...
Algo no estaba bien.
Dick abrió los ojos lentamente y se dio vuelta en la cama, escuchando los sonidos de Metrópolis despertando. Se desenredó de sus mantas y se sentó lentamente, parpadeando para despejar el cansancio de la misión de la noche anterior.
La luz del sol brillaba a través de las persianas de su ventana, y se levantó de la cama, tropezando hacia su cómoda para ponerse su ropa de entrenamiento como lo hacía todas las mañanas.
Algo todavía no estaba bien...
Sus sentidos de asesino hormigueaban y, a pesar del comienzo normal del día, no podía evitar la sensación de que algo iba a suceder... simplemente no sabía qué era todavía.
Completamente despierto ahora, Dick tomó su katana del pequeño escritorio en la esquina de su habitación y abrió la puerta con cuidado, con todos los músculos tensos y preparándose para saltar hacia atrás en caso de que se produjera un ataque.
Nada.
El pasillo frente a su puerta estaba completamente vacío, lo cual era extrañamente completamente normal. Sólo tenían unos pocos guardias de seguridad, y estaban en el último piso del edificio Lexcorp junto a la oficina de Lex. La oficina de Dick estaba sólo a mitad de camino.
Salió vacilante de su habitación y caminó por el pasillo. Ningún monstruo saltó hacia él, Superman no atravesó la pared, ningún extraterrestre lo succionó y lo disparó al espacio. Llegó al ascensor y se dispuso a presionar el botón de subida , pero de repente sintió una punzada de incertidumbre. No sabía en qué podía confiar ahora.
Sus instintos asesinos nunca habían fallado.
Fue hasta las escaleras y empezó a subir. En realidad, no fue gran cosa. Parte de su… cuál fue la palabra que usó Slade… condicionamiento , era subir y bajar del rascacielos dos veces cada mañana. Ya estaba bastante acostumbrado a ello.
Subió unos veinte pisos (apenas diez desde arriba) cuando sus instintos se activaron una vez más, y disminuyó la velocidad, preparando su espada. Al pasar por una puerta, un pequeño sonido llamó su atención, se dio la vuelta y atravesó la puerta sin dudarlo un segundo. La escena que vio ante él fue todo menos agradable.
Uno de los guardias, Dick recordó que se llamaba Greg, yacía en el suelo con la garganta cortada. La sangre se acumuló a su alrededor en un furioso charco rojo que casi con certeza mancharía el piso a menos que se reemplazaran las baldosas. Dick inmediatamente se arrodilló junto al hombre y su mano fue automáticamente al cuello de Greg para encontrarle el pulso, aunque sabía que era inútil.
El hombre estaba definitivamente muerto.
Dick se levantó y entrecerró los ojos. Alguien había matado silenciosa y fácilmente a este guardia como si no fuera nada. Ni siquiera Slade hizo eso, incluso cuando estaba extremadamente enojado. Los guardias de Luthor fueron elegidos personalmente por el propio Lex (nada más que lo mejor para el archienemigo de Superman, diría él) y normalmente estaban bien entrenados, al menos a los ojos de Dick. Eran extremadamente leales a la causa de Lex. Para que uno sea eliminado tan sutilmente...
De repente sus ojos se abrieron y corrió hacia las escaleras de nuevo, abandonando su cautela por la velocidad. No se encontraría con ningún asesino en las escaleras, porque ahora sabía dónde estaban todos...
Iban por Luthor.
Su adrenalina fluía por sus venas y su corazón latía más rápido anticipando la pelea. La katana estaba sostenida en una posición preparada a su lado.
Salió de la escalera a tres pisos de la oficina de Lex, los sonidos de una pelea lo llevaron hacia la puerta. Tuvo medio segundo para reaccionar. El mundo se ralentizó mientras sus ojos giraban alrededor, frenéticos por comprender todo antes de que fuera demasiado tarde.
Por suerte Deathstroke lo había entrenado para cosas como esta.
Lo primero que vio fue al asesino. Vestido completamente de negro, con una pistola atada al muslo y una daga plateada en la mano. Lo segundo que vio fue a un guardia al lado del asesino, con los ojos abriéndose cómicamente lento mientras el cuchillo del asesino alcanzaba su garganta. Lo tercero que vio fue a otro guardia en el suelo, con la garganta cortada igual que el que había encontrado unos pisos más abajo. No le importaba identificarlo, pero explicaba por qué había escuchado este ataque. El primer guardia había sido derribado primero, dándole al segundo tiempo para reaccionar antes de correr la misma suerte.
Todavía podría hacerlo, si Dick no pudiera reaccionar lo suficientemente rápido.
Dick metió la mano en el cinturón que llevaba consigo en todo momento, sacó un puñado de shruikens y los lanzó sin pensarlo dos veces.
La palabra se aceleró de nuevo.
Sus estrellas arrojadizas dieron en el blanco a la perfección, tal como él sabía que lo harían. Uno se adelantó para desarmar al asesino justo antes de que pudiera asestar el golpe dirigido al guardia, y otros dos lo golpearon en el estómago y el pecho. El último se alojó en el cuello del intruso.
Cayó al suelo, muerto.
El guardia pareció sorprendido, se volvió lentamente para encontrarse con su salvador y jadeó cuando vio a Dick.
"¿Renegade?" dijo, y Dick asintió. Los guardias no sabían su verdadero nombre, pero sí sabían de su alter ego.
"Ve a hacer sonar las alarmas", ordenó Dick, enderezándose desde la posición de lucha en la que se encontraba y entrecerrando los ojos. "Podría haber más".
El hombre asustado se alejó corriendo, y antes de que Dick pudiera decidir qué hacer a continuación se escuchó el sonido de una explosión sobre él, y el edificio tembló, un trozo de yeso cayó del techo frente a él. Dick tropezó por un segundo, pero rápidamente recuperó el equilibrio.
"Está bien, entonces", murmuró para sí mismo. " Definitivamente hay más". Corrió hasta el siguiente piso y se quedó helado al verlo.
Mercy estaba tirada en el suelo, luchando por levantarse. Al principio no entendía por qué ella no podía, pero chispas volaron desde su cuerpo mecánico e inclinó la cabeza para ver que sus piernas habían sido completamente arrancadas.
Al otro lado de la habitación estaba Slade, enfrascado en una danza mortal con cuatro asesinos. Estaban bien entrenados, pero a Dick le parecía que no durarían mucho más. Cortaron y saltaron hacia Deathstroke con determinación, pero el mercenario esquivó sus ataques sin esfuerzo y contraatacó agitando los puños.
Dick escaneó la habitación, buscando a Luthor. El genio no estaba a la vista y Dick supuso que se había retirado a su oficina.
De repente, uno de los asesinos interrumpió la pelea con Slade y corrió hacia las escaleras. Deathstroke lo vio irse y por un segundo lo persiguió, pero los otros tres invasores presionaron su ataque y lo obligaron a retroceder. Ahora sólo servían para distraer a Slade, para asegurarse de que no pudiera interferir, y eran lo suficientemente buenos como para que le tomara un tiempo matarlos a todos.
Dick aprovechó la oportunidad para cruzar corriendo la habitación mientras los asesinos estaban ocupados manteniendo ocupado a Slade. Cortó a uno al pasar, ensangrentando ligeramente su espada, pero no podía decir si siquiera afectó al objetivo. Subió las escaleras corriendo, tomando dos a la vez, e irrumpió en la oficina de Luthor, sin siquiera detenerse a analizar la situación mientras derribaba al asesino al suelo y se deslizaba por el suelo para ponerse de pie directamente frente al escritorio de Luthor.
Lex estaba sentado detrás de él, con una expresión de sorpresa en su rostro. Miró a Dick con los ojos muy abiertos, obviamente fuera de juego, pero un pequeño ruido llamó la atención del asesino en entrenamiento.
El asesino se puso de pie y lo fulminó con la mirada, luego soltó una breve risa que hizo que Dick se erizara.
"¿Este es tu asesino, Luthor?" El invasor siseó, riéndose entre dientes, y Dick enseñó los dientes. "¡Es simplemente un niño! ¿Realmente esperas detenerme, muchacho?"
Lo último obviamente estaba dirigido a Dick, y éste frunció el ceño.
"No sólo espero detenerte, espero matarte". Dijo Dick, manteniendo la voz y la espada al mismo nivel. El asesino no parpadeó, sino que sacó el arma de la funda que llevaba en la pierna y disparó tres tiros. Dick los bloqueó hábilmente, sonriendo.
"¿Eso es todo lo que tienes?"
El asesino cargó, desenvainando su propia espada y se encontraron con el sonido del metal chocando. Dick inmediatamente sintió el poder en los brazos del asesino y dio un salto mortal hacia atrás. El hombre era fuerte, mucho más fuerte que él. Tendría que usar sus acrobacias para tomar ventaja.
Con un grito, se lanzó hacia adelante, manteniéndose de puntillas y saltando ágilmente hacia su oponente. El otro hombre apuñaló hacia adelante y Dick se giró, saltando en el aire para darle una poderosa patada en la cara.
"¿Para quién trabajas? ¿Por qué intentas matar a Luthor?" Dick gruñó mientras esquivaba un ataque que lo habría partido por la mitad. "¿Qué deseas?"
El hombre se rió y atacó de nuevo, pero Dick estaba más que preparado para ello y se movió, cortando una herida superficial en el costado de su oponente. El hombre jadeó de dolor y atacó, logrando golpear a Dick en la cara y enviando al niño más pequeño hacia atrás.
Dick sacudió la cabeza para aclararla y se vio obligado a zambullirse a un lado cuando una espada cayó donde estaba segundos antes y se clavó en el suelo, hundiéndose casi hasta la empuñadura. El hombre tiró de la espada, pero ésta no se movía, y Dick no estaba dispuesto a dejar pasar esa oportunidad de oro.
Dio el golpe final sin dudar mientras el asesino todavía intentaba sacar su espada del suelo.
Se quedó allí por un segundo, mirando el cuerpo del hombre, cuando un repentino aplauso le hizo darse la vuelta.
Dick recordaba una época en la que amaba los aplausos. Lo mejor del circo además del trapecio fueron los atronadores aplausos que recibieron después de actuar.
Ese aplauso era enfermizo y estaba mal, y Dick quería apuñalar a quienquiera que lo estuviera haciendo.
Estaba legítimamente considerándolo hasta que vio quién aplaudía.
Luthor.
"Mi querido muchacho, debo decir que fue muy impresionante", dijo Lex, con una sonrisa depredadora en su rostro. "Tu habilidad... esa pelea terminó muy rápido." Al parecer se había recuperado del shock de haber estado a punto de ser asesinado.
Dick se alejó de Luthor y, sin mucho entusiasmo, pateó el cuerpo.
"Cometió un error", murmuró. "Me subestimó... y se volvió demasiado arrogante. Por eso lo golpearon tan rápido".
Luthor se acercó a él lentamente y puso una mano en su hombro. Dick se estremeció ante el contacto.
"Excelente trabajo, Richard."
De repente, la puerta se abrió de golpe y Slade entró. La sangre estaba salpicada sobre su máscara.
"¿Qué me perdí?"
"Ah, Deathstroke. Es muy amable de tu parte aparecer."
"Lo siento. Me retrasaron", se disculpó Slade, entrecerrando los ojos cuando su mirada se posó en Dick y el cadáver a su lado.
"Aprendiz. Buen trabajo."
Dick asintió ante el elogio.
"¿Quiénes eran esos tipos?"
Ambos adultos se congelaron ante la pregunta.
"¿Qué quieres decir, niño?" Dijo Lex, mirándolo, y Dick se estremeció involuntariamente ante el tono de su voz.
"¿Quiénes son?" el Repitió. "¿Por qué intentaban matarte?"
Slade y Luthor intercambiaron una mirada y la mano de Lex se apretó sobre su hombro por un segundo antes de retirarla.
"Un competidor", dijo Lex, agitando la mano con desdén. "No te preocupes por eso, estoy seguro de que Deathstroke arreglará la situación".
Slade asintió con gravedad y Dick frunció el ceño.
"…Pero-"
"Sin peros, aprendiz. Ve a ver a los guardias. Averigua cuántos perdimos".
Dick miró a sus amos por una fracción de segundo antes de darse la vuelta y salir furioso de la manera menos obvia posible. Tenía guardias a los que atender.
...
Lex suspiró y se desplomó en su silla. Se pellizcó el puente de la nariz con frustración. No todos los días estuviste a punto de ser asesinado por enemigos de La Luz.
Podría haber sido mucho peor. Podrían haberlo matado. Sólo gracias a las rápidas acciones de su pequeño asesino estaba vivo.
No es que a La Luz le hubiera importado si hubiera muerto .
Pero el chico lo había protegido. No sabía ni le importaba si era simplemente instinto, lealtad a sus amos o deseo real de ayudarlo (esperaba que fuera lo último), pero estaba sorprendido por la habilidad de Richard. El entrenamiento de Deathstroke estaba dando sus frutos.
Lentamente entrelazó los dedos y apoyó la barbilla en las manos. El niño tenía casi trece años… y recientemente había demostrado su valía, ante Luthor y eliminando a los enemigos de la Luz.
Los otros miembros habían estado expresando su interés en conocer al chico en su última reunión...
Había llegado el momento de que Richard Grayson encontrara a La Luz.
...