—Será mejor que no finjas estar dormido —advertí, volteándome en la cama después de dejar la bolsa de comida que llevaba sobre el buró. Damon resopló, tirando de las cobijas sobre su rostro. Estaba aquí porque lo último que quería era volver con Jaden.
—No tenías que venir. Vas a atrasarte en la escuela — murmuró con evidente cansancio. Se encontraba mejor, pero no significa que bien.
—Sky me dijo que estabas enfermo. ¿Qué sucedió? —obviamente lo sabía, pero esperaba que me lo dijera él mismo.
—Solo fue una gripe leve —«no es capaz de mirarme»—. Ya estoy mejor.
Ambos sabemos que no se refiere al resfriado.
—¿Y esto? —agarré el cuadro en el buró con el cristal roto, que claramente alguien había estrellado. La imagen de Ethan apenas era visible a través del vidrio roto.
—Se me cayó —contestó con simpleza.
Mentira.
—¿No vas a preguntar por Ellie?
—¿Para qué? Ya sé la respuesta —se volteó del otro lado, dándome la espalda—. Y estará mejor conmigo lejos.
—¿Y cómo lo sabes?
—Porque ella me lo dijo —se sentó y su barbilla apuntó en mi dirección—. Además, ¿tú qué sabes? —masculló entre dientes. Me reí.
—Bueno, no es como si la conociera mucho antes que tú —hablé con claro sarcasmo—. O que haya sido mi mejor amiga.
—Ya entendí, no te hagas el gracioso.
—¿Celoso? Tuviste la oportunidad de acercarte a ella antes...y nunca lo hiciste.
Damon se encogió de hombros—. Era porque en ese momento...no me interesaba.
Pensé en cómo Ellie estuvo interesada en él desde el principio, incluso antes de conocerlo; su sola mención la atrajo. Aunque fuera por pura curiosidad, siempre hubo interés por su parte. Pero ¿qué sentía Damon?
Me importaba lo que estaba pasando, pero también cómo estaba afectando a Ellie. No podía medir quién de los dos estaba sufriendo más porque sería subestimar los sentimientos de los demás. Sabía que Damon aún podía soportar más, pero no estaba seguro de si Ellie podría. Jamás la vi tan destrozada desde la muerte de sus padres y su hermano. Temía que pudiera querer terminar con su vida...
Me acomodé en mi lugar y miré fijamente a Damon, con el ceño fruncido.
—Damon, deberías aprender a diferenciar si Ellie te importa por Ethan o por ella.
—¿También piensas que la veo como un reemplazo? —pareció herido.
Moví la cabeza de lado a lado.
—Solo no quiero que la lastimes más.
—Aún no lo sé —inclinó la mirada—, pero sí sé que quiero darle el final que merece.
—¿Y tú qué crees que merece?
—Eso ya lo sabes.
—De hecho no. Tengo claro que ella merece a alguien que la ame, ¿pero ese no eres tú?
—Soy yo el que no la merece.
—Que no puedas amarla de la misma manera que ella lo hace no significa que tú merezcas menos.
Alguna vez vi a Damon amar a alguien, y también lo vi sonreír tantas veces con Ellie, pero el ser feliz con alguien no es sinónimo de amor.
—Bueno, ¿y tú qué sabes? Solo eres un niño —murmuró.
Me reí.
—¿Acaso olvidas que eras igual o más inexperto que yo? Fue Ethan quien te ayudó a estar con Sky.
Damon frunció el ceño, claramente ofendido, y por un momento pareció el Damon de aquel entonces; con expresiones exageradas y evidentes, caras que rozaban lo ridículo, pero así era él. Creía que en el fondo aún conservaba algo de su antiguo yo.
[...]
Al salir del cuarto, revisé mi celular y vi varias llamadas perdidas de Jaden. Decidí escuchar los mensajes de voz.
"Dam, ¿dónde estás? ¿Todo bien? ¿Ocurrió algo con Damon o...por qué no volviste?"
"Nuecesita, estoy preocupado. Solo quiero saber dónde estás."
"Llámame cuando escuches esto, ¿si?"
—Tengo que ir a la escuela.
Al bajar las escaleras, me topé con Elai.
—¿Aun no sale? —preguntó.
—No creo que lo haga en un rato. La última vez se escondió en su habitación por días —comenté.
Elai se pasó una mano por el pelo, suspirando.
—No quiero que suceda lo de años atrás.
—Está bien, esta vez estamos juntos —intenté sonreír y él me devolvió la sonrisa.
—¿Ya te vas? —preguntó al pasar a su lado. Buscaba cualquier excusa que me hiciera quedarme.
—Sí, hoy iniciaron las clases —incliné la cabeza—. Debe ser un revuelo en la escuela con todo esto. Ellie debe estar pasándola mal.
—Está bien, nos vemos pronto.
Asentí y caminé a la entrada.
—Y Damián. Cuídate.
[...]
En la escuela, no pude mirar a Ellie, pero otros sí lo hicieron. Todos susurraban sobre lo sucedido al verla pasar; algunos le mostraban apoyo y otros simplemente disfrutaban del espectáculo. Ella terminó alejándose de todos. Seguirla habría sido algo estúpido.
—Oye, ¿Damon Lerman es tu hermano? —escuché una voz detrás de mí.
Me giré, dejado por la ira.
—¿Y a tu qué te importa?—una presencia oscura surgió tras de mí. Los ojos de Jaden brillaban intensamente, luciendo aterradores.
—N-no hablaba contigo —logró articular el chico.
—Pues todo lo que quieras con él, tendrás que verlo antes conmigo.
El chico tragó saliva sin apartar la mirada de Jaden. Decidí que lo mejor era irme; él me siguió, agarrándome de los hombros hasta que me solté y me aparté.
Entramos a la habitación y él cerró la puerta tras de sí.
—¿Dónde estabas cuando la policía se llevó a Damon? —cuestioné, sonando demandante.
—Tuve que volver a mi casa.
No parecía que estuviera mintiendo, pero tampoco que dijera toda la verdad.
—Angel —mencioné y él se paralizó—. ¿Él está ahí?
—¿Qué?
—¿O por qué evitas ir a casa? ¿No se suponía que él se había ido de la ciudad? ¿Por qué...de pronto hay tantos huecos argumentales en esa historia?
—¿Qué quieres que te diga?, ¿que en realidad no lo sé? ¿Que estoy tan desesperado como tú porque no sé qué está pasando?
—¿Así que estás confundido?
Él pestañeó.
—¿De qué...
—¿Cómo estás tan seguro que realmente te gusto? Nunca viste nada especial en mí durante años.
—¿Eso qué tiene que ver? Y claro que eras especial, si no no habría querido ser tu amigo.
—Pero nunca como ahora. Y luego con Anne, llevaban mucho tiempo juntos, ¿y de la noche a la mañana ya no quieres estar con ella? ¿Qué sucede contigo?
—¿Estás molesto porque terminé con ella?
—No sé, tal vez, porque el Jaden que conozco no habría hecho algo como eso.
Él puso una mano en su cadera.
—¿Por qué insistes con eso? Si tanto lo querías, no lo hubieras dejado ir aquel día.
Apreté la mandíbula.
—¿Por eso cambiaste tanto? ¿Debido a eso?
Él se quedó callado, y al no escuchar otra palabra más, decidí salir.
Solo estaba huyendo, pero en este punto no sabía qué más hacer.
Caminé por las solitarias calles de la ciudad, observando las luces de los edificios a lo lejos. Me sentía perdido en un lugar que se suponía conocía a la perfección.
No tenía con quién hablar.
Me había quedado solo.
De nuevo.
Y todo era mi culpa.
De nuevo.
—¿Vas a comerte todo eso? —Jaden se rió.
—¿Qué tiene?
—Nada. ¡Angel! —gritó—. Trae más, por favor.
Él apoyó la mejilla en su mano mientras me observaba.
—Mmm, empiezo a pensar que solo vienes a mi casa por mi hermano.
Negué con la cabeza.
—Por la comida de tu hermano —aclaré.
—Es lo mismo. Oye —se acercó, esbozando una sonrisa.
—¿Qué? —lo miré molesto por interrumpir mi comida.
—¿Sabías que tiene novia? Te lo están robando —bromeó con un guiño.
Mis ojos se dirigieron a su figura, de espaldas desde la cocina.
—¿Y a mí qué me importa? Ya te dije que no me gusta.
—Aww, pero sería genial. ¿Te imaginas? Ya seríamos familia.
—¿Entonces, ¿por qué tú no te casas con Elai? Siempre está lamentándose porque no tiene a nadie.
Jaden soltó una carcajada.
—De ninguna manera. No es mi estilo mezclar trabajo y amor.
Me reí entre dientes.
—Eres un idiota.
Al regresar a la habitación por la noche, lamenté haberle dicho esas cosas a Jaden y consideré disculparme, pero al abrir la puerta, él no se encontraba ahí.
Suspiré el aire frío de la gélida noche. Me recosté en la cama y cerré los ojos, intentando no pensar en nada más, pero el silencio fue interrumpido por un teléfono que comenzó a vibrar, sin embargo al mirar, no vi de dónde provenía. No podía ser de Jaden, ya que él se había llevado el suyo. Al buscar de dónde provenía el sonido, di con un cajón en el escritorio, pero al intentar abrirlo este estaba cerrado. Forcejeé, pero no dio resultados.
Mi curiosidad pudo más conmigo y registré el cajón hasta que encontré con qué abrirlo. Fui por la herramienta para romper donde debería ir la llave, ¿pues quién escondería un celular en un cajón? Saqué el teléfono y deslicé la pantalla principal.
El nombre del contacto estaba registrado con asteriscos.
Marqué de nuevo y luego de dos tonos atendió.
—¿Angel?
Se cerró mi garganta.
Colgué inmediatamente.
—¿Por qué... —respiré jadeante—. ¿Por qué Jaden tendría el teléfono de Angel...
Era obvio que esa no era la pregunta correcta.
Más bien, Angel tenía el teléfono de Jaden.
[...]
—Necesitamos hablar —entré al cuarto y ella se frotó el ojo adormilada, encendiendo la luz.
—¿Cuál es tu urgencia por despertarme a esta ahora? Espero que sea por buenas razones.
—No estoy seguro, pero para ti podría serlo.
—¿Qué? Vaya, esto se pone interesante —se acomodó en la cama, pero antes miré tras de mí, a la cama de Ellie.
—Ella no está. Se quedó en su casa —dijo—. No ha vuelto desde su cumpleaños.
—Muy bien. Igual no creo que sea algo que ella tenga que oír. Ya tiene suficiente con lo de Damon.
—No creo que sea algo que ella deba escuchar. Ya tiene suficiente con lo de Damon.
—Creo que sé por qué Jaden terminó contigo.
Anne alzó una ceja.
—¿Ahora haces bromas, o te burlas de mí?
—No. Sé que no tenemos razones para llevarnos bien, pero mencionaste algo sobre que el mismo chico que te gusta, no es el mismo que a mí, ¿y qué tal si en verdad no lo es? Y es obvio que aún lo quieres, ¿así que no te gustaría volver con él?
—¿Qué...? Eso es lo más raro que me ha dicho el actual novio de un ex. ¿Te aburriste ya de él y quieres devolvérmelo? Porque te digo que no acepto sobras.
—No es lo que quiero decir. Creo que Jaden no terminó contigo porque quisiera estar conmigo. Sospecho que no es él mismo desde hace unas semanas.
Ella se inclinó hacia adelante, intrigada.
—Tal vez estamos hablando de dos personas diferentes.
—Woah, woah —se echó para atrás—. Eso sí que no tiene sentido, ¿o sí? —hizo una mueca.
—No lo sé, pero quien quiera que sea, estoy seguro de que no es él. Lo conozco. Él no es...
—El Jaden del que te enamoraste —terminó ella por mí.
Luego suspiró pesadamente.
—¿Espiar a mi ex novio? No sé si es algo que habría hecho antes, pero bien. Dime qué hacer.
—Necesito que los distraigas. Llévalo a alguna parte mientras yo voy a su casa.
—Creí que se quedaba en un hotel.
—O es lo que dice. No puedo confiar en él ahora.
[...]
—¿Estás lista?
—Sí. Jaden y yo nos dirigimos a la tienda de costura.
—¿Costura? ¿qué hacen ahí?
—Ahg, le dije que me ayudara a escoger unas telas para mi abuela. Oh, entramos. Te llamo cuando salgamos.
Odiaba tener que parecer un delincuente de nuevo, pero no tenía otra forma de entrar que no fuera la ventana.
Inspeccioné el lugar, y nada parecía fuera de lo normal, pero la sensación acogedora que había sentido antes ya no estaba. Subí a la planta de arriba y las habitaciones estaban cerradas con llave, así que sin mucho éxito me dispuse a salir y pensé que había sido una tontería venir aquí y romper la ventana en vano.
Estaba por pasar la otra pierna por el marco cuando me pareció escuchar un ruido. Presté más atención, y el sonido era más constante, como si hubiera alguien.
Identifiqué de dónde provenía el sonido y al llegar a la escalera que llevaba al sótano, me detuve. El ruido seguía sonando. Bajé cuidadosamente y los escalones chirriaban. Acerqué la mano a pomo, controlando mi pulso tembloroso y la luz comenzó a abrirse paso en la oscura habitación, llegando a una parte del cuarto en donde lo que parecían ser unas piernas arrodilladas. Separé los labios y contuve la respiración al ver levantarse con pesadez esos párpados, que parecían ver borroso.
—¿Ya llegaste, idiota? —la voz débil se alzó, sonando ronca y rasposa—. Tengo sed.
Emití un chillido silencioso, sin querer ser escuchado. Percibí un metal golpeando y cuando dirigí mi vista a las paredes, vi una cadena.
—Si solo vas a quedarte ahí mirando, mejor vete.
Me llevé una mano al pecho y di un paso. Sus ojos se abrieron inmensamente al verme y se tornaron cristalinos.
—¿Da-Damián? —pronunció como si verme fuera lo mejor que le había pasado—. Amigo, ¿qué...
—¿Él te hizo esto? —pregunté, pero más para mí mismo.
—Dios, te extrañé tanto —un flujo de lágrimas comenzó a correr por sus mejillas—. Me alegra que seas tú.
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Ya se viene, ya se viene, ya se viene!!!
Al fin Damian descubrió la verdad 😩
No estoy segura de haber manejado esto bien, pero cuéntenme si les gustó cómo lo descubrió
No sé para cuándo el próximo capítulo, pero espero que pronto