No puedo imaginar ni por un segundo tenerla tan cerca, a pocos centímetros de mí.
Su imagen solo la reconozco y la recuerdo por la vieja foto que llevaba siempre conmigo. Las lágrimas no paran de correr por todo mi rostro. Lo que menos imaginé que me sucedería es esto, ver a mi madre, poder escuchar su voz por primera vez.
Me siento tan emocionada que no tengo palabras para explicarlo. No me doy cuenta realmente de la otra persona que se encuentra a mi lado, hasta que escucho su voz.
—Hola hermanita.
No puede ser.
Me quedo paralizada y siento mi corazón que va a mil por hora.
»Te echaba mucho de menos.
—¿Anto, eres tú? —ay Dios. No me lo puedo creer, ahora sí creo que me he vuelto loca, o es producto de mi imaginación. Aunque es imposible poder imaginar tan al detalle la voz, el rostro, absolutamente todo de esa persona con exactitud.
—Si hermanita, soy yo —corto la distancia que nos separaba y le doy un abrazo con efusividad. Mis lágrimas nuevamente comienzan a salir dedesenfrenadamente.
—Te extrañé mucho hermanita, no sabes la falta que me has hecho desde siempre —expresé desde lo más profundo de m corazón—. Te necesito hermanita.
»No entiendo esto que me está sucediendo, no entiendo absolutamente nanada.
—Ya te lo explicaremos cuando lleguemos a casa, no te preocupes que todo irá bien princesa —su voz melódica logra calmarme.
Asiento y me dirijo con ambas a un auto blanco que nos espera al final del muelle.
Nos adentramos al auto y emprendemos el viaje a mi nuevo hogar. No pude apreciar el camino, ya que mi mente estaba en otro sitio, divagaba por las posibles teorías de lo que pudiera estar sucediéndome en este entonces.
Resumiendo:
Fallecí a causa de la extraña enfermedad que padecía con sólo 16 años. Desperté en una habitación desconocida en medio de la nada, desnuda y después de tres días.
Conocí a dos ninfas, ellas se encargaron de guiarme en el barco, a través del portal, hasta Los Ángeles (mi nuevo hogar). Hasta el momento, creía que las ninfas no eran más que producto de la imaginación de los autores de libros de ficción.
Luego llegué a un puerto donde me reencontré con Anto, mi hermana mayor que murió en un accidente cuando yo era apenas una niña, y con Lille mi mamá, que falleció al poco tiempo de darme la vida.
Y ahora me encuentro en un auto blanco de camino a mi nueva casa, donde viviré por el resto de mis días, o eso creo.
Todo es tan confuso, y a la vez tan impactante. Nunca pensé que después de morir podría continuar mi vida en otro lugar. Sí, porque es completamente distinto al mundo tal y como lo conocemos.
No me doy cuenta que hemos llegado a nuestro destino, hasta que el auto se detiene y mamá y Anto abren las puertas para salir de él. Realizo su misma acción y me encuentro en frente a una casa enorme de paredes sumamente blancas y un inmenso jardín lleno de rosas blancas.
Nuevamente mi cara de sorpresa se hace presente.
Puede parecer un poco irreal o extraño, pero es el mismo jardín de mis sueños. Recuerdo una de las tantas veces que quedé inconsciente, ver a mamá y a Anto con un vestido lila, idéntico al que llevan puesto, en medio de un jardín lleno de rosas blancas. A lo mejor es pura coincidencia, pero para mí, es demasiado real; por un minuto sentí que lo estoy viviendo por segunda vez, hasta que Anto me saca de mis pensamientos.
—Vamos a dentro —toma mi mano y se dispone a caminar en el mismo sentido de la entrada de la casa—. Bienvenida a tu nuevo hogar.
Entramos y puedo apreciar la casa por dentro. Se ve más enorme de lo que ya era antes. Paredes blancas adornadas con fotografías familiares y uno que otro cuadro de alguna pintura famosa. El suelo gris claro y reluciente reflejaba mi imagen. Las lámparas de techo dan un toque demasiado elegante a la estancia.
A mi derecha hay un enorme salón con más cuadros de pintores famosos, dos sillones negros de 3 plazas cada uno y varios sillones más pequeños. A los pies de estos, se encuentra una gigantesca alfombra gris que le da un aire acogedor. Al frente, en una mesa de televisor, se encuentra una enorme televisión y, a ambos lados, un búcaro pequeño de rosas blancas naturales.
A continuación se puede apreciar una cocina comedor amplia con una mesa de cristal y 8 sillas. Encima hay una hermosa lámpara que da la iluminación perfecta a la estancia. Más adelante está la nevera, la estufa, los utensilios de cocina, y todo lo que normalmente encuentras en una cocina familiar.
En el segundo piso están las habitaciones y los baños independientes. Todas están ubicadas una a continuación de la otra separadas por puertas blancas y manijas doradas. Al final del pasillo se encuentra un gran ventanal con vistas al jardín trasero.
Anto me muestra mi habitación y me deja sola en ella para que pueda adaptarme y organizarla a mi gusto. Tiene una hermosa vista desde un ventanal ubicado en el espaldar de la cama. Este tiene unas cortinas blancas, de una tela fina, para controlar la iluminación que entra. Mi gusto, en lo personal, prefiero dejarlas bien abiertas.
La cama es de dos plazas y lleva unas almohadas lilas a juego con el edredón. Encima hay una caja blanca con un moño lila y una tarjeta que dice “Bienvenida a casa”. Dos mesitas auxiliares se encuentran a ambos lados de esta. Una tiene una lámpara de noche dotada y blanca, y la otra un búcaro de rosas blancas. A la izquierda está el armario y la puerta que da a mi baño personal y a la derecha se encuentra un escritorio y una laptop.
Una guitarra está ubicada a un rincón de la habitación y una pequeña lámpara de techo, de luz tenue es la encargada de la iluminación principal de la habitación cuando anochezca.
Todo está maravilloso y perfectamente pulcro y organizado. Parece una casa de muñecas.
Tomo un baño y me coloco unos pantalones cortos holgados y una camiseta azul cielo. Mi cabello lo acomodo en un moño alto y paso un brillo liso por mis labios. Nunca me había sentido tan viva como ahora.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras en dirección a la nevera en busca de algo de comer, muero de hambre. Mamá está centrada cocinando algo en la estufa y Anto lee un libro en uno de los sillones de dos plazas de la sala. Abro la nevera y tomo un vaso de zumo de naranja y una rebanada de pastel. Me siento en la mesa y comienzo a engullir todo lo que he tomado mientras miro a mamá ir de un lado a otro.
Termino de comer y lavo la vasija que utilicé. Vuelvo a subir a la habitación para tomar una siesta en lo que mamá termina la cena. Apago la luz del techo y me quedo únicamente con la iluminación que entra por el ventanal. Cierro mis ojos y me quedo dormida al instante.
Despierto después de horas de haber estado dormida. Ya se ha hecho de noche y enciendo la lámpara que tengo a un lado para ver mejor. Escucho sonidos que provienen de mi puerta. Al parecer están tocando.
Me incorporo de la cama y camino en dirección a la puerta. Al abrirla está Anto parada en frente. Me dedica una dulce sonrisa y articula:
—Ya es hora de cenar, mamá te está esperando abajo —asiento y camino junto a ella hasta la cocina.
La mesa ya se encuentra preparada con todos los alimentos y una jarra de zumo. Tomo asiento frente a Anto y juntas damos gracias por la comida. La cena fue silenciosa. Todas nos centramos en ingerir los alimentos.
Al terminar mamá levanta los platos con ayuda de Anto y va en busca del postre. Este lo coloca encima de la mesa y comienza a cortar tres porciones. La boca se me hace agua al aspirar el delicioso olor del pastel de chocolate. Es la primera vez en la vida, que como algo preparado por mamá, en realidad, es la primera vez en la vida que tengo un recuerdo de ella.
Estoy tan feliz, que no me cabe en el cuerpo. Tengo a mamá y a Anto a mi lado. Y no habrá nada ni nadie que nos vuelva a separar. Mamá me dedica una mirada dulce y comienza a dialogar:
—Mi niña, estoy tan feliz de tenerte conmigo, quiero recuperar todo el tiempo que no pudimos estar juntas —una lágrima de alegría corre por sus pómulos.
—Yo también estoy muy feliz mamá, de tenerlas a ambas conmigo —mis ojos comienzan a nublarse. Mamá y Anto se miran y dirigen su mirada en mi dirección, esta vez es Anto la que interviene en el dialogo.
—Tenemos algo que contarte hermanita…
Nota de la autora
Hola mis lovers❤ como se encuentran?
Espero que estén bien.
En este capítulo no sucede muchas cositas lo que si es importante para que conozcan el inicio de la nueva vida de nuestra pequeña Lu.
Se ve muy diferente y estoy orgullosa por ella.
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Capítulo dedicado a YaoskaGadea3
Los quiero mucho ❤