Carne de Cañón

JavierPaissan द्वारा

1K 70 24

El temor mas grande de la Humanidad se ha vuelto realidad; miles de flotas Zentradi realizan un ataque masivo... अधिक

Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12
Parte 13
Parte 14
Parte 15
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
Parte 20
Parte 21
Parte 22
Parte 23
Parte 24
Parte 25
Parte 26
Parte 27
Parte 28
Parte 29
Parte 30
Parte 31
Parte 32
Parte 33
Parte 34
Parte 36
Parte 37
Parte 38

Parte 35

18 1 0
JavierPaissan द्वारा


—Ahí está bien, nosotros nos encargaremos del resto.

Los guardias depositaron a la desmayada Lynn en los brazos de Jarvis y tras saludar se alejaron por donde llegaron. El enorme Segundo Oficial se puso a la chica-gato al hombro como si fuera una bolsa de patatas y se dirigió hacia su Capitán.

—Ya estamos todos. —dijo.

Owen asintió y se volvió hacia los demás. —Ustedes vuelvan a la Bramante con Jarvis, tengo que reunirme con el Capitán Homs para coordinar el asunto de las Meltrans.

—Entendido. —dijo Ximena.

—Tu vienes con nosotros, Tali. —agregó el Capitán de la fragata. —Tus conocimientos de ingeniería sobre ese destructor meltran van a venir de maravillas... el resto puede tomarse unos días de descanso; es muy probable que estemos anclados en este sitio por un largo tiempo.

Von Neumann miró a Owen con incertidumbre. —¿No me... necesitaran a mi? —preguntó mientras Camila lo miraba con interés.

—No por el momento, pero le avisaremos a Lucy si necesitamos su ayuda. —respondió el hombre.

Jarvis hizo un saludo y se volvió hacia la tripulación de la Bramante. —Aprovechen a despedirse ahora. —recordó.

Lina debía regresar a su puesto en la Mainstream, por lo que se despidieron de ella no sin antes intercambiar contactos para mantenerse comunicados en adelante. Homs y Sandy llegaron en ese momento y el transporte que los llevaría a la Mainstream aterrizó unos metros por detrás.

—Me sorprende que no haya permitido que Fritz venga con nosotros. —observó Homs deteniéndose junto al capitán de la Bramante.

—Será mejor que se relajen un poco. —dijo mientras observaba como sus hombres abordaban el transporte de la fragata y la compuerta se cerraba tras ellos. —Han vuelto de una misión agotadora y casi no han podido descansar.

—Apuesto que hay algo más detrás de eso. —dijo Homs con una sonrisa. —Parece que Fritz y la Oficial Hughs tuvieron mucha práctica con eso de dar Shocks Culturales a la Capitán Hyle... ¿Verdad? —preguntó.

Owen suspiró. —Dejen que los jóvenes sean jóvenes. —dijo. —De todas formas, prefiero solucionar este tema lo más pronto posible, especialmente teniendo en cuenta lo que sucedió con la Cabo Lynn.

—La chica desarrolló lazos muy fuertes con la Capitán Hyle. —observó Lina. —Es comprensible su reacción al plan del Capitán Hawk.

—Al menos ahora entiendo el por que no invitaron a Zlyna a la reunión. —dijo Sandy. —Es muy probable que esa Meltran le cortase la garganta a Hawk solo con las uñas.

Tali sacudió la cabeza. —No. —aseguró. —Me parece que Zlyna es muy similar a Hyle en muchas cosas... creo que aceptará la propuesta de Hawk con tal de disponer de un Dimensional Eater que pueda destruir a Veiss de una vez por todas... suicida o no, una Meltran como ella no se detiene a pensar sobre esas cosas... El objetivo final está siempre por encima del instinto de autopreservación de los Zentradi.

—¿Entonces crees que aceptará? —preguntó Homs.

—Si. —respondió la Jefa de Ingeniería. —Aceptará, pero tal vez Hyle no sea tan fácil de convencer... ni siquiera por su tripulación original.

El transporte de la Mainframe encendió los motores y el copiloto les indicó que podían abordar la nave. Sandy y Tali abordaron primero mientras Homs y Owen se detuvieron un rato en la escalerilla. —Al menos Hawk nos dejó a nosotros ocuparnos de las Meltran. —dijo el Capitán de la Bramante. —No tenía otra opción. —reconoció su colega. —Además Zlyna y el resto de sus compañeras se han habituado a la Mainstream... trasladarlas a otra nave no hubiera ayudado mucho a mejorar las relaciones diplomáticas.

Ambos entraron y ocuparon sus asientos en el interior de la nave. Unos minutos más tarde el transporte recibió la autorización para iniciar el rodaje y tras avanzar por la pista hasta posicionarse frente a la enorme compuerta del hangar, despegaron inmediatamente en cuanto recibieron la luz verde del control de tráfico de la Planck.

—¿Zlyna está alojada en las celdas? —preguntó Lina una vez que el transporte estuvo en camino

—No. —respondió Sandy. —Le dimos su propio camarote y tiene circulación limitada dentro de la nave.

Owen miró a Homs con interés. —¿La deja circular libremente dentro de la Mainstream? —preguntó sorprendido.

—No veo razón para prohibirlo. —respondió el joven capitán. —Esa meltran es extremadamente inteligente y se adaptó con una rapidez sorprendente al proceso de culturización, de hecho casi toda la tripulación de ese destructor se está adaptando mucho más rápido de lo que indican los manuales. —observó.

—No me sorprende. —reconoció Tali. —Hyle y su tripulación son un caso extraordinario en todo sentido, no me extrañaría que se tengan que reescribir varios libros sobre su historia particular.

Ambos capitanes estaban sentados uno frente al otro y miraron simultáneamente las luces de la flota que discurrían por la ventana a medida que el transporte se alejaba hacia uno de los flancos en donde se hallaba la Mainstream y el Destructor Meltran.

—Esto no me gusta. —dijo Owen al cabo de unos minutos. —La votación entre los Capitanes estuvo demasiado cerrada.

—Sería catastrófico que haya divisiones entre nosotros justo en estos momentos. —observó Sandy. —Creo que tanto el Capitán de la Naginata como el de la Heracles decidieron cambiar su voto para no enfadar a Hawk.

—Conozco a esos hombres. —dijo Owen. —Ninguno estaría de acuerdo en mandar a esas meltrans a la muerte, nos consideren enemigos o no, pero cedieron ante la presión del momento.

En ese instante el piloto del transporte les comunicó que estaban pronto a aterrizar y las luces del portanave pronto aparecieron tras los cristales mientras la nave realizaba un giro de aproximación alrededor del Mainstream.

—Tendremos que tener mucho cuidado ahora. —dijo Homs. —Pero estoy totalmente de acuerdo con ser 100% francos con esas guerreras; es lo menos que podemos hacer por ellas.

La nave aterrizó sin novedad en el enorme hangar y todos descendieron en silencio, tras lo cual se despidieron de Lina (quien debía volver a su puesto como oficial médico) y subieron a un transporte conducido por un soldado en dirección a las barracas.

—¿Iremos a ver a Zlyna directamente? —preguntó Tali.

—Si. —respondió Homs. —No vale la pena perder el tiempo que no tenemos; si Veiss realmente va a ir tras ustedes, no podemos quedarnos de brazos cruzados.

—¿Entonces ustedes dos están de acuerdo en sacrificar a esas meltrans? preguntó la Jefa de Ingeniería de la Bramante.

—Tendremos que seguir las órdenes. —respondió Owen. —No obstante lo haremos a nuestro modo. —dijo volviéndose hacia Homs. El capitán de la Mainstream asintió. —Les daremos toda la inteligencia y equipo necesarios para que cumplan con su misión y eviten sacrificar sus vidas... de ser posible. —dijo mirando a su segundo oficial. Sandy sonrió. —Encontraremos el modo, estoy segura. —dijo con optimismo.

Se dirigieron hacia las barracas de la nave pero descubrieron que la meltran no estaba alli. Vieron, eso sí, a varias de sus compañeras, ya ubicadas en un sector apartado para que no tuviesen que compartir camarotes con el resto de la tripulación del portanave. Las meltrans vestían uniformes especiales de color violeta, copiando el esquema de color de sus naves de combate, un detalle que no pasó desapercibido a los ojos de Owen.

Aparentemente Zlyna estaba en la biblioteca de la nave y hacia allí se dirigieron.

—¿La biblioteca? —preguntó el capitán de la Bramante. —¿Crees que sea una buena idea?

—Prohibirle el acceso a la información ahora mismo sería peor. —respondió Homs. —A mi también me da curiosidad sobre que la impulsa a absorber conocimiento de la humanidad... pero supongo que lo averiguaremos pronto. —aseguró.

Los tres oficiales y Tali llegaron hasta la librería de la nave y el oficial bibliotecario los acompañó hasta la sala de lectura. La Mainstream era una nave nueva y estaba bien equipada para que su tripulación pudiera ejercer actividades de lectura o investigación en un ambiente agradable y bien abastecido. No había libros físicos por supuesto, salvo un par de enciclopedias y algunos tomos religiosos, la mayoría cargaba sus libros en sus Pads o usaban las terminales holográficas para realizar investigaciones o escribir reportes. El sitio se utilizaba más como un sitio para relajarse y leer algo que como un deposito de libros o material bibliográfico.

Hallaron a Zlyna sentada en una de las mesas apartadas frente a la pantalla holográfica de una terminal de datos. La guerrera advirtió su presencia y se puso de pié de inmediato mientras hacía el saludo meltran.

—Capitán. —dijo. —¿Cómo estuvo la reunión? —preguntó.

—Definitivamente quedaron todos en shock por la historia del escuadrón 377. —reconoció Homs devolviendo el saludo. —Pero más importante, la información que nuestros hombres trajeron del Nexus es preocupante; tendremos que ponernos en marcha de inmediato.

La meltran lo miró intrigada. —¿El plan no funcionó? —preguntó.

—Técnicamente la misión fué un éxito. —dijo Sandy sacudiendo la cabeza. —Pero...

—¿Pero?

—Ha aparecido un tercer elemento. —dijo Homs. —Uno que involucra directamente a ustedes... y a la capitán Hyle.

Homs hizo un gesto con la mano y Sandy extrajo su Pad, tras lo cual marcó una serie de archivos para enviarlos a la terminal de datos frente a Zlyna. Las imágenes de la pantalla (Que mostraban fotografías del planeta Tierra) fueron reemplazadas por las fotos que el equipo de infiltración había traído del Nexus.

—Será mejor que lo veas por ti misma. —dijo Homs. —Ese es todo el debriefing de la misión que hicieron mis hombres y los del capitán Owen.

La meltran tomó asiento frente a la pantalla y miró al capitán Homs a través del holograma. —Lo veré todo. —dijo.

—Te dejaremos sola, será mejor que entiendas bien la situación a la que nos enfrentamos, pero es importante que sepas algo de inmediato; el Nexus y toda la flota que allí se reunía han sido destruidos.

La noticia pareció no sorprender a la guerrera, quien bajó la vista y pareció meditar algo. —Es imposible que ustedes, con esta flota tan pequeña que tienen, hayan podido hacerlo. —aseguró tras lo cual volvió a levantar la mirada. —Ese tercer elemento del que habló... ¿Fué el responsable? —preguntó.

—Eso parece. —respondió Sandy.

—¿Sabes lo que son los Protodevilns? —preguntó Homs.

Ahora si pudieron percibir una reacción en la guerrera, aunque fué solo una sacudida momentánea.

—¿Proto... devilns? —preguntó confundida. —¿Aún existen? Creía que habían sido derrotados.

—Eso también creíamos nosotros. —dijo Sandy. —Será mejor que veas la información por ti misma, hay muchas cosas que todavía nos cuesta entender a nosotros mismos.

—Eso haré. —respondió la guerrera.

—Te dejaremos tranquila, cuando termines podremos discutir con tiempo lo que tu y tu tripulación van a hacer con esta información. —dijo el Capitán de la Mainstream mientras se despedía de la meltran.

Los cuatro abandonaron la sala. Owen y Tali habían estado en silencio durante todo el encuentro. El capitán de la Bramante solo volvió a hablar una vez que subieran al transporte que los había llevado allí. —Tiene razón con esa meltran. —dijo. —Es extremadamente inteligente y comprendió la situación de inmediato. —dijo.

—¿Cómo creen que reaccione a los reportes que trajimos? —preguntó Tali.

—Con seguridad nos pedirá una copia para mostrarsela a Hyle. —dijo Homs. —Y obviamente tendremos que aceptar.

Owen meditó aquello mientras el transporte los llevaba hasta el acceso al puente de mando. Homs y Sandy descendieron del vehículo frente al elevador que llevaba hasta la cima de la torre de control. —Será mejor que Tali y yo regresemos a la Bramante. —dijo Owen. —Volveremos cuando esa meltran esté al tanto de todo.

—De acuerdo. —dijo Homs haciendo un saludo. —Le avisaré cuando todo esté listo.

Tanto Owen como Tali respondieron el saludo y se dejaron llevar por el transporte hasta el hangar principal.

Unos treinta minutos más tarde llegaron al hangar de la Bramante en uno de los transportes de la Mainstream. La nave aterrizó y el propio Jarvis fué a recibir a su capitán.

—¿Tan pronto terminaron ese asunto con la meltran? —preguntó el Segundo Oficial al recibir a sus colegas. —Contaba con que Homs los invitaría a cenar esta noche. —dijo cruzándose de brazos.

—Homs le dió acceso a los registros y material de la misión. —respondió Owen. —Va a pasar un tiempo hasta que esa meltran digiera toda esa información, pero no creo que sea mucho; esa guerrera es muy lista. ¿Qué fué de Lynn? —preguntó.

—En el calabozo. —respondió el enorme oficial. —Despertó hace un rato, pero me pareció una buena idea que enfríe un poco su temperamento y medite lo que hizo en un lugar tranquilo. —agregó.

—No es el primer soldado problemático que tenemos. —dijo Owen suspirando. —Pero es demasiado joven e impulsiva...

—Mac la va a enderezar. —dijo Jarvis convencido. —Aunque termine con más canas en la cabeza que antes.

Tali dejó escapar un bostezo y Owen se volvió hacia ella. —Ve a descansar, veremos que nos depara la mañana.

Esa noche el Capitán de la Bramante tuvo problemas en conciliar el sueño. Cada vez que cerraba los ojos sueños turbulentos invaden su mente, haciéndolo despertar en estado de alerta a cada rato. Finalmente la fatiga pudo más y cayó en un sueño intranquilo pero sin interrupciones hasta que su Pad lo despertó pasadas las cinco de la mañana, según el horario estelar.

Cuando entró al CIC de su nave fué recibido por caras de preocupación. Lo que primero llamó su atención fué que habian preparado café hacia poco tiempo; de la cafetera salia una espiral de vapor que perfumaba el ambiente con aquel perfume tan preciado.

—¿Tan temprano? —preguntó señalando las tazas vacías junto al aparato.

—Homs llamó temprano. —dijo Jarvis desplazando la pantalla que habia estado examinando con un gesto de la mano. —Parece que la Meltran esa que tiene a su cargo lo despertó a mitad de la noche.

—Yo también pasé una noche de perros. —dijo Owen tomando asiento en su silla. —Y algo me dice que el resto del día no va a ser de los mejores. —¿Boris?

—Sí Señor. —respondió el Oficial poniéndose de pie.

—Comuniqueme con la Mainstream.

—De inmediato.

La comunicación fué establecida unos segundos más tarde. El rostro de Homs apareció en la pantalla y al menos no parecía haber pasado toda la noche en vela. Su juventud aún lo protegía de las preocupaciones de ser un Capitán en aquellos tiempos tan convulsionados.

—Supongo que Zlyna se puso al día. —Inició la charla haciendo el saludo correspondiente.

—A mitad de la noche. —respondió Homs de la misma forma. —Quiere ir a ver a su Capitán de inmediato.

—¿De inmediato? —preguntó Owen.

—De hecho lo "exigió" —explicó el joven Capitán. —Afortunadamente la convencí que tenía que volver a su tamaño Zentradi y por suerte no hubo necesidad de llevarla a esas horas... ahora está dentro de la vaina terminando el proceso de agigantamiento.

—Me imagino que no la enviaran sola. —dijo Jarvis.

—Yo iré. —dijo Owen. —Tali también.

El Capitán de la Mainstream suspiró. —Prepararé las otras vainas para...

—No será necesario. —dijo el Capitán de la Bramante con un gesto de la mano. —Iremos en forma Micrón.

El rostro de Homs se oscureció como si una nube de preocupación cruzara por delante de sus ojos. —¿Está seguro, Capitán? —preguntó.

—Tenemos que mostrarnos como realmente somos. —respondió Owen. —Ni Hyle ni Zlyna creen en el poder de nuestra pequeña flota, pero si podemos demostrarles que nuestra fuerza no está en los números o nuestro tamaño y si en nuestra inteligencia, entonces habremos ganado su confianza.

Homs no parecía convencido y se acarició el mentón una y otra vez. —Es arriesgado. —dijo sacudiendo la cabeza. —No sabemos cómo va a reaccionar esa tal Hyle cuando sepa la verdad.

—Si el Destructor intenta escapar o si no respondo en veinticuatro horas, destruyan la nave. —dijo el Capitán de la Bramante.

Tanto Boris como el resto de los oficiales del CIC de la Bramante miraron con preocupación a su Capitán.

—Déjeme ir a mi también. —pidió Jarvis.

—No, tú tienes que estar a cargo de la nave por si me pasa algo. —respondió el Capitán Owen.

—Pero...

—Pero nada; está decidido.

Jarvis supo de inmediato que su Capitán no cambiaría de idea. —De acuerdo. —dijo rascándose la parte de atrás de la cabeza. —Pero esa idea de volarlos en pedazos me parece medio exagerada.

Boris giró en su silla atrayendo las miradas de los demás. —Al menos es seguro que no podrán escaparse. —dijo.

—¿A qué te refieres? —preguntó Owen.

—Lucy tiene el control del Destructor. —dijo. —Si Hyle intenta moverse un centímetro de allí, Lucy le quitará el control de las manos.

—Esperemos no tener que llegar a eso. —respondió el Capitán. —O las cosas van a ponerse MUY feas.

Media hora más tarde Tali se unió a ellos y volvieron hacia el hangar de la Bramante. Ambos llevaban sus uniformes pero no portaban ninguna clase de arma; no solo porque serían completamente inútiles contra un gigante Zentradi, sinó como una demostración de confianza.

—¿Pudo descansar algo? —preguntó Owen una vez que subieron al transporte.

—Como un tronco. —respondió la Jefa de Ingeniería. —El ronroneo del reactor de la Bramante me ayuda a dormir en casi cualquier situación. —aseguró.

Jarvis los despidió y tras desearles buena suerte cerró la puerta del transporte. Quince minutos más tarde recibian la autorización del control de tráfico aéreo y entraron al hangar de la Mainstream, en donde vieron a Zlyna en su tamaño gigante junto al transporte que los había traído desde la Dumpster Fire. La meltran vestía el traje de oficiales que tuviera puesto cuando fué capturada. Pudieron ver también a Homs y a la Oficial Rivera a un lado de un vehículo de oficiales.

La gigante se puso en cuclillas cuando ambos descendieron de la nave y se acercaron a ella. En el oído de la gigante pudieron ver el dispositivo de escucha y traducción instalado, por lo que podrían hablar con ella sin ningún problema—Gracias por venir. —dijo. —El Capitán Homs dijo que irían con su tamaño Micrón, eso no me lo esperaba.

—El proceso es largo e incómodo; realmente preferiría no hacerlo. —respondió Owen.

La gigante extendió la mano y la colocó en el suelo. Tanto Owen como Tali se subieron a ella y se sujetaron del pulgar levantado mientras se volvían hacia el Capitán de la Mainstream.

—Buena suerte. —dijo Homs haciendo un saludo junto a su compañera. —Confío en que estarán sanos y salvos bajo su protección.

Zlyna se puso de pié y acercó la mano hasta un bolsillo sobre su pecho izquierdo. Los dos Micrones se metieron en su interior y vieron que incluso habían colocado un par de arneses de seguridad asegurados al interior del bolsillo.

—Seré responsable de su seguridad. —afirmó la gigante volviéndose hacia Homs. —Gracias por su colaboración. —dijo haciendo un saludo.

Homs respondió de igual forma. —Comenzaremos a devolver a su tripulación a su tamaño original de inmediato. —dijo. —Nos pondremos en contacto en cuanto estén listas.

La guerrera asintió y se dirigió al transporte Zentradi que los esperaba con los motores encendidos. Tras sentarse tras los mandos y comprobar los sistemas y comunicaciones, la meltran despegó ante la atenta mirada de varios VF-171 en modo Battroid que patrullaban el enorme hangar de la Mainstream.

—¿Está entonces al tanto de todo lo sucedido en el Nexus? —preguntó Owen mientras la nave abandonaba el hangar.

—Si. —respondió la guerrera. —Esa maldita de Veiss va a pagar por todo lo que hizo a nuestra flota y al Comandante Khallen. —afirmó sin dudar mientras un relámpago de ira pareció brillar por un momento en su mirada.

El transporte giró ciento ochenta grados y se dirigió a toda velocidad hacia el Destructor Meltran anclado a unos pocos kilómetros del portanaves de Homs. Zlyna detuvo la nave una vez que estuviera alineada con la entrada del hangar en la popa de la nave y activó las comunicaciones. —Aquí Zlyna Ciento Veinticuatro, solicito autorización para entrar al Hangar Principal.

Se escuchó el ruido de estática en la comunicación y la voz de Hyle no tardó en escucharse. —Comunique intenciones y personal a bordo. —dijo en un tono de voz cortante.

—Tres a bordo. —respondió sin dudar. —Yo y dos Micrones pertenecientes a la flota de los Humanos; el Capitán de la fragata Bramante y su Oficial de Ingeniería; tengo información de importancia crítica para comunicarle, Capitán.

—Permiso para atracar concedido, puede proceder de inmediato. —respondió Hyle cortando la comunicación.

Zlyna suspiró y aceleró el transporte mientras las enormes compuertas del hangar comenzaban a abrirse frente a ellos.

Atravesaron el escudo atmosférico y la meltran aterrizó hábilmente en el centro del mismo. El hangar estaba completamente desierto salvo por las armaduras dañadas tras el escape de la misión de infiltración. Zlyna observó en silencio el escenario mientras apagaba los motores del transporte. —Es todo igual de familiar, pero diferente a la vez. —dijo con un tono de voz extraño.

—Hicimos algo de limpieza. —explicó Tali.

—Lo sé, también lo del incendio. —respondió la guerrera. —Leí todo su informe, especialmente la parte de ingeniería y mejoras que hicieron en tiempo record.

Algo en el hangar llamó rápidamente la atención de Tali. La ingeniera señaló con el dedo a través del cristal de la cabina. —¡Capitán! ¡Mire allí! —exclamó señalando hacia el transporte que habían traído desde la fortaleza de Veiss.

La nave había quedado tirada sobre el piso del hangar tras la misión, pero no estaba en la misma posición que la había dejado; alguien había usado la grúa que los técnicos de Homs había montado en el techo del hangar y la nave había sido suspendida del guinche y descansaba a varios metros del suelo.

—Hyle... ¿Hyle hizo eso?. —observó asombrada Zlyna. —Ella...

—Parece ser que intentó reparar el transporte. —respondió Tali. —Definitivamente no se quedó sentada esperando. —dijo con una sonrisa.

Zlyna se levantó del asiento y abandonó la cabina en dirección a la bodega del transporte. La compuerta de desembarco se abrió y lentamente descendió la rampa.

Hyle estaba ya delante de la nave y los esperaba cruzada de brazos. La meltran caminó hacia ella y se detuvo a unos pocos pasos. —Zlyna Ciento Veinticuatro, reportandose. —dijo haciendo el saludo meltrán.

—Bienvenida a bordo. —respondió Hyle de forma mecánica con el mismo saludo. —¿Dónde están los Humanos...? —preguntó lanzando una mirada hacia la rampa abierta del transporte.

—Aquí. —respondió la gigante levantando su mano derecha hasta la altura de su pecho con la palma hacia arriba. Owen y Tali saltaron del bolsillo y se pusieron de pié ante la mirada atónita de la Capitán Hyle.

—¡De-Deculture! —exclamó la guerrera dando un paso hacia atrás. —Entonces... lo que esos humanos dijeron era...

—Así son ellos, generalmente. —dijo Tali haciendo el saludo meltran. Owen también hizo el saludo militar a la forma de los humanos. —Gracias por recibirnos en su nave, Capitán. —dijo utilizando el lenguaje Zentradi, aunque de forma menos fluida que su compañera.

Hyle miró a los micrones y luego miró a Zlyna. —Tenemos que hablar tú y yo antes que nada. —dijo con tono tenso. —Estos Humanos...

—No es necesario. —dijo Zlyna para sorpresa de su Capitán. —Estoy perfectamente enterada de todo lo sucedido tras ser capturadas por ellos. —aseguró.

Hyle la observó alerta. —¿A qué te refieres?

—Tuve acceso a todos los reportes de la misión que estos micrones llevaron a cabo en el Nexus; se todo sobre como planearon usar esta nave para infiltrarse y lo que intentaron hacer con la SuperFortaleza de Noigolk Dah... también sé sobre Veiss.

La mención de aquel nombre hizo reaccionar a Hyle. La meltran apretó los puños y miró a los Micrones en la palma de la mano de su subordinada. —¿Dónde está el resto de mi tripulación? —preguntó.

—Las están regresando a su tamaño original en estos momentos. —respondió Owen. —Serán enviadas de vuelta a esta nave en cuanto finalicen el proceso de agigantamiento.

Hyle miró a su compañera. —¿Te volvieron una Micrón como ellos? —preguntó alarmada.

—Si. —respondió Zlyna. —Sus naves no están preparadas para acomodar a los Zentradis como nosotras y nos micronizaron durante el tiempo que estuvimos prisioneras.

La expresión de Hyle era sombría. —Vamos al salón principal. —dijo de forma seca. —Quiero escuchar lo que tú y esos Humanos tienen que decir.

Las dos meltrans se pusieron en camino y dejaron el hangar principal por la salida al corredor central. Zlyna observaba con interés todos los cambios que los humanos habían realizado a la nave, pero principalmente los nuevos daños que la nave había recibido durante el escape. —La nave está en muy malas condiciones. —dijo. Hyle no respondió y guardó completo silencio hasta llegar al salón en donde la tripulación se reunía para descansar y comer durante los cambios de guardia. Tanto Owen como Tali observaron gran cantidad de envases de comida vacíos sobre la amplia mesa en el centro del camarote. Al parecer Hyle había estado comiendo las provisiones que el equipo de infiltración había dejado tras abandonar la nave.

Zlyna sonrió y depositó a los Micrones sobre la mesa tras lo cual comenzó a recolectar los envases de raciones y bebidas que Hyle había dejado.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó confundida la Capitán del Destructor.

—Limpieza. —respondió la guerrera mientras arrojaba la basura en un enorme contenedor dedicado a ese fin.

—¿Eso lo has aprendido de los humanos? —preguntó Hyle casi en lo que parecía ser un tono de burla.

—Esto y mucho más. —respondió Zlyna mientras se sacudía las manos. —El Capitán Homs me dió acceso completo a sus registros históricos, pero también a registros de su modo de vida y costumbres... esto de la limpieza y mantenimiento es algo que beneficiará enormemente a nuestra nave. —dijo cruzándose de brazos.

Hyle caminó hasta la mesa y observó a los dos micrones desde lo alto. —Ella también fué infectada por su "Cultura". —afirmó. —Supongo que el resto de mi tripulación ha sufrido el mismo destino.

—Lo dice como si fuera algo malo. —observó Zlyna.

—Lo es. —respondió Hyle. —La Cultura es peligrosa; es algo que interfiere con nuestra razón de ser como Zentradis... ¡Es algo que puede destruirnos! —exclamó.

—No. —respondió Zlyna bajando los brazos. —Se equivoca, Capitán. Eso no es lo que significa la Cultura.

La Capitán Hyle la señaló con el dedo en forma acusatoria. —Te lo demostraré. —dijo bajando el brazo mientras señalaba a los humanos. —Mátalos. Es una órden.

Owen juró que pudo oír los músculos de Tali tensarse, pero el mismo no cambió de expresión. Permaneció de pié mirando a ambas guerreras en silencio.

Zlyna puso los brazos en jarra y miró a su Capitán. —¿En serio? ¿Eso es lo que realmente quieres? —preguntó sacudiendo la cabeza. —Si esos micrones mueren nos matarán a todas de inmediato; todas las naves de esta flota están apuntando sus armás hacia nosotras en estos momentos. —aseguró.

—No volveré a repetirlo. —afirmó tajantemente Hyle. —Si aún sigues siendo una Meltran y una guerrera, entonces obedecerás mis órdenes y matarás a nuestros enemigos. ¡Aquí y ahora! —exclamó golpeando la mesa. El golpe hizo que Owen y Tali dieran un pequeño salto en el sitio, pero eso tampoco pareció amedrentarlos.

—Si solo fuera una cuestión de rehusar órdenes, toda la tripulación de esta nave se hubiera convertido en traidora hace ya varias decenas de ciclos. —respondió Zlyna cruzándose de brazos. —No pareció importarle antes... ¿Por qué ha cambiado de idea ahora? ¿Quién es la que realmente cambió entonces? —preguntó.

—¿Qué es lo que dices? —preguntó furiosa la meltran.

—Que TODAS hemos cambiado. —afirmó Zlyna. —De una u otra forma, para bien o para mal... ¡Lo hemos estado haciendo desde que nos subimos a esta nave hace más de cien ciclos!

Hyle tomó a Zlyna de su traje de oficial y con facilidad la levantó del suelo arrojándola contra la pared mientras la sacudía violentamente. —¿Estás loca? ¿Qué rayos te hicieron esos Humanos?

Pero Zlyna sonreía de espaldas a la pared. —Es cierto, fué necesario que los Humanos me abrieran los ojos, pero una vez que he visto la verdad ya no puedo negarlo.

—¡Estás contaminada, manchada y corrupta!. —gritó la Capitán Hyle sacudiendo sin parar a su subordinada.

—Tanto como usted, Capitán. —respondió con calma la meltran tomando con fuerza la mano derecha de su atacante. —¿No lo comprende? ¡No ha sido un proceso de decaimiento de nuestras mentes o nuestros cuerpos, sinó de nuestras cadenas! ¡Durante todo este tiempo estuvimos luchando contra las ataduras que nos impusieron nuestros creadores, y ahora finalmente estamos libres de ellas!

Hyle lanzó un golpe con la mano izquierda y acertó de lleno en el rostro de Zlyna, quien fué arrojada hacia un lado y cayó sobre la mesa, afortunadamente lejos del sitio en donde se encontraban Owen y su compañera.

—Oh mierda. —dijo Tali. —Esto se está poniendo cada vez peor.

Zlyna se incorporó y se pasó la mano por la boca, en donde un hilo de sangre manaba entre sus labios. —¿Aún puede pelear? —preguntó sorprendida mirando la sangre de su mano. —Creí que dormir todo ese tiempo dentro de la armadura la habría vuelto blanda. —dijo.

—¿Blanda? Soy una verdadera Zentradi. —respondió Hyle levantando la mano con el puño aún cerrado.

—Entonces demuéstralo. —desafió Zlyna poniéndose en guardia. —Veamos quién merece realmente ser el Capitán de esta nave.

Hyle dió un grito y se abalanzó sobre su colega con un movimiento rapidísimo, pero su contrincante no se dejó sorprender nuevamente y bloqueó el poderoso golpe cruzando ambos brazos sobre su rostro, tras lo cual contraatacó lanzando un gancho derecho hacia su atacante.

Los golpes eran tan fuertes que toda la estancia parecía temblar durante el terrible combate. Las dos meltrans intercambiaron golpes de puños una y otra vez, destrozando todo el mobiliario a su alrededor mientras salpicaduras de sangre comenzaron a manchar el piso y las paredes.

—Esto es una locura. —dijo Tali observando el combate. —Se van a matar entre ellas si siguen así.

Owen miró una enorme mancha de sangre que había impactado a pocos metros de donde estaban ellos y suspiró. —No servirá de nada que intervengamos. —dijo. —Además... ¿Cómo piensas que podremos separar a esas dos? —preguntó señalando a las dos gigantes trabadas en combate.

—Nosotros no; pero podríamos llamar a Delta; ellos podrían llegar en veinte minutos o menos. —observó la meltran.

—Creo que no tenemos tanto tiempo. —la corrigió Owen. —Mira.

Hyle había logrado ponerse a espaldas de Zlyna y la tenía atrapada con su brazo alrededor del cuello. —¡Ríndete de una vez!. —gritó sin dejar de lanzar golpes con su mano libre.

Su contrincante hizo caso omiso a los golpes y en cambio lanzó la cabeza hacia atrás, tratando de golpear el rostro de Hyle. La mentran adivinó el movimiento y apartó su rostro para evitar el golpe, dejando momentáneamente su propio rostro cerca del de su contrincante.

Zlyna aprovecho la oportunidad y con un rápido movimiento chocó sus labios con los de su Capitán, quien quedó paralizada de repente.

—¿Lo ve? —dijo la meltran apartándose tras unos segundos. —Eso es... ¿Wahhh...?

Hyle la tomó de la cintura y como si fuera una practicante de Lucha Libre la lanzó hacia atrás con tanta fuerza que Zlyna aterrizó de espaldas sobre la mesa rompiéndola en dos pedazos.

Tanto Owen como Tali salieron catapultados hacia las alturas por la violencia del golpe, pero de pronto su vuelo mortal se vio interrumpido en cuanto la propia Hyle los atrapó en el aire, un micrón en cada mano.

Zlyna estaba boca arriba entre los restos de la mesa y miraba boquiabierta a su Capitán. —Cómo... ¿Cómo es que...? —preguntó en medio de jadeos.

—¿Crees que puedes derrotarme con uno de esos... "besos"? —preguntó mientras sostenía a los aterrados micrones en sus manos.

Zlyna la miró incrédula y de pronto comenzó a reírse. La risa de la guerrera era tan elocuente y sincera que hasta contagió a la propia Hyle.

—Maldición. —dijo Owen mirando hacia el piso. —Se cayó mi gorra de Capitán. —se lamentó sacudiendo la cabeza.

«»

------------------------

पढ़ना जारी रखें

आपको ये भी पसंदे आएँगी

226M 6.9M 92
When billionaire bad boy Eros meets shy, nerdy Jade, he doesn't recognize her from his past. Will they be able to look past their secrets and fall in...
One Shots Futbolistas lucia🃏 द्वारा

कल्पित विज्ञान

157K 4.1K 43
One shots de futbolistas. PEDIDOS CERRADOS.
The Boyfriend App Mon D Rea द्वारा

किशोर उपन्यास

1.7M 17.3K 3
*Wattys 2018 Winner / Hidden Gems* CREATE YOUR OWN MR. RIGHT Weeks before Valentine's, seventeen-year-old Kate Lapuz goes through her first ever br...
87.7K 6.4K 28
un joven de 22 años, fanático de Ben 10 viaja a ese universo luego de morir en un trágico accidente, estará preparado para enfrentar los peligros de...