Amateur ꩜ abo! larry

By tomlinhot

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Harry es un omega con un cachorro en casa y un trabajo que lo explota sexualmente. Louis quiere ser su único... More

Amateur
Guía
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 39

Capítulo 38

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By tomlinhot

Harry no deja de sentirse nervioso en ningún momento.

La sensación se desliza por su cuerpo lentamente primero, atacando sus órganos y haciéndolos revolverse en su interior mientras se siente como si existiese un hueco en su estómago. Después es más invasivo, provocando que sus piernas se debiliten y que no quiera más que permanecer sentado todo el tiempo porque todo resulta ser demasiado como para soportarlo.

También hay un poco de inseguridad en el proceso. Cuando Alexander le habla, le ve o simplemente le sonríe; Harry siente que se le va a devolver toda la comida y que no podrá hacer más que ensuciar todo a su alrededor.

El sentimiento desaparece con los días, por supuesto. En realidad, se da cuenta de que todo ha estado siempre en su cabeza, se dedica a evaluarlo sin ser muy evidente cuando están uno cerca del otro, y al cabo de unos días se da cuenta de que, en realidad, el omega es amable. Alexander se asegura de que descanse cuando se turnan para cuidar a la cachorra, e incluso Kenai se ha llevado bastante bien con él durante el tiempo que han estado conviviendo en la misma habitación. Harry piensa que es porque comparten un interés en común, Nimbe.

Louis le asegura que la razón principal es que Alexander es un imán para los niños.

Sea cual sea el motivo, Harry se siente a gusto de nuevo para el jueves en la mañana. Ellos han creado una rutina improvisada durante estos días y toman turnos para estar con Nimbe porque han descubierto que se siente mejor con los omegas a su alrededor —quizás también hubo un poco de manipulación en el fondo de todo esto cuando le llamó llorando, pero él prefiere fingir que no se ha dado cuenta de eso y decide hacerla feliz—.  Alexander está con ella en todo momento durante el día mientras Harry descansa y se ocupa de sus labores. Ordena su departamento, prepara la comida de Zayn y su hijo, cocina algo extra para Alexander y Louis, duerme un poco y convive con su cachorro cuando regresa de ver a la niña.

Durante la noche se queda en el hospital. A veces Louis le hace compañía y otras veces lo hace Alexander, y esta noche en particular los tres se han quedado montando guardia, juntos.

No está mal, pensaba que sería peor, pero es que Alexander realmente se esfuerza mucho por hacer a Harry sentirse a gusto, incluso cuando el omega no es demasiado abierto con él y apenas responde cortamente las preguntas que le hace y pasa por alto todas las intenciones de encadenarse en algún tema en específico. Él aún no puede adivinar si el omega lo hace de manera sincera o es que hay algo más escondido en sus intenciones, y sabe que no debería, pero prefiere mantener la guardia alta antes que tener algún inconveniente con la ex pareja de Louis.

De todas formas, Harry quiere ir a casa ahora mismo porque quiere descansar. Ha pasado la noche entera despierto porque la niña no ha podido conciliar el sueño. Está agotado. La semana se le ha hecho demasiado larga y todo lo que quiere es dormir por largas horas.

Le ha costado demasiado lograr despertar al alfa. Ha creado un completo alboroto para poder hacerlo y casi despierta a la niña en el proceso. Por suerte ahora se encuentra en el auto del hombre esperando por él para que lo lleve a su casa y finalmente descansar.

Cuando llega, el hombre luce cansado y sin ánimos de nada, sin embargo, logra sonreírle al muchacho y ofrecerle un beso en los labios que no es más que inocente.

—Gracias —murmura apenas apartado de él—. Te agradezco el esfuerzo que has hecho.

Harry le sonríe. Niega con la cabeza y deja un beso fugaz en la nariz del alfa para después abrochar su cinturón y cerrar los párpados con la cabeza recostada en el respaldar.

—No sé si quiero dormir o comer —murmura antes de dejar de ser totalmente consciente de lo que sucede a su alrededor.

El viaje parece ser rápido. Louis no habla demasiado porque todo lo que el muchacho responde son sonidos de garganta o asentimientos. Solo le molesta una vez más para avisarle que están por llegar para que comience a despertar y finalmente pueda descansar en su hogar.

El muchacho siente el auto detenerse y larga un suspiro antes de abrir sus párpados para encontrarse frente a su edificio. El cielo está gris y sus ánimos no son los mejores, pero tampoco quiere dejar la comodidad del auto de Louis para estar solo durante todo el día hoy.

Toma una bocanada de aire cuando ve al alfa junto a él con aquella sonrisa que revuelve su interior y le hace soñar despierto de lo encantador que resulta ser sin siquiera intentarlo. Y Harry quiere apartarlo, quiere decirle que sus trucos no van a funcionar con él, pero no lo hace porque es una total mentira y no tiene ganas de salir de aquel cuento de hadas en el que se sumerge cuando lo observa.

—¿Quieres ir conmigo y descansar juntos?

La pregunta sale de él sin planear lo suficiente, demasiado llevado por el amor que Louis le demuestra con sus ojos azules como el mar y el embrujo que sale de ellos y atrapa al omega en una red de la que no quiere escapar.

Louis sonríe imposiblemente más y asiente dos veces. Harry piensa que luce como un niño.

Al bajar del auto se encuentran en la entrada del edificio. Harry toma su mano después de abrir la puerta solo porque se antoja de que todas las personas que se encuentre en el camino sepan que él tiene a alguien, específicamente un alfa tan apuesto como este con un rostro tan precioso y unos brazos demasiado provocativos, lo suficiente como para sostenerse de ellos mientras avanzan y se adentran al edificio para alcanzar las escaleras.

En un instante Harry tiene que convertir sus labios en una fina línea para no terminar carcajeándose porque se da cuenta de que sus pensamientos están demasiado desviados a un asunto hormonal. Louis ni siquiera es consciente de lo que sucede, solo camina sin prisa y comenta algo a lo que el omega no le presta demasiada atención por estar tan sumergido en sus pensamientos.

Suben las escaleras despacio. Ambos están demasiado agotados como para ir a un paso muy rápido y cansarse más. Y al llegar hasta su piso, Harry vuelve a decirse a sí mismo que nunca se podrá acostumbrar a ese ajetreo.

—Es la parte negativa de vivir en un edificio vintage —dice el menor dibujando comillas con sus dedos cuando menciona la última palabra.

Abre la puerta de su departamento y se siente tan cómodo cuando puede soltar un suspiro y tomar la mano de Louis para que se deshaga de sus zapatos justo después de cerrar la puerta detrás de ellos.

—Bienvenido a mi hogar —murmura con una sonrisa enorme en sus labios, incluso dejando ver sus dientes de conejo en el proceso.

Louis le da un vistazo corto a todo lo que hay a su alrededor. Harry no aparta su mirada del mayor y solo puede sentir su rostro teñirse de rojo cuando logra identificar la mirada brillante del hombre cuando inspecciona el lugar.

—Que acogedor —dice con una sonrisa al regresar su mirada al muchacho.

El omega juega con sus labios y asiente. Él sabe que luce como un chiquillo avergonzado o demasiado entusiasmado, pero no le importa ni un poco.

Es capaz de reconocer que el hecho de que él mismo haya permitido a Louis conocer su hogar, su espacio, solo significa una cosa.

—Lo sé —responde con un suspiro demasiado risueño—. La mejor parte es la preciosa vista desde mi habitación.

Voltea a ver al hombre con esa mirada socarrona que le sale demasiado bien y sin esperar respuesta alguna toma la mano de Louis y comienza a caminar hasta su habitación, arrastrando al hombre con él.

Harry abre la puerta de su habitación con su corazón latiendo en su pecho tan fuerte que puede escucharlo en sus oídos. No puede creer todo lo que está haciendo, pero cree aún menos la cómoda sensación que se instala en su pecho al tenerlo en este lugar. Deja al alfa de pie frente al gran ventanal que se encuentra a un lado de su cama.

La luz del sol golpeando a ambos de frente, calentándoles la piel y llenándolos de toda esa energía solar que realmente están necesitando. Harry sonríe cuando Louis abre la boca en asombro, paseando su mirada por todo lo que se puede ver desde esa altura.

—Es hermoso, Harry. —Le dice con una sonrisa brillante. El omega asiente y se cruza de brazos viendo también a través de la ventana.

—Yo soy hermoso —murmura en respuesta.

Louis voltea a verle, Harry no tarda ni un segundo en mirarlo de vuelta. Los ojos zarcos del alfa luciendo más claros que nunca, una mirada cristalina en medio de su piel tostada, barba de días comenzando a brotar de su piel y unas ojeras que el muchacho no puede creer que le luzcan tan bien.

Le gusta, vuelve a confirmar cuando su corazón late rápido después de estar admirándole en silencio. Le gusta demasiado ese alfa.

—Es verdad, lo eres.

Comparten una sonrisa que no necesita nada más. Louis termina de quebrantar el espacio que los separa y une sus labios. Harry siente su piel tibia, apenas húmeda, y sonríe en el beso cuando el hombre da suaves toques una y otra vez trasformándolo en picos suaves.

Al apartarse Harry le ve con sus ojos de aceituna, sus pestañas ya largas y un brillo precioso adornando su mirada. Él sabe que eso es lo único que necesita para convencer a Louis de lo que sea, es plenamente consciente de que no tendría por qué rogar demasiado para algo si todo lo que puede hacer es batir sus ojitos.

Louis sonríe como si pudiese escuchar los pensamientos del muchacho. Toma su rostro entre sus manos y, aunque deja todo su esfuerzo en intentar no hacerlo, él termina fallando y besa una vez más al omega.

Harry se siente tan cómodo de esa manera. Louis tiene el control de él en cada instante y se da cuenta de que no quiere hacer nada más que cumplir con lo que sea que el hombre quiera ahora. Por eso se da llevar.

No pasa demasiado hasta que Harry tiene una de sus manos en la nuca del hombre para presionarlo más hacia él e impedir que se aparte un solo segundo de él. Quiere tenemos todo con él, imposiblemente atarlo a su cuerpo y no dejarle ir nunca porque sabe que jamás sería capaz de acostumbrarse al alfa.

Cuando Louis se atreve a morder uno de sus labios, Harry suelta un gimoteo de dolor y gusto, lo que es suficiente para provocar que el hombre se aparte bruscamente y le mire a detalle.

Ellos tienen sus labios apenas comenzando a hincharse, respiración saliendo de la normal muy lentamente y miradas concentradas en el otro. Parece que ninguno tiene idea de dónde están parados y a Harry aquello lo hace intensamente feliz.

—Te he extrañado —murmura con un ronroneo suavecito buscando del cuello del hombre como si no tuviese una verdadera intención en ello.

Escucha a Louis reír bajo y simplemente se deja hacer cuando el omega comienza a dejar besos lentos y húmedos hasta llegar a sus labios. Cuando lo encuentra una vez más, se sumergen en un beso lejos del anterior.

A Harry no le importa lucir tan necesitado como lo está. Jadea y gimotea sin pudor cada vez que Louis le besa como a él le encanta, demasiado decidido a dejarle saber que cada cosa que está haciendo ahora le está llevando por el camino al que él quiere llegar.

Louis se aparta con su respiración apenas agitada. Harry puede escuchar como inhala y exhala fuerte, y lo hace más profundo antes de toma la blusa holgada del omega y arrebatarla de él tan rápido como se las ingenia.

El muchacho deja salir un chillido cuando queda expuesto porque, por Dios, es que se le ha olvidado por completo esta situación.

Tiene un sujetador pequeño sosteniendo su ligeramente hinchado pecho. Cuando ve la expresión de Louis y sigue su mirada se encuentra con dos manchas diminutas donde debería estar el pezón escondido.

Se siente avergonzado. Kenai ha estado toda la semana queriendo ser amamantado y Harry le ha complacido solo porque sabe que está ligeramente ausente por la situación de Nimbe y que su propio hijo necesita sentirse cuidado de alguna manera.

Él realmente no está produciendo demasiada leche, sobre todo porque Kenai lo ha estado dejando paulatinamente y cuando amamanta apenas logra sacar lo suficiente para que él cachorro tome una vez por noche.

Quiere abofetearse por olvidar algo como esto. Le avergüenza tanto que Louis le vea de esa manera, con un sujetador esforzándose en mantener todo en su lugar.

—Dios...

El suspiro que sale del hombre solo le inquieta más. Intenta llevar sus manos para ocultar su busto, pero Louis se apresura a tomar sus muñecas para detenerlo, todavía demasiado ensimismado en lo que tiene frente a él.

—Louis —llama en un intento de hacer que le mire a los ojos.

Quiere disculparse, decirle que se limpiará y que siente mucho que le haya visto en ese estado, que realmente no lo recordaba y no fue su intención que terminaran en esto, pero antes de que pueda siquiera comenzar a hablar Louis está dejando sus muñecas para buscar la espalda del omega.

—¿Me dejas quitarte esto, lobito?

Y, oh.

Oh.

Louis quiere eso.

Harry jadea al sentir las manos frías del hombre buscando la perilla para desabrochar su sujetador. Su respiración se acelera cuando siente la prenda aflojarse y finalmente ser retirada de él más rápido de lo que él puede caer en cuenta.

Al mirarle, Harry se da cuenta de la lujuria que se ha instalado en los ojos azules del alfa. Tiene sus pupilas dilatadas, lo suficiente para solo permitir que el omega vea un aro delgado de color zarco.

Cuando el hombre le toma por la cintura y lo hace salir de su lugar Harry no puede evitar chillar en voz baja de puro susto. Lo hace sentarse sobre la cama, su cama, esa donde duerme siempre y a la que, de hecho, no le ha dado permiso de usar. Pero no se queja, sobre todo porque todos sus pensamientos se esfuman cuando Louis se deshace de su propia playera para lanzarse hacia los pantalones ajenos y deslizarlos de él.

Ese alfa.

Harry se encuentra completamente desnudo, solo con su ropa interior cubriéndolo. Casi sin darse cuenta Louis hace lo mismo con su propia ropa, pero él sí se deshace de su bóxer, provocando que el omega se humedecezca los labios al ver su miembro completamente erecto.

El solo pensamiento de que todo esto es por su estado actual, provoca un remolino en el estómago de  Harry que es bueno, demasiado bueno incluso para su propio bien.

Louis se acerca hasta él y toma lugar en la cama, justo sobre el omega, quien instintivamente lleva sus piernas a cada lado del hombre y se instala allí, justo donde sus caderas se encuentran, cruzando sus pies detrás del alfa para asegurarse de que no se irá lejos de él.

—Tan hermoso —murmura mientras besa las mejillas tibias del menor—. Siempre tan lindo.

Y Harry cae. Lo hace porque se da cuenta de que confiar en Louis es ahora una de sus pasatiempos favoritos. Dejar que el hombre se encargue de él, su cuerpo y que haga lo que le de la gana con su extasis y placer es algo a lo que el omega se ha acostumbrado demasiado rápido, y que disfruta cada vez peligrosamente más.

Louis no se demora en ir hasta el pecho ajeno. Toma uno en una de sus manos y parece disfrutar mucho la manera en la que puede atraparlo todo incluso con sus pequeñas manos.

Harry no debería, intenta detenerse cuando piensa en ello, pero él quiere ir un poco más lejos con esto y jugar un poco, quizás tentar aquel terreno que ni siquiera ha sido capaz de probar antes.

—¿Imaginas el día que no quepan en tus manos?

Louis le lanza esa mirada peligrosa de gusto por lo que acaba de decir. Se acerca hasta la oreja del muchacho y Harry puede sentir cuando se humedece los labios antes de hablarle.

—¿Cuando estés embarazado otra vez?

La reacción del omega parece ser todo lo que Louis ha estado buscando porque se aparta con una sonrisa en sus labios y baja por su cuerpo hasta encontrar el pecho de Harry, quien tiene una batalla interna porque siente su entrada empaparse más y su pene palpitar de puro gusto ante las palabras ajenas.

No debería, no debería, no debería.

Louis lleva uno de sus pezones a su boca. Harry se tensa ante la sensación y lleva una de sus manos hasta el cabello del alfa, tomando grandes hebras y tirando de él, no para que se aparte, sino para que siga ahí.

Siente su pezón ser mordido apenas, todo lleno de saliva y sabe, sabe que aquella es la sensación de cuando brota leche de él. La succión del alfa está logrando que el líquido llegue hasta su boca y parece encantarle porque no deja de gemir contra la piel blanquecina.

Harry sonríe mientras muerde su labio. Levanta su cadera para buscar algo que en realidad no sabe qué es, pero él quiere más.

—Muerde —pide en un gemido cuando la sensación parece irse lejos de él—. Más, más fuerte, por favor.

Pero es como si Louis le ignorase por completo. En lugar de cumplir con lo que le han pedido, el alfa va hasta el otro seno y lo aprieta incluso más fuerte, atreviéndose también a dejar una mordida en la piel cercana al pezón, lo que arrebata de Harry un chillido y otro movimiento involuntario de su cadera buscando algo más.

Harry siente como el hombre deja lamidas experimentales en ese lugar que todavía no ha molestado como él quiere.

El deseo invade cada lugar de su cuerpo. No puede razonar demasiado y sólo se deja llevar por ese instinto dentro de él.

—Lou, por favor.

Y vuelve a tener lo de antes: nada.

Parece que Louis no tiene ninguna intención de complacerlo, o quiere llevarlo hasta el borde de todo esto para finalmente hacer lo que le pide, o él no ha sido bueno y no se lo merece, o...

—Por favor, papi.

Escucha sobre sus propios lamentos el gruñido que sale de Louis justo antes de clavar sus dientes en la suave piel de su pezón.

Harry chilla de puro gusto cuando el dolor es lo suficientemente grande como para mantenerlo contento. Arde, le quema en la piel los dientes del alfa y le encanta tanto.

Siente como la primera capa de su piel e desgarrada por la fuerza que Louis ejerce, y todo se vuelve mucho peor cuando comienza a pellizcar rápidamente con sus dientes, creando una sensación nueva en él.

El omega tiene que arañar la piel del hombre en busca de liberarse de aquello que está aguantando tan dolorosamente. Cierra los ojos con fuerza y alza más su pelvis, logrando hacer apenas un poco de contacto con el miembro ajeno y sintiéndose en extasis cuando clava sus uñas más profundo en la piel de Louis.

No puede contenerse ni un segundo. Su miembro, aún escondido en su ropa interior, da un espasmo antes de liberarse soltando tiras de semen dentro de la tela. Harry solo puede chillar un poco y estirar sus piernas en busca de liberarse aun más.

Louis se aparta cuando el omega ha corrido por completo. Lanza su mirada hacia abajo, donde la mancha en su ropa interior se encuentra, y humedece sus labios cuando vuelve a ver los ojos verdes del muchacho.

—Eres un omega tan impaciente —murmura con esa sorna en la voz y un deseo inminente que se nota desde cualquier distancia.

Harry se siente perdido. Ni siquiera se queja cuando el alfa toma la tela que le cubre y la desliza por sus piernas, dejándolo completamente al desnudo y a su merced. Todavía siente su mente un poco nublada y no termina de organizar sus ideas, pero tiene a ese hombre sobre él besando todo lo que puede alcanzar y entonces él se da cuenta de que no necesita preocuparse por nada, todo lo que quiere es que Louis le haga sentir como el único omega en la vida.

—Lou —llama en un susurro, gimoteando un poco cuando el hombre está peligrosamente cerca de su entrada.

El alfa alza las piernas del muchacho hasta que puede ver su entrada. Está tan mojado, Harry lo puede sentir. Siente su fluido escapar de él sin pudor y empapar la sábana debajo de su cuerpo. Louis suspira cuando tiene una vista completa y el omega no sabe si va a morir de vergüenza allí mismo.

—Tan precioso. Todo es hermoso, tan húmedo —murmura. Harry puede sentir como los dedos del hombre mayor tocan apenas su fluido, él gime ante el tacto y ve a Louis sonreír sin apartar la mirada—. Muero por sentirte. ¿Me dejas entrar en ti, lobito?

Cuando le ve, Harry experimenta la sensación de su garganta secándose. Louis tiene esta mirada de deseo que es más como de cazador. Él es la presa ahora mismo, y la sola idea de tener a ese hombre babeando por él le hace querer mojarse incluso un poco más.

—Por favor —responde con un suspiro lastimero.

Louis sonríe, se aparta de él con su respiración agitada y parece que va a levantarse de la cama, pero Harry lo detiene tomándolo del brazo antes de que se apartase demasiado. Cuando el hombre le voltea a ver, él coloca esos ojitos de cachorro que suele hacer de vez en cuando con el mayor.

—Voy por un condón.

—No quiero —dice el omega tan pronto como el hombre termina de hablar—. No lo uses, quiero sentirte.

—Harry...

—Y quiero que acabes en mi. Dentro. No lo uses.

Y joder. Louis chasquea la lengua ante sus palabras y parece tomarse un par de segundos para pensarlo.

Harry se siente tan inquieto que no puede evitar soltar al hombre y recoger sus piernas para que el hombre le vea por completo. Pasea sus dedos alrededor de su entrada, empapando sus propio dedos de su lubricante y llevándolos a su boca cuando cree que ha recogido lo suficiente. Gime cuando siente el sabor y cierra los ojos porque resulta ser demasiado bueno para él.

Ni siquiera se da cuenta cuando Louis, en medio de su debate interno, lo deja todo y se abalanza hacia él sin un poco de delicadeza.

Toma su cuello con una mano y ejerce apenas un poco de presión, dejando al muchacho en la cama incapaz de moverse para quejarse al respecto. Harry le ve toma su miembro con su otra mano y moverla de arriba a abaja un par de veces antes de acercarla hasta su agujero.

Louis lo adentra por completo sin siquiera tomar una pausa. Harry abre los ojos muy en grande de la pura sorpresa y dolor que se apodera de él cuando siente aquel miembro desgarrar su interior.

Es tan delicioso que no puede ni siquiera emitir sonido alguno para nada. Su mirada se cristaliza cuando el hombre se mueve por primera vez y siente su cuerpo quedarse sin oxígeno.

El hombre aparta su mano de la garganta ajena y la deja justo al lado de los rizos del muchacho. Mira su rostro con las cejas fruncidas, casi luciendo molesto por algo que a Harry no le importa ahora mismo, todo lo que puede hacer es quejarse ante la sensación que le invade y le paraliza.

Toma el brazo del hombre y entierra en su piel sus uñas. Sabe que dejará marcas visibles en ese lugar y la verdad es que en este momento no le importa.

Louis es suyo, su hombre, su alfa, él puede dejarle marcas en sus brazos si quiere, o en su espalda, incluso en su cuello, así ningún omega le mirará demasiado en la calle.

—Alfa —llama con un gemido ante la sola idea.

Ese hombre no tiene ni idea de lo que ocurre en la mente del omega. Harry se siente tan posesivo por dentro que todo lo que quiere hacer es perfumar a Louis con su aroma y que todos a su alrededor se enteren que es suyo, que su alfa solo puede estar con él y que realmente es el omega más afortunado de todos.

—Tan caliente como siempre. Todo tú interior se siente hirviendo, ¿lo sabes? Me estás quemando.

Harry arquea su espalda cuando los golpes en su entrada se intensifican. Se escucha cada vez más corto y seco cuando sus pieles chocan y el dolor aún menta imposiblemente más. Le duele en el interior, duele su entrada y siente ese cosquilleo en su vientre bajo cada vez que lo siente más profundo.

—Oh, mierda. —Se queja cuando Louis toma su pe on y lo pellizca sin medir su fuerza.

El hombre toma su rostro con su mano y con sus dedos ayuda a Harry a abrir su mandíbula, ahora su boca abierta y expuesta a él.

—Grosero —dice justo antes de escupir un poco de saliva en toda la cavidad del muchacho—. Compórtate como el omega bonito que eres, siempre tan útil para calentar mi pene y hacerme acabar, ¿no es así?

—Sí, papi.

—Sí, lo sé. Eres tan bueno para tragar mi corrida que no necesito a ninguna otra perra para esto.

Harry chilla incluso más fuerte. Louis deja caer su mano con la palma abierta sobre una de sus mejillas. El golpe ni siquiera es fuerte, pero le ha llegado de sorpresa deseando una más.

Louis gime y aumenta imposiblemente más las embestidas. Harry puede sentirlo en su interior, en su vientre y en cada parte de él. La sensación se apodera por completo y solo puede desear permanecer de esta manera por el resto de su existencia.

—Solo me necesitas a mí.

Louis sonríe. Toma sus labios tan agresivamente que Harry puede sentir incluso un poco de sangre brota de de allí por ella mordida fuerte que el alfa le da.

Están empapados de sudor y no les importa ni un poco. Todo lo que quiere es más. Más fuerte, más bofetadas, más mordidas, más, más, más.

—Solo a ti. Eres mío.

—Completamente.

—Solo mío.

Harry asiente como puede. Muerde sus labios e intenta no llorar cuando siente otro orgasmo buscando su liberación. Quiere detenerlo pero Louis no le ayuda cuando toma su miembro y bombea en él.

Va tan rápido como sus propias estocadas en su agujero, y Harry simplemente se siente perdido.

No lo detiene cuando siente aquello recorrer todo su estómago hasta su glande. Puede sentirlo en sus bolas y cómo se contraen cuando está tan cerca, tocando el éxtasis con la punta de los dedos y saboreandolo en la lengua. Cierra sus párpados cuando anticipa su llegada y no puede contener sus labios abriéndose cuando las tiras de su propio semen manchan su cuerpo blanquecino.

Contrae cada parte de él, atrapando a Louis en su agujero y provocando que su anillo palpite por la sensación que acaba de vivir. El hombre se queja por ello y golpea más fuerte una sola vez para terminar corriéndose en el interior del onega.

Harry puede sentir el semen tibio llenando su canal. El pene de Louis se contrae una y otra vez en su interior y aún así no deja de moverse para buscar algo más que probablemente ya no exista.

—Tan buen omega.

El muchacho asiente con la cabeza y muerde sus labios ante la delicia que siente en cada rincón de su ser.

—Lo soy.

Y Harry se da cuenta que todo lo que ha estado necesitando estos días no es nada mas que esto. Lo confirma cuando el hombre lo toma en un beso eterno justo antes de salir de él y dejar que todo su semen escurra fuera de su cavidad.

El omega suspira en un quejido por la incomidad y Louis le distrae frotando sus nariz juntas. Hay una burbuja que se ha formado alrededor de ellos de la que Harry no quiere salir.

—Mi omega. El mejor de todos.

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