —Respondió, cogiendo sin ver la taza de café llevándola a su boca.
—Vale —Se dio la vuelta y a pasos apresurados se acerco a Javier, no le vendría mal un consejo —He vuelto —
—Entonces, dime, ¿que te dijo ese capullo?, porque tu cara cambio cuando saliste del vestuario, así que no mintáis —Advirtió, Pablo antes de contestar, observo por todo el lugar, que nadie este necesitando de su servicio, al asegurarse que no hay nadie que lo necesite, volvió su mirada en Javier.
—Estoy pasando una situación complicada con Pedro, es algo que nadie sabe...
—Estáis enamorado de tu mejor amigo, pero no sabéis como decirle, lo que sentís, porque el temor de invade, ese temor al rechazo por ende estáis ocultando tus verdaderos sentimientos —Dijo con tanta seguridad y estando en lo correcto, Pablo entreabrio la boca, mirándole sin poder mover algun miembro de su cuerpo.
Javier sonrió divertido, ese silencio y actuar de Pablo, le confirma una vez más que es verdad, lo que ha dicho.
—Pablo, estoy en la facultad de psicología, he aprendido mucho de las expresiones, y puedo darme cuenta de lo que muchos piensan o cuando me mienten —Gavi sonrió impresionado, Javier rió bajito al ver que estaba procesando la información.
Quizás debió presentarse desde un principio, como Pablo lo hizo, pero en ese momento creyó que no sería importante decirle.
—Pablo —Chasqueo los dedos frente suyo, volviéndole a la realidad, Pablo chasqueo la lengua, mirándole a los ojos
—Por eso te diste cuenta sobre que yo tengo un amor secreto —Asintió, se quedó en silencio unos segundos, analizando la posibilidad de decirle o no, sobre su orientación y así pedirle un consejo.
—Cualquier cosa que deseas decidme, hazlo, quizás te podría ayudar —
—Gracias... vale, si, si hay algo que quiero decirte pero prométeme que no le dirás nada a nadie —
—Lo prometo —Afirmó, levanto su mano derecha —No le diré nada a nadie sobre lo que me dirás, es una promesa de amigo a amigo —Bajo su mano, dando así su promesa.
—Vale, yo... yo soy gay, y tengo un amor secreto por mi mejor amigo, su nombre es Pedro —Confesó bajando enseguida su cabeza, Javier le cogio la mano, calmando el tic que estaba teniendo con golpear con dedo en el mostrador.
—Me alegro que me lo hayas dicho, y no me importa cuales tus preferencias, o de quien estéis enamorado, me importa lo que tenéis aquí —Señaló con su dedo índice su pecho —Eres un chaval tan dulce y bondadoso que es lo único que me importa, ¿vale? —
—Vale —Respondió, Javier alejó su dedo, y Pablo levanto de nuevo su mirada, tan llena de libertad y con un peso menos sobre su hombros, decirle a alguien lo que es, fue lo que le hizo sentirse más liviano — gracias por aceptarme tal como soy —
Javier negó, no entiende porque la gente debe de importarle, las preferencias sexuales, si no le hacen daño a nadie, no debería de importarles, deberían de seguir sus vidas como si nada estuviese pasando, solo concentrándose en su vida propia y no en la vida ajena que no son de su incumbencia, es fácil juzgar incluso burlarse, pero no es fácil ayudar e intentar comprender.
—¿Queréis un consejo? —Pregunto, alejando su mano ahora de la mano, Pablo, Gavi asintió un poco tímido pero seguro de querer hacerlo
—Por favor —Llevo sus manos a su pecho, abrazándose así mismo, de una manera protectora, Javier le señaló con la mirada que entrara con él.
Algo que sin dudar, Pablo obedeció, se adentro donde Javier para tener más privacidad, se paró a su lado.
—¿Que hago con Pedro?, ¿le digo lo que siento? —
—¿Es hetero y tiene pareja? —Pregunto, parándose de lado para poder tener contacto visual, Pablo suspiro triste
—Si, si —Respondió a las dos preguntas, con tanto desánimo en su tono de voz, Javier le miro con pena.
Lo peor que alguien que pertenece a la comunidad, le puede pasar, es; enamorarse de su mejor amigo, que es hetero.
—Vale, tiene pareja, así que mi consejo es; no confeséis, si Pedro tiene pareja, es mejor que no lo hagáis, porque te lastimaras peor —Se mordió el labio inferior bajando la mirada, Javier tiene razón incluso es absurdo que haya preguntando algo lógico.
—Soy un tonto —
—No, no lo sois, mejor dime, ¿Pedro te trata bien? —No tiene porque preguntar algo que se ha dado cuenta con su propios ojos, pero es necesario que Pablo se lo diga.
Así saber que es lo que él piensa, que le traten mal, o si se da cuenta de que Pedro lo trata así, Gavi elevo la mirada conectando con Javier.
—Yo... Un poco, pero es un buen chico, además no siempre me trata mal —Contestó, Javier negó con la cabeza.
—No importa que sea tu mejor amigo, no tiene ningún derecho de tratarte mal o incluso con alguna grosería que a ti te incomoda, no debe decirte —
—¿p-por que? —
—Pablo, si te trata de esa manera siendo amigos, si algún día vosotros sois novios, la situación quizás será peor, porque sentirá más poder sobre ti, sentirá que te podrá controlar cuando se le apetezca, ¿comprendes? —
—No lo había pensando, pero quizás cambie su actitud yo...
—Pablo, es bonito amar pero es más bonito amarse y valorarse así mismo — Le dejo callado sin poder decir alguna palabra, no puede Contraatacar cuando tiene razón Javi.
El móvil de Gavi, empezó a retumbar en su bolsillo, lo cogio enseguida y el nombre de Pedro apareció en la pantalla, rechazo la llamada, necesita intentar no pensar mucho en Pedro y darle a entender que no siempre estará cuando él se le apetezca:
Si Javier le dio ese consejo, debo seguirlo porque se lo pidió.
Javier tiene razón, pero Pablo es débil, así que al recibir un audio por mensaje del canario, enseguida lo abrió para poder escuchar.
—Perdón pequeñín no fue
Mi intención lastimarte, solo
Quería de tu ayuda, porque tu
Opinión siempre es importante
Para mí, eres mi amuleto de la
Suerte, me das tanto y yo soy
Un gilipollas que no valora eso
Por favor perdóname, te quiero.
Una sonrisa sincera se le dibujo en los labios, el mote que le tiene, siempre será una debilidad para él cada vez que se lo diga, y peor cuando le dice; (Te quiero), es su máxima debilidad.
Javier se metió una hostia con la palma de su mano, en la frente, negando con la cabeza, alejándose de su sitio de trabajo, si sigue allí es capaz de jalarle la oreja a Pablo, por ser tan débil ante los encantos de Pedro, y caer fácilmente en la manipulación.
Gavi no se percato del alejamiento de Javier, por ende al recibir otro mensaje audio de Pedro, lo escucho pegándose el móvil al oído, así poder concentrarse en su voz; favorita.
—vamos a cenar, así me
Hablas de como es la residencia
Y tu compañero, y yo te hablo
De mi universidad, por fa
Acepta, quiero arreglar las
Cosas en vuestra relación de
Amigos.
Le respondió solamente con un, (Vale), odia que siempre le tenga que aclarar que es solo su amigo, al menos uso ese término y no el de hermanos.
—¿Pablo? —Gavi enseguida aguardo el móvil en su bolsillo, mirando enseguida a quien le volteo a ver, encontrándose con Adal, el cual le mira con esa sonrisa que ya es característica en él.
—Adal, hola, desea...
—¿Sois empleado de esta cafetería? — Preguntó, mirándole con una cierta ilusión, Pablo asintió tímido —Que guay, joder— Casi da saltos de alegría —eso es una noticia muy buena para mí —Esta vez le miro confundido.
—¿Por qué? —
—¿Conocéis a Felipe García?, el dueño de esta cafetería —
—Por supuesto, es mi jefe —Respondió, le iba a preguntar algo más pero la voz de Adal, se hizo presente de nuevo.
—Joder tío, él es mi padre, y el tuyo es Pablo Páez esposo de Belén Gavira, ¿verdad? —Pablo asintió, confundido aún más por la interrogación de Adal, el cual parece tan emocionado de haber descubierto quienes son su padres.
—Si...
—Ostras —Interrumpió alzando un poco la voz —Mi padre me quería presentar a su hijo, porque es el mejor amigo de tu padres, pero eso ya no será necesario porque acabo de conocerte, y que alivio que no sois de esos chavales pijos insoportables, que he tenido que conocer —
—¿Sois Adal García? —Aunque la pregunta fue tonta, solo quiere asegurarse y no confundirse de persona, aunque él ya se haya presentado.
—Si Pablo —Respondió en un tono algo divertido, Pablo se sonrojó de la vergüenza, claro que es él.
—Perdón, mis padres también me hablaron mucho de ti, pero yo también estaba indeciso en conocerte, pues creía que seríais un pijo como Lucía —Murmuró, el nombre de la chica, para si mismo, Adal por supuesto no logro escuchar.
—Creo que el destino se encargo de reunirnos, ahora que sé, que sois el Pablo que tanto me hablo mi padre, podremos conocernos mejor, ¿quedamos después de tu trabajo? —
Pablo le iba a decir que sí, pero recordó que, quedo con Pedro, le iba a responder con un; (No), pero Javier Intervino.
—Quedo con un amigo, pero creo que no le vendría nada mal, que salgan los tres juntos, claro si no os incomoda —Comentó Javier, mirando a los dos en algunos segundos, Pablo se mordió el labio inferior sin saber exactamente que responder.
Quizás sea buena idea invitarle, así conoce a Pedro, pero quizás también sea mala idea, porque Pedri es alguien celoso con él, aunque admite que eso le gusta, sin embargo no quiere hacerle pasar un mal momento a; Adal
—Dice que no hay problema, que podéis ir con ellos —Termino por decir Javier, conoce a Adal, y sabe que es un buen chaval así que confiara en él para cuidar a Pablo.
Gavi le fulmino con la mirada pues aún no tenía su respuesta totalmente decidida.
—Vale, entonces te espero —Pablo le volteo a ver, asintió, sonriendole nervioso.
Solo espera que esto no salga mal.
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