La melliza de Adrik Cash

By irinalee34

4.9K 248 63

Alessandra Cash es la melliza de adrik Cash, ¿cómo reaccionara ante la llegada de Jude? ¿Qué opinara sobre lo... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
TEMPORADA 2
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8

Capítulo 19

85 5 1
By irinalee34

Desperté exaltada logrando provocar que me cayera de la cama.

—¿Otra vez ese sueño? —indaga Driki.

Sé que sonaba fabuloso el separarme de mi padre. Pero en esta vida, eso era imposible.

Al menos que estuviese muerto... pero no lo está.

—Mis ganas de huir cada vez son mayores, ya van tres noches que sueño lo mismo.

—Deberías ir a ver a Sophie —recomienda este, cruzado de brazos.

Sophie es la psicóloga que nos ha atendido desde pequeños. Ya sabes, ser un Cash no es nada fácil.

—No es nada importante, Adrik. Solo es un sueño.

—Te despiertas a la mitad de la madrugada gritando, Alessandra.

—No es tu problema —respondo molesta—. Iré a caminar —da un paso hacia mí, pero lo detengo—. Sola.

Salgo de la casa, y me encuentro a Aegan en la calle.

—¿Qué haces aquí?

—Voy para el club, ¿quieres que te lleve?

Parece que se levantó de buen humor hoy. No voy a tentar a la suerte, por lo que asiento y ambos nos subimos al auto para posteriormente marcharnos.

—Hace veinte minutos vino un chico rubio a buscarte —dice, y noto como aprieta el volante con más fuerza.

—¿Qué? —mi rostro palideció— ¿Qué te dijo?

—Que se llamaba Thomas y que te habías olvidado tu abrigo en su casa —suspira—. ¿Me puedes explicar quién es era tipo, Alessandra?

—Nadie importante, lo conocí llorando en la calle —él me ve con sorpresa y estaciona fuera del club.

—¿Llorando en la calle? Alessandra, te he notado extraña estos días. Deberías ir con Sophie...

—¿Tú también con eso? —me bajo y cierro bruscamente la puerta, provocando que su mueca de preocupación se convierta en una de molestia.

Replica mi acción y me sigue.

—Solo quiero ayudarte. ¿Acaso crees que nadie te escucha cuando gritas en plena madrugada? —le doy una mala mirada y sigo mi camino—. Sabes, te confundí con la llorona la primera vez. Tuviste suerte de que me diera cuenta de que eras tú, porque te iba a dar un escobazo...

Entro al lugar, y me dirijo al baño de chicas, donde Aegan no puede entrar.

—Adiós, Aegan. Vete con Jude —abre la boca para replicar, pero le cierro la puerta en la cara.

Estúpidos Cash.

Mejor voy a la piscina. Allí estaría Owen, espero que él me ayude para librarme de mis hermanos.

En una de las mesas solo estaban Owen, Aleixandre, Laila, Aegan y, por desgracia, Adrik.

Driki, solo me dio una mirada de alivio al ver que estaba aquí y me hizo un espacio para que me siente junto a él.

Aegan comenzó a hablar por lo que inmediatamente deje de prestar atención y pensaba... ¿Acaso debería ir a ver a Shophie? Creo que iré, aunque sea solo una vez para convencer a mis hermanos de que estoy bien.

En cuanto volví al mundo, pude notar que Jude venía caminando hacia aquí.

Oh, no de nuevo.

—¡Aquí está la chica que me vuelve loco! —Aegan le planta un beso.

Ella se quedó pasmada, por lo que puede deducir, era su primer beso con él. Los Cash teníamos ese efecto.

—¿Me has echado mucho de menos todos estos días que no nos vimos? —le preguntó.

—Bueno, ¿y por qué nos has citado aquí? —le preguntó Owen a Aegan, relajado en la silla—. Iba a cortarme el cabello y tuve que cancelarlo.

—Oh, no; no lo hagas —le dijo Laila, alarmada—. Así te queda perfecto. Owen la ignoró de forma extraña.

—¿Por eso me ofreciste traerme aquí? —Aegan maldice en voz baja.

—Pensé que no querrías participar de esto si te lo decía.

—Idiota —rueda los ojos y me ignora.

—Esta mañana la rectora ha anunciado que se adelantará la feria de los fundadores y que empezará este viernes.

A veces pienso que el mundo no me quiere y luego viene mi hermano para confirmarlo.

—También me han pedido que haga el discurso de apertura — reveló, feliz.

—¡El mismo que dio papá en su último año! —exclamó Aleixandre con alegría.

Owen alzó un vaso con agua que había sobre la mesa en señal de felicitación. Laila le dedicó un pequeño aplauso. Solo Artie y Jude no dieron nada. Adrik y yo, aplaudimos sin ganas. Aegan asintió a todo, orgulloso, pero luego se puso serio.

—También me he enterado de que él estará viendo el discurso en vivo y en directo —agregó—. Por esa razón necesito que todo salga perfecto, así que he decidido que ustedes sean el comité de organización de la feria. Ya casi todo el trabajo está adelantado, pero...

—¿Implica esfuerzo? —interrumpió Owen, pues él consideraba importante saber eso primero.

—Solo tendrán que vigilar que no falle nada —le contestó Aegan.

—Cuenta conmigo —aceptó Owen entonces.

Aegan siguió explicando:

—Los he organizado por parejas, Aleixandre y Laila, Owen y Adrik, y Jude y Artemis. También he redactado las instrucciones sobre las secciones que tienen que vigilar.

Toso falsamente y recuerda mi presencia.

—Ah, tú estás conmigo, Alessandra.

¿Por qué a mí? Creo que me hicieron brujería.

Entró en juego un sobre amarillo que reposaba sobre la mesa. Aegan lo tomó, lo abrió y sacó hojas para todos. Las fue entregando hasta que llegó a mí. Vi que el título era: «Decoración» y que bajo él había una lista de las cosas de las que debíamos asegurarnos.

—¿Es todo? —preguntó de repente Adrik.

—Sí —contestó Aegan.

—Bien —soltó, seco.

Escuché su silla deslizarse. No quise alzar la vista, pero cuando lo hice, lo único que vi de Adrik fue cómo nos daba la espalda y se alejaba de la zona de la piscina.

—¿Qué le pasa a Driki? —pregunté con extrañeza.

—Lo normal: desprecia a la humanidad y no aguanta pasar más de cinco minutos con nosotros —respondió Owen, encogiéndose de hombros.

—Ya hablaré con él —aseguró Aegan, como si a Adrik le esperara un sermón solo por comportarse como Adrik.

Los demás no parecieron notar nada raro y se pusieron a hablar sobre la feria y las cosas que tenían que hacer.

Aegan y Jude tenían una conversación en susurros y yo los miraba con curiosidad. Saben, hay una app para chismosos que te permite escuchar lo que están diciendo los demás, en este momento sería útil.

De repente, saca una caja y le entrega un anillo con la letra A.

Que poco original de su parte.

¿Y saben que es lo peor? Que los demás los miraban con ternura como si se creyeran la farsa.

—Gracias —logró decirle a Aegan, dedicándole una media sonrisa —. Tienes buen gusto para estas cosas.

—Tengo buen gusto para todo —alardeó él, como acostumbraba hacer. Luego acercó una mano a su rostro y le pellizcó la mejilla en un gesto que odió—. ¿Estás más guapa o son cosas mías? —le preguntó, juguetón.

Claro que Aegan no podía dejar de ser odiosamente sarcástico ni por un minuto.

—Son cosas tuyas —espetó—. Ahora, si me disculpas, tengo que ir a orinar.

Habían pasado unos cinco minutos y aún no volvía, por lo que me levanté silenciosamente de la mesa y intenté escapar.

—A dónde vas? —pregunta el mayor.

—Voy a buscar comida, tengo hambre —asintió y siguió con lo suyo.

Caminé por los pasillos hasta el establo, cuando pude oír una conversación entre Adrik y Jude.

—Los últimos días no te he visto con él, y él no hablaba de ti, así que pensé que habían roto —dijo Adrik, y se removió con demasiada frustración.

—No he roto con él —admitió, consternada—. No, no lo he hecho.

—Entonces ¿por qué me pediste que te llevara a mi apartamento? —rugió. Ahora había añadido a su acusación una nota despectiva—. ¿Habías planeado estar conmigo y con Aegan al mismo tiempo? ¿En serio eres así de retorcida?

—¡Claro que no lo soy! —exclamó, sacudiendo la cabeza—. No te lo pedí por eso, yo...

—¿Tú qué? ¿Te gustamos los dos y no quieres perdernos a ninguno? —escupió él con rapidez, presionándola de forma insistente y agresiva.

—Adrik, lo entendimos todo mal... —dijo en un intento de aclarar aquel lío, pero él la interrumpió encolerizado y no le permitió seguir hablando.

—Lo que yo entendí fue que cuando volvimos a Tagus después de la fiesta de beneficencia ya no estabas con Aegan, y por eso fui tan estúpido como para intentar ser distinto contigo y pensar que tú y yo podíamos... —se interrumpió lanzando una exhalación de frustración. Negó con la cabeza—. Esto es ridículo. Esta mierda no tiene sentido.

Mi pobre Adrik... con razón se fugó sin invitarme.

Avanzó con la intención de irse, pero volvió a atravesarse en su camino.

—¡No estoy jugando a nada! —le aseguró, tratando de convencerlo—. ¡No pensé que le darías importancia a lo que dije! ¡¿Qué demonios iba a saber yo?!

Su risa fue amarga. La manera en que me estaba mirando era cruel, pero no podía reprochárselo.

—Sí, ¿qué demonios ibas a saber? —replicó con algún tipo de sarcasmo absurdo—. Solo pensaste que yo me enrollaría con la novia de mi hermano sin ningún problema, ¿no? Siempre crees lo que te da la maldita gana.

—Si me lo hubieras preguntado... —trató de decir, pero él no tenía ninguna intención de considerar mis argumentos.

—¿Qué? —soltó de golpe en un tono tan intencionalmente cruel que me costó creer que saliera de él y no de Aegan—. ¿Me habrías dicho: «Sí, Adrik, sigo siendo su novia, pero no importa, vamos a besarnos en tu apartamento»?

—Te detuve, hice que los dos paráramos... —insistió.

—¿Lo hiciste porque se te removió la conciencia o porque querías esperar a acostarte primero con él y después conmigo? —lanzó con una malicia gélida, iracunda, con toda la intención de herirla—. Así podrías comparar, ¿no? Adrik lo hace de este modo, pero Aegan de este otro... ¿Cuál me gusta más? A lo mejor los dos me gustan porque...

—¡Basta, Adrik! —le gritó horrorizada.

Cerró la boca y la miró con una postura retadora. Alzó la mano dispuesta a abofetearlo, pero quedó con la mano a medio camino, por algún motivo que desconozco.

—Te lo diré una sola vez, Jude —dijo ante su silencio. Se oyó amenazante, gélido, como quien contenía la potencia de su ira—. No pienso pelear con él por una simple chica. Si eso es lo que pretendes, olvídalo.

Él se mostró hastiado de esa discusión, así que la rodeó y avanzó unos pasos para alejarse, pero ella se giró sobre sus pies como una autómata.

—Si me dices que no quieres traicionar a tu hermano, lo entiendo, pero... ¿una simple chica? —le fue inevitable no soltar—. ¿Así es como me ves?

Adrik se detuvo. Dudó un momento, de espaldas a ella, pero terminó por darse vuelta. Tenía la mandíbula apretada, una mano formando puño, el pecho aún agitado. Parecía el dios griego de la destrucción. Con un leve movimiento, podía acabar con lo que quisiera. Quiso acabar con ella y lo consiguió cuando dijo:

—No lo sé, Jude, porque no tengo ni idea de cómo debo verte ahora. Ni siquiera sé quién eres en realidad.

—Exacto, no lo sabes —asentí, intentando recuperar mi valor—. Ni tú, ni Aegan, ni nadie puede decir quién soy. No saben nada de mí. Por eso no puedes creerme cuando te digo que nunca intenté jugar a nada tan bajo como estar contigo y con tu hermano. Fue algo que simplemente pasó. No sé por qué dejé que pasara, pero fue real.

—Puedes romper con él —le dijo de forma inesperada. Luego señaló en dirección al pasillo por donde se volvía a la zona de la piscina—. Si es verdad lo que dices, ve a buscarlo y pon fin a vuestra relación. Yo te estaré esperando, y no me importará una mierda lo que diga él, Aleixandre o el resto. Si lo haces, te creeré.

Me quedé con la boca entreabierta. ¿Le gustaba Jude? Bueno, después de lo de Melanie...

—¿Qué? —emitió en un aliento, Jude.

—No voy a pelear con él por ti —me aclaró. Sus ojos, fijos en los de ella, me confirmaron que hablaba en serio—. Así que tú decides, pero hazlo ya.

—Adrik, no... —intentó explicarle, pero la interrumpió:

—Yo no habría hecho nada de lo que hice si hubiera sabido que seguían juntos. Por mucho que me gustes, me habría controlado. Pero lo hice, y significó algo.

—Eso es injusto —negó con la cabeza.

—Lo injusto es que pasó algo entre nosotros y que sigue pasando algo en este momento, pero no puedo hacer nada porque Aegan es tu novio —corrigió. Todavía emanaba furia. No había bajado el nivel de su ira y menos la frialdad y la inflexibilidad en su tono, pero ante mi falta de respuesta y mi cara de aflicción añadió—: Jude, te veo delante de mí y solo quiero darte la espalda e irme lejos, pero al mismo tiempo también quiero pedirte que nos vayamos juntos a otro lugar y arreglemos esto de alguna manera.

—No es tan fácil, Adrik... —negó, tratando de ser realista—. Habría problemas porque primero estuve con él y luego contigo...

—Buscaré la forma de arreglar eso —la interrumpió, intentando que viera el otro lado—. Pero tienes que elegir. Suena egoísta, sí, pero es que no quiero estar contigo a sus espaldas.

Okey, de esto depende si mi mellizo también deberá ir al psicólogo conmigo o no.

—No puedo —susurró.

—¿No puedes o no quieres? —le preguntó.

—No puedo —contestó con decisión—. No es por ti, ni por mí. No lo entenderías, pero no puedo, no lo haré.

¿Hola, Sophie? Necesito una cita para dos.

—Se te da bastante bien eso de hacer creer a la gente que eres diferente.

Después se alejó y yo salí de mi escondite.

—No puedo creer lo que hiciste, Jude —ella me mira triste—. Acabas de declararle la guerra a los Cash.

Continue Reading

You'll Also Like

568K 26.1K 18
el conecto su mirada con la de ella, sus ojos se nublaron con las lágrimas que amenazaban con salir, el bate en sus manos pesaba más que de costumbre...
341K 34.1K 100
Hay dios que paja poner una descripción cuando el título te lo dice todo;; Estás triste y solo y quieres pasar un buen momento? Pues no lo tendrás...
49.1K 3.3K 14
Un día, Alizee Davies pide un deseo que lo cambiará todo. ¿Quién creería que desearle a la luna que sacara a Cole Sprouse de un fanfic se haría reali...
27.3K 1.6K 45
Al día de hoy han pasado exactamente 4 meses y 2 semanas desde la boda del menor de los Vargas, Justo ahora voy en camino a Bogota ya que esos dos m...