Un Criminal

By Kaenx9

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SINOPSIS El antiguo detective Waller Frederick se encuentra inmiscuido en un embrollo en el cual la ayuda ven... More

N/A
Sally
Caso
Carl
Ashley
Compañeros
Los Bulldoguer
Intentando no ser el disparado
En el Hospital
La Inocencia
Me has roto el corazón
Mamá
La Carta
Es el Amor
Anhelando la Paz
¿Y si vemos una película?
Yo soy el Papá
¿Un hombre?
Respuesta
El Juicio
Sinceridad: La hipocresía
Fatiga
Y es que, hace tiempo
En ese tiempo
A finales del fin de semana
La traición se paga
Fatalidad
Represalia
Berbiquí
Bienvenido Gaspar
Interno en Emergencias
Para que NO me olvides
Los Fusiles de Asalto: Las Armas Negras
Mal, papá
Algo bueno
La palabra del jurado
Dicta la Jueza
Mi media parte
Hace un año
¿...Melody...?
Por la noche
Incógnito
Un corazón más roto
Movimiento de Los Fusiles de Asalto
Un Amor

Perjuro

22 2 4
By Kaenx9

Waller no hizo nada en especial luego de que Margarita se retirará con su hijo de su casa: cuando se termina de acabar el día sábado, se puso a pensar sobre el muchacho con el que había hablado por llamada, y se decidió por marcarle a Bull, luego de haber finalizado la llamada en la que le pidió un favor; otro más, inicia otro día.

Waller está despierto desde las siete de la mañana, se hizo su café mañanero como le es costumbre, se dio una buena ducha de agua fría y, se vistio para estar en casa. Ahora se encuentra sentado en el borde de su cama, esta viendo aquel libro que desde hace un buen tiempo no lee. Ve el libro con intriga, pues se había olvidado de que aquel libro aún existía: un libro con tapa azul y blanco, con líneas que parecen simular gotas de lluvia callendo, el título de este hundido en gris: "Libre por la vida" al abrir el libro siente la textura de este de cuero resistente, sus hojas se sienten fuertes con una textura semejante al carton de color blanco hueso, siente grabados como lineas en las hojas. Después la primera hoja del libro se aprecia, el título en él en mayusculas y negrita: también hay un amplio terreno verde dibujado a pintura en el que se aprecia un arbol con muchas ramas altas, de escasas hojas, y la hierba verde ocupando casi toda la hoja del libro, un arbol se aprecia en el medio y en el fondo las puntas de unas montañas altas. En esa misma hoja se encuentra escrito una dedicatoria:

Para mi amado esposo Wally ❤

Att: Su esposa Maggie.

Al ver eso, entiende por qué fue que lo dejó de leer, a su memoria le vienen recuerdos de cuando ella le pedía que lo leyera en voz alta por las noches para que le leyera a ella, lo estaban por terminar el separador deja unas cinco o seis hojas faltantes.

Trinc... trinc... trinc...

Su celular suena y lo trae de vuelta a la vida: «¿quién será?».

-¿Halo? -contesta.

-¿Halo?, ¿Frederick?

-Sí. ¿Alex?

-Oh, gracias a Dios logro contactar contigo. Temía que había perdido tu número.

-¿Por qué? ¿Sucede algo?

-No. Es que, tu sabes que siempre hablabamos por el celular de mi esposa, ya que ustedes siempre andaban en contacto.

-Sí. Por eso llegaste a malinterpretarlo y pensaste que nos amabamos a escondidas.

-¿Ahora se le llama así al adulterio?

-No. Solo le digo así para que no suene tan mal.

-¿Por qué te da vergüenza si no hicieron nada? Porque no hicieron nada ¿Verdad?

-¿De verdad aún sigues con eso? Pensé que ya estabas seguro, claro, de que tan solo es una amistad muy buena la que tenemos de hace muchos años de construcción. Nada más.

-Lo siento. Es que ando nervioso.

-No pasa nada. Y dime, ¿qué te ha llevado a recordarte de mí?

-Verás. Yo necesito un consejo, con esto de ir a un tribunal. Tu sabes más que yo de esto porque fuiste en varias ocasiones, y creo que tienes amistades 'abogados'.

-Ajá.

-Bueno...

-Dime, ¿qué es lo que sucede? ¿Para qué necesitas ese tipo de información?

-... Martha me quiere llevar a juicio.

-¿Qué? ¿Y eso por qué?

-Dice que estoy siendo muy paranoico y tóxico. Y porque yo no le quiero dar el divorcio.

-¿El divorcio? Pero ustedes llevan más de veinte años juntos.

-¡Sí! ¿Verdad? Eso le dije yo.

-¿Y es cierto lo que ella dice? ¿Estas actuando de esa manera?

-Hermano... sabes que ella antes de estar conmigo estuvo con muchos hombres antes. Es una mujer muy hermosa. A pesar de que acabamos de tener nuestro segundo hijo ya...

-Oh, felicidades.

-Gracias. Así que, yo me pongo celoso sí ¿Qué chico no lo haría? Conocemos cómo son los hombres, pues somos hombres.

¿De verdad le está hablando sobre sus inseguridades en su relación? ¿Para eso le llamo? Sí.

-Te entiendo pero, ¿acaso no confías tú en ella?

-Sí confío, es solo que...

-¿Estás seguro?

-En ella sí pero...

-¿Estás seguro, seguro?

-¡Creo que no!... creo que ya no.

-¿Por qué desconfias?

-Es que... las cosas ya no están siendo como antes. Ya no es igual... ¿Me entiendes?

-¿Tienes pruebas de que te engaña?

-Yo creo...

-¿Seguro?

-Amigo. La vi besarse con otro.

-¿Estabas tomado?

-¡No! La vi con mis propios ojos, era ella, estaba en el auto de otro tipo. Dijo que iría a casa de una amiga, yo regresaba de buscar a los niños porque me llamaron diciendo que ella no fue a por ellos, estaba harto de marcarle al teléfono y no me contestaba. Además, no era la primera vez que me llamaban diciendo que ella se había olvidado de ir a buscar a los niños.

-¿Qué te dijo cuando la encontraste así?

-Que no era lo que pensaba.

-Más bien lo que viste. Ni que estuvieras viendo cosas.

-¿Verdad? Eso fue lo que le dije. Sí necesito lentes para leer, pero no estoy ciego, sé lo que vi. Ella me estaba engañando con otro hombre.

-¿Y por qué no aceptas el divorcio entonces?

-Se quiere ir con los niños, se quiere quedar con la casa, me quiere dejar sin nada hombre. Además, yo no le voy a dejar ir tan fácil, ella es mí mujer, mí mujer. Cómo se puede ir e ir revolcándose con quien quiera como si yo no existiera. Aunque sea que me tenga respeto, si no me ama que me lo diga tan si quiera... -se escucha que está llorando- tenemos dos hijos por Dios, dos, es que acaso eso no significa nada para ella.

-Bueno, tienen una niña, más bien qué imagen le está mostrando a ella como su madre.

-¡Exacto! ¿Verdad?, yo soy buen padre, amo a mis hijos, ellos deberían de quedarse conmigo. El juez verá eso ¿Verdad?, entonces ella se tendrá que quedar conmigo y, y...

-Alex...

-Y volveremos a como eramos antes...

-Alex...

-Seremos muy felices, con nuestros hijos y...

-¡Alex!

-Lo siento.

-¿Qué andas diciendo? Escuchate, por favor. Me acabas de decir que ella te engaña en tus narices, que anda descuidando a los niñas, no te respeta y sabrá Dios cuánto ella lleva haciéndolo. ¿Y de verdad lo que más te preocupas es que te dejé? Es más, deberías de estar feliz de que se quiera ir.

-Pero...

-Y si dices que te quiere quitar las niñas, por lo último que dices, lógicamente los niñas se quedarán contigo.

-... Pero yo la amo.

-Alex, yo te entiendo, pero hermano; el amor no pone a uno estúpido, primero tú y tus hijas, ella no te ama. Ni siquiera te respeta. Acabas de asegurarlo, y estoy seguro de que más de una vez algún conocido te lo intento decir.

-Sí... Maiban, me dijo algo así unas veces.

Sonríe. No le sorprende.

»Pero ella me ama, y me dijo que eso no era así, que...

-Amigo. Por favor. No le busques más pelos al asunto, ella no está en ti.

-¡Que no! -Se escucha un golpe a la pared. Rompio algo.

-Alex...

-Ella me ama... -llora.

-Amigo, ¿tu le has pegado?

-¡No!... bueno, fue-fueron accidentes. Yo-Yo a ella la amo, se-sería incapaz de hacerle daño... Yo-yo solo no quiero que se vaya...

-Alex. Está no es la forma, no es la manera de hacer las cosas. Yo sé que tú la amas, me lo has demostrado y a ella también, pero tienes que entender que estás cosas pasan. Ella no es un objeto ni nada que puedas retener encontra de su voluntad. La lastimas, no puedes obligarla a amarte en esa circunstancias, si ella ya no...

-¡Ella me ama! Ella aún me ama. Me lo ha dicho, me lo jura, me juró que me ama... -se escucha su llanto.

-Lo sé. Te juró, te perjura que es así, pero lo hizo por miedo y porque tú le rogaste que te lo dijerá. Amigo, el amor no va de la mano con el miedo, eso no es amor y los golpes tampoco. ¿Acaso tu le pegarías a tu niñas?

-¡No! ¡Jamás! No digas eso por favor, él día que lo haga mátame.

-Alex, hermano, amigo. Ni la muerte y ni los golpes resuelven nada ¿Me entiendes?

-Sí...

-Yo te entiendo. Mi padrastro también me pegaba; y sé que eso no se compará a lo que tu pasaste. Él a mí no me encerro por tanto tiempo como a un perro, por eso admiro que a pesar de todo eso decidieras seguir adelante y hacerte padre. Pero..., por esas niñas, por tus dos hijas, te aconsejo que olvides esto del juicio y la dejes ir.

-Pero... ¿Y mis hijas?

-¿De verdad te consideras capaz de criarlas así?

-Yo... las amo.

-Sí, lo sé y no digo que no. Solo digo que necesitas ayuda de especialistas.

-¡Yo no estoy loco! No puedo creer que me digas estás cosas. ¡Creí en ti! Solo quería tú apoyo ¡No puedo creerlo!, de verdad que no Frederick.

-¡Alex! No he dicho eso. Los psicólogos son una ayuda, son doctores así como los médicos que nos ayudan a estar sanos y fuertes. Ellos hacen lo mismo solo que con nuestra mente. Ellos nos ayudan a mantenernos mentalmente en equilibrio. Solo mírate ¿De verdad te crees estar bien? Alex, tu crees que te morirás si ella te deja y las cosas no son así. El amor no hace susfrir tanto, ni hace daño, ella es libre de estar con el hombre que ella quiera; aunque duela imaginarlo, es una persona y no se puede obligar a alguien a amarnos. Eso no es correcto.

-Pero... yo le he dado todo lo que ella me pide. La he llevado a donde ella pida, he tratado de estar ahí siempre y siempre le recuerdo que la amo. Le digo lo hermosa que es delante de mis ojos y... no sé, la verdad no sé qué fue lo que hice mal para que me pague así.

-Alex. La verdad... no siempre estabas.

-¿A qué te refieres? Yo siempre he estado a su lado, siempre.

-Amigo, eres policía. Salvas vidas, trabajas todo el tiempo, de día y de noche, sin parar, porque somos el auxilio de la gente.

-...

-No dormías siempre con ella. No amanecías con ella. No siempre podían tener relaciones sexuales como pareja; no estabas todo el tiempo Alex.

-Sí, pero es por el trabajo...

-No tienes que explicarme. También lo viví...

-No. Espérate, lo nuestro no es lo mismo Frederick, tu mujer te engañaba desde hace mucho tiempo. Mientras estaba contigo ella se veía con ese muchacho y salía con él como si fuera un romance de adolescente. Mi mujer, mi chica... mi chica no me hizo eso.

-No entiendo de qué me hablas, pero debes de aceptarlo que lo que te juró y te perjura no es así... ella, ya no te ama y debes de aceptarlo.

-¡Que no! ¡Ella sí me ama y tú no lo entiendes!

-¡Alex! ¡Una persona que de verdad ama no se mete con otra persona! Entiéndelo por favor, tú esposa, tú chica ya no está enamorada de ti.

-¿¡Cómo puedes decirme algo así!? ¿¡Cómo?!

-Alex. El amor no es a fuerza, ella tampoco te embrujo y tú no eres un retrasado mental. Esto no es complicado de enter, no es un ejercicio matemático tampoco, tú... no estás bien.

-¿Y, cómo se supone que deba de aceptar esto? ¿Acaso puedo superarlo así como si nada? ¿Acaso así como ella de fácil pudo engañarme, así de fácil yo la podré dejar de amar?

-No Alex. El corazón no es un juguete que uno pueda romper y luego rearmar. Toma tiempo pero no es algo que sea imposible, la podrás superar.

-Pues... fijate. ¡Yo no la quiero dejar de amar!

-¡Alex! Por lo menos piensa en las niñas y ya deja de pensar así. No es sano. Yo sé que no es fácil que es muy duro... pero yo estaré aquí. Estaré contigo, sé que muchos también te apoyan como Maiban. Tú no estás solo.

Llora. Alex llora.

»Tu sabes como dice Maiban; por mujeres uno nunca se va a morir.

-Ayúdame... por favor... ayúdame.

-Cálmate, lo vamos a superar.

»Y sí, te puedes quedar con las niñas y hasta con la casa. Pero debes entender, que de este modo en el que estás no puede ser...

-Un buen padre para mis hijas -concluye él.

-Así es.

-Haré lo que tenga que hacer.

-Me alegra escuchar eso.

-Gracias, amigo.

-No es nada hermano. Por cierto, ¿a qué te referías con que Maggie me engañaba?

-Ah... Ahm... Bueno...

-Anda, habla claro.

Él suspira -Ella andaba viéndose con un muchacho.

El traga saliva -¿Qué más?

-Sé que ella lo amaba porque en una ocasión la encontré besándose, bueno, casi llegando a lo otro...

-¡Termina! de contar.

-Si, si. Entonces, cuando vi eso decidí mejor irme y hacer como que no vi nada. Ese día, fue un fin de samana, un sábado, como siempre yo iba a buscarte para que nos fuéramos a ver todos en el taller. En otra ocasión los cache de nuevo, está vez se besaban en la entrada de la casa. Con eso me empece a sentir mal, así que fui a hablarle, yo estaba en mi automóvil cuando los vi y ella me amenazo, me dijo que me metiera solo en mis asuntos, que ni me atreviera a contártelo.

A él se le cristalizan los ojos y se lo imagina; ¿ella con otro? Una lágrima se le resbala y entonces ¿Qué fue? ¿Acaso lo veía muy viejo o qué?.

»Lo siento. Tuve que habertelo dicho. Pero, tuve miedo, no quería herirte y...

-Shhh no pasa nada -se seca las lágrimas rápido-. Igual, no estamos juntos ni nada de eso.

-Bueno.

-Bien. Hablamos. Te investigare lo del abogado, no te preocupes.

-¡Gracias, gracias! Te debo una grande, grandísima.

-No es nada. Para eso estamos los buenos amigos.

Alex del otro lado de la llamada sonríe. Entonces, Waller corta la llamada y se queda viendo fijamente el suelo de debajo de sus pies como un idiota.

Ella a él lo acusaba de estarle engañando y en realidad era ella que lo hacía. Pero qué descaro.

Waller se tumba en su cama y se queda reflexionando sobre aquello, sobre quién podría ser aquel muchacho con el que ella le engañaba o, hasta desde cuándo pudo haber sido: ¿Acaso siempre le engaño? ¿Nunca lo amo? ¿Jugo con sus sentimientos?: El hombre también ama y puede ser herido. En estos momentos se siente como un niño, que se enamora por primera vez y la chica le engaña a sus espaldas como si nunca fuera a notarlo; pero, toda verdad tarde o temprano sale a luz.

Waller trata de ignorar lo roto que se siente y segue con su día. No puede seguir pensando en eso, autolesionandose con cosas que ya pasaron, que son adornos del pasado, que no tiene ningún sentido ponerle atención. Igual, ya está con otro.

》UNOS MINUTOS MÁS TARDES《


Waller se había quedado dormido luego de haber preparado algo para comer y haberse puesto haber las noticias en la TV. En realidad su mente estuvo vagando en la conversación de la llamada así que, no le presto nada de atención a las noticias.

Ahora que se despierta nota que las noticias se terminaron y comenzo una novela en el canal. Desvía su mirada, ve que la pantalla de su celular está encendida y que tiene varias llamadas pérdidas, al revisar se da cuenta de que se trata de Oliver.

«¿Qué querrá?» piensa Waller. Le devuelve la llamada para saber.

-Oliver.

-Capitán, discúlpeme que le llamará tantas veces pero le tengo que comunicar algo importante.

-¿Qué sucede?

-Ha Santos le dispararon capitán.

-Qué. ¿Qué fue que pasó?

-Trabajando. Intercepto a un criminal y él le soltó un balazo.

-¿Cuándo sucedio esto?

-Hoy.

-¿En qué hospital esta?

-En el mismo que estuvo usted. ¿Sabe cuál es? Si quiere le mando la ubicación.

-Mándamelo -corta la llamada.

Desde que Oliver le manda la ubicación él se arregla y sale hacia el hospital. Cuando llega, se lo encuentra allá junto a Hernández y muchas otras personas como la madre, el hermano, hasta el jefe de ellos esta.

-¿Qué hace aquí señor Waller? -le dice Hernández desde que lo ve.

-Como se imagina vine a ver a Santos.

-¿Y eso por qué o qué? Usted dejó de ser su compañero, se desapareció un tiempo y después como si nada se quiere aparece ahora y mostrar interes por ella, qué descarado eres eh, antes te admiraba pero ya no. ¿Cómo tienes la acara de vernos después de tanto tiempo? ¿Eh? Ella estaba muy preocupada por ti para que sepas, ahoa te comportas como si te importa cuando la abandonaste... -le habla con un fuerte tono y con un perceptible resentimiento.

-Discúlpame que te interumpa, pero yo no tengo que ofrecerte ninguna explicación a ti de mi vida y de cómo yo me comporto. Yo solamente vine aquí para ver a Santos, contigo yo no tengo nada que hablar y mucho menos darte explicación -dice para dar la vuelta, pero de repente se detiene y le encara de nuevo-. Discúlpame por decepcionarte, pero yo en ningún momento tenía la necesidad de enorgullecerte.

Desde que termina de hablar se vuelve a dar la vuelta pero, se vuelve a detener justamente cuando vuelve a intentar irse porque Hernández habla.

-Ella a ti te ama. También, para que sepas nada más, se piensa ir, me escuchas, piensa abandonarnos a todos nosotros por tú culpa.

Hernández está muy triste y molesto, desde siempre a estado enamorado de Santos, ha querido protegerla de todo y todos sin embargo ella es una mujer dura, evidentemente tampoco comparte los mismos sentimientos por él, se lo ha dicho montones de veces solo que él mantiene la esperanza de que pueda cambiar de repente la forma en que lo ve como de un simple compañero de trabajo. También el de un amigo en el que se pueda confiar.

Cuando conoció por primera vez a Waller, por parte de su padre que lo trajo a ver cómo trabajan en la agencia. Él se sintió mal porque literalmente desde que lo vio a él Mendelt supo que él sería un gran detective y agente, porque de su propia mano le enseña a ser un policía y a trapar a los malos tanto así que no tardo mucho para terminar viéndolo como un hijo más. Millet quiso que ellos dos se llevarán bien y se vieran como hermanos, pero Hernández es muy orgulloso y creído, piensa que Waller le quiere quitar a su papá, por eso nunca lo aceptó completamente. Waller no ve mal a Hernández, pero cuando ve que le está declarando la guerra, acepta así siempre viéndolo como un enemigo que hay que mantener cerca. Waller sabe que no lo quiere porque piensa que le robará el amor de su vida como le robo el amor de su padre. Cuando iban creciendo Hernández solo hizo odiarlo más porque temía que su padre lo pusiera como el Jefe en el trabajo sin ser de su sangre, pero lógico se supone que debe de ser lo justo. A Waller siempre le dio pena porque es consciente que Hernández nunca dio para la profesión de detective.

-Eso lo sabía, y si es todo iré a ver a Santos.

-No. No te dejaré ir -dice.

-No me vas a detener.

Waller tomándose el costado pasa a la fuerza a la habitación, que Oliver le dijo al llegar que era, cierra rápido la puerta con seguro para al verla ser sorprendido al verla tan débil y frágil.

-Santos... -le dice tomándole la mano con suavidad y viéndole con ternura.

»Lamento todo esto en verdad. Te dejé de repente sin dar explicación, no permito ni siquiera que me visites, te alejé de manera muy brusca. De verdad lo lamento, tu a mí me importas, no buscaba lastimarte con mi ida sino todo lo contrario: quería mantenerte alejada de mi dolor.

Después de decir todo eso, siente como ella le aprieta un poco la mano sujetada, cómo abre sus ojos y lo mira.

-Hola -le sonríe.

-¿Qué-Qué haces aquí?

-Esperaba y te diera un poco de alegría el verme.

-No así. No quiero me tengas pena.

-No te la tengo. Sé lo fuerte que eres. Sabes, en realidad lo tengo de mí yo no quería alejarte, eres mi gran amiga, como tu me conoces no existen muchas personas. Además, tu cuidaste de mi, déjame ahora hacerlo a mí ¿Sí?

-Waller, yo me estoy por ir, solo me quedaré hasta el juicio. Yo no voy a moletarte más, te dejaré en paz.

-No. Ya me acostumbre a ti. Mira, no hay necesidad de que te vayas, si te molesto mejor me voy yo.

-Es que ahí es que está el problema: yo te amo y solo quiero estar contigo.

Waller no sabe ni qué decir. Él sabe que ella en verdad es buena y que lo ama, pero el problema está en que él no siente lo mismo ni cree poder volver a fijarse en alguien.

-Lo siento. Pero como te dije, yo no siento lo mismo.

En el rostro de ella se puede identificar fácilmente el dolor y la decepción.

-Dime, ¿para qué viniste? -agacha su mirada.


-Ya te dije. Quería ver cómo estabas.

-Pues ya lo viste, ya te puedes ir yendo.

-Hey, mira, lo siento. Sabes que yo solo soy honesto contigo, no quiero que sufras...

-Ya lo hago -levanta su mira. Sus mejillas están bañada en lágrimas.

-Santos...

-Yo te juro que te amo, desde hace tiempo lo hago. Y sé que es una perdida de tiempo, tu jamás te fijaras en mí. Y sabes, no sé por qué ¿Acaso soy tan fea?.

-No, no, no. Tu eres muy hermosa, por favor no pienses así.

-¡¿Entonces, por qué no te fijas en mí?!

-Eres como una hermana para mi, no puedo verte de otro modo.

-¡Yo no quiero ser tu hermana!...

Ella se toma el cabello y se lo aprieta con fuerza de rabia. Al ver esto él, se asusta y se acerca, trata de mover sus manos con delicadeza susurrandole cosas bonitas; como lo buena que ha sido con él en estos tiempos al apoyarlo para que no lo lleven a prisión, al esperar el juicio con esa herida por él, al llevarle comida rica todo el tiempo en el que estuvo hospitalizado, con todo esto le hizo ver cuánto le ama.

Es duro, como en ocasiones nos confundimos, nos enamoramos tan perdidamente y lindo de personas que no tienen su corazón en nosotros, Santos por más de seis años no dejo de apoyarlo, de estar ahí tanto dando apoyo como plantando amor en su corazón para él, ignorando a todos los hombres que fijaban sus ojos en ella solo por pensar que algún día él se fijaría en ella, que la amaría algún día.

-Yo te amo de verdad... -le susurra con la voz rota, después le roba un beso en la boca.

Por ese breve momento deja de pensar Waller y se deja besar. Al final le pareció sorprendente el beso, pero le duele después al notar que le da esperanza con eso.

-Creo... que lo mejor es que me vaya.

Waller se dirige a la puerta, antes de salir la mira. El beso no estuvo nada mal tampoco, pero no significo nada para él, le duele porque sabe que para ella sí significo mucho, desmasiado.

-Te amo. Solo quiero decirlo. Sé que esto no significa nada, igual me iré y tu harás tu vida también.

-Me alegra que lo entiendas, solo no me veas como si no me importas. Eso es completamente falso, sí me importas ¿Vale? Solo que... diferente.

Él se da la vuelta para irse pero antes de salir dice:

»Y besas bien.

«El amor puede llegar a ser complicado... en verdad... es el amor muy cumplicado de entender» Waller sale de la habitación de Santos con eso en mente, las tantas cosas que vivieron y ahora ambos así cuando antes se entendían tan bien que parecían de verdad hermanos. Peleaban mucho, no completamente en serio pero, así eran sus juegos. Extraña esos momentos en verdad, igual sabe que eso ya quedo atrás solo fue infancias que se pueden contar como bellos momentos viejos en los cuales sí era hermoso todo.

-¡Waller! -le llaman cuando está a punto de salir del hospital solo a un paso. Es Millet, su viejo jefe de trabajo, el hombre al que más admira, o bueno, admiraba.

-¿Si?

-Sé que tendrás muchas preguntas para mi pero, ¿te gustaría volver al juego con el equipo?

Waller se queda en shock. No esta seguro de si escucho bien ¿Él le dijo volver al juego? ¿Con el equipo?. ¿Es de verdad? Han pasado tanto tiempo ya, ¿y todavía puede regresar?... A pasado un año ya, bueno, casi un año ya se esta en los últimos meses. En verdad lo extraña pero... ¿Volver?.

〔 PARTE 18 〕

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