Serendipia (Albalia)

By soul__10

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Serendipia: Hallazgo valiosos que se produce de manera accidental o causal. Berlín 1937 Alba es una chica de... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capítulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
Capitulo 56
Capitulo 57

Epílogo

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By soul__10

Ya había pasado más de un año desde que Alba y Natalia habían empezado su nueva vida en Nueva York. No siempre había sido fácil y los rumores de su relación no tardaron en circular entre sus conocidos, pero a ellas les importaba bien poco, sabían lo que sentían y se sentían a gusto con eso, los demás les daban igual, ellas y su familia era lo más importante para ellas, sabían que no todo iba a ser sencillo ni bueno, pero el poder de su amor y de su amor por su familia era lo suficientemente fuerte para poder con todo.

Los padres de ambas, y sus abuelas, había llegado sobre las fechas previstas a Nueva York y se instalaron en su nuevo país ayudados por su familia y amigos. Esas primeras fiestas en un nuevo país fueron algo extrañas para todos aunque intentaron mantener el espíritu que siempre habían compartido en Berlín. Celebrarlas disfrutando de esos especiales días todos juntos.

Finalmente Julia y Carlos se habían casado celebrando dos bodas, una por el rito cristiano y otra por el rito judío. Era sin duda una pareja curiosa, solo porque uno era cristiano y el otro judío,, que no dejaba de ser algo para lo que la sociedad todavía no estaba preparada para aceptar, algo similar que lo que pasaba con las parejas del mismo sexo. Pero pese a todo la pareja era feliz y estaban esperando su primer hijo o hija que nacería en el verano de 1948.

Maria también se había casado con Pablo Amores , después de hacer la presentación oficial del novio, y por supuesto ambos empezaron a vivir juntos después de la boda que tuvo lugar a finales del verano de 1947. En esos momentos ya se estaban planteando aumentar la familia aunque por el momento no habían realizado ninguna declaración así que no sabían si un nuevo miembro venía o no en camino.

Por otro lado Hope había empezado a ir al jardín de infancia en septiembre de 1947 y Alba había buscado trabajo como enfermera y estaba trabajando en un hospital de Brooklyn, no es que estuviera muy cerca de casa pero con el metro no tardaba en llegar. Pero pese a que le gustaba su trabajo en ese momento tenía otra idea en mente, algo que había hablado con su padre y que éste le había ayudado a planear y llevar a cabo.

Rafi también había buscado trabajo de enfermera pero a su edad era más complicado conseguir algo fijo así que finalmente se había unido a su marido en la empresa. Empresa que estaba yendo muy bien y vendiendo sus productos por todo el país. En esos momentos lo que más vendían eran radios y cámaras fotográficas seguidos de productos del hogar como neveras o lavadoras. En Nueva York habían abierto dos talleres, uno dedicado a productos más de ocio y otros para el hogar, y ambos funcionaban muy bien. Vendían para varias pequeñas tiendas de Nueva York y también a grandes cadenas de tiendas a nivel nacional. La parte que había quedado en Berlín en esos momentos solo producían productos tecnológicos para el hogar pero se vendían bastante bien por Alemania teniendo en cuenta que la economía todavía necesitaba tiempo para recuperarse.

Hacía un par de meses que habían empezado obras en el bajo del edificio, que según había dicho Miguel había sido alquilado para montar algún negocio pero no había dicho nada más. A todos les parecía algo extraño que Miguel no supiera que iban a montar allí ya que era propiedad de él, pero Miguel lo único que dijo es que no tenía más información.

Un miércoles de principios de abril de 1948 Alba y Natalia había aprovechado que los abuelos se habían quedado con las niñas para pasear y disfrutar de un tiempo a solas, como solían hacer en Berlín antes de que todo el horror estallase y sus vidas cambiaran para siempre.

Ya volvían a casa después de aprovechar ese soleado día para dar un paseo mientras hablaban de sus cosas, de sus vidas y de como habían cambiado. También habían parado ha merendar antes de regresar para no perder viejas costumbres. Llegando a casa Alba hizo frenar el avance de Natalia cogiéndola del brazo.

- Cierra los ojos. – Le dijo Alba.

- ¿Qué? – Dijo Natalia sin comprender.

- Que cierres los ojos. – Volvió a decir Alba esbozando una sonrisa misteriosa en sus labios.

Natalia la miró interrogante pero sin lograr más información por parte de Alba, y visto que si no lo hacía la rubia no parecía tener intención de seguir andando, no le quedó más remedido que cerrar los ojos y dejarse guiar por Alba los pocos metros que les quedaban para llegar a casa, si es que era allí a donde iban.

Alba llevaba a Natalia cogida de la mano vigilando que Natalia no hiciera trampas y abriera los ojos y que tampoco se tropezara. Una vez llegaron a su edificio Alba colocó a Natalia mirando hacia la fachada antes de permitirle abrir los ojos.

- Ya puedes abrir los ojos. – Informó Alba.

Natalia abrió los ojos algo desorientada al principio, sin saber que es lo que tenía que ver ya que en esos momentos solo sabía que estaba mirando la fachada del edificio donde vivían. No fue hasta que sus ojos miraron más detenidamente que se quedó unos instantes en shock antes de ponerse a llorar y no cayó al suelo porque Alba la había rodeado con sus abrazos por la cintura y tenía apoyada su barbilla en su hombro.

- Albi... - Sollozó Natalia.

alba sin soltar de su abrazo a Natalia por detrás le dejó un beso tierno beso en la mejilla. Natalia seguía contemplando el cartel un poco en shock.

"LIBRERÍA LACUNZA"

- ¿Entramos? – Preguntó Alba.

Natalia simplemente asintió con la cabeza ya que no se veía capaz de formular ninguna frase coherente en esos momentos.

Alba volvió a agarrarla de la mano para conducirla adentro y nada más atravesar el umbral no pudo ver nada más porque dos pequeños terremotos las abordaron al grito de "mamá, mamá" y todo lo demás quedo en un segundo plano, porque en esa vida que estaban viviendo no había nada más importante para ellas que sus hijas.

- ¿Te gusta? ¿Te gusta? – Empezó a balbucear una pequeña Hope que ya tenía casi tres años y que hablaba el inglés como si realmente hubiera nacido allí.

Natalia la alzó en brazos y se la colocó en su cadera derecha mientras aprovechaba el momento para observarlo todo. No era exactamente igual que la librería que habían tenido en Berlín porque el espacio no era exactamente igual, pero se parecía mucho, la esencia estaba allí, había dos secciones claramente diferencias, la infantil y la de adultos y que ya estaban repletas de libros. Olivia se acercó a ella mientras intentaba asimilar todo lo que veían sus ojos. Olivia la agarró de la mano y la arrastró hacia la trastienda y una vez allí pudo comprobar que había dos cosas que habían pertenecido a la librería de Berlín. El expositor de sus libros más queridos, que estaba lleno con ellos otra vez, y la famosa escalera, como se habían salvado del desastre no tenía ni idea pero sin duda si había algo que valía la pena salvar era eso.

Tenía muchas cosas que asimilar y muchas preguntas que hacer, aunque ahora entendía todos los secretitos que Alba y su padre estaban teniendo últimamente, no tardando en comprender que estaban planeando todo eso.

Cuando volvieron a salir a la zona principal de la librería se fijo en que tanto los Reche como los Lacunza la estaban mirando expectante.

- Inauguramos el sábado. – Informó Alba detrás suyo sobresaltándola ya que no se había dado cuenta de que su mujer se había quedado detrás.

- Yo... no sé que decir. – Fue lo único que pudo decir Natalia.

- ¿Te gusta? – Volvió a preguntar Hope que todavía estaba en sus brazos.

- Mucho. – Dijo Natalia achuchando a la pequeña contra su cuerpo y con el brazo libre hacer lo mismo con Olivia que estaba a su otro lado. Achuchón al que no tardó en unirse Alba donde también aprovechó para robarle un beso a Natalia que se lo entregó gustosa. – Te amo tanto. – Le dijo Natalia a Alba.

- Y yo a ti. – Respondió Alba volviendo a besar a su chica. – Pero tendrás que dejar de trabajar en la librería. – Informó Alba.

- Sin problema. – Dijo Natalia.

Ese día cenaron todos juntos en familia comentando como había sido todo. Como Alba le había hecho la propuesta a su padre que no tardó ni medio segundo en aceptar, no solo porque su hija se lo pidiera y el local continuara sin uso, sino porque también sabía que podía ser un muy buen negocio. No había muchas librerías en la zona así que tampoco había mucha competencia y pese a no conocer a proveedores igual que en Berlín sabían que Natalia no tendría problemas en usar sus dotes para hacerse también un nombre en Nueva York, o al menos eso esperaban. Los Lacunza también ayudaron a poner el proyecto en marcha ayudándoles a la hora de decidir como iba a ser la librería y buscando a quien pudiera hacer mejor el trabajo para que ésta se pareciera lo más posible a la original.

Y así fue como Natalia se dio cuenta de que era la única que no se había enterado de lo que estaba pasando y que pese a que parecía que nadie sabía que era lo que estaban construyendo abajo, todo era una jugarreta para que ella no se enterara. Desde luego la sorpresa había sido enorme pero increíblemente mágica ya que nunca se lo hubiera imaginado.

La única parte negativa fue cuando les preguntó a sus padres si iban a trabajar con ellas y éstos le dijeron que no. Según ellos ahora era una nueva generación la que se tenía que ocupar del negocio. En contrapartida a esa negación de sus padres llegó la mejor noticia posible y es que Alba sería la que trabajaría con ella mano a mano, no podía haber nada mejor.

Por supuesto, esa noche, después de haber acostado a las niñas y que éstas se hubieran dormido, Natalia agradeció como es debido la enorme sorpresa que le había hecho su mujer.

Al día siguiente Natalia informó en la librería de que no seguiría trabajando allí y no le pusieron muchas pegas, trabajaba bien pero tampoco se había llegado a integrar ya que nunca había podido poner en práctica sus ideas y no dejaba de ser la librería de otro y ella siempre veía cosas que se podían hacer diferente. Ahora podría hacerlo, y todo gracias a Alba.

El sábado cuando llegó la inauguración no se sabía quien estaba más nerviosa, si Alba o Natalia. Natalia porque quería que todo saliera bien y el negocio tuviera éxito. Y Alba porque quería que todo saliera bien para que su chica fuera igual de feliz como cuando trabajaba en su librería de Berlín.

En la inauguración estaban todos sus amigos y familiares. Muchos conocidos del barrio pasaron a ver la nueva librería e incluso algunos realizaron las primeras compras. La diferencia más grande con respecto a otras librerías es que tendría libros en alemán ya que no dejaba de ser la lengua materna de las chicas, y la que seguían hablando en casa, sobre todo para que las niñas la aprendieran igual que aprendían el inglés en el colegio, y además había mucho inmigrante alemán debido a la guerra, ya fuera de antes o de después, así que había un pequeño mercado al que le podría interesar esa opción.

Una nueva experiencia iba a empezar, y como siempre la afrontarían juntas, al lado de sus niñas y con el apoyo de sus familias y sus amigos. ¿Tendrían éxito en su nueva etapa? Mientras estuvieran juntas todo iría bien, se tenían la una a la otra, sabían que el poder de su amor podía con todo y contra todo y en esa nueva etapa lo volverían a demostrar.






FIN

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