Estar preparándote para bañarte, sin embargo, te estaba costando quitarte el sostén y ya estabas harta, así que dejando la toalla en el baño fuiste con Damián en ropa interior.
—Dami, ¿me ayudas?–le diste la señalando el broche.
—claro.
A pesar del tiempo que llevaban juntos aún te ponía nerviosa cuando el hombre se te acercaba tanto.
Su mano con facilidad liberó el broche, tus manos sostenían la prenda contra tu pecho.
—gracias Damián.
Con la intención de salir corriendo al baño, diste un paso, y eso fue todo lo que hiciste pues Damián tomo tu cintura jalándote hacia atrás, chocando con su cuerpo.
—ay no–susurraste–Damián, voy a bañarme.
—¿para qué?–susurró mientras su boca se acercaba a tu hombro, y con los dientes bajaba el tirante del sostén.
—pues...por qué eso hace la gente.
—¿para que si ahora mismo voy a ensuciarte, nena?
Tragando en seco te quedaste quieta, su mano bajo el otro tirante.
—déjalo caer–negaste ligeramente–déjalo caer o te lo arrancare.
—es mi favorito–reprochaste.
—entonces déjalo caer.
Nerviosamente lo soltaste hasta que este cayó al suelo, Damián suspiró complacido, y sus manos subieron de tu cintura a tus pechos masajeándolos suavemente.
—no se por qué usas sostén, mira las marcas que te deja.
—se ven bonitos–dijiste entrecortada pues sus dedos acariciaban tus pezones.
Damián si que había aprendido como y de qué forma tocarte.
—te ves mejor sin ellos.
—Damián...me quiero bañar.
Una de sus manos descendió por tu cuerpo hasta cubrir tu intimidad con su mano. Masajeando de manera circular y lenta donde te gustaba.
—espera...Damián...
—que bonita te ves así, pero tienes razón–abruptamente se alejo de ti, te diste la vuelta mirándolo confundida–ve a bañarte, ayer te vi con las mismas bragas, que sucia eres.
Enojada tomaste el sostén del piso y se lo lanzaste a la cara, enojándote aún más cuando lo viste reír.
—eres un idiota.
Tapando tu pecho con los brazos te fuiste hacia el baño hirviendo de la rabia y de calentura.