La noche la paso demasiado agitada, apenas durmió por comerse la cabeza por su mejor amigo, quisiera comprender a Pedro, y entenderlo, sin embargo, eso es lo menos puede hacer, aunque se esfuerce, desea que todo fuese más fácil así viviría más feliz.
—Si madre —Sigilosamente cogio un plato para no despertar a Pedro el cual se quedó dormido en el sofá, sin frazada y almohada, admite cuando lo vio por primera vez le dio pena, pero recordó lo que le dijo ayer y se le pasó.
—Cariño, por favor cuida tu alimentación, tus horas de dormir, ejercitate y no te sobrecargues tanto, ¿vale? —Pablo sonrió, invirtiendo un poco de cereal en el tazón, imaginándose como su madre debe estar moviéndose de un lado a otro, preparando el desayuno, mientras sostiene su móvil con el hombro e inclina su cabeza a un lado para no dejarle caer.
—Si madre, no preocupéis por mí, puedo cuidarme sólo —Respondió terminado de servirse la leche, con cuidado cogio el tazón caminando hacia el comedor para comer como la gente decente.
—Confío en ti cariño, pero no esta demás, recordarte —Pablo sonrió nostálgico, su madre es tan dulce que le hace falta tenerle a su lado en estos momentos —Pablo —Este reaccionó, aclaro su garganta antes de responder:
—Perdón, me distraje un momento — Respondió, jugando con el cereal —¿Como esta mi padre? —
—Trabajando, hace una hora que se ha ido —
—¿Tan temprano? —Pregunto desconcertado, ella asintió aunque no la pudiese ver
—Si, tiene trabajo que hacer, se le atraso un poco así que se fue temprano para cubrir las horas —
—Oh, madre, ¿Puedo preguntar algo? —
—Claro que si pequeño, dime —
—Tú me aceptarías si...
—¡Pablo! —Se cubrio el oído izquierdo al escuchar la repentina voz ronca y fuerte de Pedro retumbar en sus oídos, por lo cual Belén logró escuchar desde el otro lado.
—¿Esta contigo Pedro? —
—S-Si —Tartamudeo, se pego en el muslo por haberlo hecho, su madre rió al escucharle, sin embargo rápidamente aclaro su garganta para poder hablar.
—Podéis pasarle el móvil para hablar con él, por favor —Enseguida Obedeció le paso el móvil a su mejor amigo el cual lo recibió, bostezando y entrecerrado los ojos, por el sueño que se carga.
—Hola Belén —Saludo intentando fingir que no esta adormilado.
—Hola, Pedro, ¿como estáis?, ¿por que no me llamaste para darme la noticia que ya estáis en el país? —Pregunto, haciendo sonreír a pedro, casi lo está regañando con cariño.
—Bien, no te llame, porque creí que ya no teníais el mismo móvil —
—En eso habéis acertado, hace seis meses lo cambié, aunque aún así le hubieses pedido a Pablo que lo te diera —
—Perdón, no se me ocurrió —Volvió a responder, estirando su brazo izquierdo, levantando un poco su polera, la mirada de Pablo se clavo en ese pedazo de piel que dejaba expuesto a su vista, se nota que Pedro ha estado haciendo ejerció, su abdomen está trabajado:
Negó con la cabeza, desviando la mirada hacia otro lado, tiene que controlarse o de lo contrario se delatara por si sólo, mejor se concentro en comer su desayuno.
—Si, en Canadá, hace más frío, casi me muero allí, no soportaba salir, por mucho tiempo —Contó estirando ahora su pierna para quitar lo tenso que está
—Ya veo, sois muy friolento, no me imagino lo que habríais sufrido
residiendo allá —
—Pero eso no se compara, con el comportamiento que tuvo ayer Pablo — Se quejo, Gavi enseguida dejó de comer para verle con su ceja alzada
—¿Que hizo? —
—Belén, ayer me estaba echando a la calle cuando habia un frío que flipas — Contestó fingiendo una voz chillona y quejosa, logrando que Pablo le fulmine con la mirada.
—Hablaré con él después, no puede tratarte así —Demando seriamente, Pablo bufo, al escuchar a su madre, parece que quiere más a Pedro que él, siendo su propio hijo.
—Eso no lo es lo peor —
—¿No? —Pedro negó con la cabeza fingiendo toser, mientras se cubre la boca con la mano.
—Me dejo hablando sólo, y se fue a dormir a su cómoda cama, mientras yo sin opcion me tuve que dormir en el sofá, sin ninguna almohada o manta para cubrirme del frío —Estorno metiéndose en el papel de víctima, Belén negó con la cabeza enfadada por lo que le hizo Pablo.
—Esa no es la educación que le hemos dado, perdón Pedri, yo me encargo en hablar con él, ¿has pescado un resfriado? —Pregunto con clara preocupación, fue en ese momento que Pedro se sintió culpable por provocarle; Pero siguió con su drama
—Si Belén, y tengo que asistir a la universidad en dos días, se me hará más complicado —Nuevamente Fingió estornudar, y Belén suspiro decepcionada de su hijo.
—Hablaré con él, gracias por darme aviso Pedro —
—Vale, gracias a ti por tener tiempo para mí y escuchar mis quejas —Nuevamente Fingió toser, esta vez con más fuerza haciendo el intento que se escuche ronco, para que Belén capte que tiene la garganta dañada.
Logrando su objetivo porque Belén, bufo fuerte, mientras balbuceaba algunas cosas que apenas entendió pedro.
—Por favor dale el móvil a mi hijo, fue un placer hablar contigo, recordad en... venir a veros —Pedro asintió, se despidió de ella con una sonrisa y mandandole una beso, haciéndola reír pero de inmediato enfadarse cuando escucho la voz de Pablo.
El cual, mejor se levanto de su asiento para ir hablar con ella, en un lugar más privado, así no soportar las fastidias burlas que le estaba haciendo, Pedro con muecas y agitaciones de su manos.
—Lo se madre, perdonad —Se disculpo cerrando la puerta, Belén suspiro terminando de regañar a su hijo
—Vale, por favor Pablo, trata bien a Pedro, es un buen chaval quizás en algunas ocasiones si estrés...
—Me estáis dando la razón —Interrumpió riendo, de seguro que su madre se ha avergonzado al darse cuenta lo que iba a decir
—No, yo... vale quizás, solo ten un poco de paciencia, Pedro es un buen hombre, siempre le estaré agradecida que te ha cuidado desde que sois críos, te trata tan bien, que confío en él —
—Pero yo puedo cuidarme sólo, entiende eso madre, te quiero mucho pero por dejad de verme como un niño todavía — Ella asintió, Pablo se dejó caer en cama, tumbadose boca arriba
—Vale —La escucho menos sincera — Y por favor no hagáis bronca con Pedro, él es bueno —(Si supiese), pensó Pablo, siguieron hablando de distintos temas, hasta despedirse con un beso a distancia.
Después de diez minutos salió de su dormitorio, con la intención de acabar su cereal e irse a la cafetería para empezar su trabajo, pero justo se encontró con su tazón vacío, y un Pedro con la cucharilla en mano, enseguida su ceño se contrajo, empuñando sus manos, bufo lo más fuerte que pudo recibiendo la atención de Pedro, quien entendió que sucede.
—Perdonad pero tenía que comer algo —Pablo lo cogio de la polera, tomando por sorpresa a Pedro.
—Mi comida nadie la tiene que...
Lo solto al darse cuenta de la cercanía que tenía, se alejó enseguida a tropezones, un impulso que casi le hace perder la razón.
—¿Te he puesto nervioso? —
—No, es solo que...
—Pablo responde —La voz de Ansu le saco del apuro, enseguida se dio la vuelta, caminando apresurado para abrirle,
Pedro le miro sonriendo divertido, le encanta poner nervioso a Pablo.
—Hola, he venido con Sara, decidimos venir a verte para pasar el ra...
Su palabras se cortaron al ver a Pedro sentado en una silla del comedor, con los brazos cruzados, y con una mirada de pijo.
—¿No tenéis donde vivir? —Pregunto mirándole con seriedad, Pedro se encogió de hombros.
—Vivo en uno de los mejores apartamentos de España, ¿y tú? —Ansu apretó la mandíbula, se quedó callado —Tal como lo creía —
—¿Apetece zumo? —Pregunto mirándo a los novios los cuales asintieron, Pablo se dirigió a la cocina yendo por el zumo.
Dejando a solas a los tres:
—No comprendo como Pablo te soporta —
—Es que en esa cabeza tuya, no hay algo que te ayude a comprender las cosas —Se encogió de hombros, Ansu resoplo sentándose lado de su novia
—Y tú, sois un pijo pringado —
—Pero con una enorme cantidad de pasta en mi cuenta bancaria —Le miro de arriba, abajo, sonriendo burlon —No como tú, de seguro que Sara es quien te da tus gustos —
—No me rayes Pedro, o si no...
—¿Que?, ¿me darás de hostias? —Apretó la mandíbula —Soy más alto que tú, tengo más fuerza y tengo bien puestos los cojones para echarte la bronca y no tenerte miedo —
—Vete a la mierda —
—No puedo, porque tú y yo no nos soportamos —Respondió, Ansu casi se le marca una vena en su frente por en enfado, pero la mano de sara sobre la suya le tranquilizo un poco.
—Pedro —
—Dime linda —Sara estrujo con fuerza la mano de Ansu el cual un quejido de dolor salió de su boca.
—No tenéis respeto por nadie —Mascullo, Pedro sonrió —No entiendo quien fue el cruel que te hizo creer que eres un tío tan atractivo y chulo, que puede tener a cualquier en su pies, siendo una mentira —
—Es así, si tú estáis ciega por ese —Señaló con desprecio a Ansu, ofendiendo aún más a Sara que este mismo —No es mi problema que no podáis ver lo guapo que soy —
—Yo no estoy ciega, veo muy bien, por eso puede ver con claridad el tipo de tío que sois, y créeme no vales ni siquiera un poquito de lo que mi novio si vale como persona incluso en lo guapo —Pedro casi se cae hacia atrás, al mirarla con tanto enfado, Sara beso el moflete de su novio dándole seguridad.
Así mismo callando por completo a Pedro, sintiéndose de una cierta manera, humillado.
—Es zumo de naranja...
Al volver enseguida noto la tensión de los tres.
—Pablo gracias —Cogio el primer zumo de su alcance, Gavi suspiro negando con la cabeza, había preparado solamente para Sara y Ansu, se acerco a ellos con una sonrisa.
—Es zumo natural —Sara recibió, Pablo miró con pesar a Ansu, el cual se encogió de hombros
—No preocupéis, yo puedo ir a servirme, no como otros que les encanta que le den todo en la mano, como si fuesen príncipes, aunque no lo sean —Pedro capto la indirecta, haciéndole reír enseguida
—Por supuesto que no soy príncipe, porque soy un rey —Dijo cuando Ansu pasó a su lado, haciéndolo refunfuñar
—Le acompañó —Se levanto yendo detrás de su novio, así evita compartir espacio con Pedro, él cual cuando los dos desaparecieron de su vista, dejo el vaso sobre la mesa, levantándose
—Pedro no trates así a Ansu —
—Venga, solo es coña —Pablo negó, Pedro se sentó a su lado —Que si, en realidad me cae bien Ansu, como mi títere —Se encogió de hombros
—Ya —No le dio importancia, y mejor cogio el primer libro a su alcance que estaba sobre la mesilla.
—Pensé que ya no leías —
—Lo hago, es mi pasatiempo favorito, aunque leo una vez o dos veces a la semana —Respondió, abriendo el libro mientras siente la mirada de Pedro encima suyo.
—¿Tenéis alguna historia interesante sobre los libros? —Pablo asintió emocionado, por primera vez Pedro muestra interés en algo que a él le gusta.
—Si, hay una historia romántica —
—Decidme —Pablo asintió, respiro hondo para poder hablar y decir lo siguiente:
—En 1972 se celebró en Europa, el año internacional del libro, las librerías estuvieron abiertas pasadas las diez de la noche, y en todas las tiendas había mucha gente mirando y comprando libros de todas clases — Pedro dejo de lado su móvil para ponerle atención —En Francia donde se acostumbraba a clasificarse como; el pueblo más inteligente de la tierra se puso en práctica una iniciativa —
—¿Cual? —
—Todas las parejas que se cansaron ese año, lleno de libros variados, recibieron un espléndido regalo especial —Pedro le brillaron los ojos al imaginarse que podría ser
—¿Que fue? —Pregunto acercándose más para escucharle, con claridad, Pablo se removió un poquito pero no se alejó.
—Un equipaje lleno de libros muy variados —Entonces Pedro volvió a su postura inicial, gasparreando decepcionado por pensar que diría joyas muy costosas —Lo dieron así, por los distintos y raros gustos que tuviesen las parejas literarios recién casados, así ellos encontrarán algo que les gustase, fue algo muy romántico a mi parecer —Comentó haciendo reír un poco a Pedro.
—Pablo, fueron libros que les regalaron, no joyas o algo sumamente de valor, ¿que tiene de romántico eso? —
—Yo... para mí si, a mí me encantan los libros, además algunos esposos, le regalaron un libro romántico a su esposa, como demostración del amor puro que sentían por ella —Pedro se levanto negando con la cabeza, carcajeandose un poco —¿Por qué te ríes? —
—Perdón pero me parece tan estúpido, regalarar libros, cuando se pudo regalar algo de valor de verdad — El animo de Pablo enseguida bajo la cabeza, suspirando triste.
—Si... quizás tenéis razón —A tiempo volvieron Ansu y Sara, esta última logró escuchar lo que Pedro dijo, cabreandose rápidamente.
No entiende como Pablo le soporta, quizás; si:
Esta enamorado y no puede darse cuenta que Pedro solo es alguien que no comprende su sentimientos y solo le lastima con su palabras "pasivas", Pedro al verles regreso a su asiento y Pablo aclaro su garganta para poder hablar.
—Gracias por el zumo Pablo, esta delicioso —Dijo sara, haciéndole sonreír, tal como quería
—No las des —Ella asintió se sentó a su lado mientras ansu opto por sentarse en un sofá individual.
Pablo dejó lado el libro para ya no sentirse mal, al recordar las palabras de Pedro, solo espera que algún día pueda olvidarle aunque en el fondo de su corazón, sabe que eso nunca pasará.
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