Capitulo 39

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La guerra seguía su avance imparable. Hitler y sus socios del Eje habían invadido la Unión Soviética, y desde junio se libraban batallas en ese territorio. En agosto los alemanes tomaron Smolensk. Los estados bálticos fueron rápidamente invadidos, y junto con Finlandia sitiaron Leningrado (San Petersburgo) en septiembre. Durante septiembre Kiev también fue tomada por los alemanes junto con tropas rumanas. A partir de octubre los alemanes empezaron su avance hacia Moscú, a la que ya habían bombardeado desde el aire en alguna que otra ocasión desde en inicio de la guerra entre ambas naciones.

Y pese a todas las noticias que llegaban sobre el imparable avance alemán sobre Rusia, para algunos alemanes eso no era lo más importante que estaba sucediendo.

Desde septiembre el gobierno de Hitler obligaba a llevar, bien visible, una estrella amarilla con la palabra "judío" inscrita dentro de la estrella a todos los judíos de más de 6 años. Si la persecución por parte de la población alemana a los judíos ya era atroz, en esos momentos todos los judíos quedaban marcados como tales y por lo tanto no había opción de intentar pasar desapercibido.

Además, desde finales de septiembre empezaron las deportaciones sistemáticas de judíos desde Alemania. Hasta diciembre de ese mismo año se hablaba de la deportación de casi 50.000 judíos hacia los guetos de Polonia como Lodz, Varsovia, Minsk, Kovno y Riga.

En ese momento todo se complicó. Miguel se vio obligado a esconder a sus amigos para evitar la deportación. ¿Dónde? Era el gran problema ya que todo el mundo sabía que él y Sergio eran amigos, que sus familias eran amigas. Desgraciadamente ya era muy tarde y peligroso marcharse. Inicialmente los escondió en una de las fábricas, la que en ese momento tenía menos trabajo y por lo tanto menos personal, lo que significaba menos opciones de que los encontraran. Adecuaron como pudieron el espacio y cualquiera de la familia Reche se acercaba casi cada día a ver si necesitaban algo y llevarles lo que necesitaran, sobre todo comida.

El que no aceptó esconderse fue Joan, que se marchó junto con miki y documentación falsa a Múnich, ayudados y respaldados por una célula de la resistencia. Ellos dijeron que una vez allí ayudarían en lo que la resistencia les pidiera. La única ayuda que Joan  aceptó de Miguel fue una falsificación de su circuncisión diciendo que había sido hecha a los 10 años por motivos de salud.

Por suerte María estaba protegida al estar casa con un alemán, y en esos momentos eran a los únicos judíos que el régimen no estaba persiguiendo. ¿Lo harían más adelante? Ya se vería. Pero también era cierto que se sabía de altos mandos que estaban casados con judías y estaban muy tranquilos con la situación. Y por suerte, los hijos de éstos estaban considerados alemanes y por lo tanto también fuera de peligro.

Por si el horror de la guerra era poco, el hecho de que tanto hombres, mujeres y niños fueran sacados de sus casas, metidos en trenes y llevados a otro país, hacía que el ambiente que se vivía en las calles fuera de desesperación.

Y esa desesperación, el intentar ayudar como fuera, provocaba peleas con quien menos se debía pelear. Y fue un día de finales de noviembre cuando llegó la peor pelea que Alba y Natalia habían tenido hasta el momento.

- ¿Cómo has podido? – Le gritaba Natalia a Alba.

Estaban en casa de los Reche. Natalia había ido a ver a alba, hacia días que no la veía, sabía que estaba liada entre la clínica y el hospital, y encima ella cada día estaba más aburrida en la librería, porque claro, con la guerra ¿Quién iba a gastarse el poco dinero que tenía en libros?

- Nat, ahora no. Tengo prisa. Y deja de gritar que la vas a despertar.

- ¿Ahora vendes bebés? – Le espetó Natalia.

Serendipia (Albalia)Where stories live. Discover now